22.MAY.19 | Posta Porteña 2020

Venezuela Polarizada: No Nos Ayuden Tanto

Por Comandante Aniceto

 

Ayúdenos de los Ayudantes

 

Galeano refirió muchas veces el estado en que quedaban los países “ayudados” por el imperialismo. Suelo recibir mensajes angustiosos de varias partes del planeta inquiriendo sobre la situación venezolana y los posibles desenlaces: ¿Invasión Yanqui? ¿Contraataque Euroasiático? ¿Elecciones libres supervisadas? ¿Dictadura comunista?

Aquí se sufre mucho, pero hemos descubierto que por solidaridad, o intereses por concretar, en otros países se sufre por Venezuela también.

En esta sociedad global la verdad fallece en cada tecleada a Twitter,  Facebook, Instagram, informativos televisivos, radiales, de la web o de la nube. Ni hablar de las declaraciones in vivo de los políticos. En particular pudieran ser graciosos los análisis que hacen sesudos investigadores extranjeros de una realidad que no viven, apenas la miran y la oyen en sus laptops o sus Samsung. No la observan ni la escuchan,  mucho menos la padecen, como nosotros los venezolanos de a pie.  Me refiero a los “analistas” extranjeros. Y en especial a los pocos que “analizan” de buena fe. El resto no merecen ni ignorarlos, como diría Mario Moreno.

En Venezuela estamos sufriendo como nunca: en este pobre país rico sobrevivimos entre bandas que controlan el territorio, sus riquezas, sus gentes y propiedades.

Sin gobierno que administre y sin Estado que proteja. Se han disuelto. Una delicia para ácratas y stalinistas. Sin medicamentos, en medio de una espantosa hiperinflación, sin acceso regular y humano a los alimentos, sin servicios de electricidad, agua potable, seguridad, transporte, y lo peor: sin esperanzas.

En medio de este caos todos dicen la verdad y todos mienten a la vez.

El imperialismo solo tiene interés en apoderarse de nuestros recursos energéticos, minerales, acuíferos, boscosos, humanos (mano de obra barata o esclava), posición geográfica y un mercado de consumidores de toda la basura que nos venden. Por eso nos bloquean y ahogan. Y tienen razón los chavistas cuando definen esos intereses por parte de los yanquis, así como tienen razón los opositores que le endilgan tales intensiones  al imperialismo chino o a su similar ruso. Según el opinador de turno, los unos nos saquean, los otros son nuestros “amigos internacionales”

No miente nadie que diga que el actual,  es tal vez el gobierno más corrupto e ineficaz de nuestra historia republicana. Que desfalcó cientos de miles de millones de dólares en negociados con empresas nacionales y extranjeras. El clamor por Odebrecht, por nombrar solo una, viaja con los cuerpos de los millonarios que van muriendo atragantados de colesterol y whiskys en las costas de Florida o en los que siguen en sus procesos de disfrute en cualquier parte de este sufrido planeta.

Según la Comisión de la Verdad y Justicia en su informe final, 10.071 venezolanos fueron víctimas de tortura y desaparición en el período 1958-1998. Es decir: durante los cuarenta años de la cuarta república de Acción Democrática y COPEI.

El eje del discurso en ese tiempo de esos luchadores asesinados era lo grotesco que significaba que la población viviera en pobreza mientras se había acumulado en esos cuarenta años una deuda externa de 35 mil millones de dólares producto del robo petrolero, la ineficiencia y la corrupción capitalista. En esta revolución rojita, un solo ministro de agricultura, manejó directamente durante 6 años (de 2006 a 2012) cuatro mil millones de dólares anuales, asignados por el presidente Chávez. E indirectamente por cuatro años más (de 2012 a 2016 los ministros subsiguientes fueron de su equipo) la misma cantidad anual. Es decir cuarenta mil millones de dólares. Pudiéramos decir con temeridad que aquello que costó al menos 10.071 vidas en cuarenta años, los gastó este personaje en solo diez y hoy no solo anda libre y pontifica, sino que le importa un bledo explicar que hizo con 40 mil millones de dólares y por qué Venezuela no produce ni limones.

Sería interminable intentar explicar la corrupción venezolana. Hoy por las razones que sean,  ha permeado hasta el tuétano del más humilde de la población, con la misma furia que abandera al burócrata “socialista” millonario. Y no era tan distinto en la era prerevolucionaria. Tampoco es muy fácil comprender la psique de este peculiar y sufrido pueblo loco que muy bien describiera Francisco Herrera Luque en Viajeros de Indias y La Huella Perenne, lecturas obligatorias para quienes quieren hacernos “el favor” de comprendernos.

Este gobierno, otrora con gran apoyo popular, creó bandas armadas para perseguir la disidencia, controlar la política y los territorios. Ahora perdió el control de las mismas, desapareció el comando central hace años, y cada grupo anda de su cuenta, con sus propias iniciativas y sus propios jefes millonarios. Están en todo: el control de los alimentos, las medicinas, el licor, los territorios, el narcotráfico, la trata de mujeres, todo!!!

Este gobierno, que hizo negocios por armamentos con los rusos cuando se necesitaba desarrollar el agro, que entregó a la clase militar corrupta, anticomunista y liberal todo el control de la economía, que desguazó a PDVSA, liquidó las incipientes y aún algunas de las pocas consolidadas organizaciones de base instaurando el control de toda la política en un único partido que no renueva su liderazgo desde hace más de 20 años “porque estamos en guerra”.  Que mantiene un sinnúmero de cubanos en consultorios vacíos de medicamentos, de electricidad y de pacientes a cambio de dólares y apoyo en inteligencia y contrainteligencia. Que destartaló por falta de mantenimiento, estulticia y corrupción  el servicio eléctrico nacional. Que contrató, pagó y no instaló un número enorme  de plantas termoeléctricas con amigos de los Kirchner que se tragaron muchos millones de dólares. Hoy enfrenta la posibilidad de tener que entregar el poder. En eso anda: negociando. Nada de lo dicho es inexacto.

Pero no miente tampoco quien describa a los opositores como fascistas asesinos que han quemado gente viva por su aspecto humilde, por “chavistas”. Que han saboteado la gestión de gobierno desde incluso antes que Chávez asumiera el poder formal. Que han dado golpes petroleros, organizado una severa guerra económica que esconde y especula con los productos de primera necesidad. Que son neopolíticos ignorantes y mafiosos cuyos padres o ellos personalmente vivieron del erario nacional y los negocios sucios por muchos años, y ahora ante el relevo de administración por la nueva burguesía roja han hecho un santo juramento de retomar el poder a costa de lo que sea. Que además han hecho y hacen millones de dólares en negocios con esa nueva burguesía rojo rojita, pero que al acabarse la melaza, ahora quieren toda la taza.

Que reconocen el organismo electoral cuando ganan y lo desconocen cuando pierden. Que han usado francotiradores y producido centenas de muertos en sus propias filas para montar sus falsos positivos. Que son racistas, criminales, inescrupulosos y cobardes. Pero sobretodos tan torpes, que frente a un gobierno tan desprestigiado, lo que acumulan como caudal político con golpes de suerte o acertados e inusuales líneas discursivas lo despilfarran en momentos que parecen de delirio y demencia.

El drama del venezolano de a pie es inenarrable. Los “analistas” hablan de una sociedad “polarizada”. Y dan un tanto de pena: creen en lo que les dicen. O peor, creen en sus propias conclusiones extraídas con las teclas. 

  Camaradas revolucionarios del mundo “uníos” sostienen la certeza de que el imperialismo yanqui avanza feroz contra la legítima y proletaria mayoría de la población que sostiene su revolución socialista a costa de un gran sacrificio histórico.

Liberales, neoliberales, capitalistas burreros o simples comerciantes, sostienen que la mayoría de la población, víctima del comunismo, se ha tranzado en dura lucha para “restaurar” la libertad y la democracia.

Aquí lo que sabemos todos es que dos bandos abominables, con sus managers imperiales y sus adjuntos internacionales, se disputan el oro, el petróleo, el agua, y la vida de nosotros sin preguntarnos. Y que los interesados de adentro que apoyan a uno u otro grupo viven o aspiran vivir de las hilachas y el despellejo de este inmenso desorden. Pero la gente “sana” que es la inmensa mayoría, vive un drama intenso: los que defienden a Maduro tienen razón de sospechar que los otros pueden ser peor: fascistas asesinos, intervencionistas y guerreristas y por eso es mejor sostenerlo. Y los que bregan por tumbarlo, tienen razón al pensar que no ha habido nada peor para la economía y el bienestar general que los años rojos y en particular los años “maduros” de la revolución bolivariana.

Tendré que recurrir a un ñangarazo para poder dormir: “¿Qué hacer?: Desechar las ilusiones y prepararse para la lucha” del difunto Lenin. O recordar a nuestro también difunto Luis Herrera Campins: “A comprar alpargatas, que lo que viene es joropo”.

Comandante Aniceto.

Desde la gran ergástula llamada Venezuela


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