17.AGO.19 | Posta Porteña 2043

UPM y las Fake News de la milanesa

Por Esteban Valenti

 

En respuesta a la columna de Raúl Viñas

 

Siempre queda el supremo argumento de si muero en Rocha me entierren en Bella Unión y si muero en Rivera en Maldonado, el asunto es joder.

Por Esteban Valenti- Montevideo Portal 14/8/19

Confieso que ya he sido derrotado, el señor Raúl Viñas según una breve búsqueda en Google en muy poco tiempo se enfrentó a la megaminería, a la prospección de hidrocarburos, a las planta de UPM y al Ferrocarril Central. Es un récord difícil de superar.

Y se lo dice alguien que tiene experiencia, porque hace algunos años, yo me oponía a muchas cosas que luego se demostraron positivas para el país, como la ley forestal o la ley de puertos, el nuevo aeropuerto de Carrasco, sin las cuales hoy no serían posibles ni las plantas de celulosa ni muchas otras empresas. La ventaja es que reconozco mis errores y trato de corregirlos.

La segunda razón de mi derrota es por la inteligente pregunta que en el programa Buenos Días Uruguay, le formuló la periodista Soledad Ortega cuando luego de que Viñas expusiera sus argumentos contra la planta de UPM, le espetó, que entonces era solo un problema de plata, porque si se hubieran logrado más beneficios, la afectación del medio ambiente sería aceptable. Contra el argumento exclusivo del dinero, me rindo, me declaro tachuela.

Yo tengo una ventaja, el gobierno se decidió y realizó el pasado viernes una cadena de radio y TV donde brindó una catarata de cifras. Como le sucede desde hace bastante tempo le faltó ubicar el proyecto de la planta 2 de UPM dentro de una estrategia nacional de desarrollo, en el plano forestal, industrial y logístico.

Leyendo el contrato ROU con UPM, es probable que se podrían haber obtenidos más recursos para el país, sobre todo teniendo en cuenta algunas ventajas desde el punto de partida de la negociación: la necesidad de los finlandeses de disponer de un puerto también para completar la carga de las naves que transportan la producción de UPM I, las grandes extensiones forestadas que tiene la empresa en nuestro país y los muy buenos resultados de su actual planta en Fray Bentos. Pero eso no cambia en absoluto los que se siguen oponiendo a UPM II utilizando para discutir el proyecto, datos incompletos, parciales, que resultan en definitiva falsos y que eligen solo las informaciones que les convienen, excluyendo la cantidad de empleos, la masa de sueldos que se vuelcan al consumo nacional, los aportes al BPS, la abrumadora mayoría de trabajadores uruguayos tanto en la fase de construcción como de funcionamiento de la nueva planta procesadora y de la producción maderera y muchos otros "detalles" e inversiones que se realizarán. Como los 3.600 a los 5.100 millones de dólares que recibirá Uruguay en los 30 años. Y no cambia que la instalación de UPM II es una muy buena noticia para el país.

Lo otro que el Sr. Viñas se cuida muy bien de mencionar es que los uruguayos tenemos 12 años de experiencia con el funcionamiento de UPM I y Montes del Plata y que a través de los diversos controles ambientales, nacionales, binacionales e internacionales, se han registrado mínimos incidentes rápidamente resueltos y que todas las tragedias ambientales en el aire, el agua y el suelo que se producirían y fueron vaticinadas por los piqueteros de Gualeguaychú y la desaparecida Green Peace por estas latitudes y los voceros nacionales del desastre ambiental, no se produjo ninguna de esas tragedias.

UPM I era una promesa, una posibilidad, ahora son 12 años de experiencia. Lo cierto es que se invertirán varios millones para que el saneamiento de Paso de los Toros y de Pueblo Centenario tenga tratamiento y no desagoten como ahora, a lo bestia, en el río Negro.

En cuanto al Ferrocarril Central, comienzo por señalar su valor como elemento clave de la logística nacional, construir 273 kilómetros de vías soldadas, que permitan una velocidad en campo abierto de 100 kilómetros por hora, que potencialmente puedan ser utilizados por 24 convoyes ferroviarios de ida y otro tanto de vuelta y que el costo tonelada/kilómetro en relación al transporte por carretera se reduzca tanto para UPM II como para todos los que lo quieran y puedan utilizar en más del 80% es un avance importante para este país y para cualquier país.

Hay que tener paciencia, pero ya los productores rurales le propusieron la semana pasada al MTOP formar un polo logístico agropecuario en el departamento de Florida para utilizar el Ferrocarril Central. Solo los que piensan que los uruguayos somos débiles mentales, pueden despreciar el valor de disponer de un eje ferroviario que una el centro del país con el puerto de Montevideo que puede substituir más de cien mil camiones por año. Imaginemos el ahorro en carreteras, en consumo de gas oíl y de vehículos, de contaminación del medio ambiente y el potencial para instalar nuevas empresas.

El Uruguay era en los años 20-30 uno de los países más ricos de la región y del mundo, entre otras cosas por su excelente red ferroviaria, lo mismo que Argentina. Ahora los visionarios del naturalismo pretenden que utilicemos las carretas para no dividir los pueblos y ciudades, considerando que también las carreteras por algún lugar cruzan.

Y si con UPM1 tenemos 12 años de experiencia, con el ferrocarril tenemos un poco más de experiencia. Precisamente la primera línea de lo que entonces se llamaba el Ferrocarril Central se construyó en 1868 y tendió sus vías por 205 kilómetros desde el Paso Molino hasta Durazno. Si se mira el mapa del Uruguay se puede apreciar fácilmente que su desarrollo urbano está directamente relacionado con el ferrocarril, con las líneas, Montevideo Rivera, a Rocha, a Minas, a Río Branco, a Melo, el ramal al km 329, La línea a Colonia del Sacramento, a Mercedes, a Algorta Fray Bentos y a Artigas.

Yo hago votos para que este primer paso sea para reconstruir un ferrocarril moderno, posiblemente electrificado (como está previsto en el trazado del Ferrocarril Central) en los principales ramales. Porque desde siempre el tren fue sinónimo de progreso y desarrollo. No hay países desarrollados en el mundo que no dispongan de una adecuada red ferroviaria. Incluso Liechtenstein con una superficie de 160 kilómetros cuadrados y 38 mil habitantes tiene 9.5 kilómetros de ferrocarril...

La construcción por PPP implica mayores costos, lo sabemos, incluso la construcción de cárceles, liceos etc. Porque incluye el mantenimiento y sobre todo el Estado no carga la deuda total a su endeudamiento público y lo paga en cuotas y los riesgos los corre la empresa privada. Al final del proceso recibiremos las instalaciones en perfecto estado. Esa parte parece que Viñas no la leyó en el contrato.

Y obviamente ROU (el Estado) cobrará el flete por todos el transporte en ese ferrocarril, a UPM II y a todos los que lo utilicen (carga o pasajeros). No es gratis, como no es gratis el uso del puerto.

Y si es cierto que además de celulosa se transportarán substancias químicas para el proceso industrial de UPM II, las mismas substancias que se transportan actualmente a Fray Bentos y a Conchillas y en todos estos doce años no se han producido un solo incidente y el tren es mucho más seguro que el transporte en camión. Pero siempre nos pueden hacer algún mal de ojo.

Pero le reconozco al señor Viñas que mucho pero mucho más seguro es no tener industrias, frigoríficos, empresas de la industria química y que lo mejor sería retroceder al jurásico o al menos a la época de las tolderías.

Claro que, si no controlamos rigurosamente y con profesionalidad el funcionamiento de esa y otras plantas, si no garantizamos los estándares de seguridad en el tren y en otras empresas que puedan surgir a partir del nuevo desarrollo logístico e industrial, y si además nos parte un rayo, todo será muy malo. Pero esa en una visión solo acorde a los que se oponen a todo y no tienen la menor visión del desarrollo nacional.

Ahora hablemos de energía eléctrica.

El señor Viñas confirma que compraremos el megavatio de energía eléctrica a 72.50 dólares durante 20 años. Mil megavatios año, algo más de 80 Mw/h por mes y que el consumo anual promedio de Uruguay es de 726.974 Mw/h mensual (8:723.579 Mw/h en el año 2018) (Portal UTE com.uy) esto equivale a un consumo promedio de 995 Mw/h. Este consumo crece anualmente un 3%, podemos afirmar que dentro de tres años, cuando UPM esté en condiciones de proporcionarnos los nuevos 80 Mw/h de electricidad a partir de biomasa que le compremos (máximo) a UPM II no alcanzarán ni siquiera para cubrir este crecimiento de casi el 10%.

Instalar fuentes de generación de energía por biomasa o eólicos por esa potencia nos costaría aproximadamente muchas decenas de millones de dólares. Y no nos cuesta nada, no es un mal negocio. Además incrementa el porcentaje de energía renovable en el conjunto de la matriz nacional.

Desde el 2016 le vendimos a Brasil 2.110.000 Mw/h por 156 millones de dólares. Así que no le estamos regalando nada a UPM II por la venta de energía que nos hacen.

La energía eléctrica UTE la vende actualmente a 200 dólares a la industria (grandes consumidores) y 250 a los consumidores domiciliarios. Demasiado cara, refuerzo la propuesta de utilizar la energía generada en esa zona para promover con precios de la energía mucho más reducidos a empresas agropecuarias (riego etc. e industriales) en la zona central del país. En especial si se trata de empresas con producción ecológica (maderera, o productos derivados de la celulosa y en substitución de los plásticos).

En el informe de ANDE del año 2017 el porcentaje de energía eléctrica generada por biomasa en relación al total era de solo el 10%, mientras que la eólica representaba el 34%.

Las zonas francas son un debate mucho más profundo y amplio. Hay enemigos feroces de las zonas francas, lo cierto es que han sido un instrumento válido para atraer inversiones en los más diversos rubros, tecnologías, medicamentos, logística, servicios, comercio, y producción industrial y forestal.

En todos los casos, es absolutamente cierto que ganan más plata que las empresas locales que pagan impuestos, se trata de aplicar políticas integrales que vuelquen recursos energéticos, logísticos, etc. a las pequeñas y medianas empresas uruguayas y no cerrar en absoluto las zonas francas. Que además generan notoriamente una cultura de la formalidad y de la calidad en la producción.

Siempre queda como supremo argumento que si muero en Rocha me entierren en Bella Unión y si muero en Rivera me entierren en Maldonado, el asunto es joder.


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