11.MAY.19 | Posta Porteña 2017

Gavazzo : Algunos periodistas navegan en la impunidad o con el FA existe la autocensura

Por Haberkorn/Rodriguez

 

Las mentiras de Gavazzo:

el informe y los testimonios que confirman el segundo vuelo

 

Aunque el represor siempre negó la existencia del vuelo en el que se trajo desde Argentina a prisioneros uruguayos, siete personas y la Fuerza Aérea lo ratificaron

Leonardo Haberkorn y Natalia Roba el Observador mayo 11, 2019

No es la primera vez que Gavazzo niega el “segundo vuelo”. Ni la segunda. Ni la tercera.

Lo ha negado siempre. Lo negó en la Justicia, cuando fue condenado por 28 homicidios de prisioneros uruguayos trasladados desde Argentina. Lo negó en su autobiografía, en la que dedicó muchas páginas al tema. Lo negó en “Gavazzo. Sin Piedad”. Lo negó en el Tribunal de Honor hace meses. Y ahora lo ha negado, una vez más, en una entrevista con el diario El País. 

En su autobiografía dijo: “El vuelo nocturno del 5 de octubre de 1976 no existió; si el vuelo no existió no pudo haber transporte de prisioneros”

Gavazzo repite lo que ya ha dicho muchas veces: que aquellos uruguayos hoy desaparecidos –la mayoría integrantes del PVP– que fueron capturados en Buenos Aires en 1976, fueron muertos en Argentina por argentinos

Sin embargo, esta repetida negación choca con otros testimonios aportados a la Justicia y con lo ya asumido en forma oficial por la Fuerza Aérea.

La mayor parte de los uruguayos que sobrevivieron al infierno porteño de Automotores Orletti –donde las torturas fueron terroríficas– fueron trasladados a Uruguay en al menos dos vuelos clandestinos. Los que vinieron en el primero, sobrevivieron y fueron usados en una farsa ideada y montada por el propio Gavazzo, seguramente para alargar la dictadura y conseguir apoyo internacional: se los hizo aparecer falsamente en el chalet Susy de Shangrilá, el 28 de octubre de 1976, como un grupo guerrillero que quería invadir el país.

Dando rienda suelta a su sed de protagonismo, Gavazzo habló esa noche en cadena de radio y televisión, y leyó un comunicado que él mismo había redactado. En aquel momento de gloria, con su rostro y su voz en todos los hogares, Gavazzo le contó al Uruguay una mentira detrás de otra sobre aquellos prisioneros presentados como invasores. En los comunicados que envió a la prensa, dijo que a los subversivos se le habían incautado documentos que demostraban que planeaban matarlo... ¡y que al mismo tiempo lo definían como un excelente padre cuya característica era tener “manifestaciones exageradas de cariño” hacia su familia!

Ese es Gavazzo.

La historia del segundo vuelo es menos pintoresca, para empezar porque todos sus pasajeros murieron y están desaparecidos.

 

“Juan Rodríguez”

 

Lo que sabemos del “segundo vuelo” lo debemos en gran parte al tesón del periodista Roger Rodríguez. 

Seguramente es por eso que Gavazzo lo llama en forma despectiva “Juan Rodríguez”.

El periodista informó por primera vez de la existencia del “segundo vuelo”, el 15 de marzo de 2002, en una nota en la publicación Posdata Folios. 

Las tareas de embarque, desembarque y posterior traslado estaban a cargo del SID, desconociendo las tripulaciones la cantidad e identidad de los pasajeros, ya que los tripulantes debían permanecer aislados en la cabina...”  

                        Fragmento del informe oficial de la Fuerza Aérea de agosto de 2005

La fuente de la noticia era un represor argentino, integrante de la banda del paramilitar Aníbal Gordon, que le entregó entonces a Rafael Michelini la información que permitió ubicar a Simon Riquelo, el hijo de Sara Méndez. 

Roger Rodríguez recuerda hoy el primer encuentro con aquel confidente argentino. Junto con Michelini llevaban meses buscándolo.

Finalmente, el hombre –para que no molestaran más a su madre llamándola por teléfono a su casa–, los contactó a través del entonces Síndico General de la Nación de Argentina, Rafael Bielsa, quien luego sería canciller. 

La primera reunión se hizo en la casa de Bielsa, quien –recuerda Rodríguez– vivía en “un coqueto apartamento reciclado en un antiguo silo o molino”.

La reunión fue tensa y extenuante. El argentino no se decidía a hablar. Después de muchas horas y rondas de café, Bielsa sirvió whisky en vasos de cerveza llenos hasta el tope. 

“Creo que hubo un momento de quiebre cuando en medio de aquella charla tan larga, densa y tensa, le dije mi mejor frase: ‘Lo que yo te pido vos me lo sacás con cinco minutos de picana y nosotros hace seis horas que estamos hablando contigo’”, recuerda hoy el periodista uruguayo.

A esa reunión siguieron muchas otras.

Roger Rodríguez las describe en una publicación todavía inédita que compartió para esta nota.  

“Los encuentros eran ‘cinematográficos’ (a él le gustaba mucho el acting) y yo debía seguir todo un protocolo para poder encontrarlo, en particular porque durante un período él pasó a estar requerido en una causa penal. Yo le anunciaba por email que iba a viajar a Buenos Aires. Lo hacía por la Cacciola y demoraba nueve horas en llegar (si no había tormenta). Tenía entonces que ir hasta cerca de Retiro y desde un locutorio enviarle otro email confirmando que había llegado y dónde estaba. Él me daba instrucciones para ir a otro lado, desde allí, locutorio mediante mandaba otro mensaje (yo creo que ahí ya me vigilaba) y me decía que fuera a un hotel”.

En el hotel debía esperar que alguien lo llamara por teléfono. Cuando atendía, su fuente le confirmaba que estaba esperándolo en un bar cercano. Cuando llegaba, el hombre siempre tenía una apariencia distinta.

“Un día aparecía de traje y corbata, con gomina y sin bigote, para parecer un funcionario bancario. Otras, podía llegar despeinado, con ropa vieja y sin afeitar, simulando un trabajador. Una vez de bigote y con mameluco de obrero. Creo que se divertía haciendo esa escenificación... Pienso que había visto muchas películas y realmente se sentía ‘El Santo’, su serie preferida de TV y razón por la que tenía empatía con mi nombre”. (El protagonista era el actor Roger Moore).

En una de esas conversaciones, el argentino le dijo al periodista en referencia a los uruguayos detenidos en Orletti: “De Uruguay a los argentinos nos han cobrado todo y mucho ha salido a la luz. Pero que no nos adjudiquen esas desapariciones. A los que no murieron en Orletti nosotros los devolvimos”

Y le informó que se los habían llevado en un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya.

Avión 511

La confiabilidad del informante argentino quedó demostrada por los datos verdaderos y precisos que aportó para ubicar al hijo de Sara Méndez y también por nuevos datos y confirmaciones.

En setiembre de 2002, un militar uruguayo le corroboró a Rodríguez los datos brindados por el argentino y le dio más detalles. El vuelo habría ocurrido en las primeras horas de la madrugada de un día a principios de octubre de 1976. El avión habría sido un C-47 de la Fuerza Aérea Uruguaya, el 511.

“De la aeronave, que según el testigo, carreteó hasta ser estacionada junto al hangar de la Brigada de Mantenimiento y Abastecimiento (BMA) de la FAU, custodiados por soldados, descendieron entre 14 y 16 civiles encapuchados –uno de ellos vendado con una bufanda–, quienes fueron subidos a camiones del Ejército y trasladados con rumbo desconocido”, escribió Roger Rodríguez en La República.

La nave –según ese informante– tenía como piloto al mayor Walter Pintos, como copiloto al mayor José Pedro Malaquín y como tripulante al capitán Daniel Muñoz. La Brigada de Mantenimiento y Abastecimiento estuvo esa madrugada a cargo del mayor Walter Dopazo.
Cuando se publicó esta nota, Malaquín era el comandante en jefe de la Fuerza Aérea Uruguaya.

Tres años después, la Fuerza Aérea Uruguaya admitió la existencia de ese “segundo vuelo” en un informe elevado al presidente Tabaré Vázquez, aunque manifestó desconocer “la identidad y cantidad de pasajeros”.

Según la información oficial, el viaje ocurrió el 5 de octubre de 1976, partió de Aeroparque y aterrizó en la plataforma de la entonces Brigada de Mantenimiento y Abastecimiento.

El vuelo fue ordenado por el Comando General de la Fuerza Aérea, a solicitud del Servicio de Información de Defensa (SID) del Ejército, que se habría encargado de todo, menos de pilotear el avión.

“Llegué a la convicción personal de que había existido (...) Fue un vuelo nocturno. A la tripulación se le dijo al momento de decolar cuál era el destino y la razón, que había detenidos uruguayos que sus vidas corrían riesgo. Fueron características similares al primer vuelo” 
Enrique Bonelli, excomandante en jefe de la Fuerza Aérea

“Las tareas de embarque, desembarque y posterior traslado estaban a cargo del SID desconociendo las tripulaciones la cantidad e identidad de los pasajeros, ya que los tripulantes debían permanecer aislados en la cabina de vuelo de la aeronave durante el transcurso de las operaciones”, dijo el informe de la Fuerza Aérea incluido en el expediente en el que Gavazzo fue condenado y al que accedió El Observador.

No se brindó la identidad de los tripulantes.

El informe estaba firmado por el entonces comandante Enrique Bonelli, quien en todas sus declaraciones judiciales y periodísticas desde entonces se ha reafirmado en aquella declaración.

“En una fosa común”

El juez Luis Charles instruyó el caso del segundo vuelo junto a la fiscal Mirtha Guianze.

Bonelli declaró el 2 de mayo de 2007. Relató que él había sido el piloto del “primer vuelo” –el de los que sobrevivieron para hacerlos pasar como guerrilleros invasores– y reafirmó que también existió “otro vuelo”.

Sobre el primer vuelo que él mismo piloteó, relató: “Nos dijeron ‘ustedes se quedan en la cabina, es una misión secreta’. Estuvimos creo que una hora o más, cuando llegaron las personas entraron por atrás, no sé cuántas eran. Veía las cosas de los pasajeros, no sé quién las traía”. 

“Volvimos a Carrasco, allí alguien nos esperaba, no recuerdo quién. Se llevaron a los pasajeros por atrás”, agregó y dijo no recordar quién recogió a los pasajeros tras el aterrizaje.

Sobre el “segundo vuelo” manifestó:“Llegué a la convicción personal de que había existido (...) Fue un vuelo nocturno. A la tripulación se le dijo al momento de decolar cuál era el destino, y la razón, que había detenidos uruguayos que sus vidas corrían riesgo. Fueron características similares al primer vuelo. Por lo que pude determinar fue el 5 de octubre de 1976”.

Confirmó que el avión fue un C-47 y que personal del SID recibió a los pasajeros trasladados

“Quiero expresar algo. A fines de octubre de 1976 tres meses después del vuelo que yo hice y días después del segundo vuelo me entero en el noticiero que se había montado un operativo en el chalet Susy de Shangrilá en el cual habían tomado prisioneros a determinada cantidad de personas y que había un rumor entre nosotros que ahí estaban las personas que trajimos. Años después, investigando para este informe, me entero de que otra tripulación pensó exactamente lo mismo: pensamos que esa gente iría presa y que eran ellos”. 

Walter Pintos, el oficial que habría sido piloto del segundo vuelo según el militar uruguayo que fue fuente de Roger Rodríguez, también declaró ante la Justicia.

Admitió que el 5 de octubre de 1976 hizo un vuelo a Buenos Aires, pero sostuvo que fue diurno. 

A las restantes preguntas que le hicieron el juez Charles y la fiscal Guianze, Pintos respondió no saber: ¿qué transportó ese vuelo?, ¿quiénes fueron los otros tripulantes?, ¿el Ejército tuvo alguna participación?

Pintos explicó que en 1976 solo el Grupo 3 de la Fuerza Aérea volaba aviones C-47.

Malaquín declaró el 26 de abril. En 1976 era capitán y prestaba servicios en el Grupo 3. Dijo que era habitual hacer viajes pedidos por el Ejército, pero que nunca supo del transporte de detenidos.

El abogado Gonzalo Fernández, entonces secretario de la Presidencia, declaró el 8 de mayo de 2007 y relató lo que le había dicho el entonces comandante en jefe del Ejército, Carlos Díaz.

“Me dijo que (a) las personas trasladadas (en ese vuelo) se las habría trasladado al Batallón 14 y recuerdo que se hablaba entonces de una fosa común.El equipo de Facultad de Humanidades estuvo buscando restos, pero no los encontraron. El general Díaz no logró establecer la nómina de las personas trasladadas, es todo lo que sé”.

“¿En qué se basa usted para afirmar que el Ejército admite y ratifica que hubo un segundo vuelo?”, le preguntaron en el juzgado.
“En la información que en su momento me brindara el comandante Díaz y en el informe previo. Díaz me puntualizó después de esas declaraciones que la operación era del SID que no dependía jerárquicamente del Ejército sino del Ministerio de Defensa Nacional”.

 “Nada me permite dudar”

Los testimonios que implican a Gavazzo –uno de los principales oficiales del SID– en la captura, tortura y traslado de prisioneros uruguayos desde Argentina, son numerosos. Ana Quadros, que estuvo presa en Orletti y fue una de las pasajeras del “primer vuelo”, declaró en “Sin Piedad” que escuchó a Gavazzo discutir con los argentinos: los porteños querían matarlos, Gavazzo quería traerlos a Uruguay.

Hubo, además, otros traslados de prisioneros capturados en Argentina, que desmienten la pretensión de acotar los traslados únicamente al primer vuelo. Uno de ellos es el caso de los hermanos Anatole y Victoria Julien. Sus padres, militantes del PVP, Roger Julien y Victoria Grisonas fueron descubiertos en la provincia de Buenos Aires el 26 de setiembre de 1976. Julien se habría suicidado con una pastilla de cianuro antes de ser capturado. Grisonas fue llevada a Orletti y hoy está desaparecida.

Sus hijos, Anatole y Victoria fueron vistos en Orletti y luego en Montevideo, en la sede del Servicio de Información y Defensa (SID), una casona en bulevar Artigas.Anatole tiene algunos recuerdos de Gavazzo del lapso que vivió allí. Ambos niños, sin que se sepa exactamente cómo y por qué, fueron abandonados a fines de noviembre de 1976 en una plaza de la ciudad chilena de Valparaíso.

El caso de la argentina María Claudia García de Gelman también refuta la pretensión de negar los traslados: la trajeron embarazada a Uruguay, esperaron que naciera su hija, que aquí nació. Luego la mataron.

En la entrevista para el libro “Sin Piedad”, Gavazzo dijo lo de siempre: que el segundo vuelo no existió. Ante la pregunta de por qué la Fuerza Aérea inventaría semejante historia, nada honrosa para su historia, no supo dar una respuesta precisa.

Gavazzo parece estar solo en su negativa del “segundo vuelo” y (casi) nadie parece darle mayor validez a sus desmentidos.

Tres oficiales retirados de la Fuerza Aérea consultados no dudaron del informe oficial.

“Yo estoy a lo que dijo el comandante de aquel momento, y a lo que refrendó el presidente de la República. No tengo ningún elemento que me permita dudar de aquello”, dijo a El Observador el excomandante de la Fuerza Aérea, Alberto Zanelli.

En el reciente Tribunal de Honor, Jorge “Pajarito” Silveira también dio como un hecho el segundo vuelo.

Y el propio general Guido Manini Ríos también lo hizo cuando era comandante del Ejército. Le dijo al portal Ecos el 1° de febrero de 2018:  “Las Fuerzas Armadas capturaron a los principales líderes guerrilleros y los cuidaron muy bien. Sendic, que fue capturado gravemente herido en la cara, fue operado varias veces para salvarle la vida. Se lo pudo haber dejado morir, pero no se hizo. No era la forma de actuar del Ejército. Pero tres o cuatro años después, sobre todo en el Servicio de Información y Defensa, comenzó a haber otra forma de actuar. Y ahí comenzaron a ocurrir los casos más injustificables de la dictadura, como el caso Castro, el segundo vuelo y el caso María Claudia García de Gelman”.

 

 

LA "REPATRIACIÓN FORZADA DE LA DICTADURA" 

 

SECUESTROS Y REPATRIACIÓN FORZADA

DOCUMENTO DE LA CANCILLERÍA CONFIRMA SECUESTROS Y TRASLADOS

Roger Rodríguez. DIARIO LA REPÚBLICA. URUGUAY... julio 24, 2007

El secuestro de opositores en el exterior y su repatriación clandestina fue una faceta de la coordinación represiva de las dictaduras de la región que comenzó mucho antes del llamado "Plan Cóndor". Desde 1974 hubo más de un centenar de víctimas del traslado forzado por parte del régimen uruguayo, 44 de ellos pudieron sobrevivir, 65 siguen desaparecidos y 5 fueron fusilados.

Un documento confidencial de la Embajada de Uruguay en Buenos Aires, fechado el 2 de junio de 1976, revela como política de Estado de la dictadura el traslado ilegal al país de ciudadanos secuestrados en el exterior, del que fueron víctima más de cien uruguayos, de los cuales 65 continúan desaparecidos.

El material desclasificado, que presentó ante la Justicia penal el abogado Oscar López Goldaracena, confirma documentalmente una de las facetas de la coordinación represiva de las dictaduras militares en la región, donde el secuestro de opositores en el exterior se ejecutó antes de institucionalizado el llamado Plan Cóndor.

El texto codificado "C194/24 Z" del funcionario Voss Rubio señala que "se aprueba y comparte todo lo actuado por la Embajada y la sección consular en esta materia en las demás vinculadas con los recientes hechos de notoriedad", en alusión a los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.

Y concluye que en el caso de "personas legalmente requeridas por autoridad competente del Uruguay se servirá proveer a su traslado a la República", lo cual ocurriría luego en el primer y segundo vuelo de Orletti y en los traslados masivos de 1978, que indaga el juez de 19º Turno, doctor Luis Charles.

La historia de los traslados ilegales de uruguayos radicados en el exterior o de ciudadanos extranjeros "devueltos" a sus países desde Uruguay implica desde 1974 una larga lista de casos, que incluye por lo menos a 110 víctimas, de las cuales 44 sobrevivieron, 65 están desaparecidas y cinco fueron fusiladas.

HUBO TRASLADOS DESDE 1974

El primer traslado ilegal del que se tiene confirmación fue el sufrido por el tupamaro Antonio Viana Acosta, secuestrado en Argentina el 24 de febrero de 1974, y derivado a la División de Ejército IV, entonces a cargo del general Gregorio Álvarez, donde fue intensamente torturado antes de ser procesado.

En noviembre de aquel año, otros seis uruguayos fueron traídos a Montevideo desde Buenos Aires: Héctor Brum, María de los Ángeles Corbo de Brum, Graciela Estefanell, Floreal García, Mirtha Hernández de García y Julio Abreu. Los cinco primeros aparecieron fusilados en Soca ese 20 de diciembre.

De ese grupo, quedaron dos sobrevivientes que testifican lo ocurrido: el niño Amaral García, hijo de Floreal y Mirtha, quien fue entregado a una familia de policías argentinos, y Julio Abreu, quien narró su historia  luego de 30 años de un silencio impuesto con amenazas de muerte.

Un año después, el 27 de noviembre de 1975, también la uruguaya Nidia Caligari, quien había sido detenida en Buenos Aires e interrogada por miembros de las Fuerzas Conjuntas uruguayas en Argentina, terminó siendo ilegalmente trasladada a Montevideo.

En diciembre de 1975 se produjo un triple traslado: el uruguayo Mario De Negri fue detenido en Argentina, traído a Montevideo, llevado nuevamente a Buenos Aires y otra vez transportado a Uruguay junto al matrimonio uruguayo compuesto por Alejandro Nogueira y Andrea Ferrara.

LOS “VUELOS” DESDE ORLETTI

El año 1976 se inició con el secuestro en Buenos Aires de Winston Mazzucchi y Nebio Melo Cuestas, quienes desaparecidos el 8 de febrero pudieron se traídos a Uruguay, como ocurrió con Néstor Arrúa Aguirre, al que detuvieron en Concordia, Argentina, y lo entregaron en la Brigada de Infantería Nº 7 de Salto.

Meses después el propio Zelmar Michelini le advertiría a un amigo en una carta que si por alguna razón llegaba a aparecer en Uruguay sería porque lo trasladaron sin su consentimiento. Pero Michelini, como Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whithelaw, sería directamente asesinado.

A mediados de ese año es que los represores de la dictadura uruguaya se instalan en el centro clandestino de detención conocido como Automotores Orletti, donde sería detenido y torturado medio centenar de uruguayos, integrantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).

El 23 de julio, hace 31 años, fueron traídos ilegalmente en el llamado "primer vuelo" 23 miembros del PVP que habían sido secuestrados entre junio y julio. La mayoría del grupo sobrevivió y fue procesado por la Justicia militar luego de un falso operativo de detención simulado en un chalet del balneario Shangrilá.

El 5 de octubre siguiente, otros 22 integrantes del PVP que habían sido secuestrados en los meses de setiembre y octubre, también fueron trasladados ilegalmente en el "segundo vuelo" de Orletti. Luego de ser mantenidos vivos durante casi un mes, todos ellos fueron asesinados y continúan desaparecidos.

MUJERES Y NIÑOS POR DINERO

Varios de aquellos traslados ilegales, efectuados sobre mujeres y niños, aparecen vinculados con un provecho económico de los represores, como es el caso de las familias de los desaparecidos Adalberto Soba y Alberto Mechoso trasladados el 27 de setiembre de 1976 junto a siete millones de dólares.

María Elena Laguna de Soba, sus hijos Sandro, Leonardo y Tania, como Beatriz Castellonese de Mechoso y sus hijos Beatriz y Alberto, fueron traídos a Uruguay por los coroneles José Gavazzo y Ricardo Arab en un vuelo de PLUNA, fingiendo ser sus esposos y trayendo aquel dinero robado en una valija.

Tampoco es claro el contexto en que fue trasladada la nuera el poeta Juan Gelman, María Claudia García, una joven de 19 años embarazada a término, que fue traída a Uruguay en el "paquete" del segundo vuelo de Orletti, para que diera a luz una niña que fue entregada a la familia de un policía uruguayo.

Del mismo modo, tampoco está confirmada la forma en que Anatole y Victoria, los pequeños hijos de los también desaparecidos Roger Julién y Victoria Grisonas, fueron transportados primero a Montevideo y luego "enviados" a una familia en Chile, que terminó por abandonarlos en la ciudad de Valparaíso.

La hipótesis de que haya existido un "negociado" en la entrega de esos niños, también implica al caso de Mariana Zaffaroni, hija de Jorge Zaffaroni y María Emilia Islas Gatti, quien fue "entregada" a Miguel Ángel Furci, un miembro del Servicio de Información del Estado (SIDE) argentino.

COMO CAMBIANDO “FIGURITAS”

La política de traslados también era un método recíproco, lo que permite presumir el destino que pudieron sufrir los hermanos argentinos Claudio y Lila Epelbaum Slotopolsky, desaparecidos en Punta del Este el 4 de noviembre de 1976 y probablemente devueltos a su país.

Uno de los traslados ilegales quedó documento en los "Archivos del Horror" de Paraguay: los uruguayos Nelson Santana y Gustavo Inzaurralde, detenidos en Asunción en mayo de 1977, fueron llevados a Argentina en un avión de la armada de ese país, escoltados por el coronel uruguayo Carlos Calcagno.

Aunque el vuelo desde Paraguay tenía como destino la Argentina, es muy probable que desde allí fueran luego enviados a Uruguay, como ocurrió días después, el 3 de junio de 1977, con Edison Eduardo Robatto, capturado en Concordia y entregado, sin aduanas, al batallón de Infantería de Salto.

El argentino Oscar De Gregorio, vinculado al movimiento Montoneros, fue detenido por la Armada uruguaya en el puerto de Colonia el 16 de noviembre de 1977 y su devolución a la dictadura del vecino país se terminó decidiendo en el Cónclave del balneario Solís.

Menos pública fue la forma en que "repatriaron" al argentino Jaime Dry, a quien detuvieron el 10 de diciembre de 1977 en la Costa de Oro, trasladaron a un centro de torturas en Montevideo y finalmente transportaron en una avioneta hacia Argentina donde fue entregado a los represores de ese país.

MÁS VÍCTIMAS DE LA TABLADA

Una avioneta también fue el mecanismo de traslado para Elsa Altuna, secuestrada en Argentina el 1º de febrero de 1978, el mismo día que asumía como comandante en jefe del Ejército el Goyo Álvarez, y traída ilegalmente a Montevideo para recluirla en el centro de torturas de La Tablada.

En La Tablada fueron vistos y oídos Carlos Cabezudo, Eduardo Gallo, Carolina Barrientos y Célica Gómez, cuatro opositores al régimen que habían sido secuestrados en Argentina a fines de 1977 y principios de 1978 y habrían sido traídos en febrero en una lancha desde el porteño "pozo" de Banfield.

Ese grupo de trasladados sería una antesala de lo que el 16 de mayo ocurriría con otra veintena de uruguayos, vinculados a los Grupos de Acción Unificadora (GAU), quienes habían sido secuestrados entre el 20 y 21 de diciembre, fueron torturados en los pozos de Banfield y Quilmes y también están desaparecidos.

Estos viajes clandestinos, denunciados ante la Justicia como el "tercer traslado masivo" incluyen otros intercambios, como el sufrido por el matrimonio argentino de Claudio Logares y Mónica Grispón, a quienes sobrevive su hija Paula, detenidos en Uruguay y llevados a Argentina el 18 de mayo de 1978.

Ese mismo día ­y probablemente en el mismo transporte-­ habrían sido traídos a Uruguay los miembros de la familia Severo Barreto (Carlos, Marta y su esposo Jorge Martínez, Ary y su mujer Beatriz Anglet), secuestrados en Argentina entre el 20 y 24 de abril de aquel año.

La historia del "tercer traslado masivo" también incluye la venida desde Argentina de otras tres mujeres uruguayas: Iliana García de Dossetti y Graciela Noemí Basualdo de Goycochea que habrían sido traídas en junio de 1978, y María Asunción Artigas de Moyano transportada en agosto luego de dar a luz. 

 

Algunos periodistas navegan en la impunidad o con el FA existe la autocensura

 

En general las notas  si bien tienen info  que es de hace años son IMPORTANTES y  arrojan, la posibilidad de plantearse ciertas cosas , de la historia que nos contaron, por eso queremos hacer unos comentarios, quizás en forma desordenada , pero con la idea de poder retomarlo,  pues quiere decir que mientras unos PVP NEGOCIABAN CON GAVAZZO otro eran degollados  eso hoy cada vez está más  CLARO, por eso hay quienes salen a despotricar con que el genocida Gavazzo abra la cloaca

Como por ejemplo en el caso del caso del  Chalet Susy de Shangrilá, que si bien fue un operativo montado por la dictadura una  puesta en escena del Plan Cóndor para legalizar, ante la opinión pública, detenciones de uruguayos secuestrados en Argentina, y trasladados en forma clandestina al país, contó con la colaboración de algunos miembros del PVP, algunos muertos hoy pero otros vivos, por ejemplo la maestra Elena Quinteros , que todavía estaba viva se opuso a ese acuerdo, como otros miembros y esa es una de las tantas cosas que no se habla

Los periodistas no llegan a los archivos de una buena vez??

Estos están flechados, cuando no tachados como lo expreso claramente Jorge “perro” Vázquez hermano del presidente y custodio del famoso rollo 8 (archivo militar mal  llamado Berrutti) donde están todos los colaboradores de todos los pelos y fracciones habidas y por haber donde se detalla su tarea de ayer de hoy y de mañana y también el sueldo que reciben incluido el 2019  dijo “si doy a conocer esto el frente amplio desaparece y tendría que comenzar de nuevo” Esa es la madre del borrego.

Los periodistas investigan y muy pocos son independientes y muchos callan o se casan con versiones flechadas porque de algo hay que vivir,  de ahí se ve como saltan algunos “periodistas y escritores”  contra la entrevista de Paula Barquet, no soportan que se digan ciertas cosas;  hay excepciones son muy buenos los trabajos de investigación de Rodríguez y de Haberkorn, pero y ¿? Hay que seguir esperando… es en capítulos

Nunca, nos parece humildemente, se dice el 100% de lo investigado nunca se publican, miles de testimonios que son verdad. Solo se habla de lo permitido se manifiestan en silencio por que así lo mandan los dueños de la impunidad.

Los desparecidos son huesitos que se comercializan “dame un huesito y te doy esto” decía Gonzalo Fernández, Dame el cuerpo de un desaparecido y te voto aquello, es el negocio político.

Para que necesitamos a Gavazzo y sus archivitos, ahora allanados y en “buena custodia” si tenemos centenares de torturados que saben incluso más que él.

Pero predomina la miseria humana que tal testimonio es falso que tal testimonio es de un enfermo psiquiátrico, que aquel soñó, que aquel está enfermo, que  es la cantada de alguien que laburaba en La Computadora

Que, si te doy este testimonio, pero lo tache para protegerte decía Graciela Jorge que entregaba los archivos tachados a los legítimos dueños y así hacia los mandados de Mujica, o los Archivos Vaticanos de ahora , donde  el Ministerio de Relaciones Exteriores,  da un protocolo a los interesados para obtener el acceso a la documentación existente, claro solo si te nombran ,  o sea que también son tachados ; entonces   para que necesito a Gavazzo que me diga que quien más colaboro estando preso , si sabemos que Mujica , va ganando por varios cuerpos... si eso lo vemos todos los días

No conocemos,  y es importante saberlo, por ejemplo el testimonio que señala lo  de un  preso político, un testigo  que  escuchó a León Duarte, que  llegó vivo al cuartel el 13 o 14, este testimonio dice que lo reconoció por el terrible vozarrón que tenia, y gritaba  "soy León Duarte nos trajeron de Argentina y nos van a matar a todos":esto  es del 2002 los periodista que investigan no conocen  ese    dato ¿?

Por eso si se lee o se difunde  el testimonio del Perro Pérez. Quedan en la luna… es lo más valioso sobre Orletti (un pedazo esta en el libro ·"A TODO ELLOS" de familiares)

Siempre supimos de la actuación de  Casella en la base  comprada con plata del  PVP...( hubo compañeros que lo señalaron ;  en su momento,  cuando Huidobro y casi todo el MLN  los defendió junto a Radaelli  y Sarli por el asesinato del bioquímico chileno Berríos ....hubo varios miembros del MLN, que participaron en reuniones  en Parque del Plata con esos “TENIENTES DE ARTIGAS” y están vivos, y en la vuelta , y son muchos más los integrantes activos ,o no de la orga que conocen de estas historias ; pero se callan

Entonces porque dan Gatti y Duarte muertos en Argentina ¿? Cuando eso es un objetivo a investigar y, o plantear, por eso Gavazzo dice que el vuelo no existe no quiere correr con esos asesinatos... lo importante es apuntar a que Duarte fue asesinado en Uruguay y no ocultarlo como lo hicieron varios  Es decir volvemos el centro es claro,  están los que quedaron vivos porque según ellos los extorsionaron  y los que quedaron en cementerios clandestinos o fosas comunes ¿?  El 2do vuelo son más de 16 compañeros

Pero ese milico argentino que  da un testimonio a Rodríguez en postdata no lo especifica la cantidad de vuelos y otros métodos de traslados   (lanchas) pero confirma que todos fueron trasladados a Uruguay Cabezudo, Carolina, Gallo, Celica Gómez de los pozos de Quilmes Banfield y otro son trasladados a Uruguay a La Tablada, base Roberto de la OCOA;  esto en el 2002 s e negaba y no se  había investigado  y antes esta el traslado de Nebio Y Mazzuchi

Con lo del GAU hicieron otro pelotón y los fusilaron solo quedaron convida los que colaboraron

Que lastima que lo  de Roger Rodríguez sea inédito por que parece que es importante! No sería conveniente publicarlo para que lo  tomen esos señores que dicen que hacen justicia"????

Haberkorn  dice  que todo eso lo tiene escrito Rodríguez y que son primicias!!! Es decir desde el 2005  o antes del  2002 tiene todo lo que converso con el milico de Gordon que es quien le da los datos sobre el niño Simón Riquelo  o sea que se encontró a Simón  con los datos, que le dio un militar, será bueno tener pronta toda la info , para poder llegar a la verdad antes que nos pelemos todos

Con esta situación tendremos eterna impunidad porque de versos y de humo no se vive, mucho menos para tener verdad y justicia

Posta


Comunicate