26.ENE.19 | Posta Porteña 1989

¡Un monumento a Trías!

Por Fernando Moyano

 

He sido siempre muy crítico sobre la práctica política de Vivían Trías, de principio a fin. Lo cual no tiene nada que ver con reconocer sus enormes aportes teóricos al desarrollo del marxismo revolucionario en Uruguay, y por supuesto también a la investigación histórica.

Por cierto, dentro de su desarrollo ideológico contributivo hubo también grandes errores, pero puestos en la balanza, y para el momento concreto, no puede haber discusión posible. El aporte de Trías al marxismo revolucionario fue mucho, muchísimo mayor, que sus errores. Y por cierto, dentro de esos aportes está su contribución a la crítica al estalinismo, y a los regímenes del llamado "socialismo real" incluyendo en Europa del este, y también en tiempos post-estalinistas, es decir contemporáneos de Trías. Un notable ejemplo es su artículo "Enigma para Poznam", puede ser leído, en este vínculo: Enigma para Poznam, Vivian Trías

Hemos hablado del aporte de Trías, aun con errores teóricos -que cualquiera tiene- al marxismo revolucionario. Tal vez eso no sea muy apreciado por alguien a quien no le interese el desarrollo del marxismo revolucionario. Esa es una discusión política relevante, y estoy de acuerdo con darla.

En cuanto a la investigación histórica de Trías, les dejo el tema a los historiadores profesionales por si pueden aprender ellos de su metodología, yo no pretendo.

Pero también me expresé en forma muy crítica hacia Trías en cuanto a su actividad política concreta, su oportunismo, sus vacilaciones permanentes, y sus errores como dirigente, sus desastres en los hechos, dejaba mucho que desear.

Por eso, cuando empezó a hablarse de sus actividades como "espía" fui tal vez demasiado escéptico, y acaso deba hacerme una profunda autocrítica.

La actividad de espía no es fácil. Se necesitan ciertas condiciones personales. Si no se tienen, mejor no meterse. Por cierto hay gente que se mete, y después le va mal. Pero Trías, si fue espía, no fue descubierto por su enemigo, que es lo que importa. No le terminaron pegando un tiro por esa actividad.

Y esa es la primera objeción que encontraba a la historia del espía Trías. En varias ocasiones insinué, dejé entrever sin decirlo abiertamente porque queda feo hacerlo, que Trías era medio cagón. Pues bien, parece que me equivoqué, que fui tremendamente injusto.

Cuando se empezó a hablar del espionaje de Trías para un servicio checoslovaco, lo primero que surgió es que no eran actividades de espionaje. El espía, trabaja para encontrar lo oculto, lo escondido cuidadosamente por alguien que no quiere que se descubra. Y si se trata de alguien muy poderoso y peligroso, y si el conocimiento por otros de la información oculta le puede ser perjudicial, puede ser muy jodido. Por supuesto, espiar al vecino del al lado es espiar pero no es para tanto. En otros casos es diferente.

Lo que surgía a luz en las actividades de Trías eran ciertos artículos de opinión política, que hacían referencia a hechos totalmente conocidos, nada de oculto;  las opiniones de Trías sobre esos hechos eran una mierda, pero eran posiciones políticas. Posiciones políticas de mierda, pero posiciones políticas. Por otra parte esos devaneos de Trías con el militarismo eran perfectamente conocidos, y criticados dentro de las corrientes de marxismo revolucionario en Uruguay, desde siempre.

De modo que, en su momento, dije que la calificación de Trías como "espía" era infundada. Todavía sigo sin saber cuál fue el resultado de su labor de espionaje, o sea qué secretos bien guardados pudo obtener. Pero parece que había subestimado a Trías, y de acuerdo a las investigaciones que ahora se aportan, y que aplaudo, podemos conocer otra faceta suya.

Por cierto sería toda una sorpresa si se llegase a descubrir que Checoslovaquia no fue casualidad. Tal vez fuesen tan tarados que ni leyesen a Trías, lo más probable, pero ¿y ese vínculo tuvo algo que ver con la "Primavera de Praga"? Para novelas de espías no seré John le Carré pero mejor que Valenti puedo, y esa historia de desembarcar armas en Rocha para llevarlas a Brasil, y elegir hacerlo por Artigas, y con gente presa o en la clandestinidad...

Una de las preguntas obvias era A QUIÉN espiaba Trías, es decir a quién se animó Trías a espiar violando sus mecanismos de seguridad, alguien al que, si bien no califiqué abiertamente de cagón, eso pensé. Y resulta que el blanco, el objeto de sus labores de espionaje, si damos crédito a esta investigación en curso, era ¿quién?

¡La embajada de EEUU en Uruguay! ¡El principal centro de espionaje que aquí había, y sigue habiendo! ¡El más protegido, el más peligroso en cuanto a sus consecuencias potenciales! ¿Y cuándo hizo eso Trías? ¡En plena etapa de preparación del golpe militar en Uruguay, que llevó a innumerables asesinatos, torturas, secuestros! Un golpe preparado en esa embajada que tuvo terribles consecuencias para la gente de este país.

Espero que esas investigaciones lleguen a buen puerto, y que nos permitan llegar a una mejor imagen de Trías, que entonces no habría sido solamente un teórico, más allá de errores que no son más importantes que sus aportes, sino además, y contra lo que yo creía, alguien que se atrevió a desafiar los peligros en el terreno práctico de la lucha política contra el imperialismo en su propio centro neurálgico.

Espero el buen término de esas investigaciones, por desprolijas que han demostrado ser, y por disparatadas que sean las ideas de sus autores (lo que no tiene nada que ver, por supuesto, con los buenos resultados que pueda aportar) para ver si sigo adelante con la iniciativa de proponer un monumento a Vivián Trías (no creo, porque me parece recordar que yo estoy en contra de todos los monumentos y de todos los cultos a la personalidad), un monumento en el que habría al costado una plaquita que dijese "También cometió algunos errores"


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