27.SEP.19 | Posta Porteña 2052

26 de setiembre 1976, desaparición forzada de Alberto "Pocho" Mechoso

Por periódico anarquía

 

Periódico Anarquía septiembre 26, 2019

Nacido en el seno de una familia trabajadora, se abocó al trabajo asalariado desde temprana edad para ayudar económicamente a los suyos sin poder terminar los estudios primarios.

Sin embargo, fue un estudioso de la vida, de la causa de las injusticias sociales y sobre todo, un buscador de soluciones prácticas para las mismas.
En la década de 1950 protagonizó el primer asalto a un banco realizado en el Uruguay, lo recaudado fue para palear la situación de hambre y desocupación que vivía su familia y allegados en el barrio de La Teja y para financiar la creación de la Federación Anarquista Uruguaya, fundada en 1956.

Luego de una estancia en prisión se incorporó a la organización anarquista donde se abocó a las tareas armadas.
 El Pocho fue un hombre de acción. Tan decidido como detallista, siempre quiso estar al frente de las acciones armadas para asegurarse su buen desenlace, junto con sus compañeros organizó expropiaciones y secuestros a importantes burgueses.

El 21 de noviembre de 1972 se fugó del cuartel ubicado sobre la calle Pedro Mendoza, quedando inmortalizada su fuga en la entrevista realizada y publicada por Eduardo Galeano en esas fechas, donde salieron a la luz públicamente las torturas sistemáticas realizadas por el ejército uruguayo.

Replegada la organización armada en Buenos Aires luego del golpe de Estado de 1973, estaba obsesionado en ubicar el centro clandestino Automotores Orletti para liberar a sus compañeros Gerardo Gatti y León Duarte, entre otros. La represión le ganó de mano y fue secuestrado el 26 de setiembre de 1976 por militares uruguayos y argentinos, entre ellos Nino Gavazzo, más preocupados por beneficiarse de las finanzas de la organización que por luchar contra la “subversión” de izquierda. Sus restos fueron encontrados e identificados en el año 2012, descuartizado dentro de un tanque de 200 l. relleno de hormigón que fue arrojado al mar

El miserable sadismo de los milicos y la valentía revolucionaria del Pocho Mechoso se siguen escuchando en cada voz que grita “¡arriba los que luchan!”


Comunicate