15.FEB.20 | Posta Porteña 2088

Teoría Monetaria Moderna, Las Poblaciones contra la Dictadura Financiera

Por Antonio Martins

 

Por Antonio Martins

De Outras Palavras, (Jornalismo de Post Capitalismo)

Traducción y Síntesis: Juan Luis Berterretche

I. /  Una nueva visión sobre la moneda y el crédito se difunde por el mundo. Lo que afirma. Como surgió. Porque abre nuevos caminos para luchar contra la desigualdad y superar la condición neoliberal.

El proceso de renovación del pensamiento de izquierda, que crece en varias partes del mundo, está produciendo una novedad con mucha fuerza. Se llama Teoría Monetaria Moderna. Está relacionada con el Concepto de comunes, Renta Universal de Ciudadanía, Digno Garantido, y Green New Deal. Está presente en programas que suman radicalidad pos-capitalista y capacidad de entusiasmar a las mayorías. – como el de Bernie Sanders en EUA. Abre una nueva avenida política, en un momento que el antiguo centro de rompió y las viejas formas de estabilidad democrática se disuelven en una ultraderecha agresiva explorando el vacío y comenzó ya a movilizar parte de la sociedad con base al resentimiento y al rencor.

La Teoría Monetaria Moderna, ofrece en este escenario la perspectiva de proponer profundas transformaciones sociales y formas de democracia más avanzadas que la liberal en crisis. Ella sustenta que los Estados y las sociedades no están condenados a la dictadura financiera, a los presupuestos miserables, a la “austeridad” fiscal o a la destrucción de los servicios públicos. Al contrario: pueden lanzarse a proyectos mucho más amplios de lo que la economía burguesa suponía hasta ahora para la distribución de las riquezas, expansión de las políticas sociales y de las redes de infraestructura, sustitución de las fuentes de energía contaminantes y el combate a las tragedias climáticas.

Y esto es así porque según para la Teoría Monetaria Moderna, la moneda no es una mercadería escasa, sino una construcción social y una relación política. Puede por tanto, ser fabricada lo que produce profundos cambios en la repartición de riquezas y de renta y multiplica la capacidad de orientar la producción y distribución de bienes y servicios. Recordemos que eso ya ocurre pero, hasta el momento, apenas en beneficio de la oligarquía financiera

La nueva visión resuelve problemas políticos y lagunas teóricas de enorme relevancia y larga data. En Brasil, la izquierda en el gobierno, como en toda América Latina, se curvó a los límites impuestos por la ortodoxia burguesa monetaria. El caso más notorio y caricaturesco fue el de Dilma Rousseff. Cerradas las urnas que le aseguraban la reelección, en 2014, ella adoptó el programa de su adversario, hundió al país en recesión y desempleo y se divorció de su base social. Abriendo el camino para el golpe que las elites planeaban desde 2002.

Pero recordemos que los gobiernos de Lula, a pesar de algunas mejoras relativas y limitadas jamás realizaron reformas estructurales. Y en gran medida por adaptarse a la concepción burguesa de los límites indiscutibles de medios financieros para la tarea. La tímida Reforma Agraria y los pobres recursos destinados al financiamiento de la agricultura familiar no llegaron a tocar la hegemonía del agro-negocio en el campo. En las ciudades jamás se habló de Reforma Urbana también porque supuestamente no habría recursos para construir redes de trenes o metros, lanzar programas de habitación o realizar la revolución urbanística en las periferias. Recodemos también el abandono del Plano Nacional de Banda Larga antes de iniciado y los presupuestos raquíticos de la Empresa Brasilera de Comunicación (EBC) si lo comparamos con la presencia de las empresas internacionales.

El déficit viene de antes y no se restringe a Brasil. Socialistas y comunistas tuvieron enorme dificultad de crear políticas económicas y monetarias nuevas desde inicio del siglo XX, cuando participaron por primera vez de gobiernos en condiciones de democracia liberal. En una primera fase repitieron las opciones de los partidos burgueses. Después de la segunda Guerra, avanzaron pero manteniéndose bajo el consenso keynesiano practicando un capitalismo reformado. Y luego de la contra revolución liberal claudicaron patéticamente, proponiéndose a ejecutar ellos mismos los retrocesos exigidos por el capital financiero e híper-predatorio.

II. / La visión radicalmente nueva propuesta por la Teoría Monetaria Moderna surgió de una paradoja. Por cerca de 30 años -del inicio de la era neoliberal a la gran crisis financiera del 2008-las sociedades y gobiernos de occidente vivieron inmovilizados por la camisa de fuerza de la “disciplina fiscal” y de la contención estricta de gastos. Se afirmaba como verdad absoluta un dogma infantil: las finanzas de los Estados eran como las de las familias: no se podía gastar más que lo que se recaudaba. De lo contrario “los mercados” aplicarían a los gastadores puniciones severas. Los dirigentes tenían que adaptar sus gastos -en especial los gastos sociales-a lo recaudado.

Pero cuando las mayores instituciones del mundo estuvieron al borde del abismo, por su irresponsabilidad y afán de ganancia los Estados fueron convocados a salvarlas usando el dinero que no tenían. Primero vinieron las operaciones de rescate de los bancos cuyo costo se aproxima a 30 trillones de dólares. A partir de noviembre de 2008 la tormenta había pasado pero las economías seguían en crisis. Para reanimarlas los bancos centrales de USA, Unión Europea, Suiza y Japón inundaron la economía global con el llamado cuantitativeeasing (expansión cuantitativa, respuesta imperialistaa la crisis 2007-2008) Más de 10 trillones de dólares fueron emitidos -sin respaldo- en favor de los acreedores de las deudas públicas – o sea el 0,1 % de las poblaciones mundiales, con el argumento falaz de que esa riqueza se iría a desparramar luego para todos…

La recesión global de hecho fue interrumpida. La mayor parte de las economías volvió a crecer a pesar que con tasas muy bajas. Pero dos efectos colaterales persisten hasta hoy. Primero una enorme inflación del precio de los inmuebles que alimentó la miseria en todo el mundo ya que los grandes especuladores precisaban aplicar en activos reales el dinero nuevo que recibían. Segundo, un proceso de desnacionalización de las economías de periferia – porque en el centro del sistema las corporaciones y los billonarios tenían una montaña inédita de dinero en las manos.

A partir de mediados de esta década, comenzaron a surgir entre la izquierda informada con esas mutaciones del capitalismo respuestas políticas a este fenómeno. En 2015, Jeremy Corbyn, que se postulaba a la renovación del Partido del Trabajo Británico comenzó a hablar de cuantitativeeasingforpeople. Al hacerlo lanzaba una pregunta incomoda: Si los bancos centrales pueden emitir trillones en favor de la elite financiera, que los impide de hacer lo mismo para garantizar el sistema de Salud Pública, para transformar en cero las mensualidades cobradas a los universitarios o para restaurar las redes ferroviarias del Reino Unido. Su cuestionamiento provocó una crisis política que continua hasta hoy y que tal vez recién está comenzando.

  III. /  La Teoría Monetaria Moderna no es propiamente nueva. Sus raíces están en el inicio del siglo XX y en economistas como el alemán Georg Friedrich Knapp, autor de State Theory of Money. Escribiendo en tiempos difíciles, en una época que el padrón oro era considerado intocable, Knapp oso escribir “que la moneda es una creación del Derecho”. Pero su teoría permaneció al margen hasta que emergió, ya en la crisis de los años 1970, una tendencia opuesta al  neoliberalismo, que en su época acabó triunfando: el llamado neo-keynesianismo, o post-keynesianismo.

La economista británica Ann Pettifor es otra de los exponentes de la TMM. Nacida en África del Sur, hace 73 años, construyó una trayectoria  ligada a la lucha contra la aristocracia financiera. Fue en final del siglo pasado, una de las proponentes del Jubileo 2000, (la campaña que proponía la anulación de las deudas de los países del Sur del planeta). A partir del inicio de la década actual su trabajo pasó por una profundización teórica. Son de esa época libros como The Production of Money – How to  Break the Power of Banks (La producción del dinero- Como quebrar el poder de los banqueros) y Just Money– (Algo entre “Dinero Justo” y “Apenas Dinero”)

Las obras, que no es posible reseñar en este artículo, van mucho más allá de un combate moral a los dueños del dinero. Ellas muestran que la moneda pasó por dos transformaciones radicales a lo largo del siglo XX. Primero en la época Keynesiana, cuando se quebró el patrón oro, que exigía un respaldo en metales “nobles” para cada emisión monetaria por los Estados. Después en tiempo del neoliberalismo ese poder de emitir libremente fue privatizado, transferido por los gobiernos a los bancos comerciales. En ese momento se llega a una situación, muestra Ann, que se romperán conceptos esenciales de nuestra concepción monetaria, que describe nuestro tradicional pensamiento sobre la moneda. Los bancos ya  no son intermediarios entre quienes ahorran y quien precisa dinero.

Ellos propios crean moneda de la nada por medio de meras operaciones contables al hacer cada nuevo préstamo. Este fenómeno es una de las explicaciones esenciales para el enorme aumento de la desigualdad, en las últimas tres décadas.

Pero si es así -  si la privatización del dinero fue una opción política, porque nuevas decisiones de sentido opuesto, no podrían permitir que las sociedades y Estados recuperasen el poder de emitir moneda y, por tanto, regir los flujos de riqueza y de producción de la economía?

IV./ La Teoría Monetaria Moderna no es una fantasía teórica. En Asia donde el retroceso neoliberal tuvo efectos apenas residuales, esta desacralizado el dinero, destituido de la condición de mercadería escasa y reconocido como relación política, desde hace mucho tiempo. Otra economista, la norteamericana Ellen Brown, escribió el año pasado un artículo en que describe el papel del Estado Chino, como emisor de moneda, en la sustentación de elevados índices de producción de riqueza y generación de ocupaciones, desde hace tres décadas.

En el texto, Ellen muestra que buena parte de la capacidad de los chinos de evitar las crisis tan frecuentes en las economías occidentales deviene de sus actividades monetarias y financieras. Si hay sectores en dificultades, que desempeñan un papel importante, el Estado determina que los bancos los amparen. Si el problema se extiende a los bancos que dieron ese apoyo, y también son relevantes, las autoridades monetarias socorren esas instituciones por medio de mecanismos contables que el Estado les otorgó.

Las condiciones políticas de China son diferentes a las que rigen en las llamadas democracias occidentales. Pero también, por occidente las ideas sustentadas por la Teoría Monetaria Moderna se están expandiendo. El caso más concreto hasta ahora es el de Green New Deal. Impulsado por Bernie Sanders, en la disputa por la presidencia de los Estados Unidos, fue propuesto inicialmente por Alejandria Ocasio-Cortez, hija de inmigrantes latinos electa diputada por el Bronx y conocida por su estrecha relación con los movimientos sociales.

La versión de Ocasio-Cortez y Bernie Sanders,  el Green New Deal es plan de políticas públicas que, adoptado, cambiara las fases de las sociedades en USA. Las emisiones liquidas de gases de efecto estufa, que elevan la temperatura del planeta, serán anuladas antes de 2025. Pero en ruptura con esa visión del ambientalismo que todavía forma la mayor parte de la población esto no significará  reducción de la actividad económica. Al contrario: implicará una inmensa inversión pública, necesaria, por ejemplo para sustituir las termoeléctricas por centrales energéticas solares y eólicas; para construir líneas de transporte ferroviario; para enfrentar la dictadura del automóvil en los centros urbanos; para replantar florestas nativas desbastadas en los últimos siglos; etc. etc.

La propuesta del Green New Deal está asociada con cambios radicales en las políticas sociales. Salud Pública para todos (nunca existió en Estados Unidos, algo como el NHS británico o mismo él SUS de Brasil. Universidades Públicas sin mensualidades. Cancelación de las deudas de los estudiantes (decenas de millones dejan la enseñanza superior pesadamente endeudados). Un programa de Empleo Digno Garantido (el estado empleara todos los que demanden ocupación, direccionándolos a actividades necesarias a la reconversión de la economía). En la versión de Alejandría (todavía no incorporada por Sanders) una Renta Básica de Ciudadanía, asegurada a todos independiente del trabajo, Alejandría y Sanders proponen, es  claro, una Reforma Tributaria. Según su propuesta, los muy ricos pagaran mucho más impuestos. Pero afirman ellos explícitamente que el grueso de los recursos para los grandes cambios no vendrá de allí. El Estado al emitir moneda la empleara para fines democráticos, adquirirá enorme poder de distribuir riqueza y orientar la actividad económica.

Serán quimeras? Al sustentar estas propuestas, Sanders se tornó, segundo en las últimas evaluaciones. Y el candidato preferido de los electores demócratas. En las últimas encuestas vencería a Donald Trump en las elecciones nacionales. Al mismo tiempo que existe un colapso del centro surgió espacio para la ultra derecha, pero también para una izquierda que reconozca públicamente su orientación. Esto no se está dando en Bolivia, Costa Rica, Nigeria o Camboya. Está aconteciendo en Estados Unidos.

V ./  Los años del “lulismo” así como los de Getulio Vargas fueron un raro momento de afirmación de los derechos de las mayorías. Entre sus efectos está una expansión inédita en la enseñanza pública y un cambio nítido en la composición social, cultural y étnica de los estudiantes. Decenas de millones de familias colocaron, por primera vez, un hijo en la universidad.

Pero fueron al mismo tiempo, una época de retroceso de las luchas sociales. La “izquierda en el poder” despreció las calles, prefirió gobernar de espaldas a ellas: cooptando líderes de la “vieja política” y peor aún, adhiriendo a sus métodos corruptos. Las mismas elites que se beneficiaron de la corrupción luego la “denunciaron” en un proceso que desembocó en el golpe de 2016 y en Bolsonaro. Los diputados que desencadenaron el impeachment el 17 de abril de 2016, meses antes componían la base parlamentaria de Dilma Rousseff.

La Teoría Monetaria Moderna abre camino para un sendero totalmente distinto en dos aspectos esenciales. Primero ella permite una nueva izquierda que dialogue con la sociedad en condiciones reales de enfrentar el proto-fascismo y el ultra capitalismo. No se trata de “defender la democracia” en abstracto, ignorando que ese régimen segrega hace cinco siglos a las mayorías. Se trata de proponer programas que superen esta exclusión y creen las condiciones de un nuevo pacto nacional.

Piense que, mientras Bolsonaro hace discursos vacíos contra el establishment, una nueva izquierda podría defender ideas que dialogan intensamente con el combate a la desigualdad, cada vez más perceptible – en especial, y claro entre las víctimas del abismo social. Imagine un proyecto que incluya la reocupación de los centros de las ciudades, con habitaciones dignas y módicas para quien necesite de ellas.

La garantía, en las inmensas periferias brasileras, de servicios de infraestructura (calles, plazas, parques, cines, teatros clubes, recolección de residuos, electricidad e internet estables) equivalentes a dos zonas centrales. Un Plan de Movilidad Urbana capaz de prever, en diez años, que nadie pasara más 40 minutos desde la casa al trabajo; y que los pasajes sean gratuitos o muy baratos. La recomposición de la industria brasilera. El cambio radical del modelo agrícola. Una política de Seguridad Pública cuya base sea en cada cuadra ciudadanos admirados por sus vecinos remunerados por el Estado para mapear y dirimir conflictos pacíficamente. La Escuela Pública de excelencia y la más sensible a las innovaciones pedagógicas. La restauración del SUS (Sistema Único de Salud) y de su proyecto original. Puntos de Cultura diseminados por el territorio actuando como articuladores de la producción artística y de los deseos políticos.

Imagine al mismo tiempo, la democracia nueva que un proyecto así ayuda a concebir. Si los Estados pueden crear moneda e inducir distribución de riquezas, porque no asociar esta facultad a versiones ampliadas proyectos como el de Presupuesto Participativo? Ellos podrían incluso hacer coincidir deseos políticos con los límites de la naturaleza en un proceso innovador de desalienación. La Teoría Monetaria Moderna afirma que el dinero puede ser creado, pero no asegura que autoriza a las sociedades a ignorar límites.

Un nuevo horizonte político se está abriendo con la TMM. Este horizonte propone cuestiones enteramente nuevas. Permite abandonar el tiempo de la eterna reacción.

Del laberinto sin salida de la mera defensa delante del proto-fascismo y el neoliberalismo. En varios lugares la virada ya comenzó.

¿Y Brasil y Latinoamérica cuando se pliegan?

Nueva ley, nuevo eslabón en la cadena de la gran estafa


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