02.MAY.20 | Posta Porteña 2108

La Bomba Informático- Biológica, el Accidente de los Accidentes

Por Tato López

 

El poder es inseparable de la riqueza, y la riqueza es inseparable de la velocidad

Quien dice poder, dice, ante todo, poder dromocratico

 Paul Virilio- El Ciberespacio y la Política de lo peor

La irrupción del pensamiento de Paul Virilio, parecía no tener mayor solapamiento, hacia la década de los 80´s, (salvo algunas capilaridades, con filósofos como Deleuze y Guattari), con el de Michel Foucault , pues trabajaban en diferentes disciplinas y dispositivos, sin embargo, observando las características de la que esta investida esta crisis sistémica,  parecería, que ambos, pueden dar cuenta de un comportamiento asintótico  de sinergias, lo suficientemente  complementarias, para intentar un análisis, de dos dispositivos que puedan estar presentes en un ejercicio que estimule otros esquemas perceptivos, que ponga en incertidumbre, cualquier estructura de análisis positivista o cientificista, que operarían mas como un velo, sobre la comprensión de lo que ,”ya sucedió”, con una velocidad ciberespacial, y lo que comenzamos a percibir, son sus consecuencias.

El “día después,  ya paso ”,  fuimos manipulados por dos disciplinas que se articularon, con su historicidad propia, con sus mecanismos de sujeción específicos, con un mismo fin, a saber, una brutal reconfiguración, y concentración de la riqueza, que no tiene precedentes, en detrimento de la caída instantánea del poder adquisitivo de la población, que nos fue impuesto burocráticamente por el gran capital financiero, depreciando en un día a la mitad, nuestros signos monetarios, sin ninguna resistencia, forcejeo, ni siquiera una pedrada que rompiera una vidriera, reverenciando la servidumbre voluntaria de Étienne de La Boétie , hace más de quinientos años, y lo que es más grave, con la contumacia de las direcciones sindicales y sociales, que apenas, en el mejor de los casos, llego a insinuar, que los efectos de la crisis, cayeran sobre el gran capital transnacional, cuando no cómplices, creyendo, con ignorancia( o pánico posibilista, ante la ausencia de un proyecto independiente, o al menos, autónomo),que podían seguir bailando, al compás de  la música institucional, que hace meses, ya se dejo de tocar, mostrándose aquiescentes a la reducción salarial, mediante quitas de socorro a la “pandemia”, llamando a quedarse en casa. Facilitándole a los causantes de esta crisis, una economía política de fuerzas sin precedentes, y un consenso social impensable, hasta no hace mucho, con la colaboración de los propios damnificados, atrapados entre la parálisis absoluta, ante una realidad mas ficcionada que nunca, que nos reduce a la  “claustropolítica”, donde la exterioridad y el pánico, comienza en el dintel de nuestra casa 

Si estamos dispuestos a revisar nuestros esquemas perceptivos, deberíamos interpelarnos, sobre en qué zócalo, se fueron configurando este  “conformismo mediático” y de “estandarización de la opinión”, donde el acontecimiento es fabricado (sin perjuicio, de lo que haya sucedido, sea también invención), y el resultado sea de “una realidad fraudulenta mediante una multitud de soportes, audiovisuales y propagandísticos”

Esto, que Virilio, lo llamo el poder absoluto, o la dromocracia, que los mass-media, violentando tiempos locales, en beneficio de un tiempo universal, que es instantáneo e imperceptible, produce una “estandarización” y “sincronización simultanea de la opinión” –una sola opinión pública, que es retroalimentada, ya no, desde  la televigilancia que describía Orwell.

El poder de los medios a nivel global es mucho más complejo que la televigilancia, desplegada por  el Ministerio de Información, y sus mecanismos clásicos de la censura, que operaban en la lógica de la sub-exposición Orweliana.

 Hoy, estamos asistiendo a una censura que es consecuencia de la sobre-exposición.

La sub-exposición, se demuestra incompetente, frente a la necesidad de sobre-exponer, de dar información sin cesar.  En otras palabras, ello significa una “estandarización de los comportamientos” en la sincronización de las emociones de las multitudes, cuyo resultado será un individualismo de masa: “cada uno, uno por uno, padece en el mismo instante el condicionamiento mass-mediático”, que proyecta un terror que “debe ser sentido instantáneamente por todos, en todas partes a la vez”

 El efecto es,  una estéreo-realidad : desdoblamiento de la realidad en, por un lado, realidad actual, física, objetivo de la imagen audio televisiva, y, por otro, realidad virtual, mediática; la tele-realidad, que desmultiplica el acontecimiento hacia el infinito.

La normalidad de lo cotidiano se rompe, más que con el acontecimiento, con la creación del accidente, resultado de un reflejo condicionado por “esa sincronización”, esto, que solo es una descripción sumaria de los mecanismos de sujeción y secuestro, que engañosamente se trata de asociar al símbolo de “libertad”, al invadirnos completamente, y hacernos perder de vista la realidad y nos lleva a la parálisis total.

Hoy, es muy difícil ocultar información, pero igual de difícil es que una revelación de información (que no es la revelación accidental) provoque un "despertar" de las conciencias y un cambio político profundo.

Virilio, sostenía hace ya, tres décadas, que los cambios operados en la sociedad, hasta el siglo pasado, se caracterizaban como trayectorias visibles de acumulación de luchas precedentes en una sociedad, que llevaban a la creación de condiciones de posibilidad, de revoluciones, o guerras civiles, y que hoy, son elididas por el miedo y el pánico como los grandes argumentos de la política moderna.

La dromocracia, se sustancia en la modificación de los esquemas perceptivos precedentes, es antagónico con la democracia, es cualquiera de sus expresiones, sustanciándose una caricatura metonímica, que califica como “democracia de la emoción”, donde el reflejo, asfixia a la reflexión, cabalgando sobre una heurística del miedo, hacia lo próximo, percibido como hostil.

Dice Virilio.. ”en la actualidad ya no es preciso adjetivar a la democracia como “representativa de los partidos políticos” o “de opinión”. Es más apropiado, por el contrario, referirse a una democracia de la emoción, de una “emoción colectiva” sincronizada y globalizada en base a un modelo de tele-evangelismo-postpolítico, cuyo argumento principal serán los miedos ciudadanos. La opinión pública es disuelta en beneficio de una emoción colectiva instantánea propia de la “dictadura del corto plazo”

Ahora bien, para que esto fuera creíble, la disuasión debía de operar, vehiculizada en un dispositivo ,menos traumático que el tradicional garrote y represión, poco fiables para dispensar, mas durabilidad a ese dispositivo, y a la vez, inaccesible, dotado de un saber epistemológico, que intimidara a quien no lo posee, un saber consagrado por la cientificidad, el dispositivo elegido, mediante el cual, se garantizaba “el protocolo” de secuestro y fragmentación del débil tejido social, que no podrían imponer de facto los otros organismos multilaterales de crédito, fue configurado por la OMS, con sus propias calificadoras de riesgo, y que funciona con los mismos dispositivos que los otros organismos, las mismas técnicas de indagatoria y de secuestro de los cuerpos, que el Banco Mundial, en relación con las técnicas instalación del subempleo y desregularización laboral, pero de consecuencias más inmediatas.

                               LA MIRADA CLÍNICA Y EL PANÓPTICO

“El control de la sociedad sobre los individuos no se efectúa solamente por la conciencia o la ideología, sino también en el cuerpo y con el cuerpo......” Para la sociedad capitalista, es lo bio-político lo que importa, ante todo, lo biológico, lo somático, lo corporal... “el cuerpo es una realidad biopolítica; la medicina, una estrategia biopolítica”

                  El nacimiento de la Clínica - Michel Foucault

A los efectos de abordaje de este dispositivo bifronte de contubernio, constituido por la dromología del ciberespacio, y su investidura de pandemia, en nombre de la cientificidad clínica, no me interesa indagar sobre su origen, al decir de Nietzsche, sobre el conocimiento humano, en la polémica con los neokantianos en la Gaya ciencia, que recoge Foucault en La Verdad y las Formas Jurídicas, el conocimiento, es invención( erfindung), no tiene origen(ursprung), haciendo una genealogía del Nacimiento de la Clínica, que demuestra ese extremo, exhumando archivos médicos desde el siglo XVII, desnudando el saber medico, y su estatuto de ciencia, como una historia de dirección ordálica de ensayo, error, donde el cuerpo humano, es un objeto invadido, por las practicas mas arbitrarias y que se iría despojando lentamente, hasta  el siglo XX, de su ética humanista, en lo que Foucault ,describe ese tránsito, con esa sutileza que lo caracteriza, como “humanismo reticente”, para erigirse en “saber científico” para constituirse en el dispositivo político dilecto de la burguesía, para imponer el disciplinamiento del cuerpo social, causando más muertes que la inquisición, y sirviéndose de ella, para incursionar en su estatuto de episteme, otra historicidad que desenmascara las opacidades en los inicios del saber higienista, valiéndose de la Inquisitio generalis como positividad y desarrollo de la indagatoria sobre los cuerpos, hasta llegar a la eugenesia y la medicalización forzosa, concluyendo que esta disciplina, podía haber seguido otra dirección, igualmente caprichosa en la voluntad de saber.

Sin embargo, la sobre exposición mediática, que se mueve pendularmente, entre el conspiracionismo y el cientificismo, muestra algunas fisuras, que se desnudan ante nuestra mirada de diletante, pues ni siquiera son consecuentes con el arcaísmo de las practicas de la peste, modelo por excelencia de la cuarentena, sobre el cual, regresaremos luego.

Desde el más elemental pedestal positivo del conocimiento, no se necesita ser gallina, genealogista, ni epidemiólogo, para saber que un huevo está podrido, basta sumergirlo en un vaso, para ver si flota.

Hasta nuestras abuelas, con un grado de ilustración muy precario ,sabían que el sistema inmunológico, se constituye y se fortalece, desde muy temprana edad, hasta la adolescencia, comiendo cascarria de oveja, chupándose los mocos verdes de una gripe estacional, escapándose un día de lluvia descalzo y en el barro, a riesgo de  regresar con fiebre, parece poco plausible, que ante una epidemia, se encierren para detener el desarrollo de sus mecanismos de defensa, a menores y adolescentes, y se cohoneste vergonzosamente, con una actitud corporativa medrosa, la prostitución de la educación a distancia.       

Hasta el paisano en el mayor ostracismo, si maneja rebaños, sabe aplicar el método inverso, en la majada y el ganado de rodeo, apartar a los animales que presentan síntomas, y encerrarlos a parte de los animales, en estado de  ambulantismo.

Pero, hay un tercer elemento, más sorprendente, de cómo, a partir de una epidemia en Wuhan, del virus popularizado como COVID 19, produjo, hasta el día de hoy 3,382 muertes, frente a la comparación crematística de las muertes por gripe estacional en 2019, que supero los ochocientas mil muertes.

Y lo que es muchísimo más opaco, es que el estatuto de pandemia a esta modalidad de gripe, se la declara, con solo tres test de PCR, la reacción en Cadena de Polimerasa, con muestras de ADN, practicadas a muertos.

El Higienismo, la pandemia y el origen de la Policía Sanitaria

Foucault, entenderá como policía el “conjunto de los mecanismos mediante los cuales se asegura el orden, se canaliza el crecimiento de las riquezas y se mantienen las condiciones de salud en general”

El origen de la policía, y el contralor que esta realiza del cumplimiento de los protocolos sanitarios, tiene origen en la Alemania de finales del siglo XVIII, es menester historiarlo, para que no se presente como una “desviación”, ajena a sus funciones originales, en estado de excepción, emergencia de interés público, o como quiera llamársele, y fue desarrollada principalmente, alrededor de la Ciencia del estado (“Staatswissenschaften ”), es decir, el conocimiento cuyo objeto es el Estado; no solo los recursos naturales de una sociedad, ni las condiciones de su población sino también el funcionamiento general de la maquinaria política.

Dentro de ella se desarrollaría la Policía Médica (“Medizinische Polizei) entre finales del XVIII y principios del XIX y que consistía en:  a) Un sistema de vigilancia epidemiológica y de seguimiento de las “estadísticas vitales” (nacimiento, mortalidad): La observación de la morbilidad, a partir de información pedida a los hospitales y médicos en ejercicio y el registro de los fenómenos epidémicos y endémicos

b) Una normalización de la practica y el saber medico (formación médica y concesión de títulos), que aunque se dejo en manos de la universidad y corporaciones medicas, se reivindica un control estatal de los mismos

c) Una organización administrativa para controlar la actividad de los médicos

d) La creación de funcionarios médicos nombrados por el gobierno que asumen la responsabilidad de una región: Aparece el médico como administrador de salud

Ya en el siglo XVII, como consecuencia de la  epidemia de peste se adoptaron en Europa unas medidas disciplinarias que hasta hoy, nos hubieran parecido, extraídas del imaginario de Terry Gilliam, y que desde entonces han sido relegadas a la unánime  amnesia de historicidad.

 Foucault hace una descripción de ellas en su análisis de la sociedad disciplinaria:

“....Las casas se cierran con llave desde fuera. Las llaves tienen que entregarse a las autoridades. Las personas que rompen clandestinamente la cuarentena son condenadas a muerte. Se mata a los animales que corren sueltos. La vigilancia es total. Se exige una obediencia incondicional. Se vigila cada casa. Durante los controles todos los habitantes de la casa tienen que asomarse a las ventanas. A quienes viven en patios traseros se les asigna una ventana que dé a la calle. Llaman a cada uno por su nombre personal y le preguntan cómo se encuentra. Quién miente se expone a la pena de muerte. Se establece un sistema de registro exhaustivo. El espacio se anquilosa en una red de células impermeables. Cada uno está encadenado a su sitio. Quien se mueve arriesga la vida. El poder penetra hasta en los detalles más nimios de la existencia. Toda la sociedad se transforma en un panóptico y es penetrada por completo por la mirada panóptica.”

En este contexto, Foucault habla de la importancia del “modelo de la peste” en la constitución de las políticas que tienen como centro la higiene pública. Por tanto, apela a un modelo centrado en el aislamiento del foco de contagio de la enfermedad y al férreo control “policial” de la población. Entre ella, tienen especial interés e indudable actualidad sus anotaciones a propósito de la industria farmacéutica, que ponen de manifiesto la dependencia de las multinacionales del sector. Al mismo tiempo, permiten mostrar las profundas implicaciones económicas que tiene todo cuanto guarda relación con la elaboración, distribución y venta de los medicamentos en la sociedad actual. a evolución de la figura del médico en las sociedades occidentales, sobre todo desde los inicios del siglo XIX. En esas anotaciones habla, en primer término, del uso de los medicamentos, en el contexto del proceso de normalización de la medicina que de forma tan decisiva ha marcado el desarrollo del saber y la praxis médica contemporánea. Este proceso supone una relación específica entre la medicina y la técnica, introduciendo así una referencia a la definición y caracterización de la enfermedad en el interior de un discurso médico que va construyendo una semiología novedosa y específica. Por otra parte, se refiere a un aspecto, habla del medicamento haciendo alusión a “su carácter de vehículo de poder”. Piensa, en efecto, en la utilización política de la medicalización. No en el sentido de posibilitar a través de ella la transformación de la población en un colectivo sumiso, sometido a los imperativos de la adicción, sino aludiendo a formas de sumisión más sutiles, aunque quizá más eficaces para el mantenimiento de las relaciones de poder. Decididamente, a través de la medicalización de la población podemos comprobar que, en efecto, la salud se ha convertido en parte de un gran juego político.

Para él, queda claro que el giro político que se da con la atención a la salud de las poblaciones conduce a considerar la enfermedad, no tanto como algo que afecta a individuos concretos, es decir, que es un problema particular de los enfermos que la padecen, sino como una realidad que ha de mantenerse bajo control ya que puede suponer una amenaza para la sociedad

Durante el siglo XVIII, cuando el capitalismo, impone su hegemonía, no se va a pasar de una medicina colectiva a una medicina privada, sino que se produce precisamente todo lo contrario; el capitalismo que se desarrolla a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, ha socializado de entrada un primer objeto, el cuerpo, en función de la fuerza productiva, de la fuerza de trabajo. .Este conocimiento, en consecuencia, es la base de toda proyección del poder biopolítico sobre los individuos y la sociedad.

Por razones de espacio y de pertinencia, no me extenderé sobre otras capilaridades, no menos importantes entre los dos filósofos, aunque Virilio, se considere a sí mismo como un urbanista, aborda aspectos de la biopolitica, y se define como un estudioso de la trayectoria, en tanto Foucault, estudia exhaustivamente los procesos acelerados de urbanización, desde la genalogia, la arqueología y la biopolitica.

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  FENOMENOLOGÍA DEL ENCUENTRO Y DEL DESENCUENTRO

“Al nivel del individuo, del europeo particular, puede ser interesante estudiar la multitud de reacciones surgidas por la existencia del velo, es decir, por la manera original que tiene la mujer argelina de estar presente o ausente.”

 Sociología de una revolución - Frantz Fanon

Otro aspecto que no puede pasar desapercibido, que rechina en el plano simbólico,-pues en el plano profiláctico, es solo un mecanismo de retroalimentación viciada de nuestras toxinas- es la imposición ambulatoria de este bozal versátil, confeccionado, según el nivel socio económico, de tela de calzoncillo viejo, de sabana en desuso, o de una bufanda, con un fin sanitario inocuo, es parte de la disolución de una múltiple fenomenología del encuentro social, disolviendo sus usos y costumbres.

Es la demostración del poder coercitivo, que así como penaliza su uso, lo impone penalizándolo, extremo que ni siquiera hay que demostrar desde la memoria histórica.

Hace pocos meses (setiembre de 2019), el Presidente Sebastián Piñera, envió al Congreso Nacional un proyecto de ley anti mascaras, que establecía el ocultamiento de la identidad como tipo, circunstancias agravante, y caso de flagrancia, afirmando en su exposición de motivos, que en Chile, están dadas todas las garantías y libertades democráticas, para manifestarse pacíficamente, a rostro descubierto, sin alterar el orden público.

Hace dos semanas, su ministro de salud, Jaime Mañalich, exhorto a la población, a utilizar tapabocas caseros en la calle, para no hacer colapsar el stock de las idóneas para uso en hospitales.

Definitivamente, no se trata de algo que trasciende el apego o  desapego, a usos y costumbres, se trata de normalizar las conductas sociales, y someterlas a una pérdida de pertenencia de nuestros saberes temporales, y de nuestro propio cuerpo, como acto reflejo.

Hace ya sesenta y seis años, que Frantz Fanon, escribió, ”Sociología de una Revolución”, editado en los tramos finales de la guerra de liberación del Pueblo Argelino. Y el particular, a la lucha de resistencia de la mujer que se integra a ese proceso de lucha armada de liberación, y que debe de resistir la penetración cultural del hombre blanco, para estigmatizar el velo, con mecanismos de intimidación y cooptación de diversos tipos.

En principio, la actitud de la mujer Argelina fue la resistencia irreductible a la cooptación del colonialismo Francés, la intención de la administración Colonial, fue lucidamente interpretada, al respecto dice Fanon:””Los fenómenos de la anti-culturización deben entenderse como la imposibilidad orgánica en que se encuentra una cultura para modificar alguno de sus tipos de existencia, sin revisar al mismo tiempo sus valores más profundos y sus modelos más esta­bles”

Cada velo que cae descubre a los colonialistas horizontes hasta hoy prohibidos, y les muestra, por otra parte, la carne argelina desnuda. La agresividad del ocu­pante, y por tanto sus esperanzas, se multiplican después de cada rostro descubierto. Cada nueva mujer argelina que abandona el velo anuncia al invasor una sociedad argelina cuyos sistemas de defensa están en vías de dislocación, abiertos y desfondados. Cada velo que cae, cada cuerpo que se libera de la sumisión tradicional al Haik, cada rostro que se ofrece a la mirada audaz e impaciente del ocupante, expresa negativamente que Argelia comienza a rene­gar de sí misma y que acepta la violación del colonizador. La sociedad argelina, con cada velo abandonado, parece aceptar el ingreso a la escuela del amo y decidir la transformación de sus costumbres bajo la dirección y el patrocinio del ocupante”

Esta actitud, de defensa primaria, se irá luego enriqueciendo, con la propia integración aluvional de la mujer argelina, a la guerra de liberación, para ir descubriendo el poder y las positividades de su propio cuerpo, debe de ejecutar misiones muy peligrosas, modificando su aspecto, sacándose el velo, para “occidentalizarse”, cumplir labores de inteligencia dentro del barrio europeo.

Se rompe el estereotipo, y los colonialistas entran en paranoia. El 13 de mayo, se propicia un golpe de Estado en Argel, que desemboca la llegada al poder, de Charles de Gaulle, y la Administración Colonial, obliga a las mujeres argelinas,”manu militari”, a participar, sin velo en una concentración, extremo que se cumple, pero indica en la percepción de la resistencia armada, de que hay que regresar al velo, como medida de lucha.

Así describe Fanon, las positividades, y los efectos que se  produjeron en la transición biopolitica de la mujer argelina:

Después del 13 de mayo, se vuelve a usar el velo, pero definitiva­mente despojado de su dimensión exclusivamente tradicional. Existe, por lo tanto, un dinamismo histórico del velo que se percibe en forma muy concreta, en el desarrollo de la colonización de Ar­gelia. Al principio, el velo es un mecanismo de resistencia, pero para el grupo social su valor continúa fuertemente arraigado. Se usa por tradición, por la rígida separación de los sexos, pero también porque el ocupante quiere develar a Argelia. Más tarde, la muta­ción interviene en ocasión de la Revolución y en circunstancias pre­cisas. Se va abandonando el velo en el transcurso de la acción re­volucionaria. Lo que había sido preocupación de conducir al fracaso en las ofensivas psicológicas o políticas del ocupante, se convierte en medio, en instrumento. El velo ayuda a la argelina para responder a las nuevas interrogantes planteadas por la lucha. La iniciativa de las reacciones del colonizado queda fuera del alcance de los colonialistas. Las exigencias del combate son las que provocan nuevas actitudes, nuevas conductas y nuevas modalidades de apariencia en la sociedad argelina.

 

                        ALLÍ, DONDE ESTA EL PELIGRO, ESTA TAMBIÉN LO QUE SALVA

Friedrich  Holderling

Lo que resulta patético en nuestros países, y los gobiernos que se suceden, como administradores de crisis, es seguir con la cantinela del Estado, como el dispositivo ordenador del “bien social”

Con mayor, o menor estructuración discursiva, con practicas más o menos “eficientes”, están cumpliendo con la receta que le dispensa la OMS, para calificar con los protocolos sanitarios, y acceder a préstamos mas leoninos, con los organismos multilaterales de crédito, de acuerdo a como hagan los deberes panópticos de la cuarentena.

Aquella representación imaginaria del estado de bienestar social, y los gobiernos que hoy las promuevan, han quedado reducidos, a una caricaturesca administración de una Junta administradora de condominio en ruinas con servicios colapsados e impagos, que ha privatizado hace tiempo, el único sostén de retorno para solventar el déficit endémico, una especie de playa de estacionamiento tarifada (que eran sus materias primas), para ir sobreviviendo.

En un artículo, recientemente publicado en Posta Porteña, titulado el Imperio Total Global(aquí) su autor, hace un análisis muy breve, pero exhaustivo, de como, y en beneficio de que grupos económicos, se ha reconfigurado la concentración de la riqueza, y que nuevas consideraciones de desregularización, laboral, se impondrán, con una masa crítica excedentaria de desocupación endémica.

En el mismo, hace una precisión, que sería ociosa, casi tautológica, hacerla varias décadas atrás... “La lucha de clases existe, la están haciendo ricos contra pobres”

Esta  observación es muy pertinente, en virtud de “la democracia de la emoción”, de la cual ha hecho caudal el progresismo y sus capilaridades, para fomentar una campaña de “pacto patriótico”, para salir de esta trampa y se ha demostrado inútil, más bien, ha contribuido al disciplinamiento de cualquier resistencia organizada con independencia política.

Sin embargo, reconocer la centralidad de la cual esta transversalizada la crisis, no nos permite aun, avanzar sobre sus puntos de ruptura.

Deberíamos de hacer un diagnostico más preciso, sobre la configuración de la clase explotada, una amalgama de compartimentos estancos, o semi estancos, con poca o ninguna conexión entre sí, aquello que Imannuel Wallerstein, caracterizaba las explosiones sociales del siglo anterior, como producto de la confianza en las herramientas de lucha que fue forjando el campo de los explotados, y su contraste con las explosiones sociales del inicio de este siglo, producto de la desesperación.

Ese es nuestro deber, pensar sin reticencias de historicidad, percibir sobre que asientos económicos, se sustancia esta crisis, y que sujeto, será el que presione sobre las grietas que presente el sistema, para impulsar políticas de ruptura

Si bien, resulta difícilmente digerible, es esta maniobra de giro, que impuso la velocidad dromologica del ciberespacio, usando un mecanismo de secuestro masivo tradicional, y sin registro en nuestra memoria reciente, para reconfigurar en días, sino en horas, un nuevo orden de distribución de la riqueza y una desposesión, aun no del todo perceptible en los que la sufrimos.

Es hora de intentar cambiar nuestros esquemas perceptivos, no hay nada que debilite mas al ser humano, que las mentiras de la esperanza, creer que este mecanismo de secuestro institucional, pasara con el levantamiento de la cuarentena, es por lo menos ingenuo, o cretino.

En un tiempo aún no definido, se levantará, pero en el registro de positividades del reconfigurado poder global, ha quedado la convicción, de que pueden tropearnos “como ciego a mear”, en tanto insistamos en pensar que las condiciones de ruptura de este dominio, puede producirse, desde esa danza inmóvil que ha quedado en evidencia, girando en círculos, tratando de morderse la cola, que constituyen  las representaciones institucionales de la democracia burguesa, y de  todos sus dispositivos de disciplinamiento.

TATO LÓPEZ


Comunicate