12.ENE.19 | Posta Porteña 1985

Bolsonaro y Uruguay

Por R.Rubio/Busqueda

 

Cartas al  Director en Búsqueda 3/01/19

¿Uruguay tendrá su Bolsonaro? “Otro de los componentes del modelo Batllista”, según Real, “fue la incapacidad para distinguir entre políticas altruistas y pensamiento mágico. El Batllismo cayó en una cierta ingenuidad y fue incapaz de ver la realidad y de aceptar su estancamiento y deterioro”. La conclusión de Real es que culminado este proceso, hemos llegado a ser una “sociedad económicamente estancada, políticamente enferma, éticamente átona”. Pacheco, Carlos. 2018. Pensadores uruguayos. Ediciones B Uruguay S.A., pág.145.

Hablar de Jair Bolsonaro en el Uruguay de hoy es caer en las etiquetas de fascista y homófobo. Pero la pregunta se plantea como el ejemplo de alguien que nadie pensaba que podía acceder a la primera magistratura de un país. También se pudo poner de ejemplo a Donald Trump o a Emmanuel Macron, en consideración que los tres accedieron a la presidencia de sus respectivos países de forma poco convencional, al no pertenecer a un partido político tradicional o, en el caso de Trump, sin tener larga militancia activa y relevante en uno de ellos. Pero quizás ello no sea lo que más asemeje a estos tres presidentes. Ellos han surgido enfrentando al sistema, no se parecen a los líderes tradicionales que aburren a la gente con frases políticamente correctas y discursos artificiales. Muchos de sus mensajes enojan al círculo rojo pero la gente los descodifica de otra manera y termina votando por ellos. Para analizar la actuación de los votantes no importa mucho comprender el sentido que tiene el discurso en boca del orador, sino lo que comprenden los votantes. Los resultados de esas elecciones expresaron el fastidio de amplios grupos de electores que están en contra de todo lo que parece vinculado al antiguo orden. Más allá de algunos conceptos que indignaron a algunos, estos dirigentes supieron conectarse con la gente mencionando reiteradamente temas que le importaban. Las creencias se ubican en la esfera de lo motivacional, que tiene que ver con gratificaciones, sentimientos y temores.

Para influir en las conductas humanas es más importante llegar a la esfera afectiva que a la lógica-verbal. Cuando votamos nos guiamos más por la inteligencia emocional que por la racional: más allá de lo que pensemos, si sentimos que es mejor votar por un candidato es difícil que cambiemos de parecer porque alguien nos explica racionalmente una circunstancia. Llegaron a la primera investidura como “reacción de los votantes” a las administraciones anteriores, reacción a un estado de cosas que esas sociedades no soportaron más, procurando reafirmar un nuevo relato, un relato que, más allá de volver a poner ciertas cosas en su lugar, genera esperanzas adormecidas, mitos comunes que se crean en la imaginación colectiva de los grupos. Esto último obnubila lo que en realidad cada uno de los tres presidentes representa, así sean tildados de homófobos o fascistas.

Frente a la actual oferta electoral, es sensato preguntarse si es posible que ello ocurra aquí y también preguntarse qué debería pasar para que ello suceda.

¿Sucederá? Se verá en las elecciones internas, luego se confirmará en las elecciones nacionales.

¿Una sociedad amortiguadora? (*)

 

En el año 1973, Carlos Real de Azúa viajó a Estados Unidos invitado a dictar cursos y conferencias. Durante sus ratos libres en los meses de abril y mayo escribió el libro Uruguay, ¿una sociedad amortiguadora?

Poco después ocurrió el golpe de Estado en Uruguay, por lo que en el prólogo que Real firma en el mes de diciembre de ese año, señala que algunos de los amortiguadores de esta sociedad amortiguadora parecen haberse roto más allá de todo remiendo y por tanto le agrega signos de interrogación al título de la obra.

Real inició el texto mencionando dos calificativos que históricamente describen al Uruguay: “Algodón entre dos cristales” y “Estado amortiguador” (buffer estate). Pone el foco en el segundo, en particular en la palabra amortiguador.

Un estado tapón, buffer o amortiguador es el creado entre dos potencias rivales. Es un territorio neutral, libre de conflictos, creado con el fin de evitar el enfrentamiento directo entre ambas potencias.

Real de Azúa amplía este rango fundacional del Uruguay a un concepto más amplio: “Los conflictos sociales y políticos no llegan a la explosión, toda tensión social se compone o se compromete al final en un acuerdo, la propensión anticatastrófica que tienen los antagonismos uruguayos no es ciertamente una concepción del presente”.

Define al Uruguay como el reino del “casi”, “casi desarrollado”, “casi-democrático-radical-modernizado-Estado de bienestar”, “casi-populista”.

“La sociedad uruguaya no se ha caracterizado por carecer de una alta cuota de muerte, violencia, miseria y sufrimiento, no ha sido en verdad una sociedad de bajas tensiones, aunque no haya sido de tensiones extremas”

Durante el período Batllista se consolidó el rasgo amortiguador del Uruguay. Creó la clase media y al hacerlo propició esa mentalidad amortiguadora en vastos segmentos de la sociedad.”Emergió una sociedad urbana de mediana entidad numérica, de mediano ingreso, de mediano nivel de logros, de medianas aspiraciones”. “De ella saldrá el discutido pero inderogado Uruguay conservador, compuesto por gentes que ya habían conseguido algo y aun bastante, en el que buena parte de ese conjunto suponía que ya era suficiente”. En diferentes etapas de la historia nacional se procuró desarrollar un empresariado nacional, que tampoco se consolidó. En conclusión, según Real, “la mayoría de la población uruguaya está marcada por el conformismo y la tibieza”.

El libro no fue publicado hasta noviembre del año 1984.

(*) Pacheco, Carlos. 2018. Pensadores uruguayos. Ediciones B Uruguay S.A., pág. 146 y siguientes.

“Cuando no se tiene imaginación, morir es poca cosa. Cuando se tiene, morir es demasiado”. Louis-Ferdinand Céline. Viaje al final de la noche.

La cooperación humana se establece a partir de mitos comunes que se crean en la imaginación colectiva de los grupos (sueños compartidos). Todo arranca a partir de contar historias que logren convencer a la gente. Así los individuos pasan a cooperar y trabajar juntos hacia objetivos comunes. La historia de la humanidad lo demuestra; la capacidad de crear una realidad imaginada a partir de palabras permitió que un gran número de extraños cooperaran de manera efectiva. Esta capacidad de componer ficción nos vuelve capaces de cooperar efectivamente y adaptar el comportamiento social a retos rápidamente cambiantes. Cualquier cooperación humana a gran escala (ya sea un Estado moderno, una iglesia medieval, una ciudad antigua o una tribu arcaica) está establecida sobre mitos comunes que solo existen en la imaginación colectiva de la gente” (Harari, Yuval Noah. 2013. De animales a dioses. Penguin Random House. Grupo Editorial Sudamericana).

De acuerdo con lo que se explicara al comienzo de esta nota, del porqué de utilizar el nombre de Jair Bolsonaro, de los actuales candidatos, ¿quiénes se identifican con esa caracterización?

Ahora que el marco regional cambió y que Uruguay como buffer (estado tapon) estate debe adecuarse a sus gigantes vecinos, se identifican aquellos candidatos capaces de crear nuevas ficciones que permitan a la sociedad cooperar tan bien como creen en los nuevos mitos. “Los humanos pensamos más en relatos que en hechos, números o ecuaciones y cuanto más sencillo el relato, mejor”. (Harari, Yuval Noah. 2018. 21 lecciones para el siglo XXI. Penguin Random House. Grupo Editorial Sudamericana).

Se identifican cuatro candidatos: tres dentro de los partidos tradicionales y uno creando su propio partido.

Se identifica al Ec. Mario Bergara como el disruptor del partido gobernante. Partido este que es el máximo heredero del relato Batllista implantado profundamente en el Uruguay a comienzos del siglo XX y que, por tanto, tanto éxito ha tenido hasta la actualidad. Simbólicamente puede decirse que el relato Batllismo/Estado benefactor emigró masivamente al FA a partir del momento en que Jorge Batlle se convirtió en un referente liberal. E increíblemente hoy, todas las críticas que les hacía Carlos Real de Azúa son de plena actualidad al presente gobierno (“incapacidad para distinguir entre políticas altruistas y pensamiento mágico. El Batllismo cayó en una cierta ingenuidad y fue incapaz de ver la realidad y de aceptar su estancamiento y deterioro…”)

Se dice del Ec. Bergara, por ser un Berkeley´s boy, seleccionado por el Ec. Ernesto Talvi a una beca gestionada por los Dres. Ramón Díaz e Ignacio de Posadas frente al Banco Mundial (Pacheco, Carlos. 2018. Pensadores uruguayos. Ediciones B Uruguay S.A., pág. 181) tiene una visión más actualizada del mundo. Más alineada a las “ideas progresistas” de este gobierno, como el casamiento homosexual, despenalización de la interrupción del embarazo y la promoción del cannabis recreativo por el Estado. Ideas que dan mérito a un nuevo relato que se acerque más a la corriente que se define liberal porque defiende los derechos individuales y las libertades fundamentales, al estilo del Partido Demócrata con Barack Obama a la cabeza, pero que considera que el Estado debe tener un papel regulador y redistributivo (Obama Care). Esto lo aleja del comunismo cubano y de otras expresiones marxistas y populistas, como el socialismo del siglo XXI del fallecido presidente Chávez.

En la lucha interna dentro de su partido se verá la fuerza de los “aparatos partidarios”, en una organización en la cual por ideología y por práctica, las estructuras son relevantes. No obstante, puede haber sorpresas, como la que brindó Raúl Sendic en las elecciones internas pasadas, que lo llevaron a vicepresidente

En el perfil opuesto a un “como Bolsonaro local” se identifica al “empresario” Edgardo Novick y su propio Partido de la Gente. Si algo caracteriza la cultura uruguaya es la escasa narrativa relativa a empresarios (“En diferentes etapas de la historia nacional se procuró desarrollar un empresariado nacional, que tampoco se consolidó”. Pacheco, Carlos. 2018. Op. Cit.), en oposición por ejemplo a la cultura norteamericana, en la cual muchas veces se transforma a los empresarios en dioses.

Novick primero se lanzó con un discurso que perseguía la eficiencia estatal. Hoy se ha focalizado en el tema seguridad, tema que ningún gobierno futuro de coalición deberá prescindir del conocimiento y del equipo que él ha integrado. No obstante su relato, solo con seguridad no alcanza: “Lo que queremos evitar nos moviliza, sin embargo, la energía hacia lo que queremos lograr es extremadamente más poderosa. ¿Qué es lo que quieres lograr? ¿Hacia dónde quieres ir? Pon tu foco en esto que has soñado y transita el camino”. Viktor Frankl

Los dos partidos fundacionales presentan a sus antisistema. Estos son parecidos y son diferentes. Ambos pondrán a prueba el peso que tienen las estructuras partidarias en lo electoral, así como la eficiencia de la tecnología con ese mismo propósito. Su accionar debe crear un nuevo relato que enamore a la gente para que los vote a ellos en la interna y que luego logre concitar la mayor adhesión a escala nacional que sustituya el relato imperante.

El Ec. Ernesto Talvi tiene una edad más acorde con la cultura de los electores. También es un auténtico Chicago boy, por haber logrado un doctorado en Economía en esa universidad. Es “algo” más conocido, por haber estado en boca de algunos en crisis pasadas, director de uno de los think tanks más influyentes de la región, asesor, consultor, un gran docente por su compromiso y cercanía de sus alumnos, condiciones que se presume extiende a sus seguidores partidarios. Su vida representa la “meritocracia Batllista”; hijo de emigrantes, las condiciones del país, la educación, lo convirtieron en alguien muy destacado en sus actividades.

Su mensaje es moderno, habla del futuro y presenta un prolijo paquete con propuestas. Estas se perciben demasiado estandarizadas, algo así como un McDonald´s en la política.

“El lenguaje dirige nuestros pensamientos hacia direcciones específicas y de alguna manera, nos ayuda a crear nuestra realidad al potenciar o limitar nuestras posibilidades. La habilidad de usar el lenguaje con precisión es esencial para una buena comunicación” (Ludwig Wittgenstein). Su definición de “liberal progresista”, más allá de que técnicamente pueda ser correcta, es infeliz. La palabra liberal comúnmente se asocia a neoliberal, que en el lenguaje político actual del Uruguay es similar a cuando recuerdan a tu madre de mala manera. La palabra progresista para medio país se asocia a despilfarro, inseguridad e ineficacia. Querer conquistar significados se hace cuesta arriba cuando un relato hace rato que está instalado. Una estrategia planteada así, es al decir de Michael Porter como “posicionada a la mitad”, o, como decía mi abuela, “ni chicha ni limonada”.

“Cuando alguien pronuncia un discurso, solamente un quinto de la información que obtienen quienes lo escuchan tiene que ver con lo sustantivo del mensaje. Los otros cuatro quintos tienen que ver con los contextos y dependen de la perspectiva de cada uno. Ese quinto de la información que obtienen quienes lo escuchan es denotativa, tiene que ver con lo sustantivo del mensaje. Los otros cuatro quintos son connotativos: tienen que ver con los contextos y con elementos de imagen subjetivos que dependen de la perspectiva de cada uno. En definitiva, las palabras constituyen solamente un quinto del mensaje; la forma en que se lo dice y el entorno representan cuatro quintas partes de lo que llega al elector. Los seres humanos tomamos la mayor parte de nuestras decisiones viendo, como lo hicimos desde que fuimos una especie de ratoncitos que amamantaban a sus crías, descendientes de los reptiles. Cuando decimos ver no solo nos referimos a las imágenes que obtenemos por los ojos, sino a toda la información que obtenemos de manera inconsciente”. Jaime Durán Barba (Fuente www.perfil.com ).

Se piensa que las propuestas sobre educación del Ec. Ernesto Talvi son las mejores que puede llevar adelante un gobierno de coalición, si realmente se desea que los niños y adolescentes de barrios carenciados aprendan.

El último “Bolsonaro uruguayo” es el también empresario Juan Sartori. El más joven de todos en un país de viejos, sus inversiones en Uruguay ocupan los primeros lugares luego de las papeleras. Criado y con estudios en el exterior, aporta nuevas perspectivas para la convivencia de los uruguayos. Pese a ello, fue duramente atacado y ninguneado por algunos de sus correligionarios. Esto en definitiva lo ayudó a posicionarse y a reforzar su relato, el cual incluye el éxito en los negocios, los méritos de su madre, la escucha a su abuela, la sencillez, la amistad, el fútbol, estar casado con una rusa y el glamour de la isla de su suegro.¿A qué uruguayo no le gustaría ser dueño de un equipo de fútbol inglés?

Sartori habla del futuro, lugar en el cual vamos a vivir todos los uruguayos; habla de negocios, trabajo y crecimiento, o sea de la única manera en la cual el capitalismo funciona y que solo cuando este funciona la gente puede vivir bien. Ahora dice que está “escuchando lo que dicen los uruguayos”, entonces se presenta humilde y sencillo.

Se piensa que estos “cuatro Bolsonaro” van a ayudar a mejorar los diálogos de los uruguayos durante la próxima campaña electoral. Que disminuyan las descalificaciones y se extingan los agravios. Se espera que puedan ayudar a crear nuevos mitos y mejores relatos, que en definitiva conduzcan al desarrollo de toda la ciudadanía. Recordar que, “donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”. Peter Drucker

Estudiosos de la vida política han observado que la heurística de la disponibilidad ayuda a explicar por qué algunos asuntos están muy presentes en la mente del público mientras otros caen en el olvido. La gente tiende a evaluar la importancia relativa a ciertos asuntos según la facilidad con la cual son traídos a la memoria, y esto viene en gran medida determinado por el grado de cobertura que encuentran en los medios. Los temas frecuentemente mencionados pueblan las mentes tanto como otros se escapan de la conciencia. Y viceversa, lo que para los medios es noticia, corresponde, según ellos, están comúnmente en la mente del público (Kahneman, Daniel. Pensar rápido, pensar despacio. 2012. Penguin Random House. Grupo Editorial Sudamericana).

Entonces tenía razón Eduardo Víctor Haedo cuando decía que “lo importante es que hablen de uno, bien o mal, pero que hablen”.

Bastará percibir durante el año 2019 quiénes son los sujetos de los temas que más se mencionan, así sabremos si tendremos un Bolsonaro al final de las elecciones en Uruguay.

Rafael Rubio    CI 1.267.677 - 8


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