23.ENE.19 | Posta Porteña 1988

Una respuesta comuna y comunidad - La izquierda no sabe quién es

Por Sofía Esteves

 

El artículo de Elaine Brum es sumamente ilustrativo sobre el papel de derecha que han jugado las izquierdas en los gobiernos, y agregaría los marxistas en la consolidación del capitalismo a nivel mundial, y particularmente en América latina. Analiza muy bien las consecuencias de estas políticas, pero en mi opinión no percibe que se trata de posiciones de clase y no de errores políticos de algunos líderes. Ahora lo más significativo es su parte final sobre el cambio climático, que no capta??' como una política del capital financiero como es la destrucción programada del  ambiente, disfrazada con el mito del cambio climático.

Interesantes, muy interesantes sus aportes y creo necesario que aupemos un debate en un foro que se pueda realizar por este medio y que motive a todos, compañeros y compañeras a escribir y a reflexionar, como una forma de darle continuidad a lo que discutimos en "comuna y comunidad", pero además para mantener un estudio permanente sobre la realidad económica, política y social del mundo y nuestro país.

Sofía Esteves sofiaesteves44@gmail.com

 

Comentario a LA IZQUIERDA NO SABE QUIÉN ES

 

 http://www.postaportenia.com.ar/notas/10081/la-izquierda-no-sabe-qui%C3%A9n-es/

 

Como se puede pensar después de todo ese análisis de una política de derecha disfrazada de izquierda se puede resolver con una autocrítica. Esto no es un problema de autocrítica, es un problema de terminar de enterrar un cadáver insepulto. Es la pequeña burguesía, su ideología, su interpretación del marxismo o su liberalismo y capitalismo de estado en funciones de gobierno. No se trata de personas honestas, buenas, etc., se trata de ejecutores consciente de una política, que de paso fueron llevados al gobierno como parte de una estrategia del capital, que por lo menos en América latina fue diseñada desde finales de los 80´ del siglo pasado. El foro de Sao Paulo y la burocracia cubana fueron los caballos de Troya dentro de esa política

Hay que enarbolar la  bandera de la defensa del trabajo, del salario y de los intereses de los trabajadores y no de un supuesto pensamiento de “izquierda o marxista”. Hay que reivindicar a Marx-Engels pero no al marxismo, ni al reformismo, revisionismo, progresismo o desarrollismo como algo que se inscriba en el método e ideas de Marx. Todas estas corrientes de izquierda y derecha, son modalidades del reformismo o socialismo burgués. Hay que enarbolar no un proyecto de izquierda o derecha donde el capital y los “marxismos” nos han encerrados desde el siglo pasado. Hay que enarbolar no solo un proyecto de país, sino un proyecto de trasformación social global, que tome en cuenta las particularidades nacionales y el desarrollo histórico de la lucha de clases, en un mundo que se ha globalizado y toda lucha nacional hay que volverla internacional

Hay que defender y rescatar:

·         El materialismo y la dialéctica como bases del método de análisis que en definitiva es el verdadero legado de Marx y Engels.

· La práctica como criterio de verdad y como acción transformadora.

· La lucha de clases como motor de la historia e hilo conductor de la historia en toda sociedad basada en la propiedad privada, las clases, la familia patriarcal, la religión  y el Estado como organización de la sociedad de acuerdo a los intereses, privilegios y objetivos de la clase propietaria dominante, sostenida en los  monopolios. Primerio de la violencia (Poder armado) y  segundo, de la imposición ideologice (religión, ideas, costumbres, moral, tradición, costumbres, modas, consumo, etc., etc.

·  La dictadura como la hegemonía del poder que no se comparte en ningún Estado, independiente de la forma política que adopte (democracia en todas sus variante, autocracia, reinados, dictadura, totalitarismo). No hay contradicción entre democracia y dictadura, toda dictadura o democracia siempre es de una clase contra otra. La dictadura del proletariado es la revolución permanente que marca la transición desde la demolición del Estado de la burguesía hasta la extinción del Estado y el comunismo. En ese periodo la democracia es para las mayorías y la dictadura contra la minoría derrocada o sus partidarios de abajo que intente o  se presten a levantarse militarmente contra la democracia del trabajo.

· El mito de la separación de lo público y lo privado bajo la organización del Estado. En todo Estado, empezando por la tierra (ambiente) lo llamado propiedad pública, está al servicio y administración del poder privado.

  La inevitable condición del derrocamiento violento del Estado capitalista, la disolución de su ejército permanente, sus policías, estructura judicial  y el armamento general de la población, especialmente los sectores asalariados en las industrias y servicios fundamentales.

·   En consecuencia hay que reconstruir nuestro pensamiento y reparar el puente roto demolido por los “marxismo” en los últimos 125 años, desde que aparecieron como revisionismo y socialdemocracia.

Esta es precisamente la concepción de algunos camaradas, creer que todo lo que sucede en el mundo es exterminar las ideas del comunismo, y no termina de entender que bajo el ropaje de la “izquierda y el marxismo” personajes como Chávez, Ortega, Lula que jamás ni siquiera han sido marxista han contribuido más que nadie a desprestigiar las ideas del socialismo y el comunismo. Como justamente lo describe ELIANE BRUM la autora del artículo…Si no consigues ver la diferencia entre un proyecto y otro y tu vida está mal, el culpable es quien estaba en el gobierno. Y el PT estuvo en el gobierno durante más de 13 años. Si no consigues ver la diferencia, “izquierda” es el nombre de todo lo que odias…. Y como la vida en Brasil está realmente mal, es catártico poder culpar a alguien de toda la mierda de tu día a día, y también de la inmensa sensación de fracaso e inseguridad. La izquierda —o el “comunismo” o el “marxismo”— se ha convertido en este nombre para todo lo malo, ya que no se sabe qué propone de hecho.

Por ello insisto no se trata de que la izquierda y el progresismo se autocritiquen, se trata que esta es una posición de clase, de todo un sector social, cuya ideología en el seno del movimiento de los trabajadores y asalariados debe ser sepultada. Y ya personas concretas y honestas de esos movimientos reflexionaran sobre sus errores y seguirán en la lucha de clase. Pero la idea de rescatar un fulano pensamiento de izquierda, “marxista”, progresista, etc. después de 170 años de derrotas en cómo seguir ahora a Juan Guaidó, a Gustavo Petro, bajo el argumento de la necesidad de una autocrítica por parte de ellos. Lo que es del cura va para la iglesia, el luchador social realmente honesto y responsables, sabe cuándo mete la pata y corrige su error, la cuestión está en seguir creyendo que has actuado bien, y lo malo es culpa del enemigo. Eso es el pecado original del “chavismo crítico” (Realmente un chavismo vergonzante) creyentes en un supuesto legado de Chávez, que ellos están en la obligación de defender. Creer que Chávez, Lula, Dilma o la Cristina no sabían lo que hacían y fueron “inocentes víctimas” de la burguesía y el poder, es ya un cuento muy viejo en América latina. El poder corrompe y cuando es absoluto como lo manejaron ellos corrompe absolutamente, por eso el único remedio que los trabajadores y los asalariados para no seguir siendo las eternas víctimas, de la dictadura de las minorías, se llama ARMAMENTO GENERAL DE LA POBLACIÓN, EMPEZANDO POR SUS SECTORES CLAVE, LAS ARMAS EN LA LUCHA DE CLASE SON LAS QUE CONFIEREN PODER Y DE EL EJERCICIO DE LA DEMOCRACIA. Y ESO LO SABE CUALQUIER POLICÍA O DELINCUENTE QUE NOS SOMETE O NOS ATRACA

Respeto la honestidad y el deseo de la autora de rescatar esa parte de nuestro pasado, ligado a nuestra juventud. PERO ESE PASADO HAY QUE SEPULTARLO, y quitarnos de una vez ese ropaje y volver a nuestra personalidad original  de ser MATERIALISTAS PRÁCTICOS tal como Marx y Engels se definieron al abrazar definitivamente y con claridad la causa comunista en La ideología Alemana.

En 1848, en el Manifiesto Comunista definieron con claridad nuestro papel:

¿Qué relación guardan los comunistas con los proletarios en general? Los comunistas no forman un partido aparte de los demás partidos obreros. No tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado. No profesan principios especiales con los que aspiren a modelar el movimiento proletario.

Los comunistas no se distinguen de los demás partidos proletarios más que en esto: en que destacan y reivindican siempre, en todas y cada una de las acciones nacionales proletarias, los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado, independientes de su nacionalidad, y en que, cualquiera que sea la etapa histórica en que se mueva la lucha entre el proletariado y la burguesía, mantienen siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto.

Los comunistas son, pues, prácticamente, la parte más decidida, el acicate siempre en tensión de todos los partidos obreros del mundo; teóricamente, llevan de ventaja a las grandes masas del proletariado su clara visión de las condiciones, los derroteros y los resultados generales a que ha de abocar el movimiento proletario.

El objetivo inmediato de los comunistas es idéntico al que persiguen los demás partidos proletarios en general: formar la conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la burguesía, llevar al proletariado a la conquista del Poder.

Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la humanidad.  Son todas expresiones generalizadas de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vívida, de un movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos. La abolición del régimen vigente de la propiedad no es tampoco ninguna característica peculiar del comunismo.

Las condiciones que forman el régimen de la propiedad han estado sujetas siempre a cambios históricos, a alteraciones históricas constantes. (El Manifiesto Comunista, II PROLETARIOS Y COMUNISTAS

Dos años antes cuando Marx andaba en ese camino del democratísimo radical, la anarquía y el comunismo le escribió a Arnold Ruge

En Alemania, todo es suprimido por la fuerza; una verdadera anarquía de la mente, el reino de la estupidez misma prevalece allí, y Zúrich obedece órdenes de Berlín. Es por esto que se vuelve cada vez más obvia la necesidad de buscar un nuevo punto de concentración para el pensamiento genuino y las mentes independientes. Estoy convencido de que nuestro plan responde a una necesidad real y, después de todo, las necesidades reales deben poder satisfacerse en la realidad. Por esto, no tengo dudas acerca de esta iniciativa, siempre y cuando se la lleve a cabo seriamente

Las dificultades internas parecen ser mayores que los obstáculos externos. Si bien no caben dudas en cuanto a «desde dónde», gran confusión prevalece en la cuestión «hacia dónde». No solo se ha instalado un estado de anarquía general entre los reformistas, sino que todos deberán admitir que no tienen idea exacta de lo que ocurrirá en el futuroPor otro lado, es precisamente una ventaja de la nueva tendencia la de no anticipar dogmáticamente el mundo sino la de solo querer encontrar el nuevo mundo a través de la crítica del que nos precede. Hasta el momento, los filósofos han tenido la solución de todos los enigmas desplegados sobre sus escritorios, y al estúpido mundo exotérico solo le bastaba abrir su boca para que cayeran en ella las palomas asadas del conocimiento absoluto. Hoy la filosofía se ha trivializado y la prueba más contundente es que la misma conciencia filosófica ha sido arrastrada al tormento de la lucha, no solo externa sino también internamente. Pero si construir el futuro y asentar todo definitivamente no es nuestro asunto, es más claro aun lo que, al presente, debemos llevar a cabo: me refiero a la crítica despiadada de todo lo existente, despiadada tanto en el sentido de no temer los resultados a los que conduzca como en el de no temerle al conflicto con aquellos que detentan el poder.

Por lo tanto, no estoy a favor de levantar ningún estandarte dogmático. Por el contrario, debemos ayudar a los dogmáticos a ver claro sus propias proposiciones. Así, el comunismo particularmente es una abstracción dogmática con relación a la cual, no obstante, no estoy pensando en un comunismo imaginario y posible, sino en un comunismo que de hecho existe, como aquel que profesan Cabet, Dézamy, Weitling, etc. Este comunismo es en sí mismo únicamente una expresión particular del principio humanista, aún contaminada por su propia antítesis: el sistema privado. De allí que la abolición de la propiedad privada y el comunismo no son bajo ningún punto idénticos, y no es accidental sino inevitable que el comunismo haya visto surgir otras doctrinas socialistas —como aquellas de Fourier, Proudhon, etc.— para confrontarlo porque él es en sí mismo solo una realización especial y unilateral del principio socialista.

Y todo el principio socialista a su vez es solo un aspecto, en lo que respecta a la realidad del verdadero ser humano. Pero debemos prestar igual atención al otro aspecto, a la existencia teórica del hombre, y por ende, hacer que la religión, la ciencia, etc. sean el objeto de nuestra crítica. Además, queremos influenciar a nuestros coetáneos, especialmente a los alemanes. Surge la pregunta: ¿cómo comenzar? Hay dos cuestiones innegables. En primer lugar, la religión y luego, la política son los dos temas que más interesan a la Alemania de hoy. Debemos tomarlos, independientemente de la manera en que se nos presenten, como nuestro punto de partida y no confrontarlos con ningún sistema preelaborado como ser el de Voyage en Icarie. [Etienne Cabet, Voyage en Icarie. Roman philosophique et social.]

La razón ha existido siempre, pero no siempre bajo una forma razonable. El crítico puede, por lo tanto, comenzar por cualquier forma de concie  ncia teórica y práctica y por las formas peculiares de la realidad existente para desarrollar la verdadera realidad como su obligación y fin último. En cuanto a la vida real, es precisamente el Estado político en todas sus formas modernas el que, aún donde no está conscientemente imbuido en las exigencias socialistas, contiene las exigencias de la razón  . Y el Estado político no se detiene allí. En todas partes supone que la razón ha sido concretada. Pero precisamente por esto es que cae siempre en la contradicción entre su función ideal y sus prerrequisitos reales.

Partiendo de este conflicto del Estado político consigo mismo es posible desarrollar la verdad social. Así como la religión es un registro de las luchas teóricas de la humanidad, el Estado político es un registro de las luchas prácticas de la humanidad. Por ende, el Estado político expresa, dentro de los límites de su forma sub specie rei publicae [como una clase particular de Estado] todas las luchas, necesidades y verdades sociales. Entonces, tomar como objeto de crítica una de las cuestiones políticas más específicas —como la diferencia entre un sistema basado en el Estado social y uno basado en la representación— no está de ningún modo por debajo de hauteur des principles [el nivel de los principios]. De hecho, esta cuestión solo expresa, de manera política, la diferencia entre el poder del hombre y el poder de la propiedad privada. Por esto, el crítico no solo puede, sino que debe, lidiar con estas cuestiones políticas (que, de acuerdo con los socialistas extremos, no son dignas de atención). Al analizar la superioridad del sistema representativo sobre el sistema social-estatal, el crítico, de manera práctica, gana el interés de un gran grupo. Al elevar el sistema representativo de su forma política a la forma universal y al acentuar la verdadera importancia que subyace a este sistema, el crítico obliga al mismo tiempo a este grupo a ir más allá de sus confines ya que su victoria es a la vez su derrota.

Por lo tanto, nada nos impide convertir en el punto de partida de nuestra crítica a la crítica de la política, la participación en la política y, por ende, a las luchas reales, e identificar nuestra crítica con ellas. En ese caso, no nos enfrentamos al mundo en actitud doctrinaria con un nuevo principio: ¡Esta es la verdad, arrodíllense ante ella! Desarrollamos nuevos principios para el mundo sobre la base de los propios principios del mundo. No le decimos al mundo: «Termina con tus luchas, pues son estúpidas; te daremos la verdadera consigna de lucha». Nos limitamos a mostrarle al mundo por qué está luchando en verdad, y la conciencia es algo que tiene que adquirir, aunque no quiera.

La reforma de la conciencia consiste solamente en hacer que el mundo sea consciente de su propia conciencia, en despertarlo de la ensoñación que tiene de sí mismo, de explicarle el significado de sus propias acciones. Nuestro objetivo general no puede ser otra cosa que —como también lo es para la crítica de la religión de Feuerbach— darle a las cuestiones religiosas y filosóficas la forma que le corresponde al hombre, que se ha vuelto consciente de sí mismo.

Entonces, nuestro lema debe ser: la reforma de la conciencia, no por medio de dogmas, sino a través del análisis de la conciencia mística, ininteligible a sí misma, ya sea que se manifieste de forma religiosa o política. Luego, será evidente que el mundo ha estado soñando por mucho tiempo con la posesión de una cosa de la cual, para poseerla realmente, debe tener conciencia. Será evidente que no se trata de trazar una línea mental divisoria entre el pasado y el futuro, sino de concretar los pensamientos del pasado. Finalmente, será evidente que la humanidad no está comenzando una nueva tarea, sino que está llevando a cabo de manera consciente su antigua tarea.

En resumen, podemos formular la tendencia de nuestra publicación de la siguiente manera: el autoesclarecimiento (filosofía crítica) por parte del presente de sus luchas y deseos. Ésta es una tarea para el mundo y para nosotros. Solo puede ser la tarea de fuerzas unidas. Requiere de una confesión y nada más. Para asegurar el perdón de sus pecados, la humanidad solo debe declararlos tal y como son. https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m09-43.htm.

Y cuáles son esos conceptos, o mejor dicho cuál es el método distinto al descubierto por Marx y Engels hace 175 años para analizar la lucha de clases y tratar de transformar lo existente. Los pensadores… decidido parar de pensar, por miedo a enfrentar las contradicciones, y se han anquilosado en significados de un mundo que ya no existe, a los que la autora se refiere son de varios tipos. Unos convertidos en fanáticos políticos, ya no tienen pensamiento, sino fe. Otros son precisamente los eternos compañeros de rutas, algunos  han sido luchadores en su juventud y luego reniegan de su pasado y de sus luchas. Otros sencillamente se han aburguesado cómodamente en sindicatos, universidades, puestos a un nivel de vida difícil de renunciar para correr riesgos o los peores aquellos que se pasan con armas y bagaje al campo enemigo. En todo caso como decía el gran Bertold Brecht

Hay hombres que luchan un día y son buenos.Hay otros que luchan un año y son mejores.Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles

Por ello pueden ser pensadores de “izquierda, progresista, reformistas y generalmente conciliadores y negociadores” con el capital. Muchos de ellos son a menudo compañeros de ruta en las luchas de los trabajadores, pero no son MATERIALISTAS PRÁCTICOS, imprescindibles para los cuales es un principio  Pero si construir el futuro y asentar todo definitivamente no es nuestro asunto, es más claro aun lo que, al presente, debemos llevar a cabo: me refiero a la crítica despiadada de todo lo existente, despiadada tanto en el sentido de no temer los resultados a los que conduzca como en el de no temerle al conflicto con aquellos que detentan el poder.(Marx ,arriba citado) Y no olvidemos que para Marx y Engels el arma de la crítica, no estaba separada de la crítica de las armas, como no estaba separada la teoría de la práctica.

Sencillamente retomemos el verdadero escenario y lenguaje de la lucha de clases: Capital contra trabajo. Burgueses contra Asalariados. Trabajo asalariado contra el capital. Pueblos y trabajadores endeudados contra los banqueros. Emigrados forzados, desplazados, refugiados contra los gobiernos y militares que promueven guerras- La humanidad sufriente y pensante contra el capital financiero, sus Estados, gobiernos y ejércitos. En fin llevemos a la lucha concreta nuestras posiciones y dejemos de seguir usando ese disfraz de Izquierda y derecha, que al parecer todavía no reflexionamos que es un disfraz inventado por la burguesía y resucitado luego de la I Guerra Mundial.

Aquí la autora comete un error, el impuesto ecológico, es el llamado negocio del carbono que se esconde detrás del fraude del cambio climático y que fue desenmascarado ya en el 2007 con los cuentos de Al Gore y los falsos informes del Panel del Cambio Climático. Pero esto ya es otro problema. No se confunda la destrucción programada del ambiente por parte de las grandes compañías mineras, energéticas, agroindustriales, que tienen en la destrucción de la selva Amazónica su objetivo inmediato, el cual lo vienen haciendo desde finales del siglo pasado, con este cuento del calentamiento global. Cambios climáticos han existido siempre en la evolución de la tierra y para su información los periodos de avance de la humanidad, ´por lo menos en los últimos 50000 años han estado ligados a periodos interglaciares o sea de CALENTAMIENTO. Es lamentable la autora no haya profundizado en lo que se esconde el este cuento y sobre todo en la Agenda 21, de Paris 2015 y la nueva economía en marcha

Exactamente y para ello se inventó el cuento del cambio climático y el calentamiento global

Por qué insiste la autora en confundir destrucción programada del ambiente por parte del capital. Con cambio climático. Como es que no relaciona una clara política destructiva del capital, con el engaño que vienen desarrollando desde la década del 70 del siglo pasado,

De nuevo el mismo error de análisis y relación Entonces el mayor desafío de la humanidad para la “izquierda” resulta encontrar una respuesta al cambio climático y no en cambiar al sistema que destruye los ambientes de la tierra. Ya no es la lucha de clases, es salvar al planeta y al ambiente. Le preguntamos a la autora ¿Y quién salva a la humanidad sufriente y pensante? Valdría la pena hacer un taller sobre el fulano cambio climático


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