Está claro que Lacalle sabe que la cuarentena instaura la crisis y la crisis no le conviene al gobernante de turno, y no le conviene a muchos empresarios que asesoran al gobernante de turno, aunque le conviene a unos pocos empresarios, mayormente extranjeros, y a esos les conviene de manera brutal, pues van a acaparar los negocios y el mercado que dejarán los miles de arruinados.
Así que, más o menos, desde el gobierno intentan acabar con la cuarentena en la medida de sus posibilidades, o para ser más preciso, en la medida de lo que ellos creen que son sus posibilidades, cosa en cuya apreciación, no son muy duchos.
La oposición, como ha podido ver cualquiera que mire la realidad con cierto grado de objetividad, no ha ayudado en absoluto, y aquí incluyo no sólo al Frente, sino al PIT CNT, a la Universidad y al Poder Médico y si estos irresponsables impulsores de mera y espuria politiquería, estuvieran preocupados por nuestra gente y no por su mera y espuria politiquería, acaso saldríamos más rápido de este desastre absoluto y radical e inédito.
Pero volvamos al presidente, que a la postre, es el que está al mando y es el que se la tiene que jugar pese a quién pese.
Uno no puede adivinar, pues como hablamos de personas con una muy dudosa independencia intelectual, es casi imposible atinar a darle a su movimiento pendular, pero digamos que es plausible que acaben con la cuarentena que nos lleva a la ruina, pero cubriéndose del ataque de los irresponsables, ataques que ellos mismos han contribuido a generar, y entonces, lo que acaso suceda, es que acaben la cuarentena pero obligándonos a usar tapabocas en las escuelas, en las instituciones estatales, en los bancos, supermercados y otros negocios de esa guisa.
Algo bueno tiene la medida, pues con cada día que restemos a la cuarentena, evitaremos que unos cuantos pierdan su trabajo, tema crucial, pues gente que ha perdido el trabajo todos conocemos, pero gente que ha muerto exclusivamente de Coronavirus, no conozco a ninguno, y no conozco a nadie que haya conocido a ninguno.
Lo malo, lo pésimo, lo preocupante, lo sádico, es este ataque a nuestra libertad que implica el tapabocas, esta abierta violación de nuestro derechos constitucionales, y lo que es todavía peor, esta instauración de la “nueva normalidad”, la normalidad de la esclavitud, pues el tapabocas ocluye nuestra humanidad y nos esclaviza, y es el signo de esta operación criminal a la que estamos asistiendo y a la que nos debemos rebelar con todo nuestro ímpetu.
La piadosa Inquisición adolecía de unos cuantos defectos, pero nadie puede dudar que en cuanto a imaginación, eran unos verdaderos artistas. Aquel que hablaba contra el orden establecido se hacía acreedor a una máscara infamante, que castigaba mediante el escarnio público al inconformista. Pero estos artistas inigualables del dolor sabían que a algunos, el escarnio público les importa nada, y es más, ante el escarnio público su poder crece y se multiplica, entonces, se atacaba al cuerpo y en ocasiones las máscaras incorporaban piezas bucales de hierro que mutilaban para siempre la lengua del rebelde con púas afiladas y hojas cortantes.
Si querías saber cuál era el famoso signo que anunciaba a la Bestia en el Apocalipsis, ahí lo tenés, se llama tapabocas, y viene por nuestra humanidad para instaurar el nuevo régimen de la Bestia, el más oscuro régimen de toda nuestra Historia.
Marcelo Marchese Facebook 25/4/20