LA HISTORIA NO CONTADA DE LOS TUPAMAROS DE URUGUAYMontevideo, Uruguay: Planeta, abril de 2015.
Así la presentaron en su momento; Héctor Amodio Pérez hace su cometario que a partir de ahora iremos publicando en distintas entregas :
Julio de 2019
Golpeado brutalmente en el estómago. Electrocutado. Hundido de cabeza en agua inmunda. Acribillado varias veces.Patria para nadie, Planeta, Pablo Brum, página 11.
De esta forma comienza el libro Patria para nadie, de Pablo Brum. De este libro se ha dicho que “Patria para nadie es una excepcional obra sobre el movimiento Tupamaro que reúne la historia completa del accionar del MLN y el período en el que éste actuó como organización armada.”
En 2013, poco después de mi entrevista con Gabriel Pereira y a través de éste, me llegó el pedido de Pablo Brum para iniciar una correspondencia sobre su libro. En esos momentos yo creí, equivocadamente, que debía mantener con Pereira una relación exclusiva y me negué a la relación con Brum. En aras de exclusividad, envié a Pereira una serie de notas, contestando afirmaciones de Blixen en Brecha, de Zabalza y de otros que recibieron eco en la prensa de entonces, tratando de descalificar mis cartas
Entre esas notas iba una titulada La sombra de Trabal es alargada, en la que daba mi versión acerca de la participación de Wilson Ferreira en las maniobras por el “golpe bueno”. Ninguna de esas notas fue atendida. El Observador había recibido y aceptado las presiones para que mis opiniones pasaran desapercibidas
Ya en 2015 y mientras cursaban los primeros días tras mi venida a Uruguay, Pablo Brum volvió a reiterar su pedido, a lo que accedí. Sin embargo, dadas las circunstancias de aquellos momentos, ese diálogo no fue posible hasta el mes de octubre, estando ya en prisión domiciliaria.
Pablo Brum me envió un largo cuestionario, que respondí en forma extensa. Mis discrepancias con su visión de aquellos años se fueron haciendo evidentes a medida que el diálogo fue aumentando. No podía ser de otra forma, ya que Brum se basó en los mismos informes que sirvieron para tergiversar la historia, con los mismos personajes y citando a los mismos autores.
La voz discordante era la mía. Pablo Brum, lejos de intentar confrontar mi versión con la que sus informantes le habían proporcionado, optó por la vía más personalista que ha caracterizado a todos los que han escrito sobre la historia reciente y lejos de discutir consideró que no valía la pena seguir con el intercambio. De haberlo continuado su libro, en su momento calificado como el mejor estudio realizado sobre el MLN, había que escribirlo nuevamente
Demasiado p’al body, habrá pensado quien aparece declarando a Montevideo Portal que "No ignoré ninguna fuente, no consideré que hubiera algo indigno de incluir. Las opiniones de todos los actores del conflicto están vertidas en el libro"
Sobre el autor se ha dicho que es “experto en temas de seguridad internacional, investigó por más de tres años y consultó múltiples fuentes, entre las que se destacan: entrevistas exclusivas con varios actores del conflicto, más de quince mil páginas de documentos gubernamentales, tupamaros, periodísticos y académicos de Uruguay y de Estados Unidos, además de una revisión completa de la literatura y la producción mediática existente sobre el tema. La obra propone nuevos enfoques para el análisis de la historia reciente y concluye con un recorrido por los personajes del MLN que mantienen una activa participación en el Uruguay actual "
Es evidente que el autor y su libro forman parte del grupo que ha tergiversado la historia hasta grados realmente exagerados.
Para empezar, Mujica fue “acribillado” una sola vez, en el momento de su segunda detención en el bar La vía, situado entonces en la esquina de Larrañaga (hoy Luis Alberto de Herrera) y Monte Caseros. Este bar luego se llamó The Brothers y hoy está clausurado. Se ignora el número exacto de disparos que recibió –aparentemente fueron cuatro- ya que la historia ha recogido números variados y que han ido en aumento según las necesidades políticas del momento. Cuanto más bajo estaba el prestigio del personaje, más alto era el número de tiros recibidos
Todo lo demás es falso. Mujica fue detenido por el batallón Florida por datos proporcionados por Lucía Topolansky e interrogado por el capitán Calcagno, botella de grappa mediante. Mujica, ante la posibilidad de ser torturado, hizo lo que ya por entonces hacía la mayoría de los detenidos: contar por las buenas lo mismo que terminarían contando por las malas.
De esa forma cayó la militancia que Mujica conocía del Cerro y Paso de la Arena. Una vez que Calcagno ordenara la puesta en marcha de los procedimientos para detener a los que Mujica señaló con todo detalle, el preso iba a ser llevado al barracón, sin señales físicas de malos tratos, lo que originó un diálogo de este tenor:
Mujica: ¿Pero así me vas a bajar?
Calcagno: ¿Así cómo?
M: Así, sin tocar…
C: ¿Y qué querés que te haga?
M: Por lo menos mojame…
C: Estás loco, con el frío que hace allí afuera… andá vos, si querés…
Y Mujica fue, se mojó concienzudamente y así comenzó la historia que años después lo llevaría a ser Presidente, ya convertido en “El Pepe Mujica”, el “presidente más pobre del mundo”
Brum: Pepe Mujica ha cometido muchos errores a lo largo de su vida. Sin embargo, quienes lo han rodeado siempre han encontrado atractivo su talento para la autorreflexión. Dejó la prisión convencido de intentar nuevos métodos dedicados al mismo objetivo que lo había llevado a la cárcel. Décadas después de dejar la prisión, con su cuerpo y mente ya recuperados, Mujica reflexionó así sobre la aventura de su vida y de sus compañeros: “Nos hemos pasado una vida [luchando]. El juego es este. Ni el más grande novelista hubiera pensado una cosa así”. Ya como presidente de su país y centro de atención mundial por sus particularidades como persona y como político, Mujica agregó: “Sigo siendo un tupamaro: alguien que se rebela contra la injusticia”. Patria para nadie, Planeta, Pablo Brum, págs. 11-12.
Amodio: El talento para la “autorreflexión” forma también parte de la mitología que rodea al personaje. Decir en 2013 que dejó la prisión convencido de intentar nuevos métodos dedicados al mismo objetivo que lo había llevado a la cárceles, aunque Brum nos diga que su trabajo está encarado desde una perspectiva diferente a las usuales, una evidente falsedad. Ya en 2006 Adolfo Garcé y Federico Leicht en 2007 habían dejado claro que el MLN en general y Mujica en particular pretendían mantener abierto el horizonte insurreccional y mantuvieron activo un aparato armado con variados fines, entre los que se encontraban la consecución de finanzas “alternativas” para resolver las necesidades que el horizonte insurreccional demandaba.
Su integración al Grupo de los 17 y dentro de éste en el grupo que trató de reiniciar la lucha armada, junto a Huidobro, Marenales y el mismo Zabalza, lo convierten en un personaje clave para explicar lo sucedido entonces. Sus vinculaciones con elementos del lumpen lo convirtieron en los años 90 en una especie de Vito Corleone que lo hizo ser temido incluso por quienes habían llegado a ser sus personajes de confianza. Esta situación se mantiene hasta hoy, aunque su evidente desprestigio político a escala nacional lo ha puesto una y otra vez en el centro de los mayores actos de corrupción conocidos hasta hoy.
Brum: Los Tupamaros son el resultado de fusionar la UTAA de Raúl Sendic con un importante número de integrantes del Coordinador interesados en iniciar la revolución armada inmediatamente. La primera acción armada que se le atribuye a este grupo, antes de que se llamara a sí mismo Tupamaros, ocurrió el 31 de julio de 1963. Patria para nadie, Pablo Brum, página 44.
Amodio: UTAA nunca formó parte del grupo Tupamaros, si bien algunos integrantes del sindicato lo fueron, pero a título personal. Lo que sí es evidente es que UTAA, y más ampliamente el trabajo sindical de Sendic, fueron una de las razones de la formación del Coordinador y derivará en la formación del grupo Tupamaros tras la disolución de aquél. Las armas robadas en el Tiro Suizo estaban destinadas a defender la ocupación por parte de UTAA de tierras en la zona de Itacumbú
Brum: El Coordinador se vio así obligado a entrar en un proceso de cambio. Afortunadamente para Sendic, muchas de las mentes más capaces de la izquierda uruguaya se acababan de unir al grupo. Uno de ellos era Jorge Manera, un ingeniero que lideraba la importantísima célula del Partido Socialista, la cual al momento de entrar había más que duplicado el tamaño del Coordinador. Los socialistas eran un contingente decisivo: aportaron apellidos como Amodio, Marenales, Martínez Platero y muchos otros que se detallarán más adelante a lo que ahora se conocía como la Orga (abreviación de “la organización”). También demostraron tener formidables protocolos de seguridad. Patria para nadie, Pablo Brum, páginas 45-46.
Amodio: Manera fue fundamental en ese período como elemento organizador, dadas las características políticas y personales de los miembros del Coordinador. El mismo Sendic carecía de los más mínimos criterios en ese aspecto. Fue asimismo un elemento fundamental en la formación de los militantes que proveníamos del partido Socialista. Brum se está refiriendo al Coordinador y al hablar de los socialistas menciona a Martínez Platero.
Ninguno de los hermanos Martínez Platero estaba integrado todavía. El término “Orga” no comenzará a ser usado hasta el año 1968. Por entonces carecíamos de experiencia en materia de seguridad y a su vez era inconducente, ya que casi todos nos conocíamos por nuestras actividades políticas y gremiales.
Brum: La operación más audaz del Coordinador se planeó justo a tiempo para la Navidad de 1963. Sus integrantes, armados solo con cuchillos, encargaron la entrega de varios platos y alimentos navideños a una dirección ficticia en un barrio pobre. Una vez que llegó el camión, los militantes lo asaltaron a plena luz del día. Inmediatamente distribuyeron todos sus contenidos entre los habitantes del barrio, una tarea que solo tomó minutos tras la llegada de los vecinos convocados. Según el participante Efraín Martínez: No había nadie que ordenara eso. Era un caos, las bolsas de cinco kilos de harina se las tiraba por ahí. Después venía la policía y los cagaba a palos a los que se habían llevado las bolsas, y a la familia. Patria para nadie, Pablo Brum, página 46.
Amodio: Muchos de los errores en los que incurre Brum son debidos a la poca fiabilidad de sus fuentes, que son, por otra parte, las mismas que han participado, en mayor o menor grado, en la falsificación de la historia. En este caso el que miente es Efraín Martínez Platero, ya que como dije anteriormente, todavía no estaba integrado. Su ingreso no se producirá hasta finales de 1965. De haber ingresado anteriormente, dadas las escasas medidas de seguridad de entonces, cuando Manera fue detenido en 1964 y yo pasé a ocupar su lugar en el Coordinador, yo lo habría conocido.
Brum: En septiembre de 1964, nada menos que Régis Debray, el intelectual francés más de moda en la época en los círculos revolucionarios, y además un representante semioficial de Fidel Castro y el Che Guevara, visitó Montevideo. Asistió a una reunión del Coordinador y debatió varios aspectos de la doctrina de insurgencia con sus integrantes, particularmente con Jorge Torres, un comunista que estaba desarrollando estrategias para la revolución en Uruguay.
No hubo acuerdo entre las partes: Debray insistió en que cualquier intento de guerrilla urbana estaba condenado al fracaso y que los radicales uruguayos debían modelar su revolución en el foco de la Sierra Maestra de Cuba. Torres no quería saber nada al respecto. Como si no fuera suficiente, el integrante del Coordinador Ruben Navillat le dijo a Debray que Guevara era “un burro” por descartar las estrategias urbanas y obsesionarse con el foco rural. Patria para nadie, Pablo Brum, páginas 46-47.
Amodio: Este hecho forma parte de la mitología tupamara y recogidas del libro La izquierda armada, de Clara Aldrighi. Tiene el único fin de hacer creer que el incipiente intento revolucionario de entonces había despertado el interés nada menos que de los líderes cubanos. Si Debray visitó Uruguay, algo altamente improbable, nunca participó de una reunión del Coordinador. Es cierto que tanto Torres como Navillat fueron firmes defensores de la guerrilla urbana, pero eso no les adjudica ningún mérito especial, ya que ese mismo criterio fue defendido por todos los que por entonces nos considerábamos tupamaros. De lo contrario, hubiésemos abandonado el Coordinador y habríamos descartado iniciar un proceso revolucionario.
Brum: La guerra de guerrillas en Uruguay sería urbana. Esto se basaba en una simple evaluación geográfica. Como los Tupamaros escribieron luego en un documento interno: “No existen en el país lugares geográficos inexpugnables o con características que posibiliten la instalación de un foco guerrillero rural que perdure No podemos reducir las condiciones objetivas para la revolución a meras condiciones geográficas. Uruguay carece de condiciones geográficas para la guerrilla rural, pero no por eso la revolución debe esperar." Patria para nadie, Pablo Brum, páginas 47-48.
Amodio: En estos textos se plantea con claridad que la lucha deberá ser urbana. Lamentablemente, a finales de 1970 comienza a barajarse por parte de un sector del MLN vinculado a Sendic la posibilidad de convertir la guerrilla urbana en rural, modificando las condiciones geográficas desfavorables del Uruguay mediante las tatuceras.
Cuando comenzaron a plantearse los esbozos del plan Tatú, en los inicios de 1971, uno de los argumentos que utilizamos quienes nos oponíamos a él fue el de que se “pretendía que las tatuceras se convirtieran en los sustitutos de las condiciones geográficas que habíamos concluido que no existían”. Otro argumento era que de todas maneras el abastecimiento dependería de las poblaciones cercanas y que las condiciones de vida de los militantes serían tan precarias que acabaría por anularlos. Los propios testimonios brindados por quienes estuvieron involucrados en esa triste aventura, fruto del voluntarismo más elemental, nos demuestran que no estábamos equivocados.
Brum: El incidente más problemático vino de la UTAA: un robo de banco fallido por parte de tres de sus cañeros. Sendic, siempre fiel a su personalidad brusca y enfocada en la acción, no resistió la tentación de abrir fuego con su pistola durante el incidente, desde el balcón del apartamento perteneciente a Violeta Setelich, su novia. La célula de la UTAA en Montevideo había tenido la brillante idea de robar el banco que ocupaba la planta baja del edificio de Setelich. De esa manera arriesgaron el escondite de Sendic, aunque tuvieron suerte y la policía no se dio cuenta de nada.Patria para nadie, Pablo Brum, página 48.
Amodio: UTAA no tuvo nada que ver en este hecho. Si bien los tres implicados eran afiliados al sindicato, el asalto lo hicieron como integrantes del grupo socialista. Esto es tan así que Manera era el chofer del auto –su propio Land Rover- y otros actuamos como colaboradores. La idea partió del propio Sendic, quien en esos momentos defendía la idea de que los dirigentes –en este caso los tres eran dirigentes de UTAA- debían ser vanguardia.
Se ha dicho que Sendic participó del tiroteo, lo que no es verdad. Eso habría sido como denunciarse, ya que era imposible haber pasado desapercibido. Tras el procesamiento de Vique, Santana y Castillo se organizó el intento de rescate cuando fueran trasladados a la cárcel de Artigas. Este intento fracasó y fue el último operativo en el que participaron todos los grupos integrantes del Coordinador.
Brum: En otro de estos robos fallidos José Mujica, sin filiación grupal, fue capturado y encarcelado por varios meses. Fue detenido al intentar robarle al gerente de la empresa textil de propiedad estadounidense Sudamtex. Como había aprendido las lecciones de los ladrones de banco de la UTAA, Mujica afirmó a la justicia que su intento fue para ganancia personal más que para una causa política. Así tuvo que pasar ocho meses en una prisión del barrio montevideano de Miguelete, y enfrentar un grado de marginación y desprecio de parte de amigos, colegas y otros miembros del submundo de izquierda. Patria para nadie, Pablo Brum, página 49.
Amodio: Cuando este intento fallido, Mujica ya era integrante del MIR y el producto del asalto era para financiar a ese grupo. La fecha fue el 30 de junio de 1963. Mujica dijo que el producto del robo iba a ser dedicado a uso personal -la compra de una chacra- mientras que los miembros de UTAA dijeron que era para financiar al sindicato, por lo que no queda claro a qué lecciones se refiere Brum. En el intento de robo lo acompañó David Melián, pese a que en las crónicas se dijo que el otro integrante era Ruben Anchetta.
Brum: Hubo más robos de banco fallidos. Los protagonistas del más importante venían de la célula socialista del Coordinador. Jorge Manera estaba al mando y entre los participantes adicionales se encontraban Héctor Amodio, Julio Marenales, Tabaré Rivero y otros. Marenales, un profesor de Bellas Artes en aquel entonces, entró al banco junto a otros dos militantes. Los ladrones estaban nerviosos y un guardia de seguridad notó a tiempo las intenciones de los tres. A esto le siguió una confrontación, por lo cual los clientes entraron en pánico. En medio de la confusión, entre los llantos de niños que acompañaban a sus padres, uno de los ladrones salió del banco y se subió al vehículo de escape que esperaba, el cual rápidamente se fue y dejó atrás a Marenales y a un militante llamado Giménez. Patria para nadie, Pablo Brum, página 49.
Amodio: Este intento fallido fue el 8 de octubre de 1964, aprovechando la visita del general Charles de Gaulle, por lo que pensamos que habría menos policía en las calles. Todo el relevamiento del operativo, el plano interno del banco y el estudio de la ruta de evacuación de la zona la hicimos Heraclio Rodríguez y yo. Al banco entraron Heraclio, Marenales y Giménez, mientras en el auto de apoyo –el mismo Land Rover de Manera- con él al volante, estaba yo como apoyo.
Marenales percibió que el portero del banco –no había el guardia de seguridad que dice Brum- se percató del asalto, pese a lo que siguió adelante con el operativo, “para que los compañeros no pensaran que el abandono del intento había sido por miedo”. Esa fue la primera vez que el “orgullo” de Marenales lo hizo cometer un error. Heraclio abandonó el banco por la ruta elegida y Giménez fue detenido junto a Marenales.
Brum: Tras un violento arresto, Marenales fue llevado a custodia policial y sometido a golpizas y una picana eléctrica para arrear ganado, todo con música de tango de fondo, su preferida. Las investigaciones policiales llevaron al conductor del vehículo, el ingeniero Manera, quien también fue capturado. Ambos afirmaron en su juicio que estaban reuniendo fondos para financiar servicios sociales para los pobres. Pasaron varios meses en la cárcel, aunque un hombre nunca les creyó: Alejandro Otero. Mientras tanto, Héctor Amodio reemplazó a Manera como jefe de la representación socialista ante el Coordinador. Patria para nadie, Pablo Brum, páginas 49-50.
Amodio: Manera fue identificado por las declaraciones de Alberto Giménez, lo que será la causa de su separación del grupo. Esto provocará el primer enfrentamiento serio entre Sendic y el núcleo duro de la militancia, formado por los que proveníamos del partido Socialista y del MAC. Manera y Marenales dijeron que querían colaborar con EMAÚS, una organización filantrópica que había sido noticia en los meses anteriores. Alejandro Otero no tuvo nada que ver ni en las detenciones ni en los interrogatorios, pero con el tiempo se fue autoadjudicando aciertos y responsabilidades que no le correspondieron, fundamentalmente a partir de 2013, año en el que fueron publicadas mis cartas y Otero aprovechó el momento para intentar mantenerse dentro de una historia que ya lo había dejado de lado.
Brum: En una reunión en el balneario Parque del Plata a principios de junio de 1965 -realizada en condiciones compartimentadas, con los participantes encapuchados-, la organización adoptó el nombre más completo y formal de Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros. Patria para nadie, Pablo Brum, página 56.
Amodio: Es en esta reunión que se eligió al organismo de dirección que recibió el nombre de Comité Ejecutivo, aunque se le agregó el adjetivo de “provisorio”. Estaba formado por Sendic, Fernández Huidobro y Tabaré Rivero. Si bien nos llamábamos internamente “tupamaros”, se decidió que solo se firmarían las acciones que tuvieran un neto carácter político y de propaganda, descartándose hacerlo con las acciones de pertrechamiento y finanzas, con el fin de no alertar en demasía acerca de las intenciones revolucionarias del grupo.
Brum comete dos errores: ni existieron las capuchas –los participantes nos conocíamos todos- ni ahí se formó el MLN. Dicha denominación se adoptó en enero de 1967, tras el pase a la clandestinidad de la mayoría de los militantes activos en ese momento. Si hay que nombrar a los fundadores, ellos fuimos Sendic, Manera, Marenales, Huidobro y yo. En realidad la denominación fue solo Movimiento de Liberación Nacional y el agregado de Tupamaros será con posterioridad.
(continuará)