24.DIC.18 | Posta Porteña 1980

Vivir sin Miedo, Vivir sin Fuerzas Armadas

Por Fernando Moyano

 

Una opinión personal

de Fernando Moyano

"La norma debería ser gritar fuerte y muy rápidamente 'Alto, alto, alto' y disparar a matar, creo que se terminarían los envíos de celulares, drogas, etc. para los reclusos" Comentario de un lector en un medio de prensa, a la noticia que mencionamos más abajo.

En octubre 2018 el parlamento asignó al ejército funciones policiales en zonas fronterizas. Desde 1997 cumple funciones de guardia perimetral en las cárceles. Hace escasos días los promotores de una campaña para ampliar este tipo de funciones policiales para las fuerzas militares anunciaron que se alcanzaron las firmas para plebiscitar la iniciativa.

El 17 de diciembre los soldados en guardia perimetral de la cárcel de Canelones hirieron gravemente a un hombre de un auto que se detuvo en la ruta por un desperfecto mecánico (1 y 2)). Alguien que es probable que sea totalmente inocente, que no estaba haciendo nada.

En dos décadas la situación de las cárceles no ha hecho sino empeorar, la guardia militar no impide la introducción de todo tipo de contrabando incluyendo drogas y armas. Y las cárceles han seguido siendo un factor de reproducción del delito. Al mismo tiempo aumenta la campaña por "más seguridad".

La versión del vocero del ejército dice abiertamente que se disparó sobre una persona visiblemente desarmada porque "tenía un paquete en la mano" que suponen que era "para tirar a la cárcel", y aclara que se tira a "zonas no mortales". La fiscal del caso dice que "todo el tiempo tiran cualquier cantidad drogas, marihuana, pasta base, cocaína, además de armas y teléfonos" y agrega que "tiran y se van y no da tiempo a nada". Por los datos conocidos ni siquiera se preocuparon por verificar el contenido del tal paquete.

O sea que, como la guardia militar perimetral no ha servido de nada, la solución es el gatillo fácil militar. Tirar primero y averiguar después. (O ni molestarse)

La campaña sobre "seguridad" no busca combatir el delito, o no propondría medidas totalmente ineficaces para ese propósito. Lo que busca es una motivación para propagar los mecanismos de control y vigilancia incluyendo, ahora, el gatillo fácil militar.

El argumento de que se puede tirar a matar porque es "zona militar" ni siquiera se ocupa de si se justifica esa zona militar, aspecto que debe pensarse en función de si sirve o no para el objetivo propuesto, y cuál sería el costo para, si se pudiese, que no se puede, "hacer que sirva". El costo sería segar vidas sin preguntar.

El que algunas medidas de este tipo sean sometidas ahora a plebiscito nos plantea un urgente problema a la izquierda y organizaciones sociales y de derechos humanos. Hasta el momento la campaña demagógica de incentivación de la represión, típica de los actuales populismos de extrema derecha, no había podido llegar a resultados concretos, por distintos motivos. En octubre 2014 zafamos raspando de la baja de la edad de imputabilidad. Va a estar más dura esta vez.

Se anudan acá dos problemas: el militarismo y la cultura represiva. Una de las formas en que se busca justificar la existencia de estas fuerzas armadas completamente inútiles para la defensa territorial es hacerlas cumplir "medidas sustitutivas" como fuerzas policiales. Toda la experiencia conocida, muy claramente en México y en Brasil, muestran la inutilidad total de estas fuerzas en el problema del delito, y al mismo tiempo la ola de crímenes contra la población que han realizado.

La lucha contra el incremento de medidas represivas es una lucha cultural. Nos vemos ante una acentuación de la hegemonía ideológica de la clase dominante. El próximo plebiscito nos obliga a hacerle frente.

Al mismo tiempo, la izquierda arrastra el peso muerto de su propio oportunismo al no responder al militarismo, al negarse a levantar la propuesta de desmantelamiento de las fuerzas armadas. Hecha así, esta será apenas una lucha a medias. El incremento represivo le da una cobertura al militarismo. El militarismo tiene su propia agenda. En momentos en que éste levanta cabeza en toda América Latina no podemos permitirnos estas inconsecuencias.

(1) El Observador. Polémica en cárcel de Canelones por disparos de solados contra un hombre

(2) la diaria. Denuncian que un guardia perimetral disparó a visitantes en la cárcel de Canelones


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