25.JUN.19 | Posta Porteña 2028

Factores de producción y una crítica de la derecha a Marx

Por ASTARITA

 

En la nota anterior (aquí), en crítica al método con el que Chesnais evalúa los avances de la productividad, planteé que la mejor medida de la productividad es la relación entre cantidad de producto (en términos de Marx, valores de uso, riqueza material) y tiempo de trabajo

Rolando Astarita junio 24, 2019

A raíz de esa afirmación, un lector escribió al blog diciendo que esa definición de productividad podría estar de acuerdo con la teoría de Marx, ya que de esta se deduce que el trabajo es el único factor de producción. Respondí que Marx nunca sostuvo que el trabajo fuera el único factor de producción. En el intercambio posterior, precisé que de ninguna manera se desprende de la ley del valor trabajo que el trabajo sea la única fuente de valor.

En esta nota amplío el argumento, ya que tanto en la corriente neoclásica, como en la austriaca, está muy extendida la idea de que, según la teoría del valor de Marx (y de Ricardo), el trabajo (a veces se agrega la naturaleza, pero esto es marginal) es el único factor de producción. Por ejemplo, en Economía internacional, Miltiades Chacholiades, economista neoclásico, critica a la teoría del valor trabajo con el argumento “el trabajo no es el único factor de producción” (véase pp. 16-7, McGraw-Hill, 1992). En el mismo sentido el profesor Juan Ramón Rallo, de la corriente austriaca, en “Los 10 errores básicos de la teoría económica de Marx” (https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2018-05-14/los-10-errores-basicos-de-la-teoria-economica-de-marx-yii_1563135/), escribe: “Para Marx, solo el trabajo y la naturaleza son factores productivos originarios, esto es, son los únicos capaces de generar nuevo valor. Los medios de producción (materias primas procesadas y herramientas, esto es, los “capitales constantes”) son solo trabajo cristalizado y, en consecuencia, no generan nuevo valor: cuando son usados dentro del proceso productivo, se limitan a transmitir el valor que previamente —cuando fueron fabricados— les fue transmitido esencialmente por el trabajo”.

Pues bien, el cargo que hacen Chacholiades y Rallo (y muchos otros), no tiene fundamento alguno en los escritos de Marx. En relación a la crítica de Rallo, precisemos incluso que en ninguna parte Marx sostiene que la tierra genera valor. Según Marx, el valor solo es generado por el trabajo humano, no por la tierra. La renta es plusvalía  generado por el trabajo humano que se aplica a la tierra de mejor calidad relativa.

Pero lo más importante para lo que nos ocupa ahora es que los medios de producción son, según Marx, clara e indubitablemente factores productivos. A Marx jamás se le ocurrió plantear que el trabajo es el único factor de producción. Decir algo semejante sería ir en contra de toda la evidencia sobre la historia de la producción humana. De hecho, Marx insiste, una y otra vez, que a fin de generar el producto – esto es, riqueza material que satisface necesidades humanas – es necesaria la combinación del trabajo humano, los objetos de trabajo y las herramientas. En El Capital escribe: “los elementos simples del proceso laboral son la actividad orientada a un fin – o sea, el trabajo mismo – su objeto y sus medios” (p. 216, t. 1).

Aclaremos que el objeto del trabajo pueden ser cosas de la naturaleza (por ejemplo, el mineral desprendido de una veta, la madera obtenida en una selva virgen, etcétera) o las materias primas. Los medios de trabajo son las cosas que el trabajador interpone entre él y el objeto de trabajo (siendo la tierra misma un medio de trabajo). Marx daba tanta importancia a los medios de trabajo, que llega a afirmar que “lo que diferencia unas épocas de otras no es lo que se hace, sino cómo, con qué medios de trabajo se hace” (p. 218, ibídem)

De manera que cabe la pregunta ¿de dónde sacan Rallo, Chacholiades y tantos otros críticos de la teoría del valor trabajo, que esta no considera a las herramientas, o a los objetos de trabajo, como factores productivos? Afirmar que el trabajo es el único factor de producción “originario” (¿qué tiene que ver aquí lo “originario”?) equivale a decir que todo el producto se le atribuye al trabajo, lo cual es imposible. Toda la historia humana está atravesada por producción realizada con herramientas, sobre objetos de trabajo

Lo que sí afirma la teoría del valor trabajo es que la única fuente de valor es el trabajo humano. Lo cual es muy distinto a sostener que el trabajo es el único factor de producción. Para explicarlo con un ejemplo: la materia prima algodón es necesaria para fabricar la tela; el trabajo, sin el concurso del algodón, no puede producir la tela. Sin embargo, el algodón no genera nuevo valor al transformarse en tela; simplemente su valor es transferido – mediante el trabajo en su aspecto de trabajo concreto – a la tela.  De manera que la ganancia que corresponde al capitalista en tanto inversor en algodón no puede explicarse por la simple presencia del algodón en el proceso productivo. El mismo razonamiento se aplica a la máquina, las instalaciones, o cualquier otro objeto que intervenga en la producción. El obrero que trabaja con la máquina transfiere una parte del valor de esta al producto final. No hay manera de que la máquina pueda generar nuevo valor (de ahí las incoherencias lógicas de la explicación de la ganancia por la productividad marginal). Pero esto no equivale a afirmar que la materia prima (algodón) y la máquina no intervienen, junto al trabajo, en el proceso de producción de la tela.

En consecuencia, no hay forma de afirmar que, según la teoría del valor de Marx, el único factor de producción es el trabajo. Más aún, en La crítica al programa de Gotha Marx planteó que la idea de que el trabajo es la fuente de toda riqueza oculta la situación de subordinación en que se encuentran los seres humanos que están desposeídos de los medios de producción y de los objetos de trabajo.

Escribe: “… el hombre que no dispone de más propiedad que su fuerza de trabajo tiene que ser, necesariamente, en todo estado social y de civilización, esclavo de otros hombres, de aquellos que se han adueñado de las condiciones materiales de trabajo. Y no podrá trabajar, ni por consiguiente vivir, más que con su permiso” (p. 10, t. 2, edición Akal de Obras Escogidas de Marx y Engels)

Para concluir, es asombroso cómo los economistas de la derecha tergiversan y mienten para criticar, o descalificar, la teoría del valor trabajo, y de la plusvalía, de Marx. Lo hacen con absoluta impunidad. En este terreno, pareciera no haber límites.


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