14.SEP.19 | Posta Porteña 2049

Paraguay: hallan restos humanos en casa de Stroessner

Por DW /Andrés Colmán Gutiérrez

 

Investigan si restos humanos hallados en casa del extinto dictador Stroessner pertenecen a desaparecidos bajo dictadura en Paraguay

 

El hallazgo de tres cráneos y otros restos humanos en mansión de Alfredo Stroessner conmociona a Paraguay. Autoridades analizan si corresponden a cuerpos de más de 400 desaparecidos de dictadura más larga de Sudamérica

Deutsche Welle 13/9/19

Conocida como "la casa de Stroessner" o "la mansión del horror", la propiedad construida en la década de 1970 se encuentra en Ciudad del Este, en la triple frontera con Brasil y Argentina, y estuvo abandonada durante muchos años, hasta la repentina irrupción de unas 180 familias "sintecho" que se instalaron en el lugar dos semanas atrás.

"Ellos (los invasores) encontraron tres cráneos, dos fémures, un húmero y varios restos sueltos. Todo lo hemos guardado, rotulado y sellado. Se va en cadena de custodia a Asunción, a la Unidad Especializada de Derechos Humanos", dijo a la AFP Rogelio Goiburú, presidente de la Comisión de la Verdad. Los restos fueron descubiertos debajo del piso de uno de los baños de la casa y serán sometidos a diversas pruebas de identificación por la Comisión de Verdad, Justicia y Reparación, dependiente del Ministerio de Justicia.

Aún habría túnel que conduce a fosa común

Los ocupantes de la mansión denuncian que habría aún más huesos, pero muchos son de animales, aclaró Goiburú. "Descubrimos un túnel que está rellenado con escombros. Nos dijeron que tiene como 100 metros de extensión y que termina en una fosa donde hay más huesos", denunció a la AFP Rafael Esquivel, un exfuncionario municipal, portavoz de los ocupantes de la casa.

"Nadie sabe cuántos murieron aquí. En memoria de esos muertos estamos ocupando este lugar", dijo. El macabro descubrimiento a inicios de septiembre conmocionó al país, 30 años después del fin de la dictadura en la que desaparecieron más de 400 personas. Hasta la actualidad los principales responsables siguen sin ser juzgados, se han encontrado apenas unos 40 cadáveres y sólo cuatro han sido identificados.

"Esta propiedad pertenece legítimamente a los pobres", aseguró Esquivel.  La "mansión Stroessner" está asentada en un terreno de 30 hectáreas, al pie de un barranco rocoso que da al río Acaray frente al puente Costa Cavalcanti de la carretera que conduce a la hidroeléctrica paraguayo-brasileña Itaipú.

Se trata de una casona semiderruida con visibles marcas de pillaje. La dictadura, que se prolongó de 1954 a 1989, cayó por un cruento golpe militar y el sitio fue abandonado. Las leyendas sobre fantasmas mantuvieron durante años alejados a los intrusos. "De noche se escuchan de repente gritos, gemidos de criaturas, de mujeres, llantos, ruidos extraños", refirió Esquivel.

Goiburú, con la ayuda del Equipo Argentino de Antropología Forense, identificó hasta ahora cuatro cuerpos de desaparecidos descubiertos en el predio de un cuartel de policía, hace cuatro años.  Dos de ellos son argentinos: Rafael Filipazzi y José Agustín Potenza, víctimas del Plan Cóndor de intercambio de prisioneros entre las dictaduras del Cono Sur. Ambos fueron secuestrados en Montevideo, refirió.

"Mucha gente no sabe qué clase de bestia es la que nos gobernó durante 35 años", observó Goiburú. Stroessner murió en el exilio en Brasilia en 2006, a la edad de 93 años, sin nunca haberse sometido a la justicia. En Ayolas, donde se erige la hidroeléctrica paraguayo-argentina Yacyretá (300 km al sureste), Stroessner tenía otra lujosa mansión de descanso.

"Tenía otras varias casas más. En realidad eran casas de placer donde llevaba a sus amigos para hacer sus fiestas y sus orgías con chiquilinas, mujeres jóvenes", describió a la AFP monseñor Mario Medina. Conocido humanista, el obispo fue coordinador de las investigaciones oficiales sobre los muertos y desaparecidos en dictadura, condensadas en ocho volúmenes bajo el título "Nunca más al terrorismo de Estado".

"Que a Stroessner le gustaban las criaturas no es ninguna leyenda. Ya estamos teniendo personas, mujeres, que se están animando a testimoniar en la fiscalía. Están apareciendo de a poco algunas niñas que fueron violadas por Stroessner", indicó Goiburu. Frente a la "mansión del horror" en Ciudad del Este, con una vista privilegiada, se erige una torre en construcción del World Trade Center y otros edificios pertenecientes a multinacionales.

Ellos reflejan el paisaje del acelerado crecimiento de la cosmopolita ciudad paraguaya localizada en el polo turístico trifronterizo, dividido por el caudaloso río Paraná.

jov (afp, dlf)

 

Los esqueletos del Tiranosaurio

Encontraron restos humanos en una de las casas de Stroessner

 

A 30 años del derrocamiento de Alfredo Stroessner, en una de sus mansiones de veraneo se hallaron tres cráneos y varios huesos humanos. El hallazgo fue realizado por un grupo de familias que ocupan las tierras de la zona, apropiadas por el dictador durante su gobierno. Desde el Equipo Paraguayo de Antropología Forense no descartan que los restos encontrados sean de desaparecidos

Andrés Colmán Gutiérrez Brecha 13/9/19

Con un pesado pico de hierro, Silvio M rompió los oscuros y gastados azulejos del piso del baño de la abandonada mansión que fuera uno de los lugares favoritos de descanso del general Alfredo Stroessner, el dictador que gobernó Paraguay con mano de hierro durante 35 años, desde 1954 hasta que fue derrocado en febrero de 1989. Era el viernes 30 de agosto, en horas de la noche. Silvio, junto con un grupo de más de 200 personas, llevaba seis días ocupando la vieja mansión abandonada en un predio de 13 hectáreas en las afueras de Ciudad del Este, a orillas del río Acaray, no muy lejos de la represa hidroeléctrica de Itaipú, en la región de la triple frontera de Paraguay con Brasil y Argentina.

Los ocupantes buscaban algo de valor enterrado bajo los pisos del baño, lo que en la cultura popular paraguaya se denomina plata yvyguy (tesoro enterrado). Existían versiones de que los colaboradores del dictador habían ocultado bolsas de dinero o joyas poco antes del golpe militar que acabó con la tiranía, y la obsesión llevó a que numerosas personas organizaran durante años expediciones clandestinas para excavar la mayor parte del terreno.

En la noche del 30, lo que encontraron no fue dinero ni joyas, sino restos humanos. “Yo me encontraba en el patio, organizando detalles de la ocupación de la propiedad, cuando me avisaron. Acudí enseguida, acompañado de mucha gente, transmitiendo en vivo para que todos puedan enterarse. Cuando entramos a lo que fue el baño, allí estaban los cráneos y otros huesos, que sobresalían entre los cimientos del piso que estaban siendo removidos”, relató el artista plástico Rafael “Mbururú” Esquivel, un popular activista que transmitió las primeras imágenes a través del sistema Facebook Live, desde su página Mbururú Tv On Line, en la red social. La excavación prosiguió y en pocas horas lograron desenterrar tres cráneos humanos, dos fémures, un húmero y un montón de fragmentos más pequeños de los esqueletos.

FIESTAS Y ORGÍAS

La antigua mansión le fue regalada al general Alfredo Stroessner en 1962, cuando se empezó a formar la localidad fronteriza que llevaba su nombre, Ciudad Puerto Presidente Stroessner, principal centro de la expansión económica en el Alto Paraná, en un plan que comprendió la construcción del Puente de la Amistad con Brasil, la represa hidroeléctrica de Itaipú y el proceso de desembarco de colonos agroganaderos brasileños, que incluía un gran esquema de contrabando y todo tipo de tráfico ilegal a través de la triple frontera.

El terreno donde se encontraba la mansión fue parte de una reserva de 30 hectáreas, conocida como la Finca 66, que el Instituto de Bienestar Rural (organismo agrario encargado de dar tierras a campesinos) distribuyó entre Stroessner y otros 16 generales. Al dictador, a quien el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos bautizó como el “Tiranosaurio”, le construyeron una coqueta y lujosa residencia a orillas del río Acaray, rodeado por un espeso bosque. Allí Stroessner acostumbraba llegar con varios de sus amigos políticos y militares a pasar días de descanso, y son varios los testimonios que apuntan a que se organizaban fiestas y orgías con un harén de mujeres, principalmente niñas y adolescentes, a quienes se sometía a perversas situaciones de esclavitud sexual y pedofilia.

Tras la caída de la dictadura en 1989, la mansión quedó prácticamente abandonada. Según los registros, la propiedad figura a nombre de la empresa Sur Inmobiliaria SA, cuyo principal accionista es el ex senador Alfredo “Goli” Stroessner, nieto del ex dictador. La Municipalidad de Ciudad del Este (como pasó a llamarse la ex ciudad puerto Stroessner) reclama el sitio como propiedad municipal para construir un parque, pero las tratativas se mantienen en un limbo jurídico.

En este contexto, unas 30 familias autodenominadas “sin tierras” ocuparon la que fuera la mansión del dictador el pasado domingo y en pocos días la cantidad de ocupantes ya sumó a más de 200, que reclaman que la propiedad es parte de las tierras mal habidas y, por tanto, deben ser entregadas a los pobres. “Es inadmisible que estas tierras sigan perteneciendo a los descendientes del dictador. Si el Estado no procede a hacer justicia, el pueblo tiene derecho a recuperar esta propiedad”, sostiene el dirigente Mbururú Esquivel.

LA CASA DEL TERROR

 El hallazgo de los tres cráneos y varios huesos causó conmoción en el contexto de la reciente crisis política que se instaló en Paraguay y que afectó gravemente al gobierno del presidente Mario Abdo Benítez: semanas atrás se reveló que su gobierno había firmado un acta con el de Brasil, en forma secreta, en la que se acordaba la compra de energía de la represa de Itaipú en condiciones sumamente desfavorables para Paraguay. Las acusaciones de haber renunciado a la soberanía energética nacional para favorecer al país vecino obligaron al mandatario a ordenar la remoción de varios miembros de su gabinete, entre ellos el canciller y el embajador paraguayo en Brasil, además de pedir la ayuda de su principal adversario electoral, el ex presidente Horacio Cartes, para ser salvado de un inminente juicio político que estuvo a punto de sacarlo del poder.

La mansión de Stroessner en Ciudad del Este también era conocida popularmente como “la Casa del Terror”, ante denuncias de que en épocas de la dictadura se utilizaba, además, como un centro clandestino de detención y tortura de adversarios políticos, por lo que el hallazgo de restos humanos lleva automáticamente a suponer que puedan tratarse de personas asesinadas por esbirros de la dictadura. Podrían integrar la lista de aproximadamente 459 desaparecidos por el régimen que ha registrado la Comisión de Verdad y Justicia, nómina actualizada por organismos de derechos humanos.

El médico Rogelio Goiburú, director de Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia, se hizo presente este miércoles 11 de setiembre en el lugar, al frente del Equipo Paraguayo de Antropología Forense, para recoger y analizar los restos hallados. “Podemos afirmar que se trata de los cráneos de tres personas adultas del sexo masculino, uno de ellos con el evidente rastro de haber recibido un impacto de bala en la cabeza. Además, hay otros restos, que podrían pertenecer a las mismas personas o a otras”, explicó el médico

Goiburú y los miembros de su equipo vienen realizando una titánica tarea desde hace varios años, en la búsqueda de restos de los desaparecidos por la dictadura stronista. Hasta el momento han logrado hallar 37 restos de personas y con la ayuda del Equipo Argentino de Antropología Forense han podido identificar a cuatro personas, entre ellas a quien fue secretario general del Partido Comunista Paraguayo, Miguel Ángel Soler, desaparecido en 1975.

“No me sorprende para nada que se hayan hallado estos restos en esta casa del terror. Hace cinco años ya estuve aquí, a partir de denuncias de que podían existir esqueletos de víctimas de la dictadura, pero en ese momento no pudimos profundizar la búsqueda. El hallazgo hecho por los ocupantes es un importante aporte. Vamos a recolectar los restos y llevarlos bajo custodia fiscal forense a un laboratorio en Asunción, en donde compararemos las muestras de ADN con las del banco genético de familiares de desaparecidos que estamos creando. Ojalá tengamos éxito en el proceso y podamos saber a quiénes pertenecen estos huesos. Sería una gran contribución a la recuperación de la memoria histórica”, destacó Goiburú. Rogelio no pierde la esperanza de que entre estos restos puedan estar los de su propio padre, el médico y dirigente opositor Agustín Goiburú, desaparecido en 1977, tras una heroica resistencia a la dictadura de Stroessner.


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