02.MAY.20 | Posta Porteña 2108

FALLECIÓ EL ARTISTA PLÁSTICO CARLOS REGAZZONI UN FERROVIARIO POR OPCIÓN

Por juan Carlos Cena

 

Por Juan Carlos Cena especial para el MONAREFA

28 de abril del 2020

Lo conocimos muy bien. En mi caso particular porque era Secretario General del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos, de la Seccional Organismo Central, jurisdicción donde él se había asentado.


En la jerarquía ferroviaria reinaba la mediocridad, mas los exponentes de la burocracia sindical, se unieron, ambos trabajaron para desalojarlo del galpón.

Libramos una lucha tenaz, lo apoyamos, hablamos con las autoridades y Regazzoni quedó alojado en ese galpón restaurado por él. Desde ese momento se generó un profundo lazo de amistad con nosotros, que se interrumpió cuando cerraron el ferrocarril.

Compartimos pan y vino en más de una oportunidad, Cuidamos su lugar cuando se fue a Francia; debía elegir, entre los ferroviarios, a dos para que lo acompañaran. Eligió a dos peones que siempre lo ayudaban. ¡Genial! Lo festejamos.

Ragazzoni fue como muchos hombres, que no trabajaron en el ferrocarril, pero eran de su pertenencia. Unos les hicieron cuentos, otros poemas, novelas, pinturas… Regazzoni transformó lo descartable en VIDA, y a esa vida las transmitió a los niños del barrio y de la villa… Con nosotros discutía como uno más.
Pintó murales en el andén 8. Los mediocres funcionarios ferroviarios los quisieron borrar. Otra lucha… nuevamente ganamos. La justicia declaró que su obra de arte era intocable…
Expuso en hall de la Estación Retiro Mitre un avión, parecido a los DL fabricados en la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, construido con hierro viejo y desechos. La construcción fue un espectáculo. Los pasajeros detenían su andar, con la boca abierta, ante la obra de arte…

La que más nos conmovió fue la realizada con los niños.
Expusieron sus manchas, trazos, acuarelas. Ellos y él trabajaban en un recuadro instalado en hall de Retiro Mitre. Los padres de los niños embargados de emoción no podían creer lo que Regazzoni había conseguido a base de ternura, hablar con los niños de igual a igual. Recordamos cuando les decía que el pincel es la prolongación de la mano, que se debía desplazar con suavidad y firmeza, a la vez, apartados de la tela, con elegancia, les decía…

Fue un exponente del "arte chatarra" por sus singulares esculturas realizadas con materiales en desuso. Como dice Lavoisier: Nada se pierde, todo se transforma.


El artista Carlos Regazzoni fue el creador de una obra provocativa y con el lenguaje del trabajo, faena que inmortalizó en esculturas inspiradas en trenes y en insectos, como las hormigas que asoman sobre el techo de un galpón en la avenida Del Libertador, donde funcionó su atelier, cerca de la Estación de Retiro, pegado al Museo Ferroviario.

     

Su obra alcanzó una verdadera proyección internacional luego del premiado film "El Hábitat del Gato Viejo" del cineasta Franck Joseph, en 1992, un retrato sobre su vida como artista que lo impulsó a la consagración en ese país, tanto que la mitad del año vivía en Francia, en el castillo de Fontaine Française. Recibió el Gran Premio del 28º Festival de Pintura de Cannes-Sur-Mer y participó en la muestra por los 100 años de la historia aeronáutica francesa.

De inconfundible aspecto, con sus rulos encanecidos, que conjugaba con un estilo desalineado, como las chatarras con las que trabajaba, Regazzoni se definió, alguna vez, como“un prepotente de la cultura", lo cierto es que no pasaba inadvertido: era un provocador, un excéntrico y un atípico dentro del mundo del arte. Para el escultor, el arte era la única forma de salvación frente al "sistema"

Por eso, si bien creaba sus esculturas con desechos industriales, como cadenas, válvulas, tambores y trépanos y reciclaba objetos, sus fines no sólo eran estéticos sino también ecológicos y sociales, porque a través de esa producción construía una crítica al sistema y fomentaba la recuperación de materiales reutilizables.

En la industria del ferrocarril encontró un lenguaje capaz de trascender: de hecho, su admiración por ese transporte, lo llevó a instalar su atelier en unos galpones ubicados a metros de la Estación de Retiro, donde también vivía, como decimos más arriba. No fue fácil. La mediocridad siempre acecha. Allí también montó el restaurante, "El Gato Viejo", envuelto entre esculturas gigantes. Las hormigas que se pueden ver desde la avenida Del Libertador ya son parte de la identidad urbana de la Ciudad de Buenos Aires.

Sus obras también se exhiben en parques del barrio de Palermo y una de las más monumentales está instalada en Pico Truncado: un Bridasaurio de 17 metros, que realizó con desechos de la industria petrolera.

Había nacido en Comodoro Rivadavia, vivió en Longchamps, Almirante Brown, en la provincia de Buenos Aires, hasta 1999 cuando se instala, definitivamente, en el galpón ferroviario.

Se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes Manuel Belgrano y para poder darles de comer y hacerlos estudiar a sus hijos vendió querosén.
En el 2015 fue declarado Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires.

Una miscelánea de Regazzoni es cuando estando en Francia estalla una huelga de los ferroviarios, los dirigentes gremiales lo fueron a ver y le pidieron disculpas por las molestias… éste, Regazzoni les dijo que le llevaron sus chicos que les enseñaría a pintar. La respuesta fueron abrazos y mucha emoción. Cercaron un andén, montaron una escuela y los niños de los ferroviarios franceses tomaron clases de arte y pintura, lo acompañaban dos traductores.

Aquí, en nuestra tierra, no se reflejó en los medios periodísticos, en estos días, estos aspectos humanos de Regazzoni.

Fuimos testigos de cómo trabajó con los chicos del barrio y de otros lugares, donde compartían los niños de Barrio Norte y de la villa y él los trataba de igual forma. A nosotros, nos ordenaba que preparáramos la leche para los chicos… mientras los niños jugaban, pintaban y se comprometían con el arte…

Adiós compañero Regazzoni. Buen viaje… Sé que a los ferroviarios nos vas a espiar… con tu ojo de metal… averiguando ¿Qué estamos haciendo?

Me pregunto, y vos… ¿Qué vas hacer allá? Vas continuar tu trabajo con la chatarra satelital

Negro Cena


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