14.SEP.19 | Posta Porteña 2049

Las Puertitas del Sr. Bayardi

Por Nelsón Fernádez

 

El candidato del FA hace campaña de propuestas, mientras figuras del gobierno quieren ayudar pero sin coordinar acciones, generan el resultado contrario

Nelson Fernández  El Observador 14 de septiembre de 2019

Cuando la realidad es fea, adversa, incómoda, hay dos formas de encarar el problema: una es la de hacer algo para cambiar la escena y pasar a un ámbito mejor, más lindo, favorable y confortable; otra es la de escapar, salirse, aunque no se sepa hacia qué lugar se va. 

La izquierda uruguaya enfrenta una elección dificil a la que llega en desventaja ante sus adversarios, lo que se da por varios motivos. Y las reacciones de sus dirigente reflejan un comportamiento diferente, que habla de cómo es cada uno, pero también habla sobre la chance real que tiene el Frente Amplio de recuperarse en serio para intentar una victoria que sería heroica.

Martínez hace una campaña de propuestas. Bayardi genera teorías conspirativas.

Martínez apuesta a mostrar que tiene equipo y que han generado planes de gobierno para entusiasmar sobre un “nuevo impulso”, que genere esperanza luego de tres períodos de gobierno seguidos.

Bayardi, sin darse cuenta que lo hace, imagina excusas para justificar una derrota: la culpa es de los medios que engañan a la gente, con un cerebro oculto detrás del “telepronter” que escribe guiones perversos, para que figuras públicas reconocidas, repitan en un coro endemoniado las maldades que hacen correr votos. 

Los ministros defienden al gobierno y se meten en la campaña para defender a su partido, pero no ayudan al candidato. 

Más allá de si es correcto que participen de esa manera, más allá de lo ético, lo cierto es que no ayudan nada, no arriman un voto. 

Ni “Marita”, ni Murro, ni Bayardi, logran traducir en apoyo electoral sus salidas públicas para pegar duro contra la oposición o con señalar a “los medios” como responsables de operaciones partidarias.

La “influencia directriz” no es nueva; se trata de aquella expresión de Julio Herrera y Obes a fines del siglo XIX para reivindicar el uso del poder presidencial para cuestiones electorales, y que cada gobierno, sea nacional o departamental, ha tratado de ejercer. 

El caso es si el poder se usa para incidir, y si eso da resultado positivo. O si es al revés.

María Julia Muñoz hace salidas provocadoras, que en ocasiones pueden ser de cierta utilidad para el Frente, si logra “hacer entrar” a los adversarios y terminar hablando sobre lo que ella fija como “agenda”, caso de “los rosaditos” o “los rosaditos-verdosos”.

Pero esa picardía dura poco y no parece coordinada con el comando electoral, lo que en definitiva termina corriendo el foco de atención: el candidato hace propuestas para que se hable de eso, pero la ministra desvía la atención a otros asuntos.

El ministro de Trabajo apela al “voto miedo”, mediante la advertencia a trabajadores sobre lo que se puede perder en materia de beneficios laborales, convenios salariales y otros ejemplos.

Bayardi y el jefe de gabinete, Roballo, alertan que si ganan los blancos y colorados no harán nada para buscar restos de desaparecidos.

El caso es que nada de eso está coordinado por un comando político, no es parte de una estrategia, y no sólo eso: choca de frente con el diseño de campaña de Martínez.

Entonces, además de exponerse a la crítica por el uso abusivo del poder gubernamental en beneficio de su partido político, esos ministros no suman al candidato, sino que lo estorban.
Empresarios que concurrieron a la presentación de Martínez en ADM, y otros que escucharon sus planteos de políticas de seguridad, coincidieron en que había planes interesantes, medidas compartibles, propuestas que pueden generar consenso con otros partidos. Pero la salida descoordinada de voces oficialistas termina eclipsando los mensjaes del candidato, para desviar la atención no a debate de ideas, sino al cruce de chicanas

En ese marco, lo de Bayardi merece un capítulo aparte; es un ejemplo de fuera de foco, de error de diagnóstico.

En el programa radial “Fácil Desviarse” dijo que el problema de la desinformación se daba porque los informativos de TV dan las noticias con sesgo contra el gobierno, y no lo dijo de pícaro, para distraer la atención: él cree eso, está convencido de que es así.

Y eso es una falla de diagnóstico. 

Bayardi no tiene la más remota idea cómo funciona un noticiero de radio o de TV, pero cree que sabe; y piensa que los demás no quieren admitir los hechos, y se convence que tiene “la posta”, y todo eso. Aficcionado a las teorías conspirativas, Pepe sigue jugando a los soldaditos de plomo sobre un tablero de ludo, al que percibe como una mapa de guerra.

Ahora ve “editorialistas” (vaya a saber uno cómo se los imagina), sentados frente a un teclado y conectados a una cámara de TV, escribiendo guiones de noticias falsas o sesgadas, que leidas por un informativista terminan hipnotizando a familias enteras, para que voten por Mieres, Lacalle, Talvi, Manini … o el PT, ese partido trotskista que dice cosas del Frente, más feas que las que dicen blancos o colorados.

Es una conducta similar a la de aquella genial historieta argentina llamada “Las Puertitas de Señor López” en la que un empleado de oficina, petiso y gordo, que se sentía agobiado por una relidad aburrida, encontraba escape con su imaginación. Al abrir una puerta, entraba en una especie de mundo alterno que le ofrecía visiones de paraíso o de terror, y era donde hallaba placeres y temores, más emocionantes que su vida real.

El Sr. López vivía un rato en la realidad, y otra en su mundo de fantasía. Pepe es igual.

Bayardi ha vivido abriendo esas puertitas. Y aunque no tenga tanto poder como para atraer votantes, ni para expulsarlos, esa conducta de vivir en un mundo paralelo, refleja una dificultad que no es solo de él, sino de varios dirigentes: desconocer la realidad. 

Y sin entender por qué el escenario real es adverso, no se puede hacer un plan para cambiar la tendencia.

Martínez podrá gustar mucho o poco a los dirigentes del Frente, pero está claro que tiene credenciales políticas de sobra para haberse quedado con la candidatura, y que está trabajando en campaña de propuestas programáticas. 

Los que le critican en la interna por entender que tiene poca fuerza en su “nuevo impulso”, no consideran si lo están ayudando bien, y qué es lo que le aportan, o le restan.  

Lo que está claro es que las elecciones se ganan en el mundo real de la política y no en escenarios frutos de imaginación fugitiva.


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