11.MAY.19 | Posta Porteña 2017

A 100 AÑOS DE LA CONTRARREVOLUCIÓN RUSA (23)

Por Colectivo Fanni Kaplan

 

ÁNGEL PESTAÑA “70 días en Rusia, lo que yo vi”

En esos primeros años, internacionalmente se conocía muy poco del papel contrarrevolucionario de los bolcheviques y de la obra siniestra de su policía política. Por eso había un museo del terror de Estado, porque se lo hacía pasar como terror contra los blancos, los agentes del zarismo y el imperialismo. Cuando fue quedando en evidencia que la Cheka había reprimido principalmente a los revolucionarios de todos las organizaciones políticas y sociales, que había exterminado al proletariado rural y que su composición de base había sido la vieja policía zarista no hubo ningún museo más sobre la represión leninista y sustituyeron aquel horroroso museo de la Cheka por museos de represiones muy anteriores, como fue el “museo de la religión y la inquisición”

Lo que más quisiéramos subrayar a un siglo de todo el proceso contrarrevolucionario ruso, es que a pesar de la consciencia que mostraban los observadores internacionales sobre el carácter de la represión y el terrorismo de Estado bolchevique, señalando por ejemplo que la Cheka se había constituido fundamentalmente nutriéndose, en cuanto a sus elementos de la mismísima policía zarista, la seguían justificando de diversas maneras, como cuando Pestaña repite el mito oficial de que La Cheka tenía por misión perseguir a los contrarrevolucionarios

Desde mismísimo control del aparato zarista por parte de los bolcheviques (octubre/noviembre de 1917) en donde se acepta de hecho la confusión con el movimiento insurreccional del proletariado, hasta mucho después, esta posición ambigua, centrista, colaboracionista…permitiría que toda la socialdemocracia y el sindicalismo internacional se hiciera cómplice de la contrarrevolución bolchevique y el terrorismo de Estado leninista. 

Es esa misma posición ambivalente de Pestaña y compañía, lo que llevaría luego al anarco sindicalismo y a la socialdemocracia, a colaborar, y en última instancia, a hacerse cómplice de los principales verdugos del proletariado mundial. El frentismo, el frente popular, el colaboracionismo abierto con leninistas y republicanos, que llevará a la masacre del movimiento revolucionario mundial y fundamentalmente a la imponente derrota del proletariado en España en la década de 1930 se está gestando ya en esa ideología. Ni Durruti, ni Montseny, ni Abad de Santillán, ni en general la CNT como organización, predicarían otra cosa y por eso se harán cómplices del Frente Popular, de los comités antifascistas inventado por los leninistas, que masacrará al proletariado junto con las potencias antifascistas y fascistas de todo el mundo. 

Aquellas alabanzas de la represión leninista y de la propia Cheka en los tempranos años de la contrarrevolución rusa, incluían las bases del frentismo y hasta del Frente Popular, que tendrían su lógica extensión en los coqueteos interminables de la CNT con los leninistas durante los años 30, que concluyeran con la masacre de la revolución social en España y la imposición de la Segunda guerra mundial en todo el mundo. Contrariamente a todo lo prometido el sindicalismo socialdemócrata y anarquista y los partidos políticos respectivos confirmarían en la Segunda Guerra mundial, el mismísimo papel imperialista jugado en la primera.

PRESENTACIÓN (POR EL COLECTIVO FANNI KAPLAN)

 

LA CHEKA

 

También visitamos la Cheka. Se nos había hablado del Museo que la famosa -y temida policía creara, y quisimos verlo. Dispuestos a enterarnos de todo, ¿por qué no enterarnos de las grandes acciones que se atribuían al famoso organismo de seguridad revolucionaria

Porque la Cheka era esto: la policía del Partido Comunista y la órbita en donde se movían los verdugos al servicio de la Comisión extraordinaria que presidía el actual Comisario del Interior, camarada (?) Djerzinsky. 

Para la vigilancia de las calles y represión de los hechos delictivos, vulgares, había patrullas de soldadosLa Cheka tenía por misión perseguir a los contrarrevolucionarios, custodiar las personas de los Comisarios y ejecutar las sentencias de muerte que el Tribunal revolucionario dictaba. La misión, era bien triste y odiosa; pero los bolcheviques no supieron prescindir de ella. La admiración por la Cheka era tal, que más de una vez fuimos nosotros los admiradores de esas alabanzas [1]

A creer a algunos comunistas, sin la Cheka, la revolución hubiera sido vencida, y Rusia, entregada a la voracidad insaciable de las hordas contrarrevolucionarias. ¿Cómo perder la ocasión de una visita al Museo de tan útil como revolucionaria institución

Al llegar al domicilio de la Cheka, una mujer, con aire de persona importante y cierto empaque de superioridad, nos sometió? a un Interrogatorio. Reconocida nuestra personalidad de delegado a la Tercera Internacional, algo equivalente a los Embajadores diplomáticos en los países capitalistas, se nos dieron excusas y se nos franqueó la entrada. Al intérprete oficial que nos acompañaba,  se unió un empleado chequista, de alta categoría en el mismo Museo.

Una vez en el primer piso, penetramos en el Salón donde se encontraban los objetos expuestos. El Salón no era grande, ni los objetos expuestos muchos. Revelaban, sin embargo, lo cruel de la lucha entablada entre las distintas fracciones antibolcheviques y las bolcheviques. 

Lo primero que se ofreció? a nuestra vista, fue una bandera negra, quemada, rasgada y perforada por las balas. En una vitrina, había piezas de revólveres, cascos de bombas y armas blancas requemadas por el fuego. 

Preguntamos por el origen de aquellos restos. 

—Son -nos dijeron- las armas encontradas junto a los cadáveres incinerados de la casa de los anarquistas, después del atentado por ellos cometido contra los bolcheviques en la calle Leontyesky. 

Cuando se supo quienes fueron los autores del lanzamiento de la bomba, en la calle Leontyesky, que costó la vida a catorce comunistas, y ocasionó más de treinta heridos, se sitió la casa donde se habían refugiado, y como a las intimaciones de que se rindieran, respondieran siempre disparando contra los agentes de la Cheka, incendiaron la casa para reducirlos por este procedimiento. La bandera negra, enseña del grupo que cometió? el atentado y que flameaba al viento en el balcón, es esa que veis ahí?. 

Se nos mostró la guerrera que llevaba el almirante Kolchak al ser fusilado, después de su derrota en Siberia. Vimos banderas y estandartes tomados a los Ejércitos contrarrevolucionarios y a entidades o grupos políticos que, en algún momento, hicieron armas contra el Gobierno. 

Nos llamó la atención una serie de instrumentos contundentes de forma primitiva, entre los que se encontraba una especie de pistola construida con los restos de un fusil Máuser. Había bastones toscos, palos largos con una o dos arandelas de hierro al extremo inferior y en forma de contera. Otros, más cortos, que en lugar de las arandelas llevaban una cadena y sujeta a ella una bola de hierro de forma hexagonal. El golpe con uno de estos bastones había de ser mortal o de un daño incalculable. Armas blancas de toda forma y de todos los tamaños, y una serie de instrumentos cuya única finalidad era la de herir o producir la muerte. A preguntas nuestras, nos dijeron que todas aquellas armas habían sido recogidas en las refriegas habidas con los destacamentos de soldados rojos encargados de las requisiciones violentas dirigidas contra los campesinos

Desarmado el pueblo por disposición gubernamental, afrontó a las patrullas como pudo, improvisando armas y defensas. Luego se nos mostraron fotografías. Aquí? pudimos comprobar los horrores de la política económica bolcheviqueGrupos de cadáveres de soldados rojos mutilados por los mujiks. A veces, después de lapidados y mutilados, los quemaban. La venganza y el odio dictaban el exterminio

Junto a las fotografías de estos grupos de soldados rojos, se veían otras de aldeas arrasadas por los soldados enviados para ejercer represalias después de haber ametrallado a todos sus habitantes. Hombres, mujeres, niños y ancianos; todos habían sucumbido. El procedimiento era expeditivo y… práctico

Llegaban. Un grupo de ametralladoras rodeaba el pueblo; abrían fuego y continuaban hasta que el incendio lo consumía todo. ¿Sentencia? ¿Sumaria contra los posibles autores de la muerte de los soldados? ¿Para qué? Eran contrarrevolucionarios. Había que exterminarlos a todos. Gengis Khan debía sonreír en su tumba

Una nota de crueldad inútil, de un refinamiento de tártaro primitivo, se nos dio al mostrarnos un guante fabricado con la piel de la mano de un soldado rojo prisionero de Kolchack. La barbarie de este almirante nada la revela como aquella piel arrugada con las uñas adheridas; daba calofríos de horror. 

Si otras crueldades y violencias no fueran suficientes para execrar la memoria del almirante Kolchack, el protegido de los ingleses, tan ponderados, y de los norteamericanos, tan amantes de la “Libertad”, bastaría a cubrirle de oprobio y de vergüenza la piel arrancada en vida de la mano de un soldado rojo caído prisionero. 

Horrorizados por esta visión abandonamos el Museo chequista; y el recuerdo de lo que dejábamos al abandonar el Museo nos persiguió? durante varios días. Todo el horror de la guerra civil, con sus crueldades y violencias, con sus odios y venganzas, con su afán de triunfar unos sobre otros, se hallaba encerrado en aquel recinto. Avergonzado sin duda de su propia obra, el terror partidista se escondía en la penumbra del salón que acabamos de visitar. Era su lugar más apropiado.

***

Se han dicho, propagado y escrito verdaderas atrocidades, feroces diatribas contra la Cheka rusa. Contra esta institución se ha alzado la más vehemente protesta del pueblo ruso. De ninguno de los cuerpos policíacos de Europa y del mundo entero, podría decirse nada parecido en punto al sistema terrorista desarrollado Ostenta poderes omnímodos

Por encima de la voluntad de Lenin y del Consejo de Comisarios del pueblo ha imperado siempre la voluntad prepotente de la Cheka. Irresponsable en sus actuaciones, dependiendo solo de la Comisión extraordinaria, y fuera ésta de toda inspección del Partido comunista; confiada su acción a la voluntad de un solo hombre, con plenos poderes y absoluta irresponsabilidad, puede deducirse fácilmente lo que la Cheka representa en Rusia. 

La Cheka ha sido nutrida de casi todos los elementos de la policía de seguridad zarista; ha venido actuando a pretexto de supuestas o reales acciones contrarrevolucionarias; sus componentes son remunerados con largueza, gozando de emolumentos y de privilegios a veces superiores a los del mismo jefe del Gobierno. La misma Cheka, a pretexto de su seguridad personal, negaba en determinados momentos al jefe de Gobierno peticiones que éste le hacía. La Cheka lo podía todo, lo era todo

Como prueba de los privilegios que gozaban sus miembros citaremos lo siguiente. De regreso al Hotel, el día que visitamos el mercado de Sujarefka, tuvimos sed y no encontrábamos modo de saciarla. Caminando, dimos con una tienda de comestibles, en la que se vendía una bebida espirituosa de frutas. Entramos, pedimos aquella bebida y se nos sirvió?; pagamos por ella setecientos rublos y nos marchamos. Inquirimos después la razón de que no se hubiera cerrado aquella tienda. Era de uno de los jefes de la Cheka de Moscú?. La prohibición de todo comercio no rezaba para aquel alto personaje. Allí? se compraba y se vendía, a despecho de todas las dictaduras habidas y por haber. 

No queremos hacernos eco de los muchos abusos que se nos delataron, imputados a la Cheka. Bastarían ellos solos para llenar muchas páginas; no faltará quien lo haga seguramente. Pero mientras eso llega, afirmemos que los abusos que se le achacan, han sido reconocidos hasta por los bolcheviques. Sabido es la afición que éstos tienen por las estadísticas y gráficos propagadores de su obra. La Cheka, por no ser menos que los demás organismos, también tiene su libro estadístico y sus gráficos. Cuáles y cuántos no serán los horrores que narra, que al mes de publicarse, el Consejo de Comisarios del Pueblo ordenó se retirara de la circulación, conminando con severas penas a quienes tuvieran un ejemplar y no lo devolvieran. Este hecho dice más en contra de la Cheka que cualquier otro argumento. 

ÁNGEL PESTAÑA


[1] Trágico pero cierto: Pestaña reconoce aquí que el “anarquismo”, sobretodo el “anarco sindicalismo” había alabado la represión leninista. A nivel internacional una gran parte de la socialdemocracia, el sindicalismo, el anarco sindicalismo había defendido el terrorismo de Estado leninista y trotskista repitiendo el discurso oficial de que la policía política de los bolcheviques reprimía “contrarrevolucionarios”. Vemos que ni siquiera en 1920, cuando ya habían pasado más de 2 años del brutal terrorismo de Estado contrarrevolucionario, Pestaña y a pesar de conocer a muchos “compañeros anarquistas” perseguidos, presos, torturados y fusilados…seguía creyendo al menos en parte el mito de que la Cheka había sido hecha contra los “contrarrevolucionarios”: en este mismo párrafo, ¡ni siquiera pone entre comillas “a los contrarrevolucionarios” cuando habla de la “misión” de la Cheka! Y ello a pesar que ya muestra arrepentimiento por haber sido “admirador” de la Cheka y haber hecho “alabanzas” sobre dicho cuerpo represivo. Agreguemos hoy, que este arrepentimiento no fue lo suficientemente  potente para no seguir buscando, durante muchas décadas más aliarse con esos mismos criminales de Estado en tierras españolas: las chekas en España fueron los verdugos de sus aliados “anarcosindicalistas” y en general de los proletarios enviados al muere, por esa ideología confusa y comprometida con el Estado ruso de los Pestaña y compañía. Hoy, un siglo después, ¡el anarco sindicalismo sigue haciendo alianzas en muchos países con los asesinos de la revolución social! Programáticamente toda esta ideología anarco leninista arranca de una crítica del leninismo solo como “autoritarismo” y su carácter represivo, sin denunciarlo por imponer la contrarrevolución y el desarrollo del capitalismo. De ahí deriva la debilidad ideológica del “anarquismo” frente al leninismo y su incapacidad a contraponer un proyecto social de destrucción del capitalismo y de la imposición social del comunismo.


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