30.ABR.20 | Posta Porteña 2107

Postalinas y Chamuyos

Por posta

 

1 de mayo 2020

 

Por la vida, por la lucha proletaria, por la comunidad humana mundial

Contra el confinamiento, contra la cuarentena, contra quienes pretenden taparnos la boca, contra los barbijos que hacen la vida irrespirable y que destruyen lo humano. Contra la tiranía sanitaria impuesta por el capitalismo mundial.

+ Contra el Nuevo ORDEN MUNDIAL, de sumisión, esclavitud y control creado por la bancocracia mundial a través de la producción de dinero de la nada, la reducción de la población (genocidio) y su sometimiento a la dictadura químico farmacéutica justificada por la ciencia médica y su “vaticano”: la Organización Mundial de la Salud.

+ Contra la guerra de sometimiento de la humanidad bajo el pretexto de guerra contra el virus o la pandemia. Así como la guerra contra el terrorismo, la supuesta guerra contra la pandemia, es en realidad, una guerra contra nosotros, es una guerra contra el proletariado mundial, es una guerra del dinero de los Bancos centrales emisores (de dólares, euros, yuan…) contra la humanidad.

+ Contra el terror de la enfermedad, impuesto por el poder (científico, económico, militar, policial, propagandístico) y las consecuentes medidas de represión, confinamiento y terrorismo de Estado.

+Contra el pánico creado por el poder, que tiene como objetivo encubierto el destruir la salud global de la población, separar al ser humano del ser humano y de la vida sana (aire, agua, tierra…) imponiendo a la ciencia y la medicina como intermediarios obligatorios y confinantes.

+Contra esa dictadura sanitaria que destruye la vida humana, al privarnos del contacto humano, del amor, del placer. Esa imposición del dogmatismo pasteuriano, enfermizo y enfermante, es el que deteriora el estado físico y mental de los seres humanos al condenar el beso y la caricia, al penalizar el ejercicio y la vida al aire libre, al impedir la respiración a pulmones llenos y el movimiento vital, con tóxicos y tapabocas (igualmente tóxicos)

+ Contra el salto cualitativo en el despotismo internacional del Estado mundial, que, con el pretexto del virus y la pandemia, ataca a la totalidad de la población mundial considerada sospechosa de subversión o de contagiar, aunque sea sana. Ya no se encierra a quienes cometieron delito y/o a quienes el poder define como terrorista, pretenden que nos confinemos nosotros mismos. No solo se confina a quien está enfermo y es contagioso sino que, por primera vez en la historia, se encierra a cualquiera que está sano, se criminaliza a cualquiera que protesta, porque, tal vez, mañana esté enfermo o por porte de “cara fea” o por ser posible portador sano y para ello se considera sospechoso a todo ser humano (ver “7000 millones de sospechosos”  documental de ARTE en el que se puede “apreciar” que el modelo Chino de control social y particularmente la represión concentracionista del gobierno chino -que sufre con total violencia la “minoría étnica” de “ulgurs”-  constituye el modelo admirado de los Bilderberg y particularmente del presidente francés Macron en su proyectado Nuevo Orden Mundial) porque, como dice la policía y la medicina, “mañana puede ser un combatiente, un terrorista, un portador del virus”, Todo el proletariado es sospechoso al protestar, de trasmitir subversión y/o enfermedad, agitación, protesta…y quizás, lo peor, para esta sociedad enferma de egoísmo: hermandad y amor

+ Contra todas las medidas de dictadura medicalcontra el confinamientocontra el tapado de boca, contra que te tapen la nariz, contra todo límite a amarnos, a tocarnos, a tomar mate juntos, a hacerse un asadito, o una olla popular.

+ ¡Contra el hambre, contra la limitación de producir e intercambiar, contra toda limitación al desplazamiento, a lo colectivo, al viaje, a la diversión, al goce y al disfrute de la vida comunitaria, a la práctica colectiva de juegos y placeres…!

+ Contra quienes, a pesar de hablar de “pandemia del capital” y de “lucha contra el modo de producción capitalista”, aceptan la pandemia como tal, como si efectivamente fuese una “realidad sanitaria” y no puramente ideológico/represiva y desde ese estrado estatista, contribuyen a la gestión y manipulación de la población, opinando, desde la aceptación de las medidas de represión y destrucción humana, como el confinamiento, el tapado de boca y de nariz, el aislamiento y el encierro de los ancianos y niños, la cuarentena, el distanciamiento físico y corporal…, solo agregando consignas burguesas y sindicalistas como que “la crisis (¡o los test sanitarios!) la paguen los ricos” o “anulación de la deuda….externa” y hasta que “el confinamiento de la clase trabajadora sea total y lo paguen los dueños de las fábricas”

Contra el aislamiento humano y por la comunidad de vida y de lucha del proletariado mundial contra este nuevo orden esclavista impuesto por la bancocracia internacional y el gobierno en las sombras.

+ Contra la dictadura medical y sanitaria, contra la dictadura vacinal, contra los venenos medicamentosos y tóxicos de la dictadura químico farmacéutica, contra la virusfobia y el pánico creado contra los virus, que no tiene otro fundamento (ni otra concepción) que el interés económico del gran capital químico farmacéutico, contra la oposición absurda entre ser humano y naturaleza. Por la destrucción del capitalismo, la fraternidad y el amor entre seres humanos y la producción de lo que los seres humanos necesitan sin intoxicar animales, plantas, suelos, aire, agua, tierra…

Contra la dictadura del dinero (fabricado ilimitadamente por los bancos centrales), la bancarización y la tiranía digital.  Por la destrucción de la dictadura de la tasa de ganancia que rige la producción y distribución de “bienes y servicios” y la reorganización de la producción basada exclusivamente en las necesidades naturales de los seres humanos.

+ Contra el monstruo de las tres cabezas, el Capital, el Estado, la Religión (incluyendo muy especialmente la religión científico medical y sanitaria), contra la dictadura del dinero, los bancos y los Estados, por la revolución social internacionalista y la comunidad humana mundial.

CONTRA EL CAPITAL Y EL ESTADO, POR LA REVOLUCIÓN TOTAL.

Proletarios contra el confinamiento

PROLETARIOS INTERNACIONALISTAS

 

Alberto Fernández = Que paguen los Pobres

 

"PREFIERO UN 10% DE NUEVOS POBRES A QUE MUERAN 100.000 PERSONAS POR EL VIRUS"- Alberto Fernández

Son palabras de Alberto Fernández, que desnuda sus objetivos y su concepción de la sociedad (esto último por si hacía falta), amparándose en el virus coronado... como toda la clase dirigente, lacaya de la clase dominante, del planeta.

Lo dice como si realmente fuesen a morir 100.000 personas en Argentina por este virus, cosa más que improbable. Pero además, lo dice como si la pobreza no matara, de hambre y de enfermedades curables, esas a las que don Alberto no atiende como no lo hizo ninguno de sus antecesores en la Casa Rosada.

Habría que explicarle a este buen señor que 10% más de pobreza implicaría un 45% total de pobres, varios millones más de los que hoy ya sufren ese oprobio en estos suelos...

Jamás diría "el presi que nos protege", que preferiría 10% menos de ricos. Es una cuestión ideológica que a ningún pejotista le sale. Sus palabras dejan bien en claro que cualquier crisis deben pagarla los de abajo, nunca los de arriba.

Para eso el agite del coronavirus en los medios masivos de comunicación, todos en manos de la burguesía o sus lacayos políticos:

LES SIRVE DE EXCUSA PARA HACER LO QUE HACEN.

Por eso suben los precios y son impunes, por eso despiden y son impunes, por eso pagan la mitad o menos de los salarios y son impunes.

Por eso los Estados despliegan sus fuerzas de represión para realizar un monumental control social, recabar los datos de los marginados al repartir migajas, imponer restricciones al estilo estado de sitio, exigir permisos para transitar y poder trabajar a los asalariados, encarcelar a los pobres que rompen las reglas saliendo a trabajar para poder comer.

Y algunos hablan de "Nuevo Orden" mundial en favor de las mayorías... por favor

Cuidarles el sistema y los privilegios a los dueños del poder económico en tiempos de derrumbe y crisis les es cada vez más difícil. Y por eso han echado a andar el fantasma coronado que recorre el mundo, para llevar a cabo el ajuste planetario más grande de la historia contra la clase trabajadora.

Gustavo Robles
14-4-20

Ante el fallecimiento de Guillermo Chifflet

 

El pasado domingo 25 de abril, conocimos la noticia del fallecimiento del reconocido militante e histórico dirigente del Partido Socialista Guillermo Chifflet, a los 93 años de edad.

Desde IST lamentamos su pérdida y enviamos un fraternal saludo a sus familiares y amigos.

Quisiéramos, además, hacer un humilde homenaje a este veterano socialista que nos dio un ejemplo claro, lúcido y valiente cuando, en el año 2005, renunció a su banca de diputado, para manifestar su oposición a la intervención de las tropas uruguayas en las fuerzas de ocupación de la ONU (Minustah), que invadieron la república hermana de Haití.

Las tropas uruguayas participaban de la Minustah, mal llamadas “Fuerzas de Paz”, que estaba dirigida por Brasil, en apoyo a la política de ocupación y explotación de EE.UU. que violaba históricamente el derecho a la autodeterminación del pueblo haitiano.

El Parlamento uruguayo fue convocado para votar la permanencia de las tropas uruguayas en la Minustah. El acuerdo era un hecho entre los legisladores de los partidos Colorado, Nacional y el Frente Amplio.

Pero en esta oportunidad, no hubo unanimidad. Un legislador se opuso a avalar la intervención sobre Haití. “Ir a hacer el trabajo sucio del imperio a Haití es repugnante”, manifestó Chifflet. Tenía opciones. Pero no hizo uso del voto “por obediencia partidaria” ni se retiró vergonzantemente de sala. Simplemente, tuvo un gesto claro, desafiante: no levantó la mano.

Ese fue Guillermo Chifflet, el veterano que desde niño había aprendido las lecciones de solidaridad y militancia concreta en su Villa del Cerro, histórico barrio de inmigrantes que fue creciendo al calor de las luchas de los obreros de los frigoríficos y de las obreras textiles.

Nosotros no compartimos todas sus posiciones políticas, pero sí reivindicamos su voto negativo a la ocupación de tropas en Haití y su consiguiente renuncia a la banca, rompiendo con la claudicación de los representantes parlamentarios que «acataron», en nombre de la unidad, votar el pisoteo y ocupación al pueblo hermano de Haití.

Y esa actitud de principios, de coherencia entre el pensar y el actuar, de solidaridad antiimperialista, tan difícil de encontrar entre nuestros parlamentarios y los de toda Latinoamérica, debe ser conocida y homenajeada por la multitud de jóvenes que hoy se están acercando a las ideas y a la militancia socialista.

¡Hasta el socialismo siempre, compañero Chifflet!


Eduardo Galeano se refirió a esa digna decisión de Chifflet y escribió:

Él se entregó al Partido Socialista en cuerpo, alma y sombrero, y siempre siguiendo el recto camino, el que conduce a la libertad de conciencia y no al deber de obediencia.

Pagó un alto precio. A la hora de elegir entre su banca de diputado y su libertad de conciencia, renunció a la banca y a todo lo demás.

Parecía que esa actitud iba a condenarlo a la soledad… (Pero) el Flaco no camina solo. Su ejemplo tampoco.”

IZQUIERDA SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES

 

EL LIBRE MERCADO NUNCA SERÁ CONFINADO

 

A la misma velocidad de la expansión del coronavirus, recibo noticias de la propagación de las injusticias en el sector agroindustrial. Con la epidemia hecha ya pandemia, Ecoruralis, la organización rumana de La Vía Campesina, denunciaba la decisión de su gobierno de permitir los viajes internacionales para el trabajo de temporada en las cosechas de terceros países. La fotografía de 1500 personas haciendo cola para entrar en los chárters privados que las llevaron a los campos y granjas de Alemania, apretadísimas unas contra otras, dejaba muy claro que, desde la casilla de salida, los derechos de estas personas —mayoritariamente de procedencia rural— no fueron, no son, ni serán respetados.

Gustavo DUCH. Revista Soberanía Alimentaria, 28 abril 2020

Efectivamente, al llegar a los países anfitriones, si ya habitualmente sus condiciones de trabajo y de vida son «incondiciones de vida» —como seguro diría Gloria Fuertes— ahora todo se recrudece. Lo explica de forma emocionante Soledad Castillero en la revista Soberanía Alimentaria cuando describe la situación de las mujeres temporeras en la recogida de frutos rojos en Huelva: «Si las medidas de urgencia son lavarse las manos y no tenemos agua; quedarse en casa y no tenemos casa, (...) ¿qué hacemos?, ¿quién piensa en todo esto?, ¿dónde están quienes no pueden estar? Esta pandemia de indiferencia ya existía desde hace mucho». El desplazamiento desde sus no-casas a los lugares de trabajo tampoco está pensado para las condiciones actuales de distanciamiento social, exactamente igual que en la frontera de México y Estados Unidos. Como explica mi querido amigo Carlos Marentes, del Centro de Trabajadores Agrícolas Fronterizos en El Paso, «el transporte en las camionetas que los llevan a las cosechas o plantas de procesamientos en las  fincas de Nuevo México o de Texas es un viaje cargado de riesgos de contagio».

Ken Sullivan, director ejecutivo de la empresa Smithfield en Estados Unidos, el pasado 24 de marzo manifestó orgulloso: «En nuestras instalaciones se está operando al 100 % y estamos produciendo tan rápido como podemos». Ya no. Las manifestaciones de sus trabajadores  y trabajadoras, mayoritariamente migrantes, les han obligado a cerrar temporalmente sus plantas. Más de 350 personas se han infectado de coronavirus en ellas, siendo el peor foco epidémico de todo Estados Unidos hasta la fecha. Como explica la Fundación GRAIN, al levantar este caso estamos hablando, nada más y nada menos, de la empresa más grande del mundo en cuanto a producción de cerdos en cadena se refiere, la empresa china WH Group, propietaria de Smithfield (que a su vez durante un tiempo fue propietaria de la española Campofrío). El mayor propósito que tiene la inversión china en Smithfield es la exportación de carne de cerdo para alimentar la [provocada] creciente demanda cárnica de la población de su país.

De la misma manera, buena parte de la producción de carne de cerdo en España tiene el mismo final de trayecto: China. Una pieza clave es el macromatadero de Binéfar, de la empresa Litera Meat, donde trabajan unas 1600 personas, en su mayoría migrantes, señalado desde su inauguración por los ritmos brutales de faenado que comportan explotación laboral. Si a las escasas medidas de seguridad e higiene laboral habituales se les añade el miedo al despido cuando aparecen los primeros síntomas de COVID-19, la falta de mascarillas o la imposibilidad de guardar la distancia social, es lógico que, como se denunció este pasado 24 de abril, se haya localizado entre sus trabajadores y trabajadoras el mayor brote de coronavirus de Aragón, afectando aproximadamente al 24 % de la plantilla. Fiel espejo que confirma el lema empresarial “el libre mercado nunca será confinado”.

Son imágenes que retratan el cinismo del capitalismo junto a su capacidad de adaptarse a cualquier situación. Bajo el argumento de que la agricultura es una actividad esencial, no se diferencia entre modelos agrícolas que hacen las cosas bien y modelos que las hacen mal, muy mal, como es el caso de las producciones intensivas de cerdos o fresas, señaladas repetidamente por sus injusticias en el trato laboral o por sus desmanes ecológicos. Y es que lo que finalmente prima, y en España con su modelo agroexportador es muy evidente, son los valores de la balanza económica. En concreto, 14.000 millones de euros de excedente en la balanza comercial alimentaria.

Ya lo decía Quevedo: «Poderoso caballero es don Dinero»


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