19.ABR.20 | Posta Porteña 2104

ES ESTE…URUGUAY SI ESTAS ENFERMO O SOS PACIENTE CRÓNICO; JODETE!!

Por N. González Keusseian

 

El desastre en salud pública; los pacientes crónicos y muchos más están como rebenque e piola tirados en la calle. Desde que se declaró la emergencia no fueron atendidos. Las redes sociales arden de denuncias por no ser atendidos, los teléfonos no funcionan, no hay medicamentos, no te atienden las llamadas, no hay renovación de recetas y si te llaman la atención es pésima. Vivimos la pandemia del caos en salud pública y en la privada también (Facebook de Raúl Martinez)

 

EL OTRO LADO DE LA PANDEMIA

 

Médicos advierten caída en la atención a pacientes crónicos

N. González Keusseian - El País domingo, 19 abril 2020

Los profesionales de la salud denuncian la postergación en la atención de pacientes crónicos como diabéticos o hipertensos

Una mamá le mostró por Zoom a una pediatra la herida que tenía su hijo en uno de sus pies, un niño se deshidrató tras una diarrea que no fue atendida a tiempo y un hombre que solía consultar en una policlínica barrial por su diabetes, obesidad e insuficiencia cardíaca, tuvo que ser internado de urgencia en un hospital. La imagen se repite a diario; es la llegada del coronavirus que posterga la atención en la salud de aquellos que padecen otras dolencias.

Es que mientras en la Junta Nacional de Salud (Junasa) resolvieron esta semana aplazar por 30 días más la reprogramación de intervenciones quirúrgicas y se exhortó a los hospitales y mutualistas a priorizar otras formas de atención, en el primer nivel de atención (policlínicas y centros de salud), las consultas cayeron más de un 80% desde la emergencia sanitaria.

En medio de esta situación, el gobierno ya anunció que evalúa qué especialidades pueden volver a la normalidad, de modo que los médicos puedan atender cara a cara y no mediados por un aparato. Sin embargo, la espera no resulta para todos igual.

Las medidas dispuestas por el Ministerio de Salud Pública (MSP) priorizan sobre todo hoy la atención de aquellos pacientes con los síntomas de COVID-19, y en medio de una pandemia como esta, eso parece ser entendible, pero, ¿qué ocurre con quienes no se contagiaron y tienen que resolver otras dolencias, enfermedades o incluso meras consultas?

Para los médicos de Familia, esos que trabajan en los centros de salud y en las policlínicas barriales, la situación es alarmante. Cuentan que bajó “muchísimo” la cifra de controles, dado que hoy tienen que trabajar a distancia con un celular y una computadora. No expiden más carné de salud, no realizan los controles de niños, adolescentes y adultos e incluso no hacen más Papanicolaou, mamografías ni pueden ver más a los pacientes crónicos, por ejemplo con hipertensión o EPOC. Todo es a distancia.

La presidenta de la Sociedad Uruguaya de Medicina Familiar y Comunitaria (Sumefac), Marcela Cuadrado, contó que tienen un “achique y redistribución o repliegue del primer nivel” y que si bien los controles los realizan por teleasistencia, nada es lo mismo. Hoy, los médicos de familia realizan solo controles de embarazo y de niños menores a un año, lo demás, lo tratan de resolver de forma telefónica, si pueden.

La situación alcanza no solo al sector público, también al privado. Este fue el caso de María (nombre ficticio), una paciente con una patología crónica que debe controlarse periódicamente a través de una serie de análisis que le permiten conocer sus valores y así poder determinar y ajustar su medicación. María narró a El País las “peripecias” que tuvo que atravesar tan solo para poder abonar el costo del ticket en ventanilla, que, entre otras cosas, la llevaron incluso a tener que consultar en el propio laboratorio en el que su mutualista terceriza el servicio. Básicamente en su centro de salud le habían informado que esos análisis no se le podrían hacer.

A esta situación general se le suma el reciente cierre de más de 70 policlínicas públicas y privadas, la mayoría ubicada en la zona sur de Montevideo. Los médicos explican que en la mayoría de los casos esto se debe a decisiones empresariales, al tiempo que rechazan el envío al seguro de paro de más de 900 trabajadores, la mayoría administrativos. La presidenta de la Sociedad de Pediatría del Uruguay (SUP), Catalina Pinchak coincidió en que hubo un antes y un después en la consulta médica a partir de la emergencia sanitaria.

Contó que ahora además de leer para actualizar sus conocimientos médicos, tiene que aprender sobre tecnología para atender a sus 15 pacientes diarios. Señaló que en cada consulta, realiza un triaje telefónico (clasificación) pero que, “no es lo ideal”, porque lo mejor sería tener al niño y ver su contacto con sus padres. También contó que muchas veces tiene que apelar a videos para diagnosticar porque no le es suficiente con la descripción telefónica que le puedan realizar los padres de los niños.

Médicos reclaman “repensar” la asistencia

“Tenemos que evaluar el paso del tiempo sin atención” médica, dijo el viernes en conferencia de prensa el presidente Luis Lacalle Pou. Esto es justamente lo que reclama hoy el Sindicato Médico del Uruguay (SMU), recuperar la atención. Su presidente, Gustavo Grecco, dijo a El País que “es momento de repensar la asistencia en un escenario de COVID-19 presente que no lo teníamos hace tres semanas”.

Así se lo plantearon esta semana al propio ministro de Salud Pública, Daniel Salinas. Grecco explicó que el lugar indicado para comenzar es el primer nivel de atención en salud dado que es “la primera barrera” ante la propagación del coronavirus.

“Hay pisos enteros de sanatorios que están cerrados, y todo eso en algún momento va a pasar factura”, remarcó el presidente del gremio médico que asegura también solicitó al ministro que se garantice la “bioseguridad” de todo el personal de la salud, así como de los pacientes y de sus familiares.

“Estamos viendo de todo, desde especialidades médicas, hasta quirúrgicas, desde pacientes que necesitan su control por su asma, EPOC, su diabetes y su hipertensión hasta una cirugía que puede ser reprogramada, que puede postergarse un mes, dos meses, pero, cuánto más”, se preguntó el médico.


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