12.JUL.19 | Posta Porteña 2033

LA FUGA DE MORABITO Y LAS BURDAS EXPLICACIONES DEL MINISTRO DEL INTERIOR

Por Antimafia 2000

 

Bonomi en rueda de prensa y en una Comisión de Seguridad del Senado, dijo poco

 

Por Jean Georges Almendras-11 de julio de 2019Antimafia Dos Mil

¿Rastros o pistas del mafioso de la ‘Ndrangheta Rocco Morabito fugado de la Cárcel Central del Uruguay? Ni rastros ni pistas. A sus espaldas solo hubo un tendal de dudas, especulaciones y unas burdas (vergonzosas) explicaciones a la opinión pública (y a una Comisión del Senado) del Ministro del Interior Eduardo Bonomi, sobre la cinematográfica evasión del detenido italiano y de tres personas más en la noche del pasado 23 de junio. Explicaciones que parecen ser serias pero que en realidad se asemejan a un descarado insulto a la inteligencia humana. Explicaciones que visibilizan una actitud negligente al cargo que ocupa. Explicaciones ridículas ante un hecho que debería llevarlo a la renuncia de su sillón ministerial. Pero en contrario, como si quisiera tomarnos el pelo sus dichos fueron en extremo burlescos y sobradamente desconcertantes, muy distantes a su responsabilidad como Secretario de Estado, y muy cercanos a su irresponsabilidad como figura política frente a un hecho de extrema gravedad, no solo por sus repercusiones a nivel nacional sino además, a nivel internacional.

Y como si se buscara (desde filas ministeriales) exorcizar estas explicaciones, la actividad policial, en relación a la fuga de Rocco Morabito, se intensificó en las últimas horas. Casi en simultáneo con los burdos dichos del Ministro Bonomi, en una conferencia de prensa y en la Comisión de Seguridad y Convivencia del Senado a la que fue convocado, se llevaron adelante operativos policiales, que no arrojaron resultados positivos, porque Rocco Morabito sigue sin ser ubicado, presumiéndose que ya se encontraría fuera del país, quizás en Brasil.

Resulta que en estos últimos días se realizaron allanamientos en el departamento de Maldonado en busca del prófugo o si acaso de rastros o contactos que pudieran conformar pistas para dar con su actual paradero. Y en el correr de la jornada del miércoles, en el marco de la intensa búsqueda policial que se viene realizando, en las primeras horas de esa mañana se allanó una pizzería de Montevideo, del barrio Punta Carretas, de la zona de Solano García y Miñones, propiedad de un ciudadano ruso.

Tal parece que los investigadores que están detrás de Rocco Morabito tuvieron datos confidenciales de que ese lugar habría sido escenario de apoyo logístico del mafioso en los primeros momentos después de su fuga. En el allanamiento de la pizzería (que habría sido inaugurada unos meses antes del día en que Morabito fue capturado en el 2017) fueron detenidos, para ser indagados, una mujer rusa y dos hombres: uno ruso y uno italiano. Pero de Rocco Morabito ni su respiración. Y al parecer tampoco ni una sola información sobre el vínculo entre el mafioso y los detenidos en la pizzería. De corroborarse que no hubo ni hay vínculo con Morabito los detenidos se convertirían en personas que en breve lapso recuperarían su libertad. No obstante, al cierre de esta edición, habría trascendido que a una de las personas detenidas se le imputaría el delito de “encubrimiento”

En consecuencia, a casi veinte días de la fuga de Cárcel Central, el paradero de Rocco sigue siendo un enigma. No hay que olvidar que las otras tres personas que fugaron fueron recapturadas: una en el departamento de Salto (el día 26 de junio) y las otras dos en el departamento de Lavalleja (el día 4 de julio).

Pero lo que dejó de ser un enigma fue la explicación que dio el Ministro del Interior Eduardo Bonomi a la sociedad uruguaya sobre la tan mentada fuga. En el curso de una conferencia de prensa el Ministro Bonomi (en otrora integrante del MLN Tupamaros) dijo que no estaba bien definido con certeza el momento y la forma en que Morabito y los dos jóvenes que lo acompañaban concretaron la fuga del edificio de Cárcel Central, para llegar a la vivienda del piso 5to del edificio lindero al inmueble de la Jefatura de Policía de Montevideo, y finalmente a la calle San José. En otro momento dijo que la fuga se presume dolosa y que habría complicidad por parte de algunos funcionarios, y que las líneas de investigación las lleva la Fiscalía. Asimismo historió que Morabito tras su captura en setiembre fue primero a un sector del Penal de Libertad para cumplir con la pena por el delito cometido en el Uruguay (portar documentación apócrifa) y que después ingresó a Cárcel Central, en prisión administrativa a la espera de ser extraditado. Bonomi relató que Morabito “pidió el traslado a la Guardia Republicana, lo que implicaba que se lo pusiera junto a González Valencia (narcotraficante) que también está esperando la extradición. A eso le dijimos que no. Decir que tuvimos un error no es así. Si lo dice por tercera vez, por tercera vez le vamos a decir que no”

El Ministro dijo que es “parcialmente correcto” que en el 2018 hubo un informe que detallaba sobre un intento de fuga. “Obviamente que nosotros lo conocíamos y tomamos medidas para evitarlo, y se evitó”. También Bonomi dijo que en las horas previas a la fuga no habían sido retiradas las cámaras de video sino el aparato donde quedan grabadas las imágenes, y que eso ocurrió por resolución de Fiscalía, tras una denuncia desde la propia cárcel, de un presunto caso interno de corrupción”. Sobre este punto informó que todo eso está bajo investigación.

En concreto, poco aportó Bonomi al periodismo, es decir a la opinión pública, agregando sí, que se habían iniciado una serie de investigaciones internas para determinar responsabilidades.

Casi en similares términos se dirigió Bonomi a los integrantes de la Comisión de Seguridad y Convivencia del Senado. Llegó a decir que fugas siempre hay en todos los lugares y también optó por comparar, la fuga del mafioso Morabito, con la fuga que protagonizaron 15 integrantes del MLN, de la hoy inexistente Cárcel de Punta Carretas, en el año 1972, subrayando que en esa oportunidad no hubo responsabilidades políticas, y que ahora tampoco la habrían.

Señaló que “si uno no tiene en cuenta el combate a la corrupción de todas las maneras posibles, no se puede evitar eso (la fuga)”. También enfatizó que hay que ver las responsabilidades concretas no las políticas, aportando la lista completa de los funcionarios sumariados. En tal sentido se supo que el Sub Director del Instituto Nacional de Rehabilitación se encuentra separado del cargo y con un régimen de medio sueldo; y que la directora de Cárcel Central corrió igual suerte. Ambos jerarcas y otros más del Comando de la Unidad, como asimismo personal subalterno, están bajo investigación sumarial. Cabe consignar, que a las 48 horas de la evasión, el Director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) se vio obligado a renunciar, siendo sustituido por una persona de extrema confianza del Ministro Bonomi, la señora Ana Juanche, que además milita en el Movimiento de Participación Popular (MPP) al que pertenece el titular del Interior.

A los parlamentarios de la Comisión, convocados por el legislador del Partido Nacional Javier García, el Ministro también informó que para el día siguiente de la fuga estaba previsto el traslado de Rocco Morabito a la unidad Número de la Cárcel de Punta Rieles. Además, dijo que ese traslado (que debía hacerse días antes) no se pudo hacer por dificultades jurídicas, hasta que sobrevino la fuga. Insistió además que no estaba muy claro aún cómo se había materializado la fuga y que el sector donde residen las personas detenidas se rige bajo la modalidad de puertas abiertas, ya que las celdas no tienen llave dado que los detenidos conviven en un espacio cerrado, considerado como dormitorio.

Después de tan burdas y diplomáticas explicaciones del Ministro del Interior, lo que más sobran son las interrogantes. Pero especialmente, el tenor y la forma con que el Ministro interpretó eso de “dar explicaciones”, al periodismo (en definitiva a la sociedad uruguaya y mundial, y a las autoridades italianas, argentinas y brasileñas) y a los legisladores de la Comisión, lamentablemente parecería visibilizar cierta indiferencia de su parte respecto a lo que aconteció. O más grave aún: cierto desconocimiento de la gravedad de lo que significa la fuga de un sujeto que fue capturado en el Uruguay por ser uno de los mafiosos de la ‘Ndrangheta más buscados en los últimos 23 años por la justicia italiana.

Fueron explicaciones que no miden la magnitud del perfil criminal del sujeto prófugo; que no miden la magnitud del nivel de corrupción existente a sus pies, dentro del Ministerio del Interior; que no contemplan el nivel de corrupción que pueden alcanzar las mafias italianas del narcotráfico.

Y este punto resulta preocupante porque a uno prácticamente lo lleva a preguntarse ¿Qué nivel de capacidad tiene el Ministro Bonomi para combatir el narcotráfico regional y mundial, si cuando se tiene entre rejas a un pez gordo como Morabito, no se imponen desde su mando políticas de extrema seguridad para personajes de esa envergadura?

En un país como el Uruguay, que es considerado vital para el tráfico internacional de cocaína con destino a Europa y donde se han concretado en los últimos años importantes operativos contra el narcotráfico (que el mismo Ministerio y ministro, han destacado y han elogiado) ¿puede el Ministerio del Interior darse el lujo de sucumbir a las cadenas de corrupción del ámbito del narcotráfico y luego aceptar como si se tratase de un episodio banal una evasión de esa naturaleza, si hacer un mea culpa?.

¿Hay desconocimiento e incapacidad ministerial para que en nuestro país los temas del narcotráfico sean encarados acorde a los niveles de seguridad requeridos para este tipo de elementos del crimen organizado? ¿Cómo puede ser posible que un Ministro dé explicaciones sobre la fuga Morabito, comparando la fuga con una fuga de guerrilleros del año 1972? ¿Cómo puede ser que además se deslinde de una responsabilidad política, cuando Bonomi es el Ministro político del Ejecutivo, no solo en la formalidad de la pirámide del Estado , sino en la operatividad que implica su cargo y los hombres a su mando?

Creo que cuando el gobierno uruguayo ( hoy administrado por el doctor Tabaré Vázquez) (y por el Ministro Eduardo Bonomi, como Secretario de Estado) no accionó un traslado de Morabito a un establecimiento más seguro o no instrumentó un férreo control de su persona en Cárcel Central, de forma inmediata cuando ya en el año 2018 la inteligencia carcelaria había detectado planes de fuga, hay responsabilidades que van desde el último guardia del establecimiento dentro del escalafón hasta más allá de Comando de Cárcel Central y del Instituto Nacional de Rehabilitación, es decir hasta el mismísimo Ministro del interior, en definitiva. ¿Por qué? Porque Bonomi es la cabeza operativa y política de la seguridad interna. Y eso al señor Ministro no se le debe pasar por alto.

Y además, cuando alude a la fuga de los años 70, debe tener muy presente que en aquellos años el MLN accionó (dentro del Penal de Punta Carretas) con una logística muy bien planificada y en la que las corrupciones eran inevitables dentro del establecimiento y los contactos a nivel político extra muros, eran igualmente inevitables. Por aquellos días hubo responsabilidades funcionales, administrativas y políticas. Y Bonomi debe tener muy presente que cuando se concretó la mayor fuga del Penal de Punta Carretas (además de la que él aludió) los mandos de ese establecimiento (el militar Pascual Cirilo, por nombrar al de mayor jerarquía) pagaron las consecuencias. Unos elegantemente y otros más explícitamente, pero las consecuencias las sufrieron. Porque detrás de una fuga de ese tenor las consecuencias también fueron políticas. No olvidemos que estamos hablando de una época represiva del cual Jorge Pacheco Areco fue el principal emblema del terrorismo de Estado de aquellos días, que preceden a la nefasta dictadura que se formalizó en el país el 27 de junio de 1973.

Y además, comparar (¿o justificar?) la fuga de un mafioso italiano del 2019, con la de guerrilleros del MLN en tiempos donde la represión campeaba, no me parece que fue lo más acertado, ni lo más feliz, por respeto a la guerrilla misma y por respeto a sus ideas políticas, y a la sociedad uruguaya.

Que un ex guerrillero tupamaro opte por esas explicaciones tan fuera de contexto y burdas por excelencia, es un insulto a la inteligencia humana. Y no debe olvidarse el señor ministro Bonomi que estamos en democracia. Como tampoco debe olvidarse que cuando el tema del narcotráfico está en juego, no es nada profesional rendirle honores a la indiferencia ni tampoco subestimar al crimen organizado, o en este caso a la Justicia italiana. Porque debería hacerse cago el Ministro Bonomi de una realidad regional preocupante en materia del avance del narcotráfico internacional, donde la organización mafiosa ‘Ndrangheta es la principal protagonista, de un crimen organizado que se está posicionando peligrosamente en Uruguay, Argentina y Brasil.

Está claro que si un individuo del perfil de Rocco Morabito ha permanecido casi 20 años prófugo y ha sido condenado en ausencia a 30 años de prisión, no creo que estemos hablando de un ladrón de gallinas.

Y por si fuera poco, en medio de todo este contexto, el mismísimo Presidente de la República Tabaré Vázquez, defendió al Ministro Bonomi con ironías cuando se dijo por ahí de que quien debía renunciar debería ser precisamente Bonomi. Tabaré Vázquez dijo que no era serio hablar de renuncia del Ministro.

¿No será al contrario? ¿No será que no son nada serias las explicaciones del Ministro Bonomi? ¿No será que no es seria la visión que tiene el Ministro de su gabinete, sobre los narcotraficantes de la ‘Ndrangheta? ¿No será que ante la primera señal de plan de fuga (que también fue alertada a sus superiores por la directora de Cárcel Central, Mary González) Bonomi personalmente tenía que haber accionado de inmediato el traslado o las medidas de seguridad adecuadas para neutralizar la evasión, sin pérdida de tiempo?

Me parece que esa habría sido la opción más seria y más coherente que Bonomi tuvo en sus manos, pero que no la llevó a la práctica. ¿Por qué no lo hizo? ¿Por qué? ¿Las respuestas las hallaremos algún día?

Rocco Morabito sigue prófugo y el Ministro del Interior del Uruguay Eduardo Bonomi nos da explicaciones que no son suficientes. O peor aún: son descaradamente burdas, insultantes e inoperantes. Que reflejan su total indiferencia a temas que son medulares a sus responsabilidades como Ministro de Estado.

Fueron explicaciones que abrieron las puertas menos saludables de una Secretaría de Estado, cuya imagen, ética y honestidad se fueron al piso, con la misma celeridad con la que un mafioso de la ‘Ndrangheta ganó la calle San José, en la noche del 23 de junio de este 2019, para finalmente reintegrarse a la nómina de los criminales de gran porte más buscados, a nivel mundial.

De verdad, por un poco de respeto al rol que ocupa dentro del Gobierno, Eduardo Bonomi debería presentar la renuncia.

Como mínimo.

Como una demostración de honestidad para consigo mismo, para con su fuerza política y para con la democracia.

Una cuestión de ética ¿No?


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