27.DIC.18 | Posta Porteña 1981

2018, EL AÑO DEL PRINCIPIO DEL FIN

Por Marcelo Marchese/UyPress

 

Es difícil datar el inicio de una nueva era, pues los acontecimientos se anudan de tal manera, que uno viaja al origen del tiempo y sin embargo, no dudamos en decir que el 2018 será el principio del fin, que el 2018 será recordado como el año del nacimiento de una esperanza

Marcelo Marchese / UyPress 26.12.2018

Luego de años de atonía, asistimos a un resurgir de la ciudadanía, y lleve a lo que lleve, nunca puede ser malo ese resurgimiento sin el cual la democracia y la República se convierten en una farsa.

Hágase una encuesta en el país y el resultado por abrumadora mayoría será el siguiente: a nadie le convence el actual sistema político que padecemos a falta de otra cosa y a nadie deja tranquilo las perspectivas de futuro. Algo debe cambiar, pero no confiamos en una verdad elemental, a la democracia la hacemos nosotros, no sólo los políticos profesionales, nosotros somos el sustento de la democracia.

Hay acontecimientos que nos desbordan, que caen todos juntos como escombros sobre nosotros y no nos permiten pensar, pero apenas nos retiramos lo suficiente para ver todos esos acontecimientos juntos y comprenderlos, percibimos que estamos siendo sometidos a una nueva oleada colonizadora.

Como mínimo, la mitad de nuestro suelo está en manos del capital extranjero. Detengámonos en este punto esencial. La mitad de nuestra tierra no es nuestra, no decidimos nosotros qué se planta en esa tierra y las ganancias que genera se fugan. A su vez, esas tierras son grandes latifundios, los principales, de UPM y Montes del Plata, latifundios donde abunda la soja o el eucalipto, pero donde no hay gente, o hay muy poca, como en el caso de la soja.

Tenemos la mitad del territorio enajenado y lo que es peor, despoblado. Un campo despoblado es un verdadero peligro, la gente se amontona en las peligrosas ciudades, se producen menos alimentos y lo más grave de todo, perdemos cultura, perdemos la transmisión de los conocimientos que nos hacen ser lo que somos, un país igual que cualquier país, pero con su idiosincrasia, sus tradiciones, como nuestra lengua, como el mate y la milonga, con nuestra forma de ver el mundo. Pero lo curioso, es que esa forma de ver el mundo está anudada con un necesario, cada vez más necesario conocimiento de la naturaleza que el hombre de la ciudad no puede desarrollar de igual manera, pues se necesita el contacto con el aire y el viento, la luna, el sol y las estrellas, las plantas, los animales y ese otro hombre que trabaja con nosotros en el campo.

Amén de la tierra, el capital extranjero domina la inmensa mayoría de nuestros principales rubros: frigoríficos, exportación de cereales, de cueros, grandes superficies comerciales, producción de bebidas y para peor, crece la banca privada y apenas prestamos atención, vemos que la oleada colonizadora continúa y los capitales chinos ya compraron un terreno en Punta Yeguas para instalar su propio puerto desde el cual depredar toda la pesca del atlántico sur, en tanto UPM y el gobierno, firmaron secretamente un Contrato por el cual perderemos miles de millones de dólares, en tanto contaminaremos nuestra educación y nuestras leyes, es decir, le daremos un golpe de muerte a nuestra República.

Pero esto no es todo, hay más, muchísimo más, pues desde el BM se viene impulsando una nueva reforma educativa que largue a los gurises como chorizos prontos para el mercado, una enseñanza que generará consumidores y piezas para producir, una enseñanza pergeñada contra el hombre y el BM ya tiene sus agentes operando en Uruguay, sus agentes que integran todos los partidos del sistema político.

En tanto esto sucede, el Sistema no deja de dar puntadas sin hilo y aprovecha para distorsionar, en tanto pone en tela de juicio nuestra libertad de expresión y algo más: nuestra libertad para seguir lo que nos hace humanos, nuestro deseo.

La Agenda de Derechos también forma parte de la oleada colonizadora, la Agenda de Derechos viene pensada y financiada desde afuera, con el propósito de dividirnos, de acabar con el instituto vital de la igualdad de todos ante la ley, con el propósito de atomizarnos, de que no pensemos como plebeyos que debemos unirnos para pensar y atacar un Sistema injusto, un Sistema que corre derecho hacia la anulación de nuestras emociones, de nuestros deseos.

Así como una nueva educación y una Agenda de Derechos vienen de afuera, de afuera viene un tsunami propagandístico a través del cine y la televisión, a través de infinitos lugares en un prodigioso desarrollo de los medios de comunicación del Sistema, que opera incluso a través de los celulares que nos tienen esclavizados, y además de toda esa ideología, ese tsunami de ideología que nos desborda y sepulta, modifican, desde afuera, nuestro Código de Procedimiento Penal. La estructura de nuestra justicia también se digita allá lejos, en algún lugar oscuro.

Si hay algo que es evidente, es que este plan de colonización no está llevado al garete, sino que está llevado a cabo por gente muy bien informada, capacitada y organizada, que tiene la capacidad de planear cada uno de sus pasos con gran inteligencia y mucho, mucho tiempo.

Ahora bien, las cosas se mueven, la propiedad de la tierra se mueve y el sistema político no nos representa, le tenemos desconfianza, y eso puede abrir las puertas para algo muy malo o algo muy bueno, el problema radica ahí, en que será muy malo o será muy bueno, pero ese resultado incierto depende de nosotros.

Si triunfan ellos, lo malo que se viene es aterrador, seremos cada vez menos libres, pero nosotros  podemos encausar el rumbo apenas tomemos el timón y este año, 2018, es el año en que grupos ciudadanos, despreciando los enjuagues de los partidos políticos, han tomado la voz y le han hablado fuerte y claro a la República: los cincuentones, los autoconvocados, la gente de la Rambla Sur, la gente en contra de la Ley de riego, de la bancarización forzosa y la gente que integra UPM2 NO.   

Ahora surgirá un grupo contra el nuevo puerto depredador de los capitales chinos y con certeza, apenas la sociedad se entere del más peligroso tentáculo del pulpo, la Reforma EDUY 21, surgirá un movimiento, no sé con qué vínculo con los sindicatos, para enfrentarla y alertar a la población sobre el mayor de los peligros imaginados.

El sistema político cambiará para mal o para bien y si queremos que cambie para bien, debemos observar qué nos enseñan estos nuevos movimientos y lo primero que nos enseñan son las cosas que denuncian, la ruina progresiva del campo, la privatización de nuestra agua, la enajenación de nuestro dinero, la intromisión de una empresa extranjera en cosas que sólo competen a la República.

Pero hay una segunda cosa que enseñan, que al juntarse y hablar claro y firme, algunos empiezan a oír y el poder debe salir inmediatamente a contrarrestar esa influencia, y si debe salir a contrarrestar esa influencia, el poder no las tiene todas consigo, se quedaría quietito si las tuviera todas consigo.

Y aquí arribamos a una tercera cosa que nos enseñan estos movimientos sociales, siendo tan pocos, han generado cierto revuelo ¿no es así? ¿Qué pasaría si fuéramos tres millones? ¿Emociona imaginarlo, verdad? ¡Emociona! Tres millones conscientes de la importancia de su rol en la economía, de la importancia de su rol en la vida de la República, de la importancia de su rol con respecto a la humanidad y la Naturaleza.

Tenemos mucho que aprender de lo sucedido este año, y como estamos haciendo literatura, disfrazada de periodismo pero estamos haciendo literatura, me voy del tema para volver al tema con más fuerza ¿No has pensado, amable lector, que el escritor, el que inventa un paisaje y acontecimientos y personajes, de alguna manera está oficiando de Dios? ¿No es por un momento Dios, mientras dura el conjuro del arte, el que está imponiendo cosas en nuestra mente? ¿Y esas cosas que impone, por qué nos llegan? ¿No estará hablando de ti cuando habla de sí? ¿Por qué lo escrito por una mente pasa a formar parte también de tu mente? Ahí está el nudo de la cuestión, no existen esas fronteras y eso implica que en tu mente tú eres Dios, tú eres el Dios de ese mundo complejo y maravilloso que se recrea y amplía infinitamente en tu mente.

Y si con tu mente ves el mundo exterior, si te asomas por la ventana verás casas y edificios y autos hechos por la gente, verás que el mundo ha sido construido por la gente, verás que movemos el mundo ¿Hacia dónde? ¿Hacia dónde lo movemos? Ese es el asunto, olvidamos que somos el amo de nuestra mente, olvidamos que nuestra mente no tiene límites ¿dónde está el límite entre eso que ves y tu mente? Y al olvidar esto podemos olvidar algo esencial, el mundo lo hacemos nosotros, sólo hace falta saber que somos nosotros quienes movemos el mundo.

Toda la política se resume en eso, como ya enseñó Maquiavelo y otros grandes maestros. Unos te quieren embarullar para que olvides que mueves el mundo; otros quieren que recuerdes algo que en un tiempo supiste. Eres el amo de tus decisiones, eres el Dios de tu vida, una vida que se entrelaza con la de todos nosotros.

Para iniciar esa nueva vida, sólo se requiere confianza en uno mismo y fe, fe en nuestra fuerza, fe en nuestro número, fe en la capacidad de encontrar la verdad, aunque un imponente aparato de leprosería ideológica la quiera sepultar, y más que nada y sobre todo, fe en la humanidad.

Hemos dado a luz un fervoroso y esperanzador 2018. Que el lector no crea, erróneamente, que me refiero a unas elecciones donde sólo cambiará el collar del perro. Tengo la certeza, o más aún, tengo fe en que este fervoroso y esperanzador 2018, dará a luz un mucho más fervoroso y esperanzador 2019.

Cerca del fin de año levanto mi copa para hacer un brindis con el amable lector que no veo pero adivino.

En el Medievo, en lo que se ha llamado la Alta Edad Media, antes que los señores feudales se apropiaran de los bosques comunitarios, en los bosques se reunían aquellos que debían enfrentar a algún tirano. El bosque era el refugio de los perseguidos, y el lugar en donde proveerse de combustible y alimentos. El bosque era el lugar donde se distendían los lazos del poder y en esos bosques se reunían las hermandades, nacidas para acabar con una injusticia insoportable. Prometían no disolver la hermandad hasta haber alcanzado su propósito, y lo que sellaba el pacto era un brindis por la hermandad. Así que levanto mi copa con el amable lector que no veo pero adivino, y brindo por que hagamos un pacto, unirnos y no disolvernos, incluso no disolvernos después que hayamos acabado con esta injusticia insoportable.

Por nuestra lucha por una vida nueva ¡Salud!


Comunicate