04.ABR.20 | Posta Porteña 2099

La Crisis Global se Acelera y Profundiza

Por ASTARITA

 

En una nota publicada el 10 de marzo planteé la posibilidad de que la economía mundial se estuviera desbarrancando hacia una depresión global (http://www.postaportenia.com.ar/notas/10885/hacia-una-depresi%C3%B3n-global/)

 Básicamente sostuve que la irrupción del COVID-19 desató una crisis simultánea de oferta y demanda, la cual impacta en una economía global con crecimiento débil, lastrada además por un mar de deudas. De ahí la posibilidad, muy real, de que la crisis se agrave por el lado de las finanzas.

Rolando Astarita 3 abril 2020

En lo que sigue presento algunos datos para actualizar el tema. Si bien varios suenan “viejos”, nos proporcionan una idea de la velocidad con que se está desarrollando la crisis. Me baso en informaciones provistas por organismos internacionales.

Según el Investment Trends Monitor de marzo, de UNCTAD, las proyecciones del impacto económico del COVID-19 se hacen más sombrías día a día. La previsión inicial era que la crisis se sentiría primero, y de manera más fuerte, por el lado de la oferta: paros en la producción; interrupciones en la cadena de oferta en Asia del Este (China en primer lugar) y caídas en las economías fuertemente integradas en las cadenas globales de valor. Importante, pero acotada.

Pues bien, ese pronóstico quedó atrás. Es que hoy las cuarentenas y cierres de producción se hacen sentir con independencia de que las economías estén integradas a las cadenas globales de producción, y afectan de pleno a la demanda y toda la producción. De ahí que la previsión es que la crisis será mayor que en 2008-9. En primer lugar, porque su efecto es más extendido. En segundo término, es más inmediato ya que el shock de demanda es acompañado de interrupciones forzadas y postergación de proyectos de inversión.

 En tercer lugar, en la medida en que la actividad económica es golpeada, puede desarrollarse una crisis en el sector financiero cuando muchas empresas no puedan cumplir sus obligaciones financieras; lo cual tendrá un efecto en cascada sobre los flujos de inversión global.

De manera que todo indicaría que la dinámica es cada vez más negativa. Según UNCTAD, aproximadamente el 80% de las 5000 mayores multinacionales que monitorea ha revisado a la baja sus previsiones de ingresos. A comienzos de marzo el promedio de revisión a la baja de los ingresos era del 9%. Pero en las últimas semanas la mayoría hizo nuevas revisiones. En promedio las que operan en los países adelantados bajaron sus previsiones un 35% promedio.

En cuanto a China, en el primer bimestre, el gasto de capital bajó, solo en los dos primeros meses, un 25%. Las multinacionales que operan en el país prevén caídas de ingresos, en promedio, del 21%. La inversión en activos fijos descendió un 24,5%. Pero además, y debido a que las medidas de cierres se tomaron a mediados de enero, y de manera desigual, es probable que el pico del efecto sea mayor. Según la OIT, el valor agregado total de las empresas industriales de China cayó 13,5% en los dos primeros meses de 2020.

Volviendo ahora al plano global, en una previsión realizada por la OIT cuando el número de infectados era de 170.000 personas, estimaba un aumento de entre 5,5 millones de desocupados (escenario bajo) y 24,7 millones (escenario elevado). El escenario “medio” preveía 13 millones (7,4 millones en los países adelantados). En la crisis de 2008-9 el desempleo aumentó 22 millones.

De manera que las cifras de la OIT, si bien sombrías, no parecían tan alarmantes. Pero hoy los contagiados superan el millón y el parate de la actividad económica se ha extendido. El 7 de abril próximo habrá un nuevo informe de la OIT. Una estimación preliminar, al 10 de marzo (de nuevo, dato “viejo”), dice que ya se han perdido 30.000 meses de trabajo. Las pérdidas globales en los ingresos salariales los calculan entre 860.000 millones de dólares y 3,44 billones de dólares.

Rápido aumento del desempleo en EEUU

Los datos del desempleo en EEUU son los que posiblemente brindan una visión más realista de la forma en que se está desarrollando la crisis. Lo más impactante: solo en la semana que cerró el 28 de marzo 6,65 millones de personas pidieron seguro de desempleo. En la semana anterior, que cerró el 21/03, lo habían solicitado 3,3 millones. En la siguiente, como vimos, fue el doble.

Además, en la semana terminada el 21/03 la mayoría de los que llenaron la solicitud son trabajadores de hoteles, restaurantes y otros servicios. En la que terminó el 28/03 muchos pertenecen a la industria y el transporte. Es que en petróleo, energía, construcción de automóviles, entre otras actividades, el freno ha sido muy fuerte. Los proveedores de estas industrias también sienten la crisis. Boeing ya hace varias semanas paró su producción; lo cual pega de lleno no solo a sus trabajadores, sino a los de otras 17.000 empresas que son sus proveedoras. Varias acerías también  pararon altos hornos, ya que no reciben pedidos de la industria del automóvil o petrolera. Muchas empresas han licenciado a los trabajadores, y muchas reducen las pagas; según Bloomberg, 623.000 trabajadores del automóvil y partes componentes están con licencia. Como dato más general señalamos que analistas del JP Morgan consideran que el producto bruto de EEUU podría caer hasta el 14% en el segundo trimestre (aunque en realidad, nadie sabe cuánto puede caer)

Las horas trabajadas bajaron a un promedio semanal de 34,2 horas, el más bajo desde 2011, y todo anticipa que seguirá bajando. Por otro lado, si bien desde el gobierno se recomienda a los trabajadores que permanezcan en sus casas si se sienten enfermos, muchos temen ser despedidos si lo hacen. Con el agravante de que muchos tampoco reciben salario si se enferman.

Debido a la rapidez con que empeoró el empleo, la tasa oficial de desempleo de marzo, del 4,4%, no registra todavía la situación real. Precisemos que el Bureau of Labor Statistics considera desempleados a aquellos que buscaron trabajo en las últimas cuatro semanas; no toma en cuenta los que están desanimados, o buscan ocasionalmente empleo. Si se incluye a estos sectores, la tasa de desempleo –conocida como U6- llegaría al 8,7%; aunque, por lo que explicamos enseguida, esta última tampoco refleja lo que está pasando.  Es que, además del retraso que tienen las encuestas, muchos trabajadores han tenido dificultades burocráticas para aplicar por el seguro. Además, otros muchos son independientes y, no califican para el seguro.

De ahí que podría haber, según Justin Wolfers, (en el NYT), unos 11 millones de desocupados. Lo cual llevaría la tasa de desempleo del 3,5% en febrero al 10% el 28 de marzo. Sin embargo, desde entonces se han perdido más trabajos, de manera que el número de desempleados podría llegar a 15 millones, o sea, el 12,3% de la fuerza laboral (véase “The Unemployment Rate is Probably Around 13 Percent”, New York Times, 3/04/2020). Escribe: “El mercado laboral está cambiando tan rápidamente que muestras estadísticas oficiales –concebidas para medir cambios a lo largo de meses y años más que en días o semanas- no pueden seguirlas”

Goldman Sachs, a su vez, prevé una tasa de desempleo del 15% hacia mitad de año. La Casa Blanca dice podría llegar al 20%. Por último, Faria e Castro, economista de la Reserva Federal de San Luis, “Back-of-the-Envelope Estimates of Next Quarter’s Unemployment Rate” del 24 de marzo), tiene un pronóstico incluso peor: estima que se perderán 47 millones de puestos de trabajo, lo que elevaría el desempleo a 52,8 millones de personas. Sería el 32% de desocupados. En los 1930 el desempleo en EEUU llegó al 25%, el récord histórico.

Al margen de las proyecciones, en cualquier caso es indudable que se trata de un crecimiento explosivo, de una velocidad como no se ha visto en anteriores crisis. Y la situación en otros países adelantados (Italia, España entre ellos) no parece tan distinta, en lo que hace a la gravedad de la caída

El panorama es extremadamente grave para la clase trabajadora. Por eso, repito una vez más, no tiene sentido seguir diciendo que esto es todo un invento; o una exageración de los medios; o que la irrupción del virus no cambió nada porque “la economía capitalista ya estaba en retroceso” (como si la situación económica de hoy fuera parecida a la que había en 2018 o 2019)

La explicación del porqué los marxistas proponemos un programa socialista –en particular, liberar a las masas trabajadoras de la tiranía que impone la lógica de la ganancia y el capital; permitir el reordenamiento de los recursos generados por el trabajo en beneficio de todos- debe partir de un diagnóstico objetivo –esto es, apoyado en evidencia empírica- de lo que ocurre.

Es lo que justifica y explica la necesidad de medidas profundas, y a nivel global, frente a este desastre.


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