15.FEB.20 | Posta Porteña 2088

¿Chalecos Amarillos? (15)

Por G.C.I.

 

PROLETARIADO/PUEBLO Y CHALECOS AMARILLOS

 

Primera parte

COMUNISMO - Grupo Comunista Internacionalista- Noviembre 2019 - n° 68

Como siempre en la historia, frente a un fuerte movimiento que cuestiona todo el sistema social burgués de arriba abajo y de abajo arriba, la burguesía, los servicios de inteligencia, las fuerzas contrarrevolucionarias del Estado intentan insultar y desprestigiar el movimiento, con el único objetivo de disolverlo, destruirlo.

Por supuesto, como en toda la historia de la humanidad, toda descalificación e insulto parte de las banderas, o todavía peor, de lo que se ve en la televisión o en general lo los medios de embrutecimiento de la población. Por eso lo acusan de nacionalista, de ciudadano, de populista y aunque parezca mentira de ¡no proletario! ¡Sino de interclasista!

Por supuesto que este tipo de acusaciones, invariantemente CONTRA la mismísima constitución del proletariado en clase en el proceso de lucha, es el de siempre de la SOCIALDEMOCRACIA, que es por excelencia el partido que siempre hizo la apología del obrero, del trabajador y del trabajo mismo. ¡Todas las revoluciones sociales fueron acusadas de lo mismo! De no ser lo suficientemente (apologética) de los trabajadores, de estar compuesta por gente del pueblo sin clases, de “campesinos”, de lúmpenes!.. Pensemos, por ejemplo, en lo que decía la socialdemocracia internacional contra el proceso de lucha durante el siglo XIX en Rusia…y/o a principios del XX sobre México.

Detrás de esa acusación hay siempre apología del trabajo, y por supuesto, del capital. Esta visión burguesa parte de un análisis sociológico, según la función que desempeñan los trabajadores en la producción capitalista, y conduce a la categoría de “proletariado”, invariantemente defensor del sistema capitalista. Para ese partido histórico, “proletariado” es sinónimo de obrero de la producción. Es decir, hacen del proletariado una categoría sociológica que existe siempre en el capitalismo y que se aplica a quienes trabajan para el capital. Es una verdadera clasificación de la sociedad burguesa, consolidada como “clase trabajadora”…, lo que por supuesto es reconocido por todo el sistema social burgués: por los patrones, los sindicatos, los partidos…

 En el extremo opuesto, a esta visión del proletariado como conjunto de trabajadores, como categoría interna a la producción del valor, los revolucionarios…desde Blanqui a Marx, desde Bakunin a Flores Magón… siempre insistieron en que el proletariado se define en la práctica, en la lucha, en la contraposición al mundo de la propiedad privada y el capital. Contra la socialdemocracia siempre definieron las clases, no como estamentos o clasificaciones sociológicas según la ocupación, sino como proceso dinámico, como contraposición y lucha. La definición misma de las clases sociales no es para los revolucionarios, algo que está en los libros de sociología, sino un proceso práctico de conformación en la oposición, de contraposición en la lucha. El proletariado se constituye en clase y por lo tanto en partido opuesto a todo el orden establecido en su propia lucha, gritaron los combatientes contra el capital desde hace más de 2 siglos y en todos los continentes.

Las clases no son una estructura… (Como cree la sociología y el marxismo universitario), cuyos componentes participan o no en tal o cual lucha, como nos presenta nuestro enemigo. Bien por el contrario, las clases se definen (se determinan) en su lucha, en su contraposición…

Como los Chalecos Amarillos, el proletariado no es para nosotros una estructura de la sociedad burguesa que un día decide actuar…, sino una clase conformada por la contraposición práctica al mundo del dinero y el poder (lo que a la vez es el reflejo del antagonismo entre propietarios de capital y quienes no tienen otra forma de vida que vender su fuerza de trabajo). Es en contraposición a los ataques a la sobrevivencia misma de la especie humana, frente a la explotación, a la opresión, a la destrucción de los medios de vida, a los impuestos, a las tasas para financiar a los bancos que el proletariado se define como clase.

Una vez más, frente a todo ese desprecio socialdemócrata típico de los partidos del poder burgués, el proletariado, que durante tanto tiempo fue reducido a simple masa de trabajadores y desocupados ciudadanizados, confrontando a la invivible tiranía de los bancos que dirigen el capital mundial, a las tasas e impuestos, ¡que el proletariado gritó NO! Fue frente al mundo del capital que destruye la vida humana ¡que el proletariado se FUE DEFINIENDO como clase CONTRA! ¡Salió a la calle a bloquear el mundo de los poderosos y USO CHALECOS AMARILLOS para afirmarse como clase!

El chaleco amarillo es en Europa, lo que las remeras de Pase Libre fueron y son en América (particularmente en Brasil) y al mismo tiempo esos símbolos se usan y se mezclan entre continentes y países… Esos dos se usan como “banderas” en Túnez, Turquía, Hong Kong, sudeste asiático….Hay muchos otros, como el de la barricada misma, el incendio, el de la baldosa, la bandera negra, o la bandera pirata…, algunos más adecuados que otros… pero con una constante en cada parte tienden a unificar, al proletariado en lucha con símbolos que expresen únicamente el propio movimiento.

Con esos símbolos o banderas el proletariado lucha por afirmarse, tratando que los mismos, estén lo menos contaminados posibles con ideologías que va rechazando en su propio proceso de constitución. En todos los casos, esas banderas son las que buscan la constitución del proletariado como clase, contrapuesta a toda la política económica del capital mundial en cada lugar y que se contraponen a los que las diferentes fracciones del capital intentan mantener y que es muy difícil expulsar realmente del movimiento a pesar de nuestra lucha: como las banderitas nacionales e imperiales, las banderas de las organizaciones políticas y sindicales de “oposición” a su majestad, etc.

 La contraposición entre las banderas del movimiento y las que intenta imponer la burguesía y particularmente la socialdemocracia en el movimiento, contiene la misma contraposición de clases. Es para atacar a los chalecos amarillos, como que no fueran “proletarios” sino confusos y policlasistas, que la contrarrevolución desconoce la negación como proceso de definición del proletariado. Los chalecos amarillos dicen NO, NO, NO…, antes que cualquier “demanda”

Muy resumidamente estos son algunos de los NO del movimiento:

NO a la tasa sobre el combustible… NO más impuestos para los pobres, NO a la disminución del salario real, NO al peaje, NO a las pensiones de miseria, NO al SMIC (salario mínimo), NO a las asignaciones sociales miserables, NO al poder de los bancos y su dictadura, NO al gobierno, NO a la Unión Europea, NO al FMI, NO a la deterioración de todos los servicios públicos (estaciones, hospitales, escuelas, correos…), NO a los Lobbys y la corrupción pública, NO al Euro, NO al financiamiento del CAC 40 (principales empresas francesas), en base a fondos públicos, NO a los radares, procesos verbales y multas que son más tasas e impuestos disimulados, NO a la educastración escolar, NO al monopolio de la información, NO a la obsolescencia programada, NO a la contaminación, NO a los envases de plástico y otros contaminantes, NO a los monopolios de la salud y a la dictadura de la industria química, NO a la contaminación industrial, NO a los agrotóxicos, NO a los OGM, pesticidas cancerígenos y perturbadores endocrinos, NO al imperialismo francés y la utilización de Francia para sostener dictaduras, NO al pillaje y la política ingerencionista del imperialismo francés, especialmente en África francófona, NO a un solo soldado francés en el extranjero defendiendo los intereses imperialistas, NO al sistema del franco CFA que mantiene a África en la pobreza absoluta, NO a la política migratoria negrera del capitalismo mundial y francés que crea millones de migrantes para aumentar sus ganancias….

Al desconocer la NEGACIÓN PRÁCTICA como determinación central de la constitución del proletariado en clase, se desconoce el movimiento mismo, se desconoce que las clases se definen pura y exclusivamente como contraposición

¡Es exactamente por eso que toda la sociedad se polarizó entre el poder y los chalecos amarillos, entre la burguesía y el proletariado! ¡Es eso lo que definió totalmente las clases de la sociedad francesa con los chalecos amarillos o contra ellos (más allá de cualquier bandera o consigna que flota sobre el movimiento o que la prensa diga que el mismo piensa tal o cual cosa) como internacionalmente se van constituyendo cada vez más los dos bandos enemigos: burguesía y proletariado!

Pero nuestros enemigos insisten…: “los chalecos amarillos no son proletarios porque hablan del ‘pueblo’, y peor del ‘pueblo francés’”. Sin embargo, tampoco aquí lograron destruir la firmeza del movimiento, que por vías muy diversas afirmó en la calle que, no podemos hablar solo de proletariado, `” porque nuestro movimiento abarca a toda la humanidad que es atacada por igual por el Estado, por el capitalismo”.

Es totalmente lógico, en un periodo social en donde la palabra “proletariado” significa ideológicamente “obrero” y la utilización masiva y hasta el cansancio de esa palabra la haya hecho sinónimo de obrero de fábrica y de trabajador productivo, que quienes pertenecemos a un movimiento como los “chalecos amarillos” insistiéramos en que todo el pueblo, toda la humanidad deba participar. Simple y llanamente se denunció esa posición de oponer “el proletariado” a los chalecos amarillos, como divisionista y contraria a la unidad de todo el pueblo llano, el mismo de todas las revoluciones, que es en realidad el verdadero proletariado contrapuesto a todo el mundo burgués En bloqueos y asambleas, esa posición contra la unidad del pueblo real, se denunció como lo que era: divisionista y favorable al poder.

Sobre todo porque era sostenida fundamentalmente por los sindicatos y otros partidarios del trabajo además de los libertarios e izquierdistas, que como es lógico sienten más simpatía por el Estado que por el movimiento contra él. Además, esa posición siguió siendo afirmada justamente por los sindicatos y partidos del trabajo, que lejos de formar parte del movimiento, fueron y siguen siendo, un incómodo “aliado” de los chalecos amarillos. Nunca estuvieron dentro de los chalecos amarillos, aunque participan en manifestaciones “chalecos amarillos”, actuando en una exterioridad presente y activa…, porque no participan en nada decisivo de los piquetes, asambleas, barricadas y bloqueos que constituyen lo esencial del movimiento, pero que se hacen presentes como cuerpo organizado controlador (¡y en muchos casos REPRESOR).

Los sindicatos (CGT, FO…) contribuyen, con sus fuerzas de choque, a mantener el orden policial, no solo haciendo llamados conjuntos con las fuerzas del orden, sino participando claramente en la contención práctica del movimiento, como los gendarmes. Aclaramos, para quienes no hayan estado presentes, que esa actividad sindical represiva, no es para nada encubierta, sus dirigentes explican eso abiertamente en los medios. Desde la televisión, por ejemplo, explican que se han puesto de acuerdo con la gendarmería, para que la manifestación tal y cual no desborde, y que, de antemano, sus hombres de acción respectivos colaborarán para fijar los límites. Cuando ocupan una parte de la manifestación con sus banderas y símbolos, dentro de una manifestación “chalecos amarillos” es la única parte que parece una procesión religiosa, por su seriedad laboral y tristeza.

Su música estridente impuesta por los dirigentes, para que se discuta lo menos posible, o las aburridas consignas socialdemócratas y laboristas, van de par con el orden militar que reina en sus rangos. Tal vez no esté demás aclarar que es la única parte de la manifestación que los gendarmes no atacan a mansalva y en la que muchos chalecos se refugian cuando no tienen más remedio.

 Además, los partidarios del trabajo y del valor trabajo, como toda la socialdemocracia, atacan al movimiento de los chalecos amarillos mismos, tirando mierda contra la acción misma de paralizar la circulación y hasta pretendiendo que eso no es una huelga, que “una verdadera huelga se hace paralizando la producción y no la circulación”

En realidad, el esquema obrerista de la revolución en base las históricas quejas contra el capitalismo en general sin oponerse nunca a “su propia burguesía” (financiera, imperialista, belicista) y las huelgas generales en la producción, forman parte de la mitología dominante. Son la esencia de la socialdemocracia como partido burgués contra el proletariado. Ese fue el reproche más general desde la izquierda de la burguesía “los chalecos amarillos no paralizan la producción”, no son verdaderos “proletarios”. Dicho reproche fue reproducido por los sindicatos, así como por grupos que se dicen “anarquistas” y hasta de la “izquierda comunista” ….

En realidad toda su política como la del centro del Estado se reduce al antifascismo y a la lucha “contra la extrema derecha” . Esa política socialdemócrata es, en realidad, la mismísima política, en Francia de todos los jefes de Estado y partidos gubernamentales, desde Chirac a Macron, pasando por Sarkozy y Hollande… Por otra parte, nunca en la historia, las huelgas generales en la producción lograron una victoria frente a la burguesía, nunca lograron paralizar la economía y mucho menos impedir una guerra imperialista, como siempre prometió la socialdemocracia con su oposición al “capitalismo” en general. Los sindicatos y partidos del trabajo, los socialistas, anarcosindicalistas y sindicalistas revolucionarios que soñaron con las huelgas generales totales de la producción tampoco lograron impedir una guerra, como prometían para reclutar.

 ¡Todos sin excepción, terminaron participando en la unión nacional y en las guerras imperialistas: en 1914/18, en 1939/45, en las guerras imperiales y coloniales como Vietnam, Argelia, Haití, Norte de África! Además claro está de haber hecho, la vista gorda frente al Gobierno francés que organizó los Escuadrones de la muerte que mataban y desaparecían combatientes sociales en Argentina, Chile…(Participación francesa en la Operación Cóndor…). En toda la historia francesa e imperial de las potencias europeas, el sindicalismo y la izquierda burguesa buscó, con todas sus fuerzas, asegurarse la complicidad del proletariado europeo para defender los intereses de sus propias burguesías y Estados (Estado).

En contraposición, en todas las grandes luchas revolucionarias del siglo XX, desde México a Rusia, desde China a España…la revolución social del proletariado se afirmó porque la vanguardia revolucionaria llamaba a la unidad de todo el “pueblo” (utilizado siempre como sinónimo de toda la POBLACIÓN, de la HUMANIDAD), como señaló desde fines del siglo XIX el socialismo REVOLUCIONARIO (en contraposición con el socialismo DEMOCRÁTICO)

En todas partes, los que más insistían, en la apología del proletariado, como sinónimo de obrero industrial, fueron invariantemente los sindicalistas y socialdemócratas, que, en vez de participar en la lucha, buscaban por todos los medios encerrar a los obreros en el obrerismo, al trabajador en su trabajo (y consecuentemente en “su propia burguesía”, “su propio Estado”). En todas partes la socialdemocracia, el obrerismo, el productivismo, el sindicalismo… se opusieron a la marcha misma de la insurrección y la revolución social. En todas esas grandes revoluciones las fuerzas organizadas de la socialdemocracia con el obrerismo a cuestas y con su productivismo, constituidas en partidos “proletarios” y socialistas, pelearon contra la revolución, como en Rusia, como en Alemania…

 En la revolución mexicana, rusa, alemana, china, española…la apología del obrero industrial frente al pueblo fue patrimonio de la socialdemocracia, que no solo no contribuyó en nada a la revolución social, sino que fue invariantemente la base de la contrarrevolución y el desarrollo del capitalismo. En todos esos ejemplos, el mismo Estado burgués vestido de socialista reprimió abiertamente al proletariado acusándolo de populista en base a esa ideología. Solo recordaremos aquí 2 ejemplos, de lo que es el programa general de la socialdemocracia, contra la revolución social.

• En Rusia, el partido socialdemocrático bolchevique, en nombre del proletariado industrial reprimirá abiertamente la insurrección revolucionaria (desde 1917) que a decir verdad se expresaba en las calles, en los soviets, en el ejército, en los campos, en las ciudades…. El socialismo democrático obrerista reprimirá, en nombre del proletariado puro, y contra la totalidad de la población de la enorme Rusia, la lucha histórica del socialismo revolucionario, e instaurará el terrorismo de Estado para realizar las tareas democráticos burguesas. Es decir, para restaurar y desarrollar el capitalismo.

• En México, la burguesía mundial y el sindicalismo construyó un ejército “proletario” (centralizado por la Casa del Obrero Mundial) que, en nombre del sindicalismo, el anarquismo y el antiimperialismo, sirvió de fuerza de choque CONTRA la revolución social que al grito de “Tierra y Libertad” luchaba contra el capital mundial (unificación de los patrones mexicanos y gringos) En todos los casos, esa ideología de los “obreros” como si fuesen, algo así como el “pueblo elegido”, e invariantemente presentados, como superiores al resto de los seres humanos proletarizados, se concreta en APOLOGÍA del proletariado industrial, en oposición al “atraso de la campaña” y la condena reaccionaria del lumpen proletariado. Dicha posición es, al mismo tiempo, apologética del trabajo, del capital, del progreso, del desarrollo de las fuerzas productivas industriales y un desprecio real de la verdadera insurrección social. La historia de la socialdemocracia es la historia de la contrainsurrección y de la contrarrevolución.

En el mundo entero, esa visión obrerista de la socialdemocracia, fue desarrollada y financiada por el capital internacional y más particularmente por la banca internacional. Fue la ideología misma de la contrarrevolución mundial bolchevique, que logró liquidar la ola revolucionaria de principios del siglo XX.

Fue dicha contrarrevolución que permitió el más estupendo y sostenido desarrollo del capital (incluyendo claro está sus guerras mundiales) en todo el planeta hasta hoy. Hoy, frente a los “chalecos amarillos, ese mismo tipo de ideologías obreristas, en nombre del “proletariado”, asume muchísimas formas y expresiones.

Principalmente en los sindicatos mismos (aunque también en las organizaciones de izquierda burguesa en general), que, al mismo tiempo que colaboran con la policía, contra nuestras manifestaciones, asambleas y barricadas, nos tiran camiones de mierda ideológica distorsionando y falsificando nuestro movimiento, diciendo que, paralizar la circulación no sirve para nada…que una verdadera huelga se hace en la producción, etc.  ( continúa próxima entrega)


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