16.ENE.20 | Posta Porteña 2082

Sendic de Samuel Blixen/ comenta Amodio

Por AMODIO

 

Publicamos los comentarios que ha ido realizando sobre este libro Héctor Amodio Pérez

(1)28 de octubre de 2019

Blixen: La primera edición de Sendic salió en noviembre de 2000 y fue reimpresa dos veces en diciembre de ese mismo año. En marzo de 2001 salió la Segunda edición debido, ha como se señaló en esa ocasión: Gracias al aporte que lectores atentos realizaron al autor se comprobaron algunas imprecisiones.

... Presentamos aquí la Tercera edición del libro. La situación del Uruguay es otra, algunos viejos compañeros de Raúl Sendic se encuentran gobernando el país, las propuestas que él hiciera –en particular después de su salida de la cárcel– surgen de tanto en tanto como referencias. La izquierda está en busca de planteos de largo alcance y el “hoy por hoy” relega muchas veces la reflexión, y otras lleva por caminos antes descartados.

... Nos da los elementos para que cada uno reconstruya su “verdadero” Sendic. Aquellos que conocieron personalmente, o no, al Bebe, sabrán encontrar en estas páginas un ejemplo que él dejó y que hoy, en épocas de individualismos y corrupciones es esencial subrayar: un modo de vida consecuente con su entrega a la causa de los más explotados y una audacia –personal y política– que fue el impulso de su acción y que junto a su pensamiento son su legado. Sendic, acción y legado, Trilce 2010, págs. 5-6.

Amodio: Pues bien, me dispongo a hacer mis aportaciones a la tercera edición, que es de la que dispongo. Luego de su análisis, y aun habiendo mantenido con Sendic múltiples diferencias, estoy convencido que si el aludido la hubiera conocido, no habría autorizado su publicación, si como se dice “el Bebe rechazaba las adulonerías”, afirmación harto discutible. Como ya he dicho, de los libros publicados solo me interesa lo que se refiere al MLN o sus antecedentes más inmediatos, por lo que dejaré de lado todo lo dicho hasta la página 95, después del primer encuentro entre Manera y Sendic y desde la página 272 hasta el final.

Blixen: Manera, que era responsable del grupo de autodefensa del Partido Socialista, recuerda que siempre encontraban la forma de congeniar aunque eran muy diferentes: Yo trataba de organizar demasiado, él quería improvisar demasiado. Se dio una complementación. Ya de nochecita, ese 30 de marzo, el Coordinador consiguió local para Sendic. Los compañeros del MIR ofrecieron un apartamento en Rivera y Arrascaeta, donde vivía una militante, Violeta Setelich, maestra especializada en discapacitados. Los primeros días el Bebe durmió en el balcón, al aire libre. Sendic, acción y legado, Trilce 2010, pág. 95.

Amodio: La improvisación fue el rasgo característico del accionar de Sendic. Si bien en 1964 su desprecio por lo organizativo pudo parecer inofensivo, esa característica será una constante durante toda su trayectoria. La improvisación puede ser necesaria ante la aparición de un imprevisto en medio de la ejecución de una acción o en medio de un debate, pero nunca puede ser la norma.

El párrafo transcrito encierra, además, una falsedad: el primer refugio para Sendic fue mi apartamento de la calle Justicia, donde nos vimos por primera vez, en 1964, donde permanecerá pocos días. Manera, sabiendo que el apartamento estaba libre, me consultó acerca de la posibilidad de usarlo como enterradero, a lo que asentí. Pese a que mi integración databa de apenas unos meses, el concepto del cumplimiento de las normas de seguridad ya lo tenía incorporado, y Sendic “el clandestino más buscado”, ya las dejaba de lado.

El apartamento estaba situado a pocas cuadras del campamento cañero, situado en el viejo mercado Agrícola y Sendic tuvo la feliz idea de organizar allí reuniones de la directiva de UTAA, que muchas veces terminaban en fuertes discusiones. Yo ya estaba separado de Teresa, mi esposa, pero fue ella la que me advirtió de la situación y de que varios vecinos habían hablado con el portero del edificio manifestando sus quejas. Cuando Manera tuvo conocimiento, decidió alojarlo en otro lugar y fue trasladado al apartamento de Violeta Setelich.

(2) 29 de octubre de 2019

Blixen: Pero el Coordinador pensaba en una liberación real de los tres cañeros, y cuando se supo que serían trasladados a la cárcel de Artigas, en la capital del departamento, se elaboró un plan extremadamente complicado. Se sabía que los presos podían ser trasladados en un vagón especial, incorporado al tren habitual de pasajeros, el vagón-estafeta, utilizado para el acarreo de dinero: o en un motocar, pero éste no ofrecía seguridad para el viaje de presos. Todo fue organizado de modo que se pudieran esconder armas en el baño del vagón-prisión, para que los presos inmovilizaran a sus custodias. Mientras tanto, un grupo ocuparía la estación de 25 de Agosto, un pequeño pueblo a setenta quilómetros de Montevideo, sobre la ribera norte del río Santa Lucía y gemelo con el pueblo de Santa Lucía, en la ribera sur, unidos por un puente ferroviario; el tránsito en el puente se regulaba con una señal luminosa que cada estación emitía para que la otra se abstuviera de dar vía libre. Controlando el sistema de aviso, el comando detendría el tren en Santa Lucía permitiendo que los miembros de otro grupo, que viajaban como pasajeros, tomaran el control de los vagones. Había dos viajes semanales desde Montevideo hasta Artigas. Un número importante de militantes estuvo de guardia muchas semanas, listo para actuar, porque no se conocería hasta último momento la fecha de la partida. Pero cuando finalmente fueron trasladados Vique, Santana y Castillo fueron conducidos en el motocar, ese único vagón, más rápido, pero que no había sido incluido en ningún plan porque parecía imposible que la Policía se arriesgase a llevar presos junto con el pasaje común. Sendic, acción y legado, Trilce 2010, pág. 98.

Amodio : Como responsable del grupo que viajaría como pasajeros, tengo que hacer varias precisiones: el coordinador de la operación de rescate fue Manera, y no Sendic como afirma Blixen en las páginas 120 y 121; supimos siempre que los compañeros serían trasladados en el vagón acondicionado para esos traslados, un vagón normal con un compartimento enrejado en el que viajaban los detenidos y sus custodias y que el traslado sería un lunes, único día señalado para esos viajes. Yo mismo, acompañado de Cristina, “la gallega” Elsa Garreiro, hice el viaje en ese vagón, por lo menos en seis ocasiones y llegué a la conclusión de que introducir armas para los compañeros era innecesario, ya que los guardias eran fácilmente reducibles desde el exterior del compartimento. La operación se montaba todos los lunes por las mañanas a la espera de que la esposa de Leonel Francis, secretario del Partido nos diera la fecha del traslado. Ese aviso no llegó nunca, porque la dirección del Partido lo impidió, atemorizada de las repercusiones que el rescate tendría, siendo esa la causa del fracaso y no el haber descartado el motocar, como se afirma en la página 101.

(3) 30 de octubre de 2019

Blixen: Por esas fechas Sendic viajaba hacia la frontera con Brasil en una camioneta en la que había disimulado algunas armas, metralletas UZI y pistolas Walter. Pasando la frontera, entre Rivera y Livramento, el Bebe le comentó al conductor: “Si volcamos, aquí no hay González Perla”; pero no se repitió lo del Tiro Suizo, las armas llegaron a su destino, y fueron entregadas a militantes brasileños conectados a través del ex gobernador Leonel Brizola, que también se había asilado en Uruguay. Brizola y Sendic llegaron a ser muy amigos. “Yo llevé al Bebe a una reunión con Brizola en una casa de Carrasco y después a El Pinar, en la casa de Guillermo Bernhard. Había dirigentes sindicales, dirigentes políticos, que se reunían en el asado para discutir las posibilidades de golpe en Uruguay. Hay una foto en la que están todos los comensales, la tomó el Bebe, porque era el único que no podía ser fotografiado. Pero Brizola se apartaba con el Bebe y acordaban. Sacamos gente de Brasil, ayudamos a los exiliados clandestinos y pasamos armas.” Sendic, acción y legado, Trilce 2010, pág. 102.

Amodio: Quienes llevamos a Sendic hasta Rivera fuimos Heraclio Rodríguez Recalde, Eduardo Caétano, antes de integrarse al MUSP y abandonar el Partido Socialista y yo, en una camioneta VW robada, repintada de verde y rojo por Heraclio en el garage de la casa de José L. Terra y Larrañaga. Y lo hicimos siguiendo las directrices recibidas de Manera, en esos momentos nuestro responsable orgánico. Contrariamente a lo que Blixen da a entender, el que escondió las armas (unas simples escopetas) fue el mismo Heraclio, que era un artesano de primera.

Recuerdo que dejamos a Sendic en Rivera y cruzó la frontera andando, mientras nosotros fuimos al encuentro del enlace, que nos esperaba con su coche. En esos años, en que las únicas armas que teníamos no alcanzaban a diez, afirmar que llevábamos armas a Brasil es una enorme exageración.

Mucho se ha hablado sobre la vinculación de Sendic, tanto con Brizola como con Goulart, pero la verdad es que las mismas nunca sobrepasaron el nivel de protocolarias. En aquellos lejanos años en los que nos asomábamos a una experiencia política que sobrepasaba lo cotidiano tuvimos propensión a sobrevalorar nuestras vinculaciones, sobre todo si ellas eran referentes internacionales.


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