08.FEB.20 | Posta Porteña 2086

“EL ANTIFASCISMO MATA MÁS QUE EL FASCISMO” (5)

Por Ricardo

 

Podemos afirmar, entonces que, hasta la Segunda Guerra, el “fascismo” ni siquiera se sabe quién es; porqué fuerzas, está, o estará constituido.

Aunque quienes están CREANDO el antifascismo ya lo usan contra sus enemigos históricos (el proletariado revolucionario), cada fuerza ANTIFASCISTA, cada Partido y Estado burgués, lo aplica a algo diferente, en función de sus intereses inmediatos en el campo interimperialista.

Lo único que tiene en común el antifascismo de todos los Estados, es precisamente lo que se deriva de su función de monopolización del terror social que desempeña todo ESTADO: desarmar física e intelectualmente a toda la población para concentrar todo el poder. 

 Como invariantemente hace el Estado, el mismo busca desarmar a los proletarios, integrarlos en un Frente diferente a favor de la burguesía imperialista, liquidar al enemigo de clase y someterlo. Más todavía: usarlo como carne de cañón de la guerra interburguesas, transformar la guerra social en guerra imperialista.

O sea que el ANTIFASCISMO SI ES BIEN REAL, en cambio el fascismo es una especie de disfraz de carnaval (del Estado) que tiene muchas máscaras, que no tiene nada propio y que solo APARECE para someternos al antifascismo, es decir al capital y el Estado.

¡El FASCISMO es una PURA construcción ideológica de los antifascistas!

No existe en la historia una REALIDAD FASCISTA que pueda diferenciarse social, política y represivamente del ANTIFASCISMO. EL fascismo no obedece a una VERDAD SOCIAL…sino que es un complejo edificio ideológico armado de mentiras, por los estrategas MILITARES de las mismísimas potencias antifascistas buscando definir un enemigo para imponer la guerra.

Armados de esas bases programáticas elementales, legadas por los revolucionarios de la década del 30 que no aceptaban ser carne de cañón, retomemos desde el principio la explicación en la historia del siglo XX.

Ante la crisis generalizada de finales del 20, la guerra capitalista era la única forma en que el capital pudiera todavía expandirse creando su famoso ciclo infernal:  destrucción, reconstrucción, nueva expansión…, nueva guerra.  En ese ciclo de muerte, de carnicería humana, el movimiento del capital valorizándose conduce a la supeditación del proletariado a la nación, al imperio y a la guerra. Es de ahí que se desarrolla el frentismo (y luego su variante antifascista), para la subordinación del proletariado a los intereses del capital. Es ese frentismo el que va modelando los Estados hacia la guerra, el que necesita ALGO que sea todavía PEOR (aunque más no sea como imagen, como CUCO) que ese cotidiano de miseria y crisis que vive todo el mundo.

Es así que el frentismo va componiendo, creando EL DIABLO y el INFIERNO. Otra condición indispensable es hacer responsable a los no creyentes de llevar a la gente al infierno. Es necesario que TODOS SEAMOS PECADORES, o mejor dicho que todo quien no adhiere al antifascismo se lo considere agente del Diablo, del Fascismo, de llevar al mundo al infierno…Luego Dios y el antifascismo “te castigarán” y tendrás que confesar, como en la INQUISICIÓN, que estabas dominado por el Diablo, que eras agente del fascismo…

El fascismo empieza así a existir socialmente como subproducto de Dios, del antifascismo…: todo aquel que no se pliega a Dios es el Diablo…, el MONSTRUO toma forma en la tortura, en la INQUISICIÓN antifascista. ¡Esto no es una caricatura, sino solo una pequeñísima muestra de lo que imponían los fiscales de la Cheka, del GPU, de la KGB…!

 ¡Y no fue fácil, en el período 1922/39 crear algo PEOR que ese mundo de crisis generalizada, desocupación, campos de concentración…, guerras…que el capitalismo de fines de la década del 20! ¡La burguesía mundial necesita el “fascismo”, sin saber todavía lo que va a ser…! ¡Por el momento es solo idea de lo “peor”!

¡Como para complicar más la cosa los antifascistas, firman pactos con los fascistas, y los fascistas se abanderan con el antifascismo…y viceversa…Cuando aparece el fascismo concreto en Italia, a la izquierda del socialismo antiparlamentario,…nadie sabe bien cómo puede hacerse de eso el monstruo tan esperado y tan parecido al infierno judeocristiano! La verdad que la burguesía y los Estados imperialistas inventaron muchos otros monstruos y es difícil explicar porqué el invento mussoliniano ganó el Oscar del mejor Diablo.

Mussolini fue un criminal de Estado tan igual a los otros, que fue difícil cargarlo de tanta culpabilidad histórica DIFERENTE…y la propaganda internacional (sobretodo yanqui, inglesa, rusa…) pusieron en primer plano una de las masacres de negros, como si ellos no hubiesen hecho lo mismo y peor… Por eso, si bien el punto de partida era algo concreto e histórico…, como con tal o tal Diablo…, hubo que desencarnarlo, hubo que decir que en realidad el Diablo no era fulano, ni Mengano…, sino algo mucho menos cárnico, algo tan, tan malo que es etéreo, que pertenece al mundo de la Maldad pura…, que NO es nada más que “Fascismo” al estado puro…. ¡como Dios pero al revés!

¡Cualquier similitud con los antiguos templos judíos, emisores de las primeras letras de cambio y dinero fiat definiendo al infierno, me cuesta creer que sea casualidad!

No, nos riamos. Ese siempre fue el problema de la clase dominante. Saben bien definir Dios y la perfección, porque es su propia imagen depurada, es la idealización de su propio mundo, de su propia y putrefacta realidad (¡como Pablo creando a Jesús!). ¡Y sobre todo cuando nadie se queja!

Pero cuando el mundo dominante va de mal en peor y se tambalea…, solo el espantapájaros del Diablo y el Infierno, puede asustar lo bastante, para que la gente siga creyendo en Dios (hoy el Dólar, el Euro…, porque el templo es la Reserva Federal y los Bancos) y aceptando lo inaceptable. ¡El problema para la Inquisición, era también, que el Diablo no existía más que en la imaginación de quienes MANIPULABAN, a partir de la DEFENSA DE DIOS, tan indispensable como nadie más, para dominar! Es muy fácil decir que “si dios no existía debimos inventarlo para dominar” como un Voltaire, pero es más difícil todavía inventar algo que haga el efecto mismo del Diablo y su INFIERNO, sobretodo porque los que no creen en las bondades de Dios (¡“Dios TE ama” dice el Papa Francisco hoy!), tampoco se asustan del Diablo y su infierno. ¡A esos (anarquistas) no hay más remedio que EXTERMINARLOS! 

¡Esa es exactamente la doctrina del antifascismo!

En efecto, además de todo lo dicho en los capitulitos anteriores, el antifascismo es el enemigo más implacable de las minorías proletarias que no lo aceptan, el que históricamente ha torturado y exterminado a los verdaderos revolucionarios, a los comunistas y anarquistas.


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