25.FEB.20 | Posta Porteña 2090

Liberación nacional siglo XXI

Por ASTARITA

 

En la entrada publicada el 8 de febrero escribí “autoridad papal + FMI + gobiernos capitalistas comprometidos con los sufrimientos “soportables” (al pasar, y sin molestas “cláusulas gatillo” para las discusiones salariales). El camino de la liberación nacional parece despejado”

(http://www.postaportenia.com.ar/notas/10840/vaticano-fmi-y-opio-para-el-pueblo/)

Rolando Astarita 23 febrero 2020

Pues bien, todo parece confirmar mi diagnóstico. Poco más de una semana más tarde el FMI emitió un comunicado que, entre otras cosas, decía: “El personal del FMI tuvo reuniones muy productivas con las autoridades argentinas sobre sus planes y políticas macroeconómicas. (…) Las autoridades argentinas están actuando para resolver la difícil situación económica y social que enfrenta el país. (…) Las reservas internacionales y el peso se han estabilizado con el apoyo de los controles de capital y el superávit comercial. La inflación y las expectativas de inflación han bajado en los últimos meses, pero esfuerzos adicionales serán necesarios para reducirlas aún más desde sus altos niveles actuales (subrayado mío). (…) El personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible. (…) El personal del FMI hizo hincapié en la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda. En el contexto de la próxima reunión de Ministros de Finanzas del G20, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se reunirá con el Ministro de Economía, Martín Guzmán, a efectos de definir los próximos pasos de la relación entre el FMI y la República Argentina”. Aclaración accesoria del Fondo: no habrá quitas.

La declaración del Fondo puso muy contento al presidente Fernández: “el que nos dio la razón es el FMI… Lo que nosotros decíamos no era mentira, era verdad”. Esto es, el FMI es garantía del diagnóstico económico correcto e indubitable del gobierno argentino.

Ayer, sábado 22, otro comunicado del FMI, esta vez para informar sobre lo acordado en la reunión en Ryad entre Guzmán y Georgieva: “sobre la base de la reciente misión del personal técnico del FMI a Buenos Aires, también discutimos los planes de las autoridades para garantizar una solución sostenible y ordenada de la situación de la deuda de Argentina. En este contexto, acogí el compromiso de las autoridades argentinas de continuar profundizando nuestra colaboración, a través de una Consulta del Artículo IV y oportunamente obtener un programa respaldado por el Fondo. Las modalidades de estos próximos pasos se seguirán discutiendo"

Aclaremos que la Consulta del Artículo IV significa que el Fondo volverá a auditar las cuentas de la economía. Acorde con el momento, Guzmán declaró que el encuentro fue “un paso valioso que permitirá profundizar el entendimiento mutuo entre el gobierno argentino y las autoridades del FMI en el camino a contar oportunamente con un nuevo programa con el organismo”

En paralelo a la reunión de Ryad, Buenos Aires fue empapelada con carteles que rezaban “Fuerza Alberto, la deuda es con el pueblo”. Continuidad de la movilización nac&pop del 8 de febrero,  convocada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y las dos CTA para “apoyar al Gobierno y repudiar al FMI”

¿Contradictorio con lo que hacen Fernández – Guzmán? En absoluto, todo es cuestión de comprender la contradictoria dialéctica de la liberación nacional en los “nuevos tiempos” del FMI “con sensibilidad por los pobres”. Para que se vea la coherencia de discursos, argumentos y acciones, repasemos un poco esta historia.

El antiimperialismo de los nuevos tiempos

Como recordarán los memoriosos de la gesta de la liberación nacional, en diciembre de 2005 Néstor Kirchner anunció que Argentina cancelaría su deuda con el FMI. “El Fondo  Monetario Internacional ha actuado, respecto de nuestro país, como  promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en  el pueblo argentino, de la mano de gobiernos que eran proclamados alumnos ejemplares del ajuste permanente. Nuestro pueblo lo  corrobora”, dijo. También: “Argentina empieza a construir su independencia. Sin apoyo  alguno del Fondo Monetario Internacional y sobre la base de la  sustentabilidad del superávit fiscal y externo que mantenemos, así  como la solvencia económica lograda”

Con estos argumentos, el 3 de enero de 2006 Argentina canceló de un solo pago su deuda con el FMI por 9530 millones de dólares. Lo hizo con reservas.

O sea, un antiimperialismo que no disparaba balas sino dólares, y que no bajaba de Sierra Maestra, sino del Central.

Lo cual no impidió que en las redes los militantes por la liberación hablaran de “un acto histórico de defensa de la soberanía nacional”. Casi al mismo tiempo el país comenzaba a colocar deuda en Venezuela: entre 2005 y 2008 fueron 5600 millones de dólares. Los intereses llegaron al 15%. Firme expresión de la unidad latinoamericana contra el imperialismo.

A todo esto surgieron algunos contratiempos. Es que los superávits gemelos (fiscal y externo), sustentos del camino independiente del país, se transformaron en déficits. Resultado: a partir de 2011 la deuda comenzó a crecer en términos absolutos y en relación al PBI. Pasó del 39% del PBI (197.000 millones de dólares) a 52% en 2015 (240.000 millones de dólares). Y siguió creciendo a tasa todavía más acelerada entre 2016 y 1019, bajo el gobierno de Macri. ¿Significa esto que ya bajo el gobierno de Cristina Kirchner el país se rendía a las exigencias de los acreedores? Pues no, en el frente patriótico esas cosas no suceden. Algunos ejemplos:

Los Eskenazi comprando una participación accionaria en Repsol YPF mediante una operación de vaciamiento.

El compañero Axel declarando, en 2012, que no iba a pagar un centavo a Repsol por la estatización de YPF.

La compañera Cristina viajando a las islas Seychelles, en 2013, para combatir al capital financiero apátrida (solo a un tilingo se le puede ocurrir que fue a tomar sol).

El compañero Axel acordando, en 2014, pagar 5000 millones de dólares a Repsol por la estatización de YPF.

El compañero Scioli colocando deuda, en 2011, en dólares al 11%, renunciando a la inmunidad soberana y aceptando tribunales en Nueva York.

Los compañeros Axel y Cristina acordando pagar al Club de París la deuda por 9600 de dólares, de los cuales el 49% eran intereses por mora y punitorios.

De nuevo el compañero Axel pagando, en febrero 2020, religiosamente los bonos emitidos por el compañero Scioli.

La compañera Alicia ajustando a docentes y empleados públicos en la Santa Cruz de las maravillas.

Podríamos seguir (incluso recordar el proto-antiimperialismo de cuando se privatizaba YPF, o el banco de Santa Cruz, en los felices 1990), pero con esto basta. Estamos ante hitos del antiimperialismo siglo XXI. Que ahora está avalado por el FMI (“que nos dio la razón”, a no olvidarse)

Por eso los mismos que en 2005 saludaban la cancelación de las auditorías del FMI como un acto de liberación nacional, podrán decir que su vuelta es otro “acto de liberación nacional”. No hay que ser dogmático ni rígido. Todo es cuestión de adaptarse.

Así, en este marco, se comprenden los “esfuerzos adicionales” de los que habla el comunicado del Fondo. ¿Cómo no van a contribuir entonces dirigentes sindicales y políticos progres con esos “adicionales”? En particular, con el importante ítem llamado salarios. Ya lo explicó el compañero Hugo Yasky (una lumbrera del movimiento nacional): los trabajadores deben renunciar a las cláusulas gatillo de actualización salarial. Pero… ¿no eran conquistas de la lucha obrera? Sí, pero eso era antes del Papa y del FMI de los abrazos con el  ministro de la liberación nacional.

A todo esto, me queda una curiosidad: ¿para cuándo la nueva manifestación nac&pop con el “Fuerza Alberto, no al FMI”?


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