11.JUN.19 | Posta Porteña 2025

Fray Bentos 10 años después de UPM: Un pueblo engañado

Por fundavida

 

Un pueblo engañado porque hoy muere «contaminado y de hambre»

 

FUENTE: redsumatv.blogspot.com /  Fundavida

Y sí, también podríamos haber pensado un titulo diferente para esta investigación periodística. Pero hubiera sido poco honesto, ya que, esto fue lo que nos encontramos en Fray Bentos: Un pueblo que en el 2004 fue engañado, y que hoy está consciente de ello. Y explicaremos por qué durante la crónica.

¿Por qué viajamos a Fray Bentos? 

«La comisión de impacto ambiental» del movimiento social «Por el Costado de la Vía», decidió hacer un viaje para investigar las consecuencias de la planta de UPM en Fray Bentos ¿Por Qué?  Por alguna razón, el estado no ha utilizado «el supuesto éxito» de la planta de UPM que yace sobre el Río Uruguay, para promocionar UPM2.

El colectivo «Por el Costado de la vía» es un movimiento integrado por personas que están en contra del proyecto de la vía central (el tren de UPM2), pero entienden que, necesariamente, dicho proyecto está vinculado a la construcción de la planta de celulosa.  Esto es interesante de señalar, porque mediante el discurso basado en la ideología de progreso, el Estado intenta explicarnos que la 3er pastera del Uruguay (que se ubicará en Paso de Los Toros, sobre el Rio Negro), traerá beneficios económicos y empleo para «todo el país». Y desde esta perspectiva, sería por un bien mayor que se va a ejecutar un proyecto (el proyecto vía férrea) que afectará a 35 mil personas. Desde este punto de vista, estas miles de personas serían afectadas para la construcción de una pastera que beneficiaría a 3 millones de habitantes de Uruguay.

¿Pero a qué nos referimos con «ideología de progreso»? 

Marco Teórico Previo al viaje, nos tocó leer varias investigaciones, artículos y panfletos propagandísticos. En una investigación realizada por Graña en el 2007, el autor habla de una ideología del progreso, que según explica es compartida por «los finlandeses y los decisores locales (…) así como por el sistema político uruguayo todo.»

Los 3 pilares que definen a esta ideología de progreso según el autor, son:  1) el proceso de industrialización de los países «subdesarrollados»2) las aplicaciones tecnológicas empleadas exitosamente en las economías elevadas al rango de modelo, son portadoras de progreso en sí mismas y por tanto empleables en las economías «subdesarrolladas» o «en desarrollo» con idénticas probabilidades de éxito 3) los efectos no deseados en contaminación, sobre-explotación de recursos escasos y desequilibrios ecosistémicos asociables a la industrialización, constituyen un mal menor ante los beneficios del crecimiento económico resultante.

«todo lo folclórico, la naturaleza y la preservación de los elementos autóctonos a veces se contraponen con el desarrollo. A mí que me den el desarrollo de los países ricos, que después el tema de la ecología yo me ocupo de arreglarlo» (Ministro Lucio Cáceres – 23/04/2000)

En el estudio, [en el año 2007] los representantes de la planta de celulosa decían:

«Hemos cambiado la sociedad de Fray Bentos y para bien: cambió la cultura, la cultura del pesimismo la cambiamos para algo mucho más activo (…) Fray Bentos salió de los años 60 y entro rápidamente en el 2000. Rápidamente. Y empezó a haber gente joven de nuevo, se habían ido los jóvenes, están volviendo». 
Dicho estudio también nos señala que «La empresa se ve a sí misma como un eslabón de la cadena, de una cadena de transformaciones que habría comenzado en 1987, con la ley forestal votada por todos los partidos.» 

Desde el punto de vista sindical, el proyecto trae Trabajo temporario en una actividad que amenaza con «joder el agua» y por tanto «hipotecar el futuro» por una parte, presión ejercida por la desocupación y la desprotección económica acuciante por otra.  Un representante sindical señala: «no hay cabeza de medio ambiente, de ordenamiento territorial y desarrollo industrial que piense no solamente en corto plazo (…) desarrollo productivo con participación ciudadana es una de las claves para la práctica distinta.» 

Por otro lado, en una investigación sobre inmigración realizada por Veera Jansa en junio del 2008, leímos que cuando el número de inmigrantes llegó a su auge (en abril del 2007) y los trabajadores llegaron a ser 3268, 959 eran de Rio Negro, y 1409 del resto del país. 
Según este estudio, la población local no tenían un habito de trabajo fuerte, pues no tenían experiencia en construcción (eran deliverys o habían trabajado en ciber cafés). Posteriormente dice que los empresarios finlandeses no tenían expectativas de poder contratar a muchos locatarios para poder trabajar en la planta, ya que la población estaba poco tecnificada.

Marchan de Estudios Rio Negro señalaba [en 2008] un humor pro-Botnia entre la gente y declaraba: «los servicios mejoraron en todos los sentidos (…) incluso la educación mejoró. Además hay un impacto cultural, es más difícil contratar irregularmente y nadie quiere trabajar en negro»

Finalizando el capitulo 8, en la última parte del documento, Veera señala «la población va a decrecer continuamente durante el 2008 (…) solo 300 migrantes internos y 100 migrantes internacionales van a permanecer trabajando en la planta de celulosa de Botnia«.  En la misma página, el director de recursos humanos de Botnia (entrevistado en la investigación) predice que «una vez finalizada la fase de construcción, será un desafío para el inversor, cuya llegada elevó los niveles de expectativa de Fray Bentos». Agrega finalmente: «El monstruo va a permanecer ahí y la gente se va a preguntar qué gana con su presencia»


Estudiando finalmente, los «fanzines» del grupo GUAYUBIRA realizados en 2004, vemos que algunos datos se corresponden con los de la investigación anterior. 
Según el colectivo, Botnia y Ence habrían prometido en su época 300 puestos de trabajo. Pero solo 8 serían para personas apenas hayan terminado primaria.  Nos cuenta además que según el censo agropecuario del año 2000, las plantaciones forestales (que intensificaría la planta de celulosa) dan menos empleo por hectárea que la ganadería extensiva. Que los trabajadores forestales están entre los peores pagos, y que en el caso de la Forestal Oriental (de Botnia) y Eufores (de Ence) no permite que sus trabajadores se sindicalicen


Crónica de un viaje a Fray Bentos

Camino a Fray Bentos, por la ruta 2, nos encontramos con un panorama desalentador: kilómetros de plantaciones de soja, y monocultivos de Eucaliptus. Además de alguna publicidad de UPM. 
Cuando llegamos, fuimos recibidos por María Forte, militante de La Liga Federal (Frente Amplio) de Rio Negro, y voluntaria en el grupo de mujeres ecofeministas «Dafnias». Ella nos llevo a varios medios de comunicación locales, donde informamos a la población sobre la lucha de «Por el costado de la vía», pero donde además, tuvimos un primer acercamiento con la población local.  Posteriormente fuimos a volantear a la feria, a la plaza, e intercambiamos con comerciantes de la zona. Realizamos varias entrevistas a los locatarios e incluso tuvimos un conversatorio con la vecindad, en la casa de María.

Lo primero a señalar es lo poco informada que está la gente (y el periodismo local) respecto al proyecto vía central. Nadie sabía del proyecto de la vía férrea, y poco se sabía de UPM2. 
En el intercambio, logramos ver que existe un discurso social coherente respecto a lo que le dio UPM (en sus inicios Botnia) a Fray Bentos, que comparten la gran mayoría de la población local. Un discurso que nos permitió corroborar y contrastar los datos que habíamos averiguado antes de emprender el viaje.

El medio ambiente

En el programa Panorama, de Radio Rincón, preguntamos a sus oyentes ¿Cómo había cambiado Fray Bentos después de la llegada de UPM?  Una vecina se comunicó telefónicamente para contarnos: «Cambió, horrible lo que cambió, porque los olores inbancable, y el trabajo cada vez peor, no hay nada. Y a parte los alquileres subieron y nunca más bajaron». 
Respecto al olor a huevo podrido que denunciaban la gente de Gualeguaychú, no pudimos olerlo nosotros mismos, pero pudimos confirmar que sí es real, a través de las entrevistas que realizamos a la vecindad. Algunas personas le dieron más importancia y algunas menos, pero el olor sería frecuente «de a ratos» y en ocasiones persiste por 2 o 3 días. «Es según sabés qué, del lado que sople el viento».

Respecto al aumento en el cáncer u otras enfermedades, no pudimos acceder a datos estadísticos que nos señalen un aumento de los casos en la localidad después de la instalación de la pastera. Y solo podemos remitirnos al testimonio de un vecino de la zona, que nos decía con indignación «ahora vez gurisas de 15, 16 o 20 años peladas, con cáncer, que antes no se veía» (Camionero). Y al de otra vecina, que se comunicó a la radio para opinar: «Después de UPM, se aumentó tremendamente la cantidad de cáncer que hay en Fray Bentos y de nacimientos prematuros

Sin embargo, es imposible saber si el supuesto aumento de cáncer en la zona, que denuncia esta gente, tiene que ver con la planta de celulosa o con otros factores ambientales.  Un pescador entrevistado nos contaba que en donde él pescaba ya no había pesca, pero que no creía que se debiere a la planta: «es por los agrotóxicos, pero de eso nadie habla«.  Al respecto, otro vecino nos contaba: «Yo fui de los que trabajé en contra de la planta (…) [pero] acá hay perjuicios peores que lo que hace UPM, que nadie los dice, por ejemplo las fumigaciones, por ejemplo ahora está lleno de cardenales, ¿sabés cuáles son? los pecho rojo, están todos acá ¿Por qué? Porque los están matando)«

Sin embargo, esto representa un dato a tomar en cuenta, si entendemos que el mercado que más creció gracias al de la construcción de la planta es el mercado de megacultivo de arboles. Según el “Manual de campo” de la FAO (2006), el eucalipto es hoy atacado por 8 plagas y 21 enfermedades, en tanto que el pino es afectado por 7 plagas y 12 enfermedades (…) El mayor uso de agrotóxicos que se utilizan en las plantaciones forestales son los herbicidas y hormiguicidas. (RAPAL Uruguay; Setiembre 2009). 

En la radio, se nos recordó un dicho popular que se popularizó en el 2004, cuando se discutía si Botnia Sí o Botnia NO: «Prefiero morir contaminado, que morir de hambre»   Este dicho plantea un paradigma similar al que describía Graña (2007) cuando hace referencia a los representantes sindicales. El sindicato se veía en la disyuntiva de tener que entregar trabajo a corto plazo, en función de comprometer la calidad de vida de la gente en un futuro más distante.  Los efectos de una posible contaminación ambiental, pueden manifestarse en una población, incluso décadas después, en el aumento de las enfermedades: «morir contaminado». Pero el «morir de hambre» hace referencia a una necesidad más inmediata, la de trabajo.

El trabajo

Esta es la parte más importante del artículo, ya que de acá es que sale el título del mismo. Intentaremos seguir una línea cronológica para explicarlo. 
El congreso de la Central sindical de 2004 había emitido una declaración de rechazo a los proyectos de instalación de las dos plantas de celulosa sobre el rio Uruguay, haciendo eco de las propias organizaciones sindicales de Rio Negro y Soriano. Y en 2005 el PIT-CNT, es su proclama del 1ero de Mayo, declaró: «Reivindicamos la re-consideración de los emprendimientos heredados por las políticas del gobierno de Batlle, sobre las fábricas de celulosa,»BOTNIA» y «ENCE», como parte de un modelo de intensificación de plantación intensiva de monocultivos, de forma inconsulta a ciudadanos uruguayos que se verán afectados en su calidad de vida.» 
Algunos colectivos ambientalistas realizaron entonces una marcha en contra de la instalación de la planta en Fray Bentos, pero luego hubo dos marchas en su favor

Un pescador nos cuenta sobre la primera marcha que se realizó a nivel local y dice: «Acá nosotros queríamos trabajo y cinchamos, (…) Nosotros necesitábamos laburar. No sabíamos si iba a venir algo malo o bueno, pero acá no había laburo.»  Posteriormente, según nos cuenta María, más de 5000 personas de diferentes partes del país, marcharon por todo 18 de Julio (Fray Bentos) con overoles naranjas en una marcha organizada por el SUNCA «¡Para que se haga la planta!«

La fase de construcción y lo que vino después… 


En la fase de construcción, lo que nos dijo la gente se correspondía con lo que habíamos antes de llegar. Como nos cuenta un periodista local: «Durante la obra, yo creo que se benefició casi todo el mundo (…) yo trabajaba en taxi (…) cualquier persona podía poner un carrito de chorizos y sabía que los iba a vender todos». 
La planta trajo a aproximadamente 3000 inmigrantes a Fray Bentos, y con ellos creció la demanda de productos y servicios. Sin embargo, al comienzo de la obra, la gente de Fray Bentos tenía problemas para conseguir trabajo en la construcción de la planta: «Yo que entraba todos los días ahí, vos te paraban en los portones y Pasaban, un ejemplo, 100 de otro lado y 5 de Fray Bentos» (Ex trabajador de la planta en la fase de construcción).

«Hubo un momento que hubo que pedir que colocaran gente de acá. Era desastroso, nadie tomaban de acá (…) Las empresas venían (nosotros decíamos) con paracaidistas, todos nombrados de Montevideo» (Camionero)

Esto se corresponde con el estudio de migración de Veera, donde se evidenciaba que Botnia no tenía mayor interés en la contratación de la población local para la fase de construcción.  Sin embargo, de acuerdo con lo que mencionaban los representantes de Botnia en el estudio de Graña, la comunidad cuenta que sí se llegaron a emplear a casi mil habitantes de Rio Negro para la construcción, y es verdad que hubo una época de crecimiento para Fray Bentos, que terminó con la finalización de la fase de construcción. 

Sin embargo, el panorama de hoy, se ilustra en las siguientes frases: «Ahora están trabajando unos pocos, y nosotros no tenemos ninguna retribución de nada, más ahora que está todo re tranqui (…) vos salís de noche y te cierran todos los comercios temprano, si no anda nadie. (…) Mucha desocupación hay acá, y la mayoría la toma el estado (…) Los municipales son la mayoría, los del cuartel y de empleada doméstica» (Vecinas jóvenes, que tomaban un mate en la plaza).

«Los únicos que tienen trabajo son los camioneros y son selectivos a veces (…) No contamina como dijeron que nos íbamos a morir… ¡Ojo! Yo no defiendo a los gringos, porque a mí no me están dando nada. Acá no le da trabajo a nadie»  (Pescador). «A mis hijos le da trabajos, uno porque es técnico de camiones, y otro hizo el curso y entró como operario de la planta, pero lo que dijeron que iban a dejar muchos puestos de trabajo, eso no fue así»  (Feriante).   «Hay movimiento para los camiones… que es lo que da la región»  (Vecino haciendo feria). 
«Invertimos nosotros y traen de afuera. De qué sirve poner nosotros, si al final van a terminar de otro lado. Yo tengo cantidad de compañeras que han querido entrar pero no, no… no les dan lugar.»  (Joven en la plaza del centro)
«La mayoría del personal de UPM no es de la zona, son todos traídos de otro lado. Y entran ahí desgraciadamente, bueno se sabe, es una zona privatizada que de sindicalistas no existe. Hablás de sindicato ahí adentro, y te dicen vení mañana, agarrá los papeles y…»  (Vecino haciendo feria). «En el corazón, son gente de estudios. Para los que son como yo, albañil: chau, fuiste, trabajaste 2 o 3 años y los demás pa afuera».  (Ex trabajador de la planta en la fase de construcción). 
«No hay ningún peludo trabajando ahí adentro»  (Jardinero mientras señala a la planta de celulosa). 

En síntesis, puede notarse un discurso social coherente y sólido, que resalta dos aspectos principales. Cuando el último vecino habla de ningún peludo trabajando en la planta de UPM, hace referencia a la gente de clase más baja.  Según nos cuentan, hay como mucho 100 locatarios trabajando en la planta, para una población activa de 8500 personas (solo en Fray Bentos) y donde los empleados municipales son aproximadamente 1700. La población de la planta requiere una tecnificación a la que no acceden la mayoría de los locatarios, que deberían migrar para poder especializarse.

En su totalidad, la planta de UPM no llega a emplear ni a 300 personas, y la mayoría de las personas que trabajan allí son  de Montevideo y del exterior. Inclusive está «el barrio de los finlandeses«, de casas espectaculares. 
Otro punto en el que se coincide es que los únicos que realmente se benefician del trabajo indirecto son los camioneros.

Y respecto al megacultivo de arboles, que ha crecido mucho desde la instalación de la planta, y que corresponde a lo que el representante de Botnia denomina «proyecto país» (Graña 2007), es una industria que no solo trae consecuencias ambientales por la destrucción de los ecosistemas (más de mil hectáreas dedicadas a la forestación intensiva) y el uso de agrotóxicos, sino que además poco aportan en la generación de puestos de trabajo: «llevan la maquina, te arranca el tronco así, te pasa el brazo así y te lo deja peladito. Y eso te lo hace por segundo» Cuando entraban las plantaciones, año 94, la gente se endeudó comprando motosierras porque pensaron que iban a armar cuadrillas. (…) Después pusieron las maquinas esas…»  (María Forte) «Una sola persona hace todo el trabajo, la maquina lo abraza, lo corta, y otro lo lleva»  (Pescador)

Trabajo y crecimiento fue lo que prometió la planta de UPM (entonces Botnia) a la población local.  Un hospital de primer nivel y energía más barata fueron otras de las promesas.  Nos contaba una vecina en la plaza “Te muestran un panorama «guaau», pero la realidad… que fue lo que nos pasó a nosotros. Que iban a dar trabajo a todos. Todas las familias de Fray Bentos salió en una caravana a imponerse, y ahora que lo vivimos…”. Y la contundente declaración de un joven vecino: “Si nosotros hoy, si Fray Bentos o Rio Negro peleara por que pongamos la segunda UPM acá, somos tarados y nos falla la cabeza (…) ese cuento que nos vendieron de que fray Bentos iba a ser, no sé, Montevideo 2, no pasó”.

Un pueblo engañado porque hoy “Si tú caminas por 18, podrás ver la cantidad de locales de comercios cerrados”. Porque la energía eléctrica que brinda UPM a Fray Bentos, la compra el Estado uruguayo, a un precio mucho más alto que el de la energía que produce UTE. Porque el hospital de primera línea, nunca llegó. Los bancos llegaron y se fueron.  Porque los locatarios se quejan de la suba del costo de vida, de que los alquileres subieron estrepitosamente cuando la fase de construcción, y nunca bajaron.  Un pueblo engañado porque salió a la calle a apoyar el proyecto, y el trabajo nunca llegó. Y menos aún para la población más necesitada


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