30.JUL.19 | Posta Porteña 2038

La revolución social en Rojava y el confederalismo democrático (2)

Por Fernando Moyano

 

(Ponencia ante el Congreso sobre anarquismo, Montevideo, 13/7/2019)

Fernando Moyano

 

Segunda parte

 

El cambio de época

“La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos” 

El giro en la cuestión nacional ha despertado muchas polémicas. Tomaré un trabajo del argentino Gustavo Giménez, “Turquía después de las elecciones”, publicado en “Anticapitalistas en red” en agosto 2018, precisamente por las coincidencia que en muchos puntos tengo con su autor. Defiende calurosamente la política del HDP de Turquía y reivindica la revolución de Rojava: “nos sentimos identificados con aquellos combatientes que heroicamente arriesgan sus vidas por el derecho a la autodeterminación de su pueblo. Nuestro incondicional apoyo a esta enorme lucha, a esta pelea revolucionaria, nos permite también debatir fraternalmente las diferencias políticas que tenemos con su dirección tanto del YPG sirio, como el HDP turco... que siguen la orientación política teórica del PKK”

De la misma manera, nuestras muchas coincidencias nos permiten también debatir las diferencias. Voy a referirme sólo a una. Refiere a las declaraciones de una dirigente de la Unión de Comunidades de Kurdistán, KCK, organización que abarca Turquía, Siria, Irak e Irán y la diáspora kurda europea, “rechazando el referéndum realizado por el presidente de la región autónoma kurda del norte de Irak, Masud Barzani” (setiembre 2017) que “también refleja este rechazo a tener una política destinada a formar un estado nacional kurdo. ... señala la inutilidad de un estado kurdo, al que contrapone su teoría del 'confederacionismo democrático'... Barzani puede ser un sátrapa, que como otros recurrió a una maniobra táctica para ocultar sus crisis, pero al igual que cuando Galtieri hizo algo parecido y tomo la bandera de la recuperación de las Malvinas, nosotros sin apoyar al dictador estuvimos con el pueblo argentino contra los ingleses. Igual actitud se debería haber tenido frente al legítimo reclamo de independencia del pueblo del Kurdistán iraquí y apoyarlos por encima de las maniobras de Barzani”

Pasaré por alto lo de la guerra de las Malvinas, mejor dejamos. Vamos a Rojava.

Esa organización kurda, en nombre del derecho de autodeterminación, rechaza el objetivo de un Estado kurdo y opta por otro camino. Por eso rechaza el referéndum, la maniobra es el planteo mismo del estado-nación. No se puede esperar, mucho menos hoy, que el desarrollo de naciones burguesas en la periferia pueda aportar algo a la causa socialista mundial. Esa idea se planteó cuando se esperaba un efecto progresivo del desarrollo del capitalismo. Hoy es insostenible. Un Estado-nación kurdo sería hoy partir cuatro países y sus clases obreras, cuatro guerras, y después atarse a Barzani.

Pero ¿en qué se basa esto de defender el objetivo de estados nacionales? ¿Por qué la autodeterminación no sería Autodeterminación, y les diríamos nosotros de afuera cómo tiene que ser? ¿Por qué los trabajadores deberían, al luchar por su causa, subordinarse primero a la construcción de un marco burgués? 

Creo que hay una repetición rutinaria de viejas teorías y viejas consignas, sin una reflexión crítica. Eso nos obliga a ir hacia atrás.

Las discusiones clásicas sobre el estado-nación

“Así, trazar fronteras entre las principales nacionalidades del Cáucaso es una tarea irresoluble... Su imbricación territorial y las débiles dimensiones numéricas de cada nacionalidad junto a las condiciones socioeconómicas, que continúan mayoritariamente en el pastoreo nómada extensivo o la agricultura primitiva, sin vida urbana propia y sin creatividad literaria en su lengua nacional, hacen que ... Igual que en Lituania, la única manera de resolver la cuestión nacional en el Cáucaso de una manera democrática, asegurando a todas las nacionalidades la libertad de existencia cultural sin que ninguna de entre ellas domine a las otras y satisfaciendo, al mismo tiempo, la exigencia de un desarrollo social moderno, es ignorar las fronteras etnográficas e introducir una amplia auto-administración local-comunal urbana, de distrito y provincial, sin carácter nacional definido, es decir, sin conferir privilegios a ninguna nacionalidad. Únicamente una auto-administración así permitirá unir a las diversas nacionalidades para que velen en conjunto por los intereses económicos y sociales locales y tomen en consideración de manera natural el reparto diferenciado de las nacionalidades en cada distrito y en cada municipio. La auto-administración comunal, de distrito, provincial, permitirá a cada nacionalidad – mediante decisiones tomadas por mayoría por los órganos de la administración local - crear sus escuelas y sus instituciones culturales ... una ley lingüística separada, a escala estatal, que salvaguarde los intereses de las minorías, puede establecer una norma en virtud de la cual las minorías nacionales... puedan constituir la base ... Esta solución sería plausible, suponiendo que sea posible una solución en el marco del capitalismo y teniendo en cuenta las condiciones históricas... con medidas legislativas especiales para garantizar el desarrollo cultural y la igualdad ante la ley de las nacionalidades, empujándolas a cooperar estrechamente y no separándolas unas de otras con las barreras de la autonomía nacional”

Rosa Luxemburgo, “El problema de las nacionalidades en el Cáucaso”, 1908.

Dice Eric Hobsbawn en “Naciones y nacionalismo desde 1780” que no es que las naciones hayan dado origen a los nacionalismos sino al revés, los nacionalismos crearon las naciones. Las comunidades de idioma y cultura, elemento fundamental para la constitución de naciones, no necesariamente implican adoptar la forma de un estado-nación, que en realidad responde a un programa político; para eso los aspectos culturales de idioma y tradición se resignifican. Pero el objetivo político en sí mismo no es la nación, es un medio para conseguir un fin: una dominación de clase. El nacionalismo es parte del programa político de una clase social dominante o que aspira a ser, en un determinado contexto histórico-social.

Citamos ese texto de Rosa (y hay mucho más) por lo asombrosamente parecido con el “confederalismo democrático”, separado por un siglo de caminos muy diferentes que no han llegado a nada. Y por su abordaje de clase.  Lenin -y entre ambos se produce una polémica al respecto que se prolonga durante años- verá las cosas desde otra perspectiva:

"Desde el punto de vista de las relaciones nacionales, el Estado nacional es el que ofrece las mejores condiciones para el desarrollo del capitalismo. Lo cual no quiere decir que semejante Estado, que está basado en relaciones burguesas, pueda eliminar la explotación y opresión de las naciones. Sólo quiere decir que los marxistas no pueden perder de vista los poderosos factores económicos que originan la aspiración a crear Estados nacionales. Eso quiere decir la 'autodeterminación de las naciones'. El programa de los marxistas no puede tener, desde el punto de vista histórico económico, otra significación que la autodeterminación política, la independencia estatal, la formación de un Estado nacional... Precisamente y únicamente porque Rusia y sus países vecinos atraviesan ese período [de desarrollo económico capitalista] debemos tener en nuestro programa un punto sobre la autodeterminación”

La polémica había comenzado cuando el II Congreso del POSDR (1903) aprobó un punto sobre el “derecho de autodeterminación de las naciones” y derecho de separación del imperio ruso de los países sometidos, como era Polonia. Rosa opinaba que en ese caso, por los vínculos de la industria polaca con Rusia, la separación provocaría una desindustrialización negativa para el proletariado polaco, y los sectores nacionalistas (incluyendo el partido “socialista” de Polonia) eran profundamente reaccionarios. 

Este es el esquema de la polémica que hace Tony Cliff: 

Tres eran las corrientes imperantes en la II Internacional: 

1.- La línea centrista, de la "ortodoxia" oficial... se debatía en el dilema de reforma o revolución, nacionalismo e internacionalismo... 

2.- La línea de izquierda nacional representada por Lenin y los bolcheviques (excepto el ala izquierda: Bujarin, Radek que propugnaban tesis luxemburguistas)... defendía la tesis del derecho de las naciones a la autodeterminación. 

3.- La línea de izquierda internacionalista comandada por Rosa Luxemburgo, Pannecoek y Strasser que planteaba el rechazo a la reivindicación de la autodeterminación de las naciones en Europa Occidental y Oriental por considerarla una tarea histórica regresiva, impulsando en el caso de Rosa Luxemburgo la tesis de la autonomía nacional y la unidad internacionalista de la clase obrera... para Rosa la resolución de la cuestión nacional no era posible en el capitalismo sino cuando la revolución social garantice la igualdad de las naciones. Por otro lado en aquel momento histórico favorecer la independencia nacional implicaba - según Rosa- favorecer a una burguesía desnacionalizada retrasando el triunfo de la clase obrera”.  

Para ponerlo en términos actuales, es como si hoy se diese una polémica entre un español y una catalana. 

EspañolCataluña tiene derecho a la independencia nacional, debemos apoyar esa causa. 

CatalanaLos independentistas catalanes son unos burgueses reaccionarios, debemos apoyar la unidad plurinacional de los proletarios en todo el Estado español.  

Como lo vemos en la cita de Lenin, la polémica ocurre en la época en que había expectativas en el desarrollo capitalista en el Este europeo que concitase una transformación progresiva, formando repúblicas democrático-burguesas. No pasó. Luego, la Internacional Comunista recién fundada trasladó esas expectativas al “Asia avanzada”. 

Solamente una cosa. En 1922, con motivo de la publicación de las obras “equivocadas” de Rosa, asesinada en 1919, Lenin enumera (“Notas de un publicista”) las “cinco veces” en ella “se equivocó”. La primera es el tema de la independencia de Polonia. Pero en 1920, luego que el Ejército Rojo recuperó Ucrania del dominio alemán, siendo que el gobierno ucraniano reaccionario había sido respaldado por el gobierno nacionalista burgués de Polonia (reciclaje de una parte de aquellos “socialistas” de 1903), Rusia Soviética invade Polonia. Y es derrotada. Si la teoría de Lenin de 1903 era correcta, no había que invadir Polonia. Y si esa invasión era correcta, la teoría no.

Tomemos el caso de Turquía. El gobierno soviético firmó con Turquía (Lenin y Mustafá Kemal Ataturk) el Tratado de Kars en 1921. Kemal había capturado a toda la dirección del recién fundado Partido Comunista de Turquía, la metió en un barco y la arrojó al mar. Después apadrinó otro partido comunista trucho afín a su régimen, que pidió ingreso a la Internacional Comunista y fue aceptado. Repetía la teoría de que el nacionalismo burgués turco jugaba un papel progresivo antiimperialista, y el desarrollo capitalista favorecería al proletariado. Mientras tanto, Kemal llevó adelante el genocidio armenio

Y luego de varias décadas hubo un desarrollo del capitalismo turco. Pero en nada ha favorecido la causa del socialismo. Hoy Turquía tiene un régimen filo-fascista. 

Y el principal partido de masas de izquierda en Turquía ha surgido sobre la base kurda, el HDP. Es autonomista y anti-nacionalista, inspirado en el PKK hoy ilegal, y reúne los principales sectores democráticos y anticapitalistas. También es fuertemente reprimido.  

Para terminar

En el principio era el hecho”. Goethe, citado por Rosa. 

Habrán oído la frase: “El leninismo es el marxismo de nuestro tiempo”. Muchas cosas pueden decirse al respecto, sólo diré una. Allí se da por cierto que vivimos hoy “el tiempo de Lenin”. Y obviamente no, y los 50 años que separan a Lenin de Marx no significan ni de cerca el corte de los 100 que nos separan a nosotros de Lenin. 

La época histórica ha cambiado drásticamente en múltiples aspectos, sólo tomaremos aquí el que vinimos trabajando. Si aquellas expectativas en un desarrollo capitalista en “las orillas del mundo” fueron correctas o no en ese tiempo en sentido de propiciar o acelerar la revolución proletaria mundial, es un tema.

Y es obvio que no, los nacionalismos burgueses surgidos en Europa del este, después en Asia, lejos de ser “democráticos” fueron fascistoides, y eran el resultado esperable de ese tipo estructural de burguesía. Pero lo que importa es que hoy tenemos que pararnos en hoy. 

Ver nuestra época con los ojos de nuestra época, por más respetables que sean las opiniones del pasado y las ideas de Lenin.  

Y si hemos traído acá a Rosa no es por levantar una doctrina “luxemburguista” -qué sentido tendría eso después de todo lo dicho, y dicen que ella se reiría a carcajadas de algo así-, ni para confrontar dos teorías, sino algo bien diferente. Lo que hay que confrontar es toda teoría contra los hechos. Y si hoy no debemos mirar los problemas de hoy con ojos del pasado, la recíproca no es necesariamente cierta; las miradas de la época pasada no tenían por qué ser miopes solamente por ser eso, de una época pasada. Si alguien pudo mirar bien, la excepción desmiente la regla que diga que en ese tiempo no se podía.

Varios autores en las últimas décadas han levantado “las armas de la crítica” contra el paradigma del Estado-nación, y han aportado mucho; la crítica al nacionalismo burgués desde la Teoría de Dependencia nacida en nuestro continente (Ruy Mario Marini, Vania Bambirra, Theotonio Dos Santos), o los marxistas sistémicos en especial Samir Amin. En base a eso rechazamos hace tiempo la idea de que habría que desarrollar nacionalismos de tipo burgués en la periferia capitalista como “antesala” necesaria a una revolución socialista. Hoy, en tiempos de la decadencia general del capitalismo, menos aun.

Pero a esos valiosos aportes teóricos les faltaba algo. La Revolución de Rojava es el primer caso en nuestra época en que se ha llevado a la práctica el ejercicio del derecho de autodeterminación, pero rompiendo con el paradigma del Estado-nación burgués. Hay en ella mucho de discutible, pero hay que comprender que ha cruzado la puerta. No la podemos juzgar por la mirada que quedó por fin atrás, que además lleve un siglo esperando lo que no llegó. 

 Y Rojava ha comenzado “la crítica de las armas”. Solamente hemos visto acá uno de sus muchos aportes a la revolución de nuestro tiempo. Con este plato sobre la mesa poco importa ya lo que dijese el viejo menú, menos aun de qué libro de recetas salió esto. Cocinemos con los frutos de estación en vez de ir a buscar congelados a la vieja heladera. 

¿Podemos crear dos, tres, muchas Rojava, como se ha planteado? No serían iguales entre sí, ni interesa sacar de Rojava una nueva receta. Lo que sí sabemos es que el tiempo de los posibles muchos Vietnam, gente, no volverá.

 Bibliografía y referencias: 

Listos para acoplar con Damasco (Comandante kurdo sirio)
Geopolítica de los kurdos sirios y cooperación militar con los EE. UU. Ercan Ayboga
Rojava revolucionaria: un experimento polietnico, feminista y anticapitalista. Rachel Evans
¡Crear dos, tres, muchas revoluciones Rojava! Peter Boyle
Rojava y el legado de mayo del 68. Marcel Cartier
La hora del Kurdistán Occidental
Solidaridad con Kurdistán y represión en España
Kurdos sirios continúan c/elecciones a pesar de las divisiones. Sardar Mlla Drwish
Feminismo moderno: aprender de las mujeres kurdas. Silvia Fornaroli
Turquía: después de Afrîn, los otomanos sueñan con el sultán Erdo?an. John Tully
Afrín entre las garras de las grandes potencias Cihad Hammy
¿Por qué hay izquierdistas que aplauden la posible desaparición del experimento socialista de Rojava? Pete Dolack
Lecciones de Rojava Nicky Reid
Turquía después de las elecciones. Gustavo Giménez
Rosa Luxemburgo y la cuestión nacional. Tony Clif
El problema de las nacionalidades en el Cáucaso Rosa Luxemburgo
Sobre los mandatos polacos en el congreso socialista internacional de París. Rosa Luxemburgo
El Estado-nación y el proletariado Rosa Luxemburgo
La revoluciónrusa. Rosa Luxemburgo
El derecho de las naciones a la autodeterminación. V.I. Lenin

Contra el capitalismo verde. Hêlîn Asî

Nota Final:

He militado durante años en el movimiento de solidaridad con la revolución social de Rojava, y en el Comité de solidaridad con los pueblos de Kurdistán, en Uruguay, llamado así precisamente porque no es una revolución de liberación del pueblo kurdo, sino plurinacional igualitaria.

En la página https://rojavaazadimadrid.org/ se informa de la realidad de la revolución de Rojava hasta hoy. Ver por ejemplo sobre el Foro internacional sobre ISIS realizado a mediados de julio (casi al mismo tiempo que el Congreso en Montevideo) en Qamishlo, Rojava.


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