12.ABR.20 | Posta Porteña 2102

Bernard Stiegler: lo Humano versus Tecnología

Por Moysés Pinto Neto

 

Cuando ya pensábamos que el mundo era incapaz de brindarnos un intelectual que explicara y diagnosticara el origen principal de las enajenaciones disparatadas y destructivas actuales del Capital, aparece Bernard Stiegler que nos informa con todo detalle que la tecnología y especialmente el desarrollo tecnológico de las últimas décadas que tiene como objetivo central arrasar con la cultura en un mundo digital racional demás, dedicado especialmente a la reducción algorítmica de todos los aspectos de la existencia.

Su pasado quizá nos sugiera alguna conexión con su profunda  reflexión filosófica.

Antes de su contacto con la filosofía Bernard Stiegler abre un bar musical en Toulouse donde invita a músicos de jazz. ”Funcionaba muy bien” según él. Su café-restaurante seduce a Gérard Granel, profesor de filosofía en la universidad de Toulouse, apasionado del jazz. “Nos hicimos muy amigos. Yo estaba muy orgulloso de frecuentarlo…

Las finanzas suelen ser tensas en la hostelería. “De la noche a la mañana, a causa del plan Barre, (que limita fuertemente el crédito- Octubre 1976) ya no tuve derecho al menor descubierto bancario y mi banco se negó a pagar mis letras…”. “El alcohol, el java…Bernard Stiegler pasa a la acción”. “Atraqué un banco para cubrir mi descubierto”. Y funcionó. “Funcionó muy bien…Le tomé el gusto y atraqué otras tres oficinas bancarias”. Siempre solo. “Es más eficaz y no hay necesidad de repartir”, explica. El cuarto atraco es fatal. Una patrulla de la policía lo detiene en flagrante delito. Bernard Stiegler será condenado a cinco años de cárcel. Y posteriormente castigado, con aislamiento, decidió leer todo lo que cayera en sus manos.

Entre 1978 e 1983, Stiegler estuvo encarcelado por asalto a mano armada. Primero, en la prisión Saint-Michel en Toulouse y después en el centro de detención Muret. Fue durante este período que él se interesó por Filosofía, estudiando por correspondencia en la Université de Toulouse-Le-Mirail. Su transformación en la prisión es narrada en su libro Passer à l’acte (2003)

Su relación con Granel le permitió ingresar a la Universidad al salir de la cárcel. Y a partir de allí su reflexión filosófica se encamina hacia la relación entre desarrollo de la técnica actual y su embestida violenta contra la cultura. Lo que lo lleva a reflexionar sobre la amenaza contra la experiencia común de la raza humana: hoy capturada reducida a fragmentos y mercantilizada, tornándola una verdadera basura: produce lucros pero es incapaz de generar cualquier voluntad colectiva. En eso se ha transformado la cultura en la actualidad. Y la responsabilidad central en ese proceso es de la tecnología. Y quien nos introduce por primera vez en el tema es el franco argelino Bernard Stiegler que es Doctor por la École des hautes études en sciences sociales, actualmente es el director del departamento de desarrollo cultural del Centro Pompidou, en el que dirige el Institut de recherche et d'innovation (IRI), creado a iniciativa suya. JLB

Bernard Stiegler pensador de lo humano y de la tecnología

Por Moysés Pinto Neto

Traducción y Síntesis de Juan Luis Berterretche

1 La técnica y el tiempo

“Tratamos de conjugar la cuestión de la técnica y la cuestión del tiempo. En primer lugar, abordaremos esta conjugación como cuestión de la técnica en el tiempo, y esta primera parte tratará de la historia de las técnicas desde el punto de vista de sus conceptos. Trabajar sobre la historia de las técnicas antes que sobre la factualidad que permiten exhumar, es tratar de teorizar la evolución de la técnica. Hoy necesitamos comprender el proceso de evolución técnica ya que experimentamos una considerable opacidad de la técnica contemporánea:

No comprendemos inmediatamente aquello que está realmente en  juego y que se transforma en profundidad, aunque tengamos constantemente que tomar al respecto decisiones cuyas consecuencias tenemos cada vez más la sensación de no controlar.”

“Y en la actualidad técnica cotidiana no podemos distinguir espontáneamente los procesos de transformación a largo plazo de otros acontecimientos más espectaculares, aunque efímeros.

Más profundamente, la cuestión que se plantea es saber si se puede y es posible orientar la evolución de la técnica, es decir, de la potencia. ¿Qué poder tenemos sobre la potencia? Aunque esta cuestión no es nueva, se plantea de forma original con la técnica contemporánea:”

“En este trabajo trataremos de la evolución de la técnica considerada un enemigo como sistema y, en particular, tal como ésta conduce al sistema técnico contemporáneo.Si existe la necesidad de un nuevo saber y de una nueva competencia, según Simondon, y de un nuevo poder, igual que para Gille, que para Heidegger exige la necesidad de un pensamiento diferente de aquél que preside Occidente desde sus orígenes obedece a una especificidad de la técnica moderna, es decir, de! sistema técnico moderno, especificidad que abre precisamente una nueva época de la sistematicidad técnica.”

“La técnica forma sistema en la medida misma en que no puede ser comprendida como un medio, como en Saussure la evolución de la lengua que forma un sistema de una enorme complejidad, y escapa a la voluntad de los que la hablan; “

“Ya no existe la confianza que, al menos desde Descartes, regulaba esta cuestión. Y esto también tiene relación con el hecho de que la división que tradicionalmente establece la filosofía entre tecnología y cultura es problemática. Si probablemente con la revolución industrial se iniciaron las condiciones de una nueva relación, económica, social y política, esta novedad no se declaró realmente como crisis hasta principios del siglo LX, con la Primera Guerra Mundial. Constituye en profundidad el debate filosófico contemporáneo del que Heidegger y Habermas son, en Europa, figuras antagónicas.

Frente a esta modernidad, pensadores de la técnica tan diferentes como Simondon, Heidegger o Gille experimentan, cada uno en su estilo, una inquietud común: examinar una nueva  relación entre el hombre y la técnica. Simondon apela así al desarrollo de un nuevo saber: sobre la tecnología, al fundar una competencia que no es espontáneamente la del ingeniero, hombre de conjuntos técnicos, ni tampoco la del obrero, hombre de elementos técnicos. Es la competencia de un especialista de los individuos técnicos que comprende la técnica como proceso de actualización, competencia que los nuevos desarrollos de la técnica han convertido en manifiestamente necesaria.

“Después de haber caracterizado la cultura actual como una reacción de defensa contra la técnica, que se percibe como inhumana; después de haber criticado esta cultura que se opone a la realidad técnica y con ello, opone la máquina al hombre después de haber apelado al desarrollo de una cultura técnica, a una nueva relación entre cultura y técnica, Simondon se pregunta "qué hombre puede realizar en él la toma de conciencia de la realidad técnica e introducirla en la cultura"

“Esta toma de conciencia no es posible para "quien está ligado a una máquina única por medio del trabajo y la fijeza de los objetos cotidianos: la relación de uso no es favorable para la toma de conciencia"; ni para quien dirige "una empresa que utiliza máquinas" y que juzga la máquina "más por su precio y los resultados de funcionamiento que por ella misma"

“Respecto al conocimiento científico, que "ve en el objeto técnico la aplicación práctica de una ley teórica, tampoco está en e! nivel del dominio técnico-". La cultura habría perdido su carácter verdaderamente general al perder con la aparición de la máquina su verdadera relación con e! objeto técnico. Tomar conciencia de la realidad técnica contemporánea es comprender que el objeto técnico no puede ser un utensilio, algo que nos ha hecho evidente el objeto técnico industrial, cuya evolución, en tanto que se asemeja a lo que Simondon llama el proceso de concientización, excluye una simple relación fin/medio.

Stiegler descontruye la tradición filosófica que acostumbraba separar technêy episteme con un enfoque histórico y materialista a fin de probar como es imposible pensar a la humanidad sin la técnica. Por tanto la relación no es de oposición como la tradicional metafísica del espíritu defiende sino decomposición como defienden Gilbert Simondon, Jacques Derrida, Andre Leroi-Gourhan y Gilles Deleuze.

Bernard Stiegler, pensador francés en plena actividad, pertenece a un grupo de filósofos contemporáneos que procura el cruzamiento de diversas áreas haciendo del dialogo con las ciencias contemporáneas algo extremamente productivo.

En ese sentido procura mesclar contribuciones de la tecnología, psicoanálisis, economía política, sociología, paleontología, biología, medicina y otras áreas para construir un sistema filosófico erguido sobre un trípode: filosofía de la tecnología, antropología filosófica y filosofía social.

A partir de Gilbert Simondon y Bertrand Gille busca reconstruir una ontología de los sistemas técnicos. Com Andre Leroi-Gourhan, Martin Heidegger y Edmund Husserl trabaja una antropología filosófica de perfil materialista, haciendo confluir la cuestión de lo humano y de la técnica.

Por fin con Karl Marx, Max Weber, Sigmund Freud y Jean-Francois Simondon e Bertrand Gille, Stiegler busca reconstruir una antología de los sistemas técnicos. Con André Leroi-Gourhan, Martin Heidegger y Edmund Husserl trabaja una antropología filosófica de perfil materialista, haciendo confluir la cuestión de lo humano y de la técnica.

Por fin, con Karl Marx, Max Weber, Sigmund Freud e Jean-François Lyotard produce una nueva crítica de la economía política sustentada sobre la cuestión de la economía libidinal.

Como las más decisivas influencias, presentes en todos los momentos de sus escritos como especies de cimentación ultima están Gilles Deleuze, Simondon y más que todos los mencionados Jacques Derrida (STIEGLER, 2009)

Se puede afirmar inclusive que el sistema de Stiegler es una especie de desarrollo positivo de la filosofía de Derrida (dentro de los múltiples posibles) repavimentando el terreno después de la desconstrucción de la metafísica clásica y de su juego oposicional que el filósofo franco-argelino realizó

Se procura elaborar el itinerario a partir de los tres puntos fundamentales del sistema de Stiegler: ontología de los sistemas técnicos, antropología filosófica y articulación de lo humano y la técnica a partir de la industrialización de la memoria.

La filosofía social pautada sobre la crítica de la economía política consumista es más presente en los trabajos más recientes del autor,  lo que exigiría otro trabajo específico.

2. Ontología de los sistemas técnicos: La materia inorgánica organizada.

Se puede decir que el punto de desacuerdo de Stiegler con la filosofía de la tecnología tradicional consiste en la separación griega entre seres vivos y no-vivos origen de la división entre tecknêy episteme (STIEGLER, 1998, p. 1). Stiegler procura mostrar como en el mundo trágico homérico esa división no era realizada.

Esa división permanece patente, por ejemplo, en la escuela de Frankfurt, heredera de la tradición kantiana, pensando la relación entre humano y técnica como relación de medio-fin separada por tanto de la esfera ética reflexiva propia de lo humano. Stiegler dirige claramente el blanco para la oposición de tecknêe episteme (STIEGLER, 1998, p. 1).

Habermas lo efectúa entre razón instrumental y razón comunicativa. La técnica en ese caso es un medio que pervierte la libre comunicación humana en su esfera propiamente dialogal (STIEGLER, 1998, pp. 10-14; 2001, pp. 65-74)

En Stiegler al contrario es necesario repensar la relación humano/técnica a partir de la luz de la composición, no de la oposición. Para eso, inicia a partir de Gille, Leroi-Gourhan y Simondon a repensar la tecnología de forma diferente de la tradición  antropológica que predomina en la filosofía presentando en el primer volumen de la Técnica y el Tiempo, un resumen de las tesis de esos autores disonantes de la visión instrumentalista.

Para Gille, es preciso elaborar una historia material de los sistemas técnicos entendiendo sus progresos no como resultado de la historia cultural, fundamentalmente ligada a los propios sistemas técnicos en sí mismo.

Un sistema es constituido por la estabilización de la evolución técnica con adquisiciones previas y tendencias estructurales determinadas por un juego de interdependencias e invenciones complementando uno a otro. El sistema técnico es así una unidad temporal a partir de un a otro. El sistema técnico es así una unidad temporal a partir del  tiempo del cual se tiene un punto de equilibrio concretizado en una tecnología particular.

La invención en ese sentido no es resultado de una calculabilidad científica que incide sobre el objeto;  es resultado de la propia experiencia del objeto que determina la innovación que era imponderable antes del proceso temporal que se desarrolló a partir de su desenvolvimiento.

No hay, por eso, como predeterminar la evolución de un sistema técnico, cuyas posibilidades solo se abren y son determinadas a  partir de un estado nuevo adquirido en un lenguaje tecnológico.

El linaje tecnológico tiende así para una progresiva solidaridad y complejidad de los elementos interdependientes. A partir de ese re-ecuacionamiento la relación entre el sistema social y el sistema técnico se torna más compleja de lo que supone la lógica instrumental tradicional.

Hay una necesidad de ajuste permanente entre uno y otro momentos-limite en que la innovación técnica puede desestabilizar todos los demás sistemas creando resistencias.(STIEGLER, 1998, pp. 25-7 e 29-43).

Stiegler sigue profundizando la cuestión a partir de Leroi-Gourhan, profundizando a partir del paleontólogo postulador de una universalidad técnica.

Para lo último, hay tendencias técnicas universales independientes de los grupos locales humanos, pues la tendencia atraviesa las culturas (llamadas de “sistemas étnicos”

La dinámica tecnológica, así es inmanente entrando en compleja relación con sistemas étnicos particulares.

Según Leroi-Gourhan hay un acoplamiento de lo humano con la materia a partir de la técnica, siendo ese factor preponderante a ser analizado en la hominización. El ambiente tiene tendencias que implican la inscripción y modelaje de lo vivo en la materia inerte.

Segundo Leroi-Gourhan, hay un acoplamiento de lo humano con la materia a partir de la técnica, siendo ese el factor preponderante a ser analizado en la hominización, materia inerte, en una especie de “determinismo zootecnológico”.

Los objetos técnicos son, así, especies de órganos de los seres vivos. El “genio” de las culturas es sustituido por tendencias técnicas que se irradian en círculos concéntricos a partir de un juego composicional con los sistemas étnicos.

La materia no-viva, así, sería guiada por tendencias de organización  irreductibles a los niveles antropológicos, seleccionando formas de organización conl o humano, organizándolo y se auto-organizando(STIEGLER, 1998, pp. 43-61).

Lo especifico de lo humano,  es la posibilidad de un sistema protético que continua la vida por otros medios que no es ella propia, esto es, por la propia materia inorgánica. Las negociaciones entre ambientes tentaran caucionarlas tendencias. La tendencia, por otro lado, solamente aparece a partir de las relaciones internas, pues no hay posibilidad de clasificación a priori, una vez que eso solamente aparece enel desarrollar del tiempo.

Leroi-Gourhan llama de “ambiente interior” o aspecto étnico, esto es la cultura, envolviendo con eso tradiciones, la memoria colectiva (es externa al individuo, no-genética, pero casi-biológica) es de “ambiente exterior”, natural, inerte, pero también cargando objetos e ideas de grupos humanos diferentes. El grupo étnico y la materialización de una tendencia que atraviesa el ambiente técnico.

Los grupos técnicos, en tanto, tienden a tornarse autónomos, disolviendo el ambiente interno en el externo a partir de la industrialización.El ambiente étnico puede resistir la innovación técnica, perola tendencia es que ella se imponga (STIEGLER, 1998, pp. 61-5 y 164-179).

"Si, en ciertos aspectos, la ciencia, en tanto que sistema particular de representación, y la tecnología, en tanto que sistema particular de acción, no son más que sub-componentes de la cultura, en otro sentido" se separan para constituir sistemas ampliamente autónomos en interacción con la cultura,  oponiéndose a ella como lo universal a lo particular abstracto a lo concreto, lo construido a lo dado, lo anónimo a lo vivido, lo sistemático a lo existencial. Por esa razón es, urgente preguntarse acerca de las modalidades de interacción entre esas eventualidades siendo afrontadas hoy en las más amplias esferas de la comunidad mundial ha sido hecho patente por el peso de la preocupación ecológica en las evoluciones geopolíticas recientes.

 La "llamada de Heidelberg", difundida con ocasión de la cumbre mundial de Río de Janeiro, y la "contra-llamada" en respuesta son testimonio de la penetración de estas cuestiones en las más elevadas esferas de la ciencia, la técnica, la industria, la economía y la diplomacia.

Bertrand Gille, que en la conclusión de sus Prolegómenos a una historia de las técnicas presentía esas dificultades, muestra que la civilización industrial reposa sobre el desarrollo cada vez más intenso de un proceso de innovación permanente. De hecho, de ahí resulta un divorcio, si no entre la cultura y la técnica, cuanto menos entre los ritmos de evolución cultural y los ritmos de evolución técnica.

La técnica evoluciona más de prisa que las culturas. Hay avance y retroceso -tensión que también es característica de ese estiramiento en que consiste toda temporalización. Todo sucede entonces como si el tiempo saltara fuera de sí: no sólo porque los procesos de toma de decisión y de anticipación (en el dominio de lo que Heidelberg llama la "preocupación") pasan irresistiblemente al lado de la "máquina" o del complejo técnico, sino porque, en algún mundo, como escribe Blanchor retomando un título de Jünger, la época pasa la barrera del tiempo. Pasar la barrera del tiempo sería, si hubiera que entenderlo a partir de aquello en lo que consiste pasar la barrera del sonido,ir más deprisa que el tiempo: un aparato supersónico, más rápido que su propio sonido, provoca al parar la barrera, un violento choque sonoro.

Pero, ¿qué sucede si esas eventualidades sean afrontadas hoy en las más amplias esferas de la comunidad mundial que ha sido hecho patente por el peso de la preocupación ecológica en las evoluciones geopolíticas recientes. La "llamada de Heidelberg", difundida con ocasión de la cumbre mundial de Río de Janeiro, y la "contra-llamada" en respuesta son testimonio de la penetración de estas cuestiones en las más elevadas esferas de la ciencia, la técnica, la industria, la economía y la diplomacia.

Bertrand Gille, que en la conclusión de sus Prolegómenos a una historia de las técnicas preveía esas dificultades, muestra que la civilización industrial reposa sobre el desarrollo cada vez más intenso de un proceso de innovación permanente. De hecho, de ahí resulta un divorcio, si no entre la cultura y la técnica, cuanto menos entre los ritmos de evolución cultural y los ritmos de evolución técnica. La técnica evoluciona más de prisa que las culturas. Hay avance y retroceso -tensión que también es característica de ese estiramiento en qué consiste toda temporalización. Todo sucede entonces como si el tiempo saltara fuera de sí: no sólo porque los procesos de toma de decisión y de anticipación (en el dominio de que Heidelberg llama la "preocupación") pasan irresistiblemente al lado de la máquina" o del complejo técnico, sino porque, en algún modo, como escribe Blanchor retomando un título de Jünger, la época pasa la barrera deltiempo. Pasar la barrera del tiempo sería, si hubiera que entenderlo a partir de aquello en lo que consiste pasar la barrera del sonido, ir más deprisa que el tiempo: un aparato supersónico, más rápido que su propio sonido, provoca al pasar la barrera un violento choque sonoro.

Pero, ¿qué sucedería con un paso de la barrera del tiempo si eso quisiera decir ir más deprisa que el tiempo? ¿Qué choque provocaría un aparato que fuera más deprisa que "su propio tiempo"? Semejante choque también querría decir que la velocidad es más antigua que el tiempo. Porque, o bien el tiempo determina la velocidad junto con el espacio a un paso de la barrera del tiempo si eso quisiera decir ir más deprisa que el tiempo? ¿Qué choque provocaría un aparato que fuera más deprisa que "su propio tiempo"? Semejante choque también querría decir que la velocidad es más antigua que el tiempo.


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