23.ENE.19 | Posta Porteña 1988

ONU, UNSCOP, PADRES PUTATIVOS DE ISRAEL ( II)

Por Luis E. Sabini Fernández

 

URUGUAY

Luis E. Sabini Fernández

http://revistafuturos.noblogs.org    

   

“Una Palestina tan judía como inglesa es Inglaterra” [1919] Chaim Weizman /1

“Palestina pertenece a los árabes en el mismo sentido que Inglaterra a los ingleses.” [1938] Mahatma Gandhi /2

 

En nota anterior/3 hemos procurado analizar el surgimiento del Comité Especial de las Naciones Unidas para Palestina (conocido por su sigla en inglés, UNSCOP) en 1947. Y hemos analizado el peculiar papel entonces jugado por Guatemala. Hay otro estado dentro de la nómina que integrara UNSCOP que ocupa un lugar principalísimo en el conflicto surgido en Palestina con el asentamiento sionista y con la “solución” ofrecida por la ONU; Uruguay.

Procuremos entonces abordar “el capítulo” uruguayo.

El gobierno guatemalteco democrático, el del corto período 1944-1954 es comparable, en su posición geopolítica y de relacionamiento con el mundo, al Uruguay Batllista. El  batllismo –bien que a lo largo de un período mucho mayor− proclamó su antiimperialismo, y su anticolonialismo, enfrentado a Inglaterra, el Reino Unido. Jamás a EE.UU.

Así como los progresistas guatemaltecos de mediados del s. XX enfrentaron a la rapacidad norteamericana encarnada en la ‘política del garrote’ de Theodore Roosevelt, pero apostando al ‘nuevo trato’ de otro Roosevelt, Franklin Delano. Remitimos al lector al trabajo anterior para el caso guatemalteco. 

Ofrecemos aquí, por si falta hubiere, algunos materiales que nos muestren esa geopolítica del Uruguay Batllista.

Uruguay, Batllismo y EE.UU.

Baltasar Brum, por muchos considerado el principal continuador del fundador del batllismo José Batlle y Ordóñez, quien ofreció su vida ante un golpe de estado en 1933, lo cual le otorga una altura ética incomparable, fue una figura clave en la configuración de la política y la geopolítica del período Batllista que caracteriza a nuestro país en la segunda y tercera décadas del siglo XX.

Para afirmar una cierta distancia e independencia del país respecto del Reino Unido, el batllismo se valió de una siempre progresiva identificación con el panamericanismo, promovido desde EE.UU. desde los tiempos de la llamada independencia en América del Sur (la Doctrina Monroe; “América para los americanos”, es decir para americans, es de 1823).

Esta sintonía le permite afirmar al historiador uruguayo Dante Turcatti que en la década del ’20 del siglo anterior, “Uruguay se convirtió en el país latinoamericano más filo estadounidense de la época.”/4

Para Brum la Doctrina Monroe preservaba a los países “latinoamericanos” de injerencias europeas. Lo cual era cierto. Pero “el segundo momento” de esa preservación era totalmente divergente… de la realidad. Brum entendía que expresaba “solidaridad americana” La enorme confianza de Brum en el panamericanismo, rayana en un panglossianismo, lo lleva a sostener que “implica igualdad para todas las soberanías, grandes y pequeñas” (ibíd.)

Resulta penosamente evidente que los perjudicados por el racismo perciben en la mayor parte de los casos la existencia del racismo, pero a los usufructuarios, en cambio, se les hace muy, muy difícil percibir el racismo… del que disfrutan (o del que no son víctimas directas).

Brumen particular y el batllismo en general están encerrados conceptualmente en el universo europeo. No existe sino lo europeo en el continente americano. Ya veremos que en la década del ’40 y en Asia, persistirá esa misma visión, ideológica, del mundo como universo exclusivamente europeo.

El desembozado apoyo de Brum a la política estadounidense no pasó, inadvertido y tuvo resistencia. Desde la  cátedra, en la Universidad “Mayor” de la República (entonces la única) Arístides Delle Piane criticó severamente la llamada Doctrina Monroe “desarrollando un sistemático análisis del texto/5

La Doctrina Brum cosechó también resistencia fuera de fronteras. Por ejemplo, un abogado argentino, Lucio Moreno Quintana,  presentó su Refutación, una crítica expresa al planteo de Brum /6

La confianza de Brum y sus cofrades en la bondad de lo panamericano coincide punto por punto con la visión que de sí mismos tenían quienes regían los destinos de EE.UU. Woodrow Wilson siempre considerándose a sí mismo hombre de paz, refiriéndose a un enésimo diferendo fronterizo de EE.UU. con México, una país despojado de tierras y seres humanos por la american democracy repetidas veces, brindaba su excelencia para mostrar su idea de libertad: “Queremos siempre mantener nuestra gran influencia sin par para el ejercicio de la libertad, tanto en EE.UU. como  dondequiera pueda ser usada para beneficio de la humanidad.” /7

De la cita surge claramente que Wilson confunde la potencia de la que es presidente con la humanidad toda. Lo cual le permite un universalismo fácil, y falso, claro.

Esto no es una simple coincidencia ideológica entre entidades tan decididamente desiguales o desparejas. Es, propiamente, una satelización, un estatuto de vasallaje de Uruguay respecto de EE.UU./8

El fundamento antropológico de esta asumida satelización proviene de la ceguera total y absoluta que la América española, rebautizada Latina −con los mismos preceptos con que se matrizara la América sajona−tiene de sí misma. No se reconoce ni como un cruzamiento, un híbrido, una combinación, una confluencia, ni siquiera como un conflicto intercultural; apenas  como un trasplante meramente geográfico de lo europeo en un nuevo continente: por eso, Brum, por ejemplo se atreve a presentar mutilaciones, da las que ni siquiera parece consciente,  como su visión de futuro. Piensa que: «el continente americano“libre de odios seculares y de los perniciosos prejuicios de razas” estaría en capacidad de influir para reducir los conflictos que, originados en las rivalidades entre países europeos, comprometían el “bienestar del mundo”.»/9

Así Domingo F. Sarmiento había “importado” gorriones para Buenos Aires, y liebres para el campo americano, como si “el Nuevo Continente” no tuviera pájaros ni roedores aborígenes. Surge prístino que para los nuevos pobladores, AbyaYala, América, es apenas una tabula rasa en que lo humano anterior a la llegada europea no cuenta, un espacio donde los europeos podrán reescribir su historia –la de los europeos−  en una nueva geografía y lo harán –esto es lo fundamental− sin tener que caer en los vicios del racismo… europeo. Si algún guaraní, aymara, mapuche, yanomami, misquito o jíbaro entiende que el racismo es una repugnante vivencia contemporánea, que incluso es una política que se practica en las Américas, habrá que decirles que ven, escuchan, sufren visiones, como los mayas, los extintos taínos, los siux, los seminolas, los navajos, los cheyennes y los millones de africanos forzados a venir a las Américas…

En esa cosmovisión se construyeron las nacionalidades americanas, particularmente las de matriz hispana. Y el batllismo es una idea-fuerza que configura al Uruguay en la primera mitad del siglo XX. Y serán sus personeros protagonistas en el surgimiento del Estado de Israel como consecuencia directa de la estrategia batllista de ubicación del Uruguay en el mundo. Vemos en Brum una figura clave de esa configuración que ya dijimos  fue dominante en la primera mitad del s. XX y que cuenta con muchísimos referentes entre quienes nos interesa particularmente otro pionero; Alberto Guani. Guani pertenece a la primera camada batllista, abogado brillante, por ejemplo, en la cuestión del divorcio implantado en el país tan tempranamente, en 1907.

Hizo carrera diplomática y fue así el representante del Uruguay en la Sociedad de las Naciones, la organización internacional nacida para dar un manto jurídico al escarnio que fue el leonino Tratado de Versalles. Uruguay, entonces, gracias a la modernización batllista, inspirada su configuración política en el modelo suizo, resultaba un país “modelo” para Occidente y sus vencedores de la Primera Guerra Mundial.

No es ninguna casualidad, entonces, que con la firma de Guani, Uruguay fuera uno de los poquísimos países que aprobara la Declaración Balfou remitida por la cancillería británica. cuando el Reino Unido, ejerciendo un derecho de disponibilidad territorial que provenía de su condición de estado victorioso de la llamada Primera Guerra Mundial, le otorgara al movimiento sionista “un hogar judío” en Palestina.

En Guani, como acabamos de ver en Brum, es patente una suerte de optimismo acrítico respecto de, por ejemplo América Latina. Así estampa la colonización europea del “Nuevo Continente”: “[…] haría surgir un grupo internacional fundado tan solo en los sentimientos uniformes más puros de libertad y de democracia colectivos. […] con la intención de establecer sistemas políticos definidos y distintos de las instituciones seculares del viejo mundo.” /10

En otro capítulo de la misma obra, “Participación de la América Latina en la Sociedad de las Naciones”, criticando “fuerzas hostiles” como “el nacionalismo, el comunismo y el militarismo” nos “tranquiliza afirmando que ninguna de tales fuerzas “han podido llegar a manifestarse hasta ahora en ningún país latinoamericano. No hay que temer, por lo tanto, que esas causas de disgregación internacional u otras parecidas puedan oponerse en el futuro al mantenimiento y desarrollo de las ideas y de los sentimientos de solidaridad continental que nos unen y que representan hoy las más sólidas garantías  de seguridad y paz en América.” (ibíd., p. 304)

En el terreno político internacional, a los ojos de Brum o de Guani, nos movemos en el mejor de los mundos

En San Remo, Italia, en 1920 los estados victoriosos −Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón−proceden al reparto de los territorios arrebatados a las naciones derrotadas y en medio de esta “redistribución”, ratifican la Declaración Balfour(de 1917) mediante una resolución  que “algunos califican como la ‘Carta Magna’ de Israel” (Wikipedia). La Sociedad de las Naciones establece entonces un corpus legal para la administración del territorio palestino por parte de Gran Bretaña.

El fundamento subyacente está, como sostiene Viviane Forrester −ella también judía− ‘en la lógica colonial implícita en la idea de que las grandes potencias pueden disponer de las tierras de otros pueblos, resolver el traslado de poblaciones enteras, crear estados en sus territorios y determinar el carácter étnico de esos estados./11

América Latina: escamoteando y negando las Américas afro e india

Espero haber mostrado que la relación de EE.UU. con Uruguay ha sido peculiar a lo largo de la historia moderna/12 y veremos cómo la red satelitaria fructifica aun sin la corta distancia de otras entidades satelitarias respecto de EE.UU., como en el caso guatemalteco.

Elemento común de las élites uruguaya y guatemalteca: ni al equipo ‘socialista espiritual’ de Guatemala ni al ‘progresista’ del Uruguay le interesa la cuestión indígena /13

Como pasa generalmente entre unidades políticas con perfiles propios, la realidad es mucho más compleja, y junto a la relación que denominé “satelitaria” coexisten elementos francamente contradictorios. En Uruguay, simultáneamente a la identificación política del batllismo con EE.UU., y su enorme trascendencia para la historia “nacional”, coexiste una tendencia como la liderada por Carlos Quijano, /14 originaria del Partido Nacional (que resultará en las décadas por venir cofundadora del Frente Amplio), que en los ’20 se fue forjando intensamente antiimperialista y particularmente anti norteamericana. Como para “complejizarlo todo un poco más”, cabe acotar que Quijano y Marcha serán a la vez fuertes defensores del gobierno de Guatemala del paréntesis democrático, 1944-1954 /15

Con esta constelación “política de entrecasa“, que estamos describiendo para Uruguay, así como la que hemos verificado para Guatemala, estas “naciones del Nuevo Continente” pasan a revistar, junto con Perú, en la UNSCOP y serán decisivos dentro de la ONU, por su ubicación en la órbita norteamericana, para la constitución del Estado de Israel.

Enrique Rodríguez Fabregat: oriental (del Uruguay), occidental (de Occidente)

El caso uruguayo hay que rastrearlo más atrás en el tiempo que el de la corta vida de UNSCOP donde Enrique Rodríguez Fabregat desempeñara un papel clave

La intensa labor llevada a cabo por Rodríguez Fabregat necesita un desglose que con el “diario del lunes” es elemental y básico, pero que seguramente en los ’40, era mucho más difícil de abordar, entender, asumir.

Rodríguez Fabregat unificó con la fuerza de su pasión, con su compromiso vital, con toda su energía la defensa de los judíos perseguidos, maltratados y asesinados por el nazismo con la defensa del estado sionista. Creyó, no sólo en la década del ’40 sino posteriormente, que el EdI y un refugio para los judíos perseguidos eran sinónimos.

Algo históricamente equivocado y aprovechado falazmente por el sionismo. Es muy claro que se trata de dos cuestiones totalmente diferenciadas. Razones o indicios para darse cuenta sobran: el sionismo surge en el s. XIX, cuando no había ni siquiera proyecto nazi sobre el planeta.

Son legión los judíos, rabinos entre ellos, que a fines del siglo XIX condenaron al sionismo  por antijudío/16

Las complejidades políticas entrecruzaron las cartas; el sionismo adquiere fuerza ante la persecución a judíos que en la década del ’80 del s. XIX las fuerzas más reaccionarias del zarismo acometieron contra los guetos. Y episodios de persecución y discriminación como el famoso “affaire Dreyfus” en el cambio de siglos, también abonaban la opción sionista.

Significativamente en el mismo año, 1897, se desarrolla el Primer Congreso Mundial sionista en Basilea, Suiza, y el congreso fundacional del BUND –movimiento socialista judío prescindente de toda religión−en Vilna, Lituania, por entonces Polonia. Dos posiciones opuestas de sectores judíos.

Hubo luchadores judíos, como el bundista Marek Edelman,/17 que se negaron a visitar Israel cuando la cúpula sionista pretendió presentarlo como héroe sobreviviente del Gueto de Varsovia. El sionismo que a comienzos del s. XX no tenía más del 10% de adeptos entre los judíos termina el siglo XX con una inmensa mayoría de judíos sionistas, y con una “extra”; corrientes de apoyo a Israel incluso antisemitas, pero filosionistas.

Lo que hace más patética la creencia de Rodríguez Fabregat es no tanto la confusión de dos problemas en uno, sino la posición de los mismos sionistas respecto del atroz destino de los judíos perseguidos por el nazismo.

A todo lo largo de la década del ’30, cuando ya la represión nazi había empezado a hacer estragos entre los judíos, los sionistas seguían apostando a la inmigración colonialista hacia Palestina, ejerciendo un tibio apoyo a las víctimas judías del nazismo. No era su problema. La estrategia del mismísimo David Ben Gurion es ilustrativa al respecto, como figura clave en la fundación del EdI. Su actitud era de atender de manera deliberadamente secundaria las persecuciones nazis a los judíos y apostar de modo principal a la colonización de Israel. El sionismo llegó a valerse del mismo nazismo para esos fines. Algo totalmente racional: durante prácticamente toda la década del ’30, incluso cuando la represión se hizo asesina, como con la Noche de los Cristales Rotos (1938), los nazis tenían como política principal la expulsión de los judíos de Alemania. Que coincidía con la política sionista de abandonar Alemania para colonizar Palestina/18

En los comienzos del Tercer Reich hubo incluso acuerdos comerciales y monetarios para que los sionistas vendieran en el Cercano Oriente mercancías de la Alemania nazi reembolsando así los bienes que el nazismo no les permitía sacar fuera de Alemania como fortunas personales (este convenio tuvo un nombre; Háavarah)

Es llamativo que personas tan democráticas como Rodríguez Fabregat no hayan reparado en los argumentos de carácter democrático, del abogado palestino, jerosolimitano, Henri Cattan que mantuviera entrevistas con miembros de UNSCOP representando al Alto Comité Árabe. Cattan les explicó que el mandato británico para Palestina carecía de valor legal desde que la Sociedad de las Naciones que lo había otorgado había caducado.

Aclaró que la Declaración Balfour (1917) se contradecía con otras promesas otorgadas a los árabes, lo cual ponía en negro sobre blanco el papel dúplice del British Empire procurando endulzar a tirios y troyanos prometiendo más de lo que pensaban otorgar. Cattan agregó algo todavía más sustantivo y sustancial: “[…] que la Declaración Balfour fue hecha sin el consentimiento, por no decir el conocimiento del pueblo más directamente afectado por ella; cuando consideramos que es contraria a los principios de soberanía nacional y democracia y también a los principios enunciados por la Carta de la ONU, cuando consideramos que era incompatible con promesas hechas a los árabes antes y después de ella, tenemos la seguridad de que el deber de UNSCOP será investigar la legalidad, validez y ética de este documento.”/19

En su abordaje, Cattan  aclaró que el reclamo sionista de la tierra palestina se basa en que hace unos dos mil años, los judíos habrían tenido allí un reino. “Si este documento se tomara como base para determinar cuestiones internacionales, ocurriría una dislocación mundial de enorme magnitud.” Con lo cual, Cattan mostró el peligro de encarar semejante método de asignación de territorios. Observe el paciente lector que no estamos hablando de dos siglos atrás, que ya sería altamente problemático, sino de dos milenios atrás…

Cattan mostró enorme lucidez e independencia de criterio: aun luego de acabada la 2GM y con el devastador panorama a la vista de asesinados, internados, desplazados, de millones de seres humanos, atreviéndose a sostener que: “Palestina no tenía nada que ver con los desplazados judíos que andaban por Europa.” (ibíd.)

Una discriminación conceptual que, por ejemplo,  nuestro representante en la ONU, Rodríguez Fabregat, no fue capaz de captar (lo mismo le pasó a Jorge García Granados; véase “ONU-UNSCOP-I, y me temo que a varios de los “unscopianos”)

Nuestro embajador plenipotenciario del Uruguay ante la ONU se sintió llamado a un sitial sin precedentes, a una actuación sin parangón histórico, en 1947: “Las Naciones Unidas están viviendo su prueba […] Antes en la historia, en los siglos que fueron se procedía de otra manera: otros eran los caminos y otro el objetivo inmediato [...] ya no se reúnen las naciones, ya no se congrega la Asamblea General de las Naciones Unidas para proceder a nuevos repartos sobre el antiguo mapa colonial del mundo, se reúnen hoy para colocar en su verdadero término [...] los principios fundamentales de la soberanía social.”/20

La cita procura hacernos creer que todo es nuevo y bueno, que los poderes de antaño han sido abolidos… es Rodríguez Fabregat quien hace esta descripción del inminente descuartizamiento del territorio palestino.

Ha logrado ponerse a resguardo (anímica y políticamente) para imaginar que ellos ahora, la ONU, podía violar, burlar, escamotear. Santificados vaya uno a saber por cual seguro moral. Una vez más, con el diario del lunes, vemos qué autoestafa estaba nuestro primer representante en la ONU cometiendo.

Es una necesidad psíquica de los que resuelven situaciones sentir que lo han hecho merecida, incorruptible, objetiva, justicieramente. Es un deber intelectual ineludible verificar en cuánto han acertado y en cuánto no. Indudablemente la segunda posguerra funcionó como una máquina ideológica de altísima velocidad, como ya observaremos con el concepto de racismo.

En su trabajo, Perazza describe el proceso vivido en la ONU con la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947: “De este modo, finalizaba un engorroso y delicado proceso, que desembocaba en la partición de Palestina, que fue aceptada por los judíos (con la consecuente creación del Estado de Israel) y rechazada, dura y unánimemente, por los Estados árabes.” Y por los palestinos, habría que agregar, convidados de piedra.

Las gestiones de la ONU fueron mucho más lejos que mantener a los palestinos como convidados de piedra. So pretexto de crear una comisión que analizara los pros y los contras de sionistas y palestinos en el diferendo territorial, los delegados designados (fundamentalmente bajo la guía del líder mundial de la posguerra, EE.UU.) venían a homologar lo que se gestaba entre bambalinas.

La UNSCOP decidió una reunión clandestina en Palestina con Begin, jefe del sionismo fascista. Había un detalle que cuidar: Begin era un perseguido por la justicia británica a causa de los numerosos actos terroristas de su agrupación; esos contactos de UNSCOP  debían mantenerse en secreto.

“La segunda reunión se produjo con los miembros latinoamericanos del UNSCOP: el doctor guatemalteco García Granados y el profesor uruguayo Fabregat.

Según Begin, fue todavía más cordial que la primera y después de su celebración provocó ‘un segundo escándalo internacional’. Esto último se produjo porque, en palabras del jefe del Irgún, ‘Fabregat y García Granados eran, en cierto sentido, camaradas nuestros. […] García Granados estaba evidentemente predispuesto a favor de la lucha hebrea de liberación […].También Fabregat era amigo natural de nuestra causa”. Begin intentó aprovechar políticamente esta circunstancia: ‘Sostuvimos un debate político con García Granados. Yo traté de convencerle de que él y Fabregat, como amigos de nuestro pueblo, debían pedir no solo la liquidación del mandato británico [...] sino también que todo el país se convirtiese en un Estado judío”.

No obstante, acceder a la petición no era sencillo: “García Granados respondió que no podía prometernos hacer lo que le pedíamos […].Además, dijo con una sonrisa: ‘Resultaría extraño que Fabregat y yo pidiésemos más que el señor Shertok’.”/21

Queda claro que ni García Granados ni Rodríguez Fabregat estaban dedicados a buscar la mejor solución posible para-todas-las-partes puesto que veían como valiosa, únicamente, la “parte” sionista, judeosionista.

El sesgo sionista y el desconocimiento y la reluctancia a lo árabe llegan a tanto en la UNSCOP que llegan a confundir la rebelión o intifada de 1936 en Palestina con el antisemitismo de origen europeo. “[…] los incidentes acaecidos en 1936 hicieron que se extendiese la ‘campaña árabe de terrorismo’. Esta afirmación puede resultar llamativa si no se aportan más datos, ya que la autoría de la práctica totalidad de los atentados entre 1936 y 1939 (ataques deliberados a población civil con métodos como bombas en lugares de masificación pública o coches-bomba) fueron llevados a cabo por el Irgún. En el Yishuv, el número total de víctimas mortales durante la Gran Insurrección estuvo entre 174 y 300, mientras que del lado palestino su número ascendió a unas 5000.” /22

Confundir la resistencia a la implantación sionista con los arrebatos antisemitas que se vivieron tantas veces en Europa, donde prácticamente eran los judíos los que ”ponían” las víctimas revela que Rodríguez Fabregat y García Granados habían empezado a ver con los ojos de las “víctimas perpetuas” ajenas a toda responsabilidad.

Veamos, sucintamente, a un investigador sueco, Per Gahrton, que nos brinda cifras que entendemos elocuentes: “En los primeros seis meses [de 1936] fueron matados 35 británicos, 89 judíos y por lo menos 195 árabes (aunque algunas fuentes llevan ese número a 500). […] En 1937 recrudeció y los judíos pasaron al ataque, lo que se percibe en los muertos: en 1938 se registran 1100 muertos “rebeldes” más unos 500 palestinos muertos civiles[población común, no armada], 300 judíos y 70 británicos.”/23

 La diferencia con los pogromos de la Rusia zarista o la Noche de los Cristales –y las atrocidades en tales episodios cometidas− salta a la vista con la mera estimación de víctimas.

Y un detalle complementario: palestinos mataban judíos y británicos; judíos mataban palestinos; británicos mataban palestinos, pero entre 1936 y 1939 con la rebelión palestina en curso, británicos y sionistas no se mataban entre sí, antes bien, constituían el mismo bando; el del colonizador, el del opresor. Que poco después, apenas terminada la 2GM y con el nazismo hecho añicos, los sionistas, que durante la guerra incluso habían revistado dentro del ejército británico, iniciaran una campaña terrorista contra Gran Bretaña, visualizada ahora (pese a tener el aval de la flamante ONU) como “ocupante” de Palestina, es otra historia. En rigor, lo que reclamaban los sionistas será el rápido abandono de la presa colonial que consideraba ahora fruta madura para sí.

------

1/ Cit. p. NurMasalha, Expulsión de los palestinos, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2018.

2/  “Los judíos en Palestina”, semanario Harijan (fundado por M. Gandhi), 1938.

3/  “ONU, UNSCOP, padres putativos de Israel–I”, http://www.postaportenia.com.ar/notas/9911/onu-unscop-padres-putativos-de-israel-i/

4/ Cit. p. Isabel Clemente, ponencia presentada  al simposio  “Los asuntos internacionales en América Latina y el Caribe. Historia y Teoría. Problemas a dos siglos de la emancipación”, Stgo. de Chile, 2010

5/ Curso de Derecho Internacional Público[1921], editado como “La Doctrina de Monroe”, Publicaciones de Jurisprudencia Uruguaya, Montevideo, 1930. Cit. p. Clemente, “Los asuntos… ob. cit.

6/ Refutación a la conferencia pronunciada por el presidente de la República O. del Uruguay Dr. Baltasar Brum en la Facultad de Derecho de Montevideo, Librería J. Menéndez Ed., Buenos Aires, 1920. Cit. p. Clemente, “Los asuntos”…, ob. cit.

7/ Carlos Machado, Historia de los orientales, EBO, Montevideo, 1972, p. 286.

8/ Carlos Machado en Historia de los…, ob. cit., p. 287, documenta un episodio a mi modo de ver ilustrativo de esa relación de pleitesía hacia EE.UU.: “en 1914 una flota estadounidense incursiona primero en Tampico y luego con un desembarco militar en regla en Veracruz (a más de 500 km. de distancia) −donde incautan la recaudación aduanera, unos 8 millones de dólares− se instalan en lo que resultó una ocupación militar de varios meses. El intervencionismo estadounidense habría obedecido a debilitar el gobierno mexicano de entonces  (Victoriano Huerta) y favorecer a un candidato opositor, que resultó finalmente victorioso, Venustiano Carranza. La intromisión fue cruenta porque hubo una defensa del territorio no sólo militar sino también civil. En el resto del continente se condenó esa enésima invasión. En Uruguay, por ejemplo, se convocó a una manifestación de la que participaron el ensayista arielino J. E. Rodó, el escritor Fernán Silva Valdés, la federación estudiantil que con el tiempo se convertirá en la FEUU, el Partido Nacional, el Centro Internacional (anarquista) y hasta invitados de allende el Plata, como Manuel Ugarte. La manifestación se dirigió a la legación estadounidense a donde no pudo llegar porque una carga policial de caballería lo impidió con un saldo de una cincuentena de heridos.” ”Y bien: al día siguiente, el canciller de Batlle (en su segunda presidencia) “presentó las excusas gubernamentales a la legación [estadounidense] por los mueras a EE.UU. formulados por los manifestantes.”   Tal gesto de obsecuencia no es fácil de rastrear en otros sitios

9/ Isabel Clemente citando a Brum, ponencia presentada al simposio  “Los Asuntos…, ob.cit.

10/ La solidaridad internacional de América, Claudio García Ed., Montevideo, 1942, p. 8.

11/ El crimen occidental, FCE, México, 2008, p. 65.

12/  A lo cual cabe agregar relaciones harto significativas que se remontan al tiempo de la independencia criolla de España. Artigas toma su confederalismo, por ejemplo, de pensadores y políticos prominentes en la fundación de la entidad estadounidense.

13/Lo que diferencia enormemente los cuadros de situación respectivos es que en Guatemala los mayas constituían una mayoría considerable de la población y en Uruguay, los charrúas y otras etnias aun menores, constituían una porción poblacionalmente muy pero muy minoritaria de la población.

14/Agrupación Nacionalista Demócrata Social (ANDS)

15/ El fuerte antinorteamericanismo de Quijano coexiste con el nulo interés por la cuestión indígena. No es una disculpa, pero indudablemente resulta mucho más grave la ajenidad ante dicha cuestión en Guatemala con mayoría de población maya que en Uruguay, donde el colonialismo se implantara con el mismo empuje racista que en el resto de las Américas, pero con población aborigen dispersa y escasa, y aunque arrinconada  y asesinada como en el resto del continente, esa problemática logró invisibilizarse más y más rápidamente  (al punto que en la actualidad perviven más rasgos afros en la población, resultado del “comercio” de esclavos desplegado por el colonialismo europeo, que amerindios)

16/MoritzGüdemann, rabino vienés, Hermann Adler, rabino londinense, entre otros. Michael Prior, “El Estado de Israel y Jerusalén en el diálogo judeo-cristiano: un monólogo a dos voces”, HolyLandStudies, vol. I, nro. 2,  Edimburgo, trad. y edición, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2006.

17/  Sobreviviente del levantamiento del Gueto de Varsovia, 1943 y del levantamiento de Varsovia, 1944.

18/ Un juego de salón, “Juego de la oca”, muy popular en 1938 en Alemania, consistía en una plancha de cartón donde figuraba una ciudad y sus calles en que se trataba de atrapar tantos judíos como era posible. El destino era “expulsarlos hacia Palestina”. El juego se llamaba “¡Judíos afuera!”  Los dictámenes de la derecha alemana no repugnaban al sionismo porque veían lo coincidente.

19/ Jorge García Granados, Así nació Israel, Biblioteca Oriente, Buenos Aires, 1949. Bueno es reparar que JGG presenta con honestidad intelectual las razones de Henri Cattan, con las que ni el autor del libro ni la mayoría de UNSCOP acordara.

20/Federico Perazza, “Uruguay y el conflicto en Medio Oriente”, Revista Mexicana de Política Exterior, 2007-2008, transcribiendo  texto de la sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU, 26 nov. 1947.

21/Ramos Tolosa, Jorge, ¿Las Naciones Unidas no son nada? Pablo de Azcárate y el fracaso de la ONU en Palestina (1947-1952), Universidad de Valencia, tesis doctoral, s/f. La cita referencia a Shertok y su exigencia territorial puesto que es uno de los dirigentes sionistas de mayor peso.

22/ Ibíd.

23/ Palestinas Frihetskamp,Carlsson Bokförlag, Estocolmo, 2008.

 fin primera entrega de (II) continúa


Comunicate