30.MAY.19 | Posta Porteña 2022

29 de Mayo de 1969 : Se cumplen 50 años del CORDOBAZO

Por C.Rath /G.Sierra /H.Rovito

 

“El Cordobazo fue la huelga política de masas más importante de la clase obrera argentina hasta ese momento”

 

En un nuevo aniversario del Cordobazo, reproducimos la transcripción de una entrevista realizada a Christian Rath, dirigente del Partido Obrero,quien falleció el miércoles 16 de mayo de 2018  por Mario Hernández para FM La Boca (90.1) al cumplirse el 46º aniversario (2015)

Mario Hernández  Prensa Obrera 29 de mayo de 2018

Cristian Rath es coautor de “La revolución clausurada”, sobre una investigación de la Revolución de Mayo y protagonista del Cordobazo.

Christan Rath, participante del Cordobazo: ¿estabas en la Fiat?

No, en Thompson Ramco. En aquel tiempo era paritario en la convención salarial del SMATA.

Del sindicato que luego va a ganar René Salamanca.

En el ´72 nosotros ya estábamos despedidos, dirigimos la huelga grande del SMATA en 1970, que duró 40 días y quedamos afuera 700 activistas. Fue traicionada por el dirigente sindical peronista Elpidio Torres. Luego de eso, que es importante, porque a veces hay derrotas que no cierran ciclos, y esa huelga derrotada significó la ruptura de lo que quedaba de confianza en la base mecánica a Elpidio Torres y preparó el rumbo de la Lista Marrón que gana la primera elección en 1972.

Desde el punto de vista de la evolución del movimiento obrero, hay dos hitos más allá del Cordobazo, pero que lo suceden y no por casualidad, uno es la ocupación de la fábrica Fiat en 1970 que va a llevar a las direcciones clasistas expulsando a la vieja burocracia amarilla y otro, en el ´72, la recuperación del SMATA-Córdoba por la dirección que encarna la Lista Marrón.

Estamos hablando de un gran sindicato y no de un sindicato de fábrica como en el caso de los compañeros que representaban a la Fiat Córdoba.  (…) Muchas veces he leído que fue un hecho espontáneo, y contra esa opinión tuve la posibilidad de conversar con Juan Carlos Cena, compañero ferroviario, inclusive alguna vez escribí algo donde señalé este carácter espontáneo y él me corrigió y me hizo ver que estaba equivocado. Entonces, ya que fuiste participante directo te pregunto ¿cómo se organizó el Cordobazo?

Pienso que la historia del Cordobazo y del proceso político posterior es una historia que todavía debería ser contada. Porque si uno lo quiere resumir en dos palabras, el Cordobazo fue la huelga política de masas más importante de la clase obrera argentina hasta ese momento. Sobre la base del Cordobazo que significó derrotar a la policía, paralizar por un tiempo la fuerza militar que ocupó Córdoba, no solamente se abre la quiebra de la dictadura militar de Onganía, sino que la burguesía, que tiene una larga experiencia en contener y desviar las crisis, empieza a discutir y a plantearse una salida acelerada que no tenía planeada y que era el regreso de Perón, quien a esa altura era un viejo líder de un movimiento nacionalista que no se consideraba que volviera al país. Con el Cordobazo y el despertar político de una generación obrera que decidió terminar con la dictadura militar y reordenar el escenario, surge lo que se llamó el Gran Acuerdo Nacional (GAN)

Antes de continuar quisiera aclarar que huelgas políticas hubo muchas en el país, desde la Semana Trágica, el 17 de octubre de 1945 también es una huelga política, huelgas políticas son aquellos momentos en los cuales el trabajador y los que lo acompañan consideran que ya no pueden obtener un reclamo por la vía reivindicativa gremial y fabril, entonces tienen que salir a enfrentar al Estado para obtener lo que están pidiendo. Por ejemplo, el 9 de mayo de 1969 la dictadura de Onganía plantea la derogación del sábado inglés, lo que significaba que un trabajador mecánico cobraba por 48 horas pero trabajaba 44, el sábado no. Junto con otros ataques furibundos de carestía de la vida, quitas zonales al trabajador metalúrgico y demás. Pero hasta acá podría ser una huelga política más, entonces, ¿qué fue lo peculiar del Cordobazo?

Lo primero que es la primer huelga política de masas que no está bajo el control de la burocracia sindical peronista, un interlocutor me podría plantear que la convocatoria al Cordobazo la firmaron Atilio López que era peronista, Elpidio Torres que era peronista y Agustín Tosco que era independiente, es cierto, firmaron fruto de una deliberación, y acá viene tu pregunta, el llamado a un paro activo de 37 horas. Firman, pero ¿cómo surge? Cuando se produce el ataque al sábado inglés, que es una reivindicación muy sentida por el obrero mecánico y que al mismo tiempo se suma a una situación de pérdida de conquistas inconmensurable. Para tener una idea entre 1966 cuando sube Onganía, hasta 1969, la productividad por hombre había crecido 1/3, las paritarias estaban congeladas, había una devaluación que se abatió totalmente sobre la clase obrera, el fin de los arrendamientos que llevan a sectores del campo prácticamente a migrar de su tierra, es una situación de conjunto, pero todavía no llegamos al punto.

Es una huelga política, tiene la particularidad de que escapa al dominio de la burocracia sindical peronista, pero la segunda gran singularidad histórica que termina de caracterizarlo es que la consigna mas coreada en el Cordobazo es “luche y no deje de luchar, por un gobierno obrero, obrero y popular”

Acá el historiador, el hombre o la mujer tienen que sorprenderse necesariamente, en 1969 Perón estaba proscripto y la consigna no es que Perón vuelva. Este es un hecho nuevo en el escenario político. Esto no lo decimos solo nosotros, si fuera posible ir a la edición de La Voz del Interior del 30 mayo de 1969, leería que el 70% de las consignas coreadas por jóvenes obreros que no llegaban a los 30 años eran éstas.

¿Cómo se entiende esto desde el punto de vista de la organización del paro? Cuando surge el tema del sábado ingles como corolario de una ofensiva, hay una asamblea gigantesca en un estadio que se llamaba Córdoba Sport a mediados de mayo, 6.000 obreros mecánicos en parte fuera de ese estadio y la policía que ataca, se delibera y prácticamente en tiempo récord se aprueba un primer paro de 48 horas que se cumple masivamente. Y es la primera vez que como la policía reprime, ante esto los trabajadores resisten y por primera vez la policía se ve derrotada, es un síntoma de lo que se está incubando en el escenario de la clase obrera de Córdoba.

El Cuerpo de delegados del SMATA es el gran laboratorio de este proceso, ahí se vota contra las vacilaciones de Elpidio Torres, este famoso paro de 37 horas y el otro caldo de cultivo es el Cuerpo de Delegados de la UOM (metalúrgicos), en aquel tiempo bajo la dirección del burócrata Simó, que está encuadrada en la CGT de los Argentinos y el otro escenario es Luz y Fuerza.

Que conducía Agustín Tosco

En esta huelga política de masas, que por primera vez escapa al control sindical peronista y que tiene como consigna más importante “luchar por un gobierno obrero y popular”, que incluso Horacio Guaraní saca una zamba que habla del gobierno obrero y popular y después no cantó más.

Dicho esto, me parece que este laboratorio es justamente no la fruta que cae, sino el fruto de una experiencia política. Este debate sobre la espontaneidad, se da porque no pueden explicar el proceso político, si estuviera presente alguien que no comparte nuestras ideas más allá del respeto que nos tiene como dirección del Partido Obrero, como es Garzón Maceda, diría que es espontáneo, porque si no se tienen que poner a explicar por qué es ese proceso político y la clave es otra, la autoridad de Perón estaba mellada desde antes del Cordobazo.

A veces uno se pone a sembrar hipótesis y en relación a la llamada “década revolucionaria del `70”, habría que preguntarse si no es la del ´60 bajo el influjo de la Revolución Cubana, el quiebre de la idea de la revolución por etapas, que empieza a resquebrajar esa carcasa estaliniana que dominó al movimiento obrero, que es la burocracia

La vía pacífica al socialismo

No hay que olvidarse que el movimiento obrero pagó la conducta de Perón. En 1958 Perón ordenó el voto a Frondizi, un gorila, el hombre que posteriormente privatiza el petróleo. ¿Cuántos fueron los votos en blanco contra la orden de Perón y de la izquierda de ese momento? Cerca de un millón. Después en 1962 gana en la provincia de Buenos Aires con Andrés Framini y el peronismo se retira sin lucha.

Como consecuencia de ese triunfo viene el golpe contra Frondizi

Después viene el débil gobierno de Illia, el golpe militar y sube Onganía. ¿Cuál es la expresión de Perón?

 “Hay que desensillar hasta que aclare”

Usted lo ha dicho. ¿Y cuál es la expresión de la burocracia?

Fue la primera vez que Augusto Timoteo Vandor utiliza una corbata, el día que asume Onganía

No solamente él, también Alonso opositor de Vandor, y en esa foto imaginaria en un rincón va a estar Gelbard como expresión de los pequeños y medianos empresarios. “Desensillar hasta que aclare” recibiendo a la dictadura militar. El otro día hablé sobre el sable corvo que restituyeron el 25 de mayo.

Una cosa increíble, yo desconocía que lo tenían en el Regimiento de Granaderos desde 1966

Es interesante porque mucha gente dice “jóvenes luchadores roban el sable”, pero aminoremos esto, lo roban para llevárselo a Perón, es un fortalecimiento de su figura. Me refiero a 1967. Hasta John William Cooke, representante de la izquierda peronista, va a tener expectativas en el gobierno de Onganía, como diciendo “es lo que hay”. Esta es la historia real, entonces las agrupaciones clasistas no empiezan en el ´69, hay un proceso previo.

¿Te referís a la ocupación de fábricas en 1964?

Esas ocupaciones fueron una frustración, porque fueron dirigidas de la A a la Z por la burocracia sindical.

Pero participaron 4 millones de obreros

La diferencia es que el Cordobazo no tiene paradas. Como dice un historiador que mucho ha escrito sobre el tema, cuando a la 13:30 la ciudad estaba ocupada, la policía derrotada, Agustín Tosco, López, no tenían la perspectiva de cómo continuaba ese escenario. Esta es la respuesta a tu pregunta.

Otro punto importante, que encierra un escenario, ahí se abre una generación obrera que va a tomar el camino de la independencia reforzando lo que venía como laboratorio previo, una lucha política, porque si observamos la elección de septiembre del ´73 Perón-Perón, ¿a quién vota el peronismo de base?

A la boleta del Frente de Izquierda Popular (FIP)

¿A quién vota la izquierda nacional y el PCR? Perón-Perón. Nosotros participamos políticamente como Política Obrera, como corriente de ese partido de lucha, porque había una tendencia a constituir un movimiento clasista, heterogéneo, con grandes discusiones en su interior, pero las corrientes clasistas y el debate en torno a un clasismo consecuente también se daba, no en la figura que hoy simboliza el Cordobazo que es Tosco, sino de las direcciones clasistas que hicieron un esfuerzo extraordinario por plantearse una tendencia clasista nacional, incluso en el Congreso Nacional de Agrupaciones Clasistas y Sindicatos del mes de agosto de 1971 donde se dieron uno de los programas más avanzados desde el punto de vista del socialismo.

En ese plenario ni el peronismo presente ni los representantes de la Juventud Peronista, ni los representantes de otras corrientes salvo la delegación de Política Obrera quiso firmar ese programa, que insisto, recoge la mejor tradición del movimiento obrero y combativo de la historia.

Un plenario que tuvo también una fuerte participación estudiantil y que en alguna medida generó cierta confusión en torno a lo que fueron las resoluciones finales.

No. Yo fui delegado en ese plenario. Fue una divisoria de aguas que se repitió en el plenario de Villa Constitución cuando Tosco dijo “no repitamos los errores de los sindicatos clasistas, no formemos una corriente nacional clasista porque nos vamos a ganar la enemistad de los peronistas”

Te referís al plenario de Villa Constitución en 1974 donde lamentablemente no se formó la Coordinadora

Por esa razón, y porque significaba abrir una diferenciación política sindical con el peronismo combativo y Tosco que estaba con Atilio López y con ese acuerdo político. No olvidemos que Tosco se negó a ser candidato a presidente en 1973

 

Una protesta estudiantil, revueltas y muerte: cómo fue la "cocina" del Cordobazo, el levantamiento obrero más grande de la Argentina

El proceso que derivó en el Cordobazo comenzó en diciembre de 1968 con una protesta contra los aumentos en el comedor estudiantil de la Universidad Nacional del Nordeste, en Corrientes. A 50 años de uno de los episodios clave de la historia argentina del siglo XX, un repaso por sus antecedentes en el primero de una serie de artículos especiales

Gustavo Sierra 1 de mayo de 2019 Especial para INFOBAE América

El '68 marcó a fuego a la Argentina y el mundo por los siguientes 50 años. El Mayo Francés fue el epicentro, seguido por los asesinatos de Robert Kennedy y Martin Luther King, la matanza de Tlatelolco, el aplastamiento de la Primavera de Praga, las protestas por la guerra de Vietnam, el verano del amor de los hippies californianos, el movimiento de los derechos civiles de los negros estadounidenses y decenas de acontecimientos más que hicieron de ese 1968 un momento de efervescencia global como pocas veces se vivió en la Historia.

En Argentina, ese período comenzó con el asesinato del Che Guevara en Bolivia, el 8 de octubre de 1967, y finalizó con el Cordobazo, el 29 de mayo de 1969. Vivíamos bajo la dictadura del general Juan Carlos Onganía, quien tres años antes había derrocado al presidente radical Arturo Illia. Los grupos guerrilleros comenzaban sus primeras acciones; el Instituto Di Tella marcaba el camino de las vanguardias; la CGT se dividía entre "colaboracionistas" y "revolucionarios; Primera Plana, la revista de Jacobo Timerman, imponía la agenda política; surgen los Curas del Tercer Mundo; se lanzan las grandes obras de la represa El Chocón y la central nuclear Atucha; Adalbert Krieger Vasena era el superministro de entonces que imponía un ajuste desesperante; en la Puerta 12 del estadio de River se produce una de las mayores tragedias del fútbol; en Buenos Aires se realiza el primer trasplante de corazón de América Latina.

En ese contexto se cocinaba el caldo que terminó en el levantamiento obrero-estudiantil más grande que vivió la Argentina en su historia. El Cordobazo comenzó seis meses antes en Corrientes. Allí, en la Mesopotamia, se gestó la primera revuelta estudiantil de esa etapa. En diciembre de 1968, la concesión del comedor estudiantil de la Universidad Nacional del Nordeste, en Corrientes capital, fue adjudicada al hacendado Guillermo Solaris Ballesteros, un hombre muy conocido de la "oligarquía" provincial. Inmediatamente después de la privatización aumentó el valor del ticket por un almuerzo o cena en más de un 600%. Esto provocó que la gran mayoría de los 5.000 estudiantes de esa universidad ya no pudieran acceder a una comida decente por día. En marzo de 1969, cuando se reanudaron las clases, el centro de estudiantes llamó a boicotear al comedor.

El 15 de mayo se organizó una manifestación de más de 4.000 personas que recorrieron la ciudad exigiendo que bajen los precios tanto de los servicios universitarios como los de los comercios en general, la población estaba muy afectada por la política económica de la dictadura de Onganía. La policía inició una violenta represión y comenzó a disparar. Hubo varios heridos y en la refriega cayó muerto de un balazo el estudiante de Medicina, Juan José Cabral. Esa noche, la CGT correntina llamó a un paro general para acompañar el cortejo fúnebre. El entierro de Cabral fue multitudinario.

Al día siguiente, el 17 de mayo, la rebelión se trasladó a la ciudad de Rosario. Los estudiantes organizaron una marcha por las calles del centro. La policía volvió a actuar con una violencia extrema. En la Galería Melipal, donde se había refugiado un grupo de estudiantes que escapaban de los gases lacrimógenos, cayó con un balazo en la cabeza Adolfo Roque Bello, un estudiante de 22 años. Murió seis horas más tarde en el Hospital Central.

Cuatro días más tarde, se organizó una "marcha del silencio" en honor a Bello. La manifestación arrancó con unos 1.500 estudiantes. El operativo policial fue de tal magnitud que los organizadores dudaron de seguir con la marcha y llegar al centro. Pero se fueron sumando obreros y estudiantes de las escuelas secundarias y la columna se hizo muy grande.

La Guardia de Infantería provincial comenzó a atacar. Se levantaron barricadas, se encendieron fogatas y autos en las calles estrechas del centro y cerca del Monumento a la Bandera. Un grupo de manifestantes tomó por unas horas los estudios de radio LT8. Cuando decidieron dejar el lugar, la policía comenzó a disparar sobre ellos y las balas alcanzaron a otro estudiante, Luis Norberto Blanco, de quince años. El 22, con la policía impotente para detener el estallido, el gobierno nacional declaró a Rosario como zona de emergencia y la puso bajo el mando del Tercer Cuerpo de Ejército. A pesar de eso, al día siguiente se decretó un paro general para acompañar el cortejo fúnebre con los restos de Blanco. Ese, también fue un entierro multitudinario. Las protestas se contagiaron en La Plata y Tucumán.

Este es el relato extraordinario que hicieron los enviados especiales de la revista Siete Días, una de las más leídas en ese momento, sobre lo que estaba sucediendo:

"Apoyó los codos en el rectángulo marrón del escritorio y, con las dos manos fuertemente enlazadas, torturó sus propios huesos hasta hacerlos crujir, retorció sus dedos húmedos, mojados por los nervios.

—Vea, yo primero uso agua, después humo, luego gas y finalmente, bastón. Lo que ocurra después no puedo preverlo, qué quiere que le diga.En cambio, sí puede filosofar. Ante un enviado especial de Siete Días el jefe de policía de Rosario, coronel Raúl Pedro Mones Ruiz, buceó en la psicología colectiva, reveló una insospechada sagacidad para descubrir aquel famoso "otro lado de las cosas"

—Estas desgracias tienen su lado positivo. Los agitadores son una minoría y los estudiantes que se dejaban arrastrar por ellos ya están reflexionando sobre los riesgos que implica alterar el orden.

Eso dijo, tal vez pensando que la bala descerrajada a quemarropa por el oficial inspector Agustín Lezcano —ex ordenanza de la boite Franz y Fritz, hoy desaparecida— sobre la cabeza del alumno Adolfo Ramón Bello (22 años) había conseguido intimidar al conjunto de los estudiantes. Pero menos de veinticuatro horas después, en la noche del miércoles 21, tres mil manifestantes coparon el centro rosarino, protagonizando una furiosa batalla campal en la que las fuerzas policiales fueron inapelablemente desbordadas. La reacción de los derrotados fue matar otro estudiante, Luis Norberto Blanco (15 años), el tercero en el término de seis días, y herir de gravedad —el jueves su estado era desesperante— a la mucama Lidia Martínez (21 años), que se había asomado a curiosear a través de la puerta de la casa de sus patrones; la doméstica sería hija de uno de los agentes que integraban las falanges represivas.

De esa manera llegaba a su cresta más intolerable la crisis iniciada menos de una semana antes en la lejana Universidad del Nordeste, la casa de estudios más pobre del país, en cuyas adyacencias los uniformados cobraron su primera víctima, el casi médico Juan José Cabral. Porque, al margen de las consecuencias políticas de los incidentes, más allá de la quiebra estruendosa de la imagen de paz social que laboriosamente había forjado el gobierno, la muerte del tercer estudiante se precipitó en un marco doblemente inquietante: por primera vez, si fuera verídica la versión oficial, los manifestantes se habrían defendido a balazos, perforando el hígado de un policía; y, también por primera vez en casi seis meses, el rumor de un inminente golpe de Estado hizo añicos la bucólica serenidad que hasta hace muy poco flotaba en los despachos oficiales".

Ya en ese momento, se desarrollaba una interna militar entre el dictador Juan Carlos Onganía, que admiraba al generalísimo español Francisco Franco y pretendía quedarse como él 30 años en el poder, y el jefe del Ejército, Alejandro Lanusse, un garantista que buscaba una salida política. La pelea sorda entre los generales se trasladó a Rosario con las fuerzas militares desplegadas en la segunda ciudad del país al mando del general Roberto Aníbal Fonseca, titular del II Cuerpo de Ejército. Fonseca, era un incondicional de Onganía y Lanusse quería impedir que hubiera un baño de sangre. Lo atacó por el lado de su hermano, Mario Fonseca, que era el jefe de la Policía Federal y otro incondicional del presidente de facto. Exigió su renuncia.

Los rumores de golpe dentro del golpe aumentaron. La inflación comenzaba a dispararse y los sindicatos "colaboracionistas" que apoyaban a la dictadura protestaban en los pasillos de la Casa Rosada. "Tal vez nunca como la semana pasada el periodismo político fue abrumado con tanta cantidad de rumores, de versiones contradictorias y a veces descabelladas; pero jamás las opiniones y las confidencias, incluidas las recogidas en la Casa Rosada, fueron tan unánimes en endilgarle al gobierno dos motes que antes nadie se había atrevido a formular: desprestigio, una cierta y peligrosa debilidad", decía la revista Primera Plana.

La debilidad del gobierno se visualizó con la adhesión que consiguieron los estudiantes, que abarcó no sólo a las dos CGT y los partidos opositores, sino a empresarios y profesionales, que eran la base social que Onganía quería absorber mediante el "participacionismo". El ejército permanecía dividido entre Azules, los nacionalistas neoperonistas, y los Colorados, liberales antiperonistas. Los falangistas que estaban alrededor de Onganía estaban convencidos de que las protestas estudiantiles estaban fogoneadas por sus enemigos, los uniformados aperturistas.

Sigue el relato de la revista Siete Días:  "Fue lo que detectó también el equipo de técnicos que rodea a Onganía, que el sábado 27 decidió encomendar a uno de sus integrantes la extraña misión de mecharse en los colectivos, en los supermercados, en las estaciones ferroviarias, con un grabador de bolsillo disimulado entre sus ropas; la intención, casi obvia, era captar la reacción del público ante los aumentos del costo de la vida y la represión policial contra los estudiantes. El equipo, entonces, pudo comprobar dos cosas: que la Revolución está a punto de frustrarse; que sólo podrá sobrevivir sí modifica sustancialmente su política económica, previo defenestramiento de su máximo responsable, el ministro Krieger Vasena.

Claro que tales conclusiones —presurosamente elevadas a Onganía— se tiñeron con el inconfundible color ideológico de sus portadores, integrantes del trajinado equipo nacionalista del gobierno: despedir a Krieger es la ambición máxima de este grupo desde el mismo día en que el ministro asumió el cargo. Pero, en la otra punta del poder, se registró una ofensiva similar, liderada —según algunos— por el comandante Alejandro Lanusse, tendiente a destruir al equipo político y apuntalar a KVasena

No extrañó, por eso, que en la mañana del sábado 17 los estudiantes cordobeses que manifestaban en las calles buscaran refugio en el local del matutino La Voz del Interior, notorio vocero del liberalismo mediterráneo, cuyo director, Luis F. Remonda, se negó a entregar a los jóvenes a la policía. Y que otros diarios de la misma orientación descargaran editoriales culpando a las fuerzas represivas por la magnitud alcanzada por los sucesos. En un informe secreto destinado a sus afiliados, el comunismo tradicional, regenteado por el codovillismo, se encargó no sólo de ratificar la existencia de una conspiración liberal sino, inclusive, de insinuar la adhesión de esa tienda política al presunto golpe: según el informe, el próximo presidente será Pedro Eugenio Aramburu, y su ministro del Interior Ricardo Bassi, un radical adscripto al Movimiento de Defensa del Patrimonio Nacional -M0DEPANA-; esta agrupación es impulsada por el PC, para el cual Bassi "no es macartista", razón suficiente para deducir que su ascenso al gabinete de Aramburu "abrirá perspectivas democráticas". (n. de la r.: esto nunca se materializó)

Con todo, el optimismo codovilleano está en las antípodas de la opinión del grupo segregado hace un año de esa agrupación y que, cobijado en el Partido Comunista Revolucionario, dirige la Federación Universitaria Argentina —FUA—. Su presidente, Jorge Rocha, se apresuró a aclarar que detrás del apoyo obtenido por los estudiantes en los más diversos medios, "se busca una confluencia tras sectores de recambio no liberadores (golpismo, políticos liberales, MODEPANA, grupos vinculados a la CGT de Paseo Colón) que trabajan para utilizar al movimiento estudiantil en función de un eje castrador: agitar contra Onganía, no para reemplazarlo por un gobierno verdaderamente popular-liberador sino para hacer un cambio de figuritas en el poder".

En tanto, los delegados de base de los trabajadores se iban radicalizando ante la situación económica y los vientos revolucionarios que estaban provocando remolinos en todo el mundo. Esto se tradujo en un verdadero golpe dentro del feudo peronista de la CGT. En marzo de 1968, Raimundo Ongaro, líder de los gráficos y de orientación social cristiana, fue elegido como nuevo secretario general. Los antiguos dirigentes no podían aceptar semejante afrenta y dividieron a la central obrera. Constituyeron la CGT Azopardo, que a su vez estaba partida entre los vandoristas que jugaban a golpear y negociar permanentemente y los "participacionistas" cercanos a la dictadura. Del otro lado quedó Ongaro con lo que se denominó la CGT de los Argentinos de un claro perfil antiburocrático y antidictatorial, que iba a protagonizar las grandes luchas obreras de los siguientes meses hasta llegar al Cordobazo y otros alzamientos populares.

De acuerdo a la revista Siete Días, la división cegetista se encontraba en el centro de todos los conflictos: "Lo cierto es que dos semanas atrás Raimundo Ongaro recibió una carta secreta en la cual Juan Perón insinúa una nueva voltereta opositora, aunque tal vez no del todo sincera: el exiliado aspiraría a capitalizar los disturbios para forzar a Onganía a negociar con él la formación de un frente común contra Lanusse y los liberales. De ahí —se deduce— la sumisión del vandorismo del interior a los dictados de Paseo Colón, una actitud que no adoptó el propio Augusto Vandor, fiel a su costumbre de 'no quemar las naves'.

De todos modos, la nueva situación pone entre paréntesis el proyecto oficial de estructurar antes de fin de año una CGT amiga del gobierno, que cristalizaría, de acuerdo con los planes elaborados en la Secretaría de Trabajo, mediante un acuerdo entre el vandorismo y el bloque participacionista. Por lo pronto, los sectores anidados en Paseo Colón han elaborado una estrategia para impedir la consumación de ese proyecto, cuyos detalles se decidirán en un plenario a efectuar en Córdoba en la segunda quincena de junio; el 'peronismo combatiente' ya efectuó una reunión previa el sábado 24, en la misma provincia. Empero, todo depende de la elección final del vandorismo ante una disyuntiva de hierro, que siempre quiso evitar: definirse por o contra el gobierno".

Al tiempo que Rosario se trasformaba en una incendiaria hecatombe, la noche del miércoles 21 albergó estallidos menos violentos, pero igualmente inquietantes en La Plata, Salta y Tucumán, donde los universitarios protagonizaron marchas y enfrenamientos con la policía, apelando a las famosas bombas molotov. En Buenos Aires, esa misma noche, la guerrilla urbana asumía formas más benevolentes cuando los estudiantes de la Universidad del Salvador se adherían al paro nacional de protesta instalándose en plena avenida Callao. Al día siguiente, jueves, un nuevo cimbronazo tenía por escenario la Ciudad Universitaria de Núñez. Saldo: una veintena de heridos y contusos.

Pese a todo, Juan Carlos Onganía pudo hacer gala de su proverbial impenetrabilidad:  en la mañana del jueves 22 concurrió a la Expoficina '69, en las instalaciones de la Sociedad Rural, en Palermo, donde se exhiben modernos juegos de muebles de oficina".

La modernidad que llegaba a las oficinas no coincidía con lo que ocurría en el gobierno ni en las calles. La situación económica era asfixiante y la efervescencia social aumentaba por minuto. Córdoba se preparaba para ser la siguiente provincia en estallar(continuará)

 

LA GESTA OBRERA Y POPULAR DEL "CORDOBAZO"

 

Por Horacio Rovito (Militante social de Lomas de Zamora (municipio al sur del conurbano bonaerense)

Cuando nos referimos al llamado "Cordobazo" estamos recordando a una de las más grandes luchas de los trabajadores y los demás sectores populares, que debemos tener siempre presente para las batallas por nuestros derechos.

El 29 de de Mayo de 1969 el movimiento obrero cordobés convocó a una huelga en base a dos reivindicaciones principales: la restitución del sábado inglés y por la eliminación de las "quitas" zonales, es decir reducción de los salarios en distintas zonas para que así "lluevan las inversiones".

Por cierto que el clima ya venía siendo muy tenso, incluso en otras provincias, puesto que los salarios estaban congelados y las acciones de los obreros eran duramente reprimidas por la dictadura cívico militar del Gral. Onganía, como la huelga de los metalúrgicos, mecánicos y choferes.

Al mismo tiempo los estudiantes de varias gobernaciones venían resistiendo el exagerado aumento de los precios de los comedores y la intensión de establecer exámenes, en realidad filtros que limitaban el ingreso irrestricto a las universidades, y cuya salvaje represión ya había dejado el triste saldo de varios muertos.

Por todo ello, la CGT de Córdoba, encabezada por honestos luchadores como Agustín Tosco, y luego de importantes y auténticamente democráticas asambleas de fábrica, llama a un paro de 37 horas a partir de las 11 horas del 29 de Mayo.

Desde muy temprano cientos de trabajadores hacen abandono de sus tareas y comienzan a encolumnarse para marchar al centro de la ciudad.

Al pasar por la Ciudad Universitaria, los estudiantes se integran rápidamente a la marcha. La policía intenta contener las ya masivas columnas y comienza a realizar una muy dura represión, donde cae asesinado un obrero.

Crece lógicamente la indignación y se va dando un enfrentamiento abierto,  obligando a la policía a retroceder y los barrios son cada vez más ganados por los trabajadores y estudiantes a la vez de la más amplia adhesión de los vecinos. Asustados por esta situación el gobierno llama a la intervención del Ejército que ocupa buena parte del centro de la capital, pero sin lograr disminuir la resistencia popular, que sigue en pie con sus reclamos.

Esta actitud firme y sin claudicaciones corona con el éxito a esta justa lucha, con la caída del gobernador y, en poco tiempo, de la dictadura. Los trabajadores, los estudiantes habían llegado a comprender que sus problemas no eran solo económicos, sino que correspondían a una determinada orientación política que apuntaba a liquidar los derechos laborales, para aumentar la explotación, y destruir la educación y la salud pública, ente otras cosas.

Lamentablemente estamos hoy día ante un nuevo intento de aplicar este "modelo" neoliberal y por lo tanto son esenciales las enseñanzas del "Cordobazo", emprendiendo el camino  de la unidad  del movimiento obrero, pasando por encima de la burocracia sindical, y en conjunto con los movimientos sociales, políticos, estudiantiles, de derechos humanos, feministas, ambientalistas..,  organizándose lugar por lugar, región por región, y lanzar un plan de lucha nacional contra el plan de las multinacionales, las corporaciones económico financieras locales, y los gobiernos a sus servicio, en el justo objetivo de una vida digna para todos los seres humanos.


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