11.DIC.18 | Posta Porteña 1977

Relatos de Amodio (Extraídos del Facebook de HAP- (73/74)

Por AMODIO

 

Relato 73 /  5 de diciembre  2018


La eliminación de Alicia de la comisión (grupo de los 5) me fue comunicada por el propio Méndez. Eso habría una nueva perspectiva. Yo le había manifestado a Méndez mi decisión de aceptar el acuerdo, pero la situación de Alicia me indicaba que a ella también la acusarían. Era necesario, que el acuerdo la incluyera a ella también.

Yo aduje que su colaboración sería de gran ayuda. Teníamos que hacer entonces dos consultas: una a Cristi y la otra a la misma Alicia. Con Alicia no debí insistir demasiado. Cristi dio finalmente su aprobación. Quedaba por resolver entonces la ubicación de Alicia dentro del cuartel, ya que no podía permanecer en el barracón de las mujeres

Calcagno se hizo instalar una cama en la oficina del segundo piso y Alicia pasó a ocupar el lugar de aquél. Nos pusimos entonces a trabajar con la documentación, en la creencia que cuanto antes cumpliéramos nuestra parte del acuerdo, más rápido sería nuestra puesta en libertad. Al inicio pretendimos trabajar en la misma habitación, pero fue imposible, por la cantidad y el desorden de los papeles que se nos proporcionaron.

Entonces decidimos que trabajaríamos en la oficina del segundo piso. Nos hicimos sitio en un rincón donde estaban las mesas que se habían traído de planimetría el día de mi detención y fabricamos 18 carpetas con papel de planos sin imprimir que tenía el mismo origen. Allí fuimos archivando la información de cada departamento, separando a su vez lo que era sobre locales y sobre personas. Al mismo tiempo fuimos descartando todo lo que era ilegible, que fuimos guardando en una caja aparte.

Tardamos una semana en hacer este ordenamiento, lo que nos sirvió para darnos cuenta de las dificultades que tendríamos para señalar a quienes pertenecían los seudónimos que aparecían. Otros ya estaban señalados con sus nombres y apellidos, por lo que esos ya estaban identificados.
Tardamos otra semana en confeccionar la lista de los locales que aparecían señalados y que fuimos cotejando con la lista de locales que ya habían sido allanados por las FF.CC.(Fuerzas Conjuntas)

Así comprobamos que algunos ya habían sido allanados hasta tres veces, por unidades diferentes. En algunos casos esto fue motivo de enfrentamientos, con muertos incluidos. La confección de la lista, que fue distribuida a todas las unidades no evitó que se siguieran emitiendo órdenes contra locales que ya estaban en poder de las FF.AA. Se dieron también varios casos de allanamientos “por las dudas”, al no tener claros los números de los domicilios o locales.

Se había creado una gran expectativa sobre nuestro trabajo y no nos era posible hacer entender las dificultades que se presentaban. Méndez nos urgía para que nos dedicáramos preferentemente a las personas, lo que nosotros, de forma deliberada dejábamos atrás. Gómez, que fue testigo de todo nuestro trabajo, nos dio la solución.

Esto los puede ayudar, nos dijo una mañana cuando tratábamos de identificar a alguno de los varios Carlos mencionados. “Total, ya están presos”, mientras nos acercó un bibliorato donde estaban archivados los nombres, domicilios y seudónimos de los presos en todo el país y que los S2 recibían semanalmente y que Gómez se limitaba a archivar, confiado en que su jefe no le prestaría a ese listado ninguna atención. De esa manera fuimos “identificando” a los señalados en los papeles, por el procedimiento de hacer coincidir los seudónimos de los papeles con los de los listados. Algunos quedaron sin “identificar”, lo que hizo más creíble aún la lista que nosotros elaboramos

 

Relato 74/ 6 de diciembre  2018


A esas alturas las negociaciones por la tregua habían fracasado, el MLN había presentado su contrapropuesta, la que había sido desestimada y el MLN había ejecutado a Artigas Álvarez, como represalia.

Legnani me reconoció que todas mis previsiones se habían cumplido. Los mandos le informaron a Bordaberry que existía una tregua cuando esta ya había fracasado. Bordaberry consultó con sus ministros de confianza y entre todos resolvieron que no habría tregua, que si los tupamaros querían poner fin a la guerra, tenían que rendirse.

Más adelante esta resolución le servirá al MLN para decir que no hubo voluntad política por parte del presidente y sus ministros para poner fin a una guerra que ya estaba acabada y ocultar que la tregua fracasó porque el MLN pretendió que las FF.AA. llevaran adelante su plan de gobierno.

Mientras, yo ya tenía escrito un texto que era un alegato en mi defensa, en el que narraba el origen, desarrollo y debacle del MLN, con el fin de publicarlo y así poder iniciar con Alicia una nueva vida, en la que íbamos a incluir al hijo de mi matrimonio. Mi padre y uno de mis hermanos viajaron a Buenos Aires para intentar que el original fuera adquirido por la revista 7 días. Estos se mostraron interesados en el material, pero explicaron que no les sería posible publicarlo, dada la situación en Argentina. Mi padre me devolvió el manuscrito original, pero antes hicieron fotocopias que serían enterradas pocos días después, cuando Fasano hiciera estallar el tema de mi manuscrito.

Ante la negativa de Buenos Aires, yo pensé que Fasano estaría interesado en él. Habíamos militado juntos en BP Color, sabía de sus simpatías por el Partido Comunista pero al mismo tiempo sabía que necesitaba hacer dinero para reflotar algunos de sus diarios, que eran perseguidos por el gobierno de Bordaberry como antes lo fueran por el de Pacheco. Fue así que redacté una nota dirigida al “Petiso”, tal como yo llamaba a Fasano, nota que mi padre le entregó junto con el original. Fasano hizo una cantidad de fotocopias que distribuyó a varios líderes políticos, entre los que estaban Wilson Ferreira, Seregni, Arismendi, Cardozo, José D’Elía, entre otros. Según contara luego Fasano en alguna de sus múltiples versiones del caso y que han sido minuciosamente desmentidas en Mapa de un engaño, entre Seregni y Wilson lo convencieron para que se entrevistara conmigo y conocer de primera mano mis intenciones. A la semana siguiente, mi padre me comunicó el deseo de Fasano de entrevistarme, para lo que de inmediato pedí autorización en el Florida. Que un periodista te quiere entrevistar?, me dijo el “Pescado” González. No hay problemas... todos los días vienen y salen periodistas. Así que la entrevista quedó fijada para el sábado siguiente


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