27.MAR.19 | Posta Porteña 2004

REPRESIÓN EN MARCHA POR EL AGUA

Por varios

 

VIOLENCIA Y REPRESIÓN AL RETIRARNOS DE LA MARCHA POR EL DÍA INTERNACIONAL DEL AGUA

 

Amigas y amigos, periodistas, colectivos que se han preocupado, confiado y brindado apoyo preguntando si estamos bien después de ser agredidas y agredidos por la policía cuando desarmábamos un carrito de cartón. Muchas gracias por los mensajes, las llamadas y por la ayuda brindada. Aquí compartimos el relato.

24 de Marzo de 2019

Un grupo de vecinas y vecinos de Por el costado de la vía asistimos a la marcha realizada el 22 de marzo, día mundial del agua. Participamos en defensa del agua, del territorio y contra UPM2. En la explanada de la intendencia se generó un espacio de encuentro e intercambio con muchos colectivos que trabajan para proteger el medio ambiente y los derechos del pueblo. Repartimos volantes, charlamos en una reunión integrada por personas adultas, ancianas, adolescentes, niñas y niños.

Cerca de las 19.30 se inició la marcha por 18 de Julio rumbo a la Torre Ejecutiva. Caminamos con pancartas ¨No al tren de UPM¨ y ¨No más presiones a los vecinos para imponer el tren de UPM.

La marcha transcurrió en un clima de plena hermandad, de solidaridad, de integración, de unión con tambores de fondo, baile, cánticos, cornetas y desfile de carrito alegórico representando a la empresa UPM.

Al llegar a la plaza Independencia frente a la Torre Ejecutiva había un estrado donde se leyó una proclama que nos representaba y se mencionó a los colectivos presentes. Un grupo de música y poesía cerró la concentración final.

En ese momentos nos reunimos, guardamos pancartas, comimos maní y mate, charlando de lo buena que había sido esta marcha, de la cantidad de gente, del movimiento social que está creciendo para defender el entorno en el que vivimos y en oposición a UPM.

Todo se desarrolló en absoluta paz.
En la plaza independencia charlamos con los actores del carrito de UPM y quedamos en acompañarlos hasta la camioneta para saber cómo desarmarlo y armarlo porque nos lo ofrecieron como préstamo para alguna actividad barrial.

Mientras, en la plaza, había 2 hombres observando el final de la concentración, tomando fotografías, hablando por micrófono del auricular. Nos observaban hasta que 2 de nosotros nos dirigimos a ellos y les preguntamos ¿son policías?, nos dijeron que no, que ojalá lo fueran, les preguntamos si eran de algún colectivo, nos dijeron que no que pasaron por ahí.

Nos alejamos, pensamos que eran policías, les tomamos una fotografía del mismo modo que lo venía haciendo y los filmamos, luego el más bajo se tomó los testículos dedicándonos el gesto.
Observamos alrededor y eran varios hombres con auricular hablando por su micrófono, mirándonos y corriendo la mirada.

Nos preocupó, nos alertó la situación, tantos policías de particular observándonos en una marcha absolutamente pacíficas haciéndose pasar por civiles. Nos preguntamos ¿Por qué?

Pensamos que lo mejor era poner la situación en evidencia compartiendo lo que ocurría con la gente que aún permanecía.

Cuando la banda terminó de tocar, mientras se desconectaban los equipos, nos acercamos al escenario pidiendo si podían volver a conectar el micrófono para hacerlo público y protegernos. Porque el hecho de que la policía se disfrace pretendiendo no mostrarse con la sinceridad de lo que es implica en sí engañar para algo. Ese algo era identificarnos. ¿Por qué? ¿Para qué?

No logramos que se conectara el micrófono y nos acercamos a algunos compañeros de la organización planteándoles lo que estaba ocurriendo pero no lograron dimensionarlo y decidimos irnos juntos en un grupo de 10 u 11 personas.

Caminamos junto al carro de UPM hasta Andes y Colonia donde estaba la camioneta para cargar las piezas.

Comenzamos a desarmar el carro de cartón entre todos, la chimenea, el techo, quitando clavos y alambres, charlando sobre el diseño del carro, pasándonos las piezas hasta que al levantar la mirada frente a nosotros estaba el particular que había dicho no ser policía, el que se había agarrado los testículos.

Detrás nuestro estaba uno de los chiquilines que desfilaba en la representación. El hombre le dijo al muchacho "vení conmigo", respondimos preguntando ¿tu sos el que estaba en la marcha?, ¿sos policía?
SI, dijo y siguió,"vení conmigo". Dijimos NO, ¿a ver tu identificación? "Soy policía y no te muestro nada". "Vení conmigo" le decía insistentemente y con prepotencia al muchacho, pretendiendo apartarlo del carro y del grupo. NO le decíamos.
No puede venir alguien a llevarse a nadie sin motivo y sin identificarse. "No es tema tuyo, vení conmigo" y ahí avisamos a los demás gritando abogada, abogada para que supiera que había una abogada y viniera a ayudarnos, el resto del grupo que no se habían dado cuenta porque estaban concentrados con el desarme del carro del otro lado.

Se acercaron más, era como una patota con una misión, 3, 4, 7, 10. Nos empezaron a rodear. Nos reunimos protegiendo al compañero, el policía se aproximaba y no daba respuesta sobre su identificación, tampoco los otros, tampoco sobre el motivo de la violencia.

Metían las manos entre nuestros cuerpos, trataban de agarrarlo de donde fuera.

Pedimos que nos dejaran, que nadie estaba haciendo nada, que qué querían, que no podían venir y llevarse a alguien a la fuerza.

Reclamamos que hablara la abogada, no escuchaban, parecían drogados, robots, psicópatas. No parecían personas. Seguían tironeando y empujando. Soy abogada! y el policía dijo ¨no me importa que sea abogada¨ y empezaron a agarrarnos de nuestros cuerpos, del pelo, a empujar y empezamos a gritar.

Intentamos que entendieran que nadie ni la policía, con o sin uniforme pueden hacer eso. Esto no es una dictadura gritamos, no es una dictadura, no es una dictadura. ¿Quién está a cargo del operativo? preguntó la abogada, repetimos eso, entendimos que quien conoce de leyes sabe que deben respetarse y nos sumamos al reclamo, pero seguían enfermos, idos, en otro mundo, con alguna misión, tenían sí o sí que cometer ese atentado, recibían órdenes para hacerlo.

El otro policía de particular que también estaba en la plaza miraba hacia el cielo como ignorando al mundo mientras agarraba de la muñeca a una compañera y le doblaba el brazo hasta tirarla al piso, gritamos, le gritamos dejala, soltala, ella gritó "no me agarres, soltame".

Estábamos rodeados, empujaron a la abogada, una persona de 70 años y la tiraron al piso, voló la mochila, sus lentes, decíamos NO, dejala, que estás haciendo? estás enfermo, todo gritando, llamamos a los vecinos pidiendo auxilio, quisimos hacer llamadas pidiendo socorro y los teléfonos próximos a la policía no funcionaban, aumentaba el número de efectivos, sirenas, motos, patrullas, autos, camionetas, policías de uniforme, parecían más normales hasta que se sumaron a la patota y tironearon a la abogada por la espalda, le pegaron con un palo en las piernas a un compañero que sostenía al muchacho al que se querían llevar porque decía "no puedo respirar"

Tiraron al muchacho al suelo, lo pisaban mientras trataban de arrastrarlo y se acercaban de particular a sumarse a la violencia contra nostras y nosotros, otro compañero gritaba, intentábamos mantenernos juntos mirando alrededor, por miedo a que se hubiesen llevado a alguien.

Agarraron a otro compañero y empezaron a doblarle los brazos hacia atrás, gritaba de dolor, el de particular grandote sacó unas esposas y se las puso como si estuviera imitando una película policial, los policías de tránsito se sumaron arrastrando a la muchacha, quisieron llevarla pero alguien indicó que no y el de uniforme acató la orden del disfrazado de particular.

Cada vez más uniformados y de particular rodeándonos, seguimos gritando, tratando de llamar la atención, para salvarnos, pedíamos que llamaran a algún diputado, abogado, compañeros para pedir auxilio porque nadie nos ayudaba y la violencia se incrementaba.

Era como si les hubieran dicho liberen su odio, es ahora, es con ellos y ellas. Siempre escuchaban su auricular, hablaban por el micrófono, recibían órdenes de alguien que dirigía el modo en cómo debían agredirnos. No rompimos nada, no les pegamos, estábamos concentrados en protegernos, en ver que estuviéramos sanos y a salvo, en evitar que nos manosearan, solo gritamos, les exigimos respeto, nos protegíamos, intentábamos que mantuvieran distancia.

Los patrulleros que aparecían intentaban entretenernos y así permitirles a los particulares llevarse a los compañeros a los tirones.

Ningún policía se identificó nunca, nunca, no dieron el nombre de quien estaba a cargo del operativo, ese que desde lejos les hablaba por auricular. Nos empujaron, nos tiraron al piso, nos pegaron, nos agarraron, nos empujaban con el pecho, nos decían quietita que te llevo, agarralo, agarralo, a este, lo tengo, y levantaron a un compañero como bolsa de papas y lo tiraron de cabeza a la caja de una camioneta.

Apareció otro policía de particular tocándose el arma se asomó en la camioneta y luego se quedó mirando de lejos haciéndose pasar por particular.

Arrancaron las motos. Luego las camionetas, autos, con sus sirenas como si hubiesen combatido a un grupo de peligrosos delincuentes. Llegó el pado, dijeron que venían por disturbios porque si no, no hay operativo.

Preguntamos a donde los llevan? "A la tercera" dijeron.
A partir de que se fueron empezamos a mandar todo por celular, organizaciones, amigos, familia y compañeros, se organizaron, fueron a la comisaría tercera.

Nos habían mentido, allí no estaban, les dijeron están en la Primera, era mentira, no estaban, nos dijeron en la segunda, no estaban, fuimos a la segunda y denunciamos no saber el paradero de los detenidos.

Cuando llegamos habían policías que estaban en el operativo, el trato hacia nosotras era extraño, sin contemplar el shock por el que habíamos pasado, de modo increpante a pesar de vernos llorando y angustiadas. Vino otro abogado entramos y al denunciar no saber de nuestros compañeros nos dijeron que estaban en la GRT Grupo de Reserva Táctica.

Nos quedamos allí y 4 de nosotros hicimos denuncia por el maltrato, por el abuso físico y por el operativo.

Pedimos constancia de la declaración, nos dijeron que teníamos que retirarla en la seccional primera. Fuimos allí, nos entregaron una constancia con número de denuncia y nuestros datos pero no una copia de nuestros testimonios.
¿Por qué? porque decía Reservado, ¿por qué? Por ser un asunto delicado que involucra a la policía en la denuncia. Nos dijeron que teníamos que dirigirnos a comisaría central en horario de oficina para poder leer nuestro testimonio.

No pegamos, no hicimos nada, no hubo resistencia a la autoridad, no hubo desacato. Los agresores fueron policías de particular y uniformados. Sólo nos resistimos al manoseo, a los empujones, a la violencia, a los golpes.

Seguiremos luchando en defensa de nuestros derechos como lo hemos hecho siempre en este grupo, con información, con difusión, con análisis con inteligencia y conociendo lo que se puede o no se puede hacer con nosotros.

Compartimos este relato para que los medios se basen en la verdad, para que no se deforme e invente, para que no se nos criminalice, y para que el conocimiento de los hechos oficie de un gran marco de protección.

Sabemos que nos siguen, nos persiguen, nos conocen, saben dónde vivimos, cuando y con quién salimos, lo que hablamos por teléfono. Que esto sea público y se visibilice nos permite protegernos de este riesgo a nuestra integridad, que se protejan nuestras vidas en esta lucha que no para.

PEDIMOS QUE SE INVESTIGUE, QUE SE IDENTIFIQUE A LOS RESPONSABLES ACTUANTES Y A QUIENES DIERON LA ORDEN DE ESTE OPERATIVO

PEDIMOS QUE SE HAGA JUSTICIA Y SE PENALICE ESTE ABUSO Y ATAQUE A LA POBLACIÓN POR PARTE DE LAS FUERZAS POLICIALES

PEDIMOS A TODOS LOS REPRESENTANTES POLÍTICOS QUE NO ACTÚEN CON OMISIÓN FRENTE A UN HECHO DE ESTA GRAVEDAD

Firman:
Vecinas y vecinos de Por el Costado de la Vía agredidos y agredidas en un operativo policial

 

Comunicado: Ante las detenciones en la marcha por el Agua

 

Montevideo 24 de Marzo de 2019

Este pasado viernes 22 de marzo una multitud recorrió 18 de julio, en el marco del día mundial del agua. La marcha se realizó bajo la consigna: “Vamos por el agua ya, en defensa de los territorios y la vida. Contra UPM 2”.

En el trascurrir de esta marcha, llena de colores y creatividad, a integrantes de diferentes colectivos, (mientras realizaban intervenciones artísticas, en contra de UPM 2), se les siguió e identificó, e individuos vestidos de civil pararon a un compañero y le exigieron identificarse.

Los policías Infiltrados, tomaban registro fotográfico y seguían a los compañeros.

Al finalizar la marcha, cuando los compañeros se retiraban, fueron interceptados por un operativo policial y entre los uniformados se encontraban las mismas personas vestidas de civil que estaban en la marcha. El colectivo “Por el costado de la Vía” que militan contra el tren de UPM, presenció este operativo policial, solidarizándose. Ante este atropello intervienen en defensa del compañero, que se quería llevar la Policía. En el forcejeo se llevan a otro manifestante. Fueron fuertemente violentados, los arrojaron al piso y los golpearon reiteradamente. Actuaron con impunidad, desoyendo, empujando y tirando al piso a una abogada que se presentó como tal. Pidiendo saber porque era detenido ese muchacho.

Una vez más, los “Civiles” resultaron ser policías encubiertos, de los cuales solo uno se identificó como tal, mientras que el resto negaba pertenecer al aparato policial.

No se trata de un hecho aislado, es una práctica sistemática que tiene el Estado donde aplica sus metodologías represivas planificada y selectivamente contra las manifestaciones populares. La reacción de evitar detenciones que limitan el derecho de la protesta, la denuncia del accionar parapolicial, es solidaridad. Saludamos a las personas que lo hicieron, aún a costa de recibir golpes, palos y detención. Es defenderse de la violencia sistémica ejercida por el aparato represivo del Estado. Y la reacción de registrar y escrachar a los infiltrados es defendernos y defender futuras protestas. Una forma de contrarrestar estas prácticas opresivas.

El Ministerio del Interior reconoció las lesiones que tienen los dos detenidos, pero obviamente van a «legitimar» su accionar cambiando el eje. Acá la policía uniformada y de particular actuó contra la manifestación en defensa del agua!!!, generando inseguridad y miedo. Limitando el derecho a la protesta. No habrá silencio. No pasarán.

Solidaridad y lucha.

NI TIRAS, NI POLICÍAS, NI MILITARES EN LAS CALLES

CONTRA LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA

NO NOS CALLARÁN

Plenaria Memoria y Justicia

 

 

Lo dicen ellos. La instalación de un Estado policial

 

Esto es La República del domingo 24, sobre la represión del viernes 22

Explicación del Ministerio del Interior

Poco después, el Ministerio del Interior emitió un comunicado a través del cual manifiesta que en ocasión de realizarse una concentración pacífica en la tarde del viernes -convocada en defensa del agua- desde el Centro de Comando Unificado se observó que “entre los manifestantes habían personas en actitud sospechosa, alguno de los cuales habría sido identificado como autor de disturbios y daños en manifestaciones anteriores”.

En cierto momento, “uno de ellos se apartó de la manifestación cambiándose de ropa, tomando por la calle Florida”, detalló la Policía.

Advertidos por los visualizadores, los efectivos policiales apostados en el lugar “procedieron a identificarlo, ya que estaría involucrado en daños provocados en ocasión de las manifestaciones contra el G-20”.

En primera instancia “aportó una identidad falsa, por lo que la Mesa de Crisis solicitó se lo volviera a identificar, lo que se cumplió una vez finalizada la marcha y leída la proclama”.

En ese momento “fue avistado junto a otras personas, y se procedió a verificar nuevamente la identidad del mismo, a lo cual se negó entrando en desacato junto al grupo que le acompañaba, entre quienes había personas filmando lo que allí ocurría”.

A raíz de ello, fueron detenidas dos personas, “el primeramente buscado, y otro hombre que pretendió impedir la detención a los policías actuantes”.

Con los detenidos en sede de Investigaciones, “el primero accedió a proporcionar sus datos filiatorios, dándose cuenta a la Fiscalía que dispuso identificación y libertad”.  Mientras que el otro de los detenidos “fue liberado por orden de la Fiscalía de Flagrancia”, informó el Ministerio del Interior.

La secretaría de Estado indicó, asimismo, que los detenidos fueron derivados al Centro de constatación de lesiones, donde a ambos se le diagnosticaron “lesiones agudas al examen en un hombro”.

Por tal motivo, “se estableció comunicación con Fiscal de Flagrancia” a efectos de consultar si debían ser notificados para forense. La Fiscalía dispuso que dicha notificación procede solo cuando existe denuncia por lesiones, circunstancia que ninguno de los detenidos promovió hasta el momento.

COMENTARIOS QUE ME SURGEN: 

1) La marcha fue una demostración ciudadana pacífica. Lo afirman explícitamente.

2) En determinado momento las fuerzas policiales intervienen en forma violenta. También lo dicen, al informar que los dos detenidos sufrieron lesiones agudas en sus hombros, el mismo tipo de lesión en ambos casos lo que indica un procedimiento estándar (retorcer el brazo, como surge de los audios de los participantes de la marcha) y en fuerza suficiente para lesionar . (Además, la violencia la muestran las filmaciones divulgadas).

3) Se infiltraron en la marcha con personal policial encubierto. Surge de su propio relato. (Y de las filmaciones, también)

4) Buscaban detener, para identificar, a una persona por presunta participación en otros hechos ocurridos hace casi cuatro meses, hechos sobre los cuales ya hubo intervención y resolución de la Justicia. Del relato de las propias fuentes policiales surge que esa personas en realidad ya estaba plenamente identificada desde tiempo antes, y la verificación de la identidad en ese momento, además, ya había podido hacerse; no tiene ningún sentido aducir la necesidad de identificar de nuevo a quien ya lo acababan de hacer aunque hubiese aportado una identidad falsa, porque si comprobaron que era falsa es porque ya tenían la verdadera

5) En todos estos meses, la policía por supuesto que tuvo la más amplia posibilidad de cursar un citatorio judicial a esta persona (ellos mismos demuestran que estaba bajo vigilancia); es decir, seguir el procedimiento ajustado a derecho.

6) En vez de ello, decidieron hacer un procedimiento violento, ilegal, en un evento ciudadano pacífico por otro tema, que se desarrollaba con toda normalidad, desplegando además una fuerza policial totalmente desproporcionada a la finalidad propuesta.

7) Y lo hicieron en forma planificada. Esto surge de la insistencia de repetir el mismo hecho hasta provocar una reacción. A esto se suma el desparpajo con el que admiten los hechos ilegales cometidos. La Fiscalía decide la libertad de ambos detenidos lo que significa que no tiene ningún elemento para imputarles nada como ser que alguno estuviese involucrado en daños cometidos en otra oportunidad, y por lo tanto tampoco los tiene la policía porque de otra forma se los hubiese comunicado. La policía se desmiente a sí misma.

De esto se desprende fácilmente una conclusión.

Estos hechos están enmarcados en una práctica, y vemos ahora que también un propósito, de desarrollar e instalar un ESTADO POLICIAL, un régimen de vigilancia discrecional y represión rampante, al margen del mínimo respeto por la ley, los derechos de las personas y los procedimientos de orden. Elegir ese momento y lugar para confirmar la identidad de alguien que tenían fichado desde hace cuatro meses, el momento y lugar concreto de una manifestación pacífica y muy concurrida, sólo puede explicarse por el propósito de instalar una cultura de intimidación, violatoria de todo concepto de libertad de expresión, reunión, y protesta.

Esta es la definición que da Wikipedía de "estado policial".

"Un Estado policial es un Estado donde el gobierno mantiene un estricto control sobre la sociedad, particularmente a través de la supresión de las libertades civiles y a menudo mediante una fuerza de policía secreta y un gran despliegue e inversión en mecanismos de vigilancia".

Ese tipo de régimen no lo tenemos todavía totalmente instaurado, y el rechazo y la movilización del movimiento social, y las acciones legales que correspondan, pueden evitarlo aún. Para eso, es necesario tomar conciencia de lo que ocurre. Varios hechos de los últimos tiempos pueden ser vistos como parte de esta tendencia. Pero el del viernes 22 tiene una característica especial.

Fue un acto de intimidación planificada contra una actividad totalmente pacífica, fue buscar y buscar insistentemente una excusa para una intervención violenta, desproporcionada, e ilegal, y de hacer deliberadamente notoria la vigilancia policial sobre actividades legales y pacíficas de la ciudadanía; lo que busca el mismo propósito intimidatorio.

Debemos hacer que el resultado real sea el opuesto.

Fernando Moyano


Comunicate