02.MAY.20 | Posta Porteña 2108

Primero de Mayo, Peronismo o Socialismo Revolucionario

Por ASTARITA

 

Desde hace muchas décadas se plantea, a nivel global, una lucha ideológica y política en torno al Primero de Mayo. Por un lado, están los que le dan un contenido burgués y nacionalista. Por el otro, los que procuramos que tenga un contenido obrero e internacionalista.

Rolando Astarita 1 mayo 2020

En Argentina ese enfrentamiento tiene una expresión muy definida en el peronismo, por un lado; y el socialismo internacionalista, por otro. En esta nota trato esta cuestión. Me mueve a hacerlo la cantidad de personas que, habiendo militado en la izquierda, ahora se inclinan al peronismo.

Tal vez para justificar ese viraje, algunos encuentran virtudes progresistas en el peronismo (“ayuda a la cohesión social y unidad obrera”); y otros intentan toda suerte de síntesis entre aspectos “progresistas” de uno y otro lado. De ahí también que se busque alguna esencia pro-obrera en los primeros de mayo peronistas, para conectarla con las tradiciones socialistas. Sostengo que estos ejercicios solo llevan a confusión y desarman al socialismo. Empiezo con el significado histórico originario del Primero de Mayo.

Primero de Mayo en la tradición socialista

El 14 de julio de 1899 se reunieron en París unos 400 delegados, provenientes de diversos países, para formar lo que sería la Segunda Internacional. Fue en esa reunión  que se votó “organizar una gran demostración internacional” por las ocho horas de trabajo. Dado que la American Federation of Labor, de EEUU, ya había convocado a manifestaciones para el 1º de mayo de 1890, se decidió que sería la fecha para la acción internacional.

Desde el principio los sectores revolucionarios de la Segunda Internacional encararon la  jornada del 1º de mayo como una jornada de lucha. Y aunque tenía un propósito reivindicativo inmediato –la jornada de trabajo de 8 horas - el mismo se planteaba en un marco revolucionario y socialista. Por eso, el Congreso de la Internacional, realizado en Zúrich, en 1893, declaró: “La demostración del 1º de mayo por la jornada laboral de 8 horas debe servir al mismo tiempo de demostración de la voluntad determinada de la clase obrera de destrozar las distinciones de clase a través del  cambio social, y así entrar en el único camino que lleva a la paz para todos los pueblos, la paz internacional”.

Como era de esperar, los reformistas intentaron licuar ese contenido. En especial, intentaron que en lugar de ser un día de lucha, el Primero de Mayo fuera una jornada de descanso y recreación. Sin embargo, las tendencias revolucionarias mantuvieron el contenido de lucha de la jornada. Así, Rosa Luxemburgo, ante el 1º de mayo de 1913, escribía que ese día era la celebración de “la acción autónoma de las masas proletarias”, de  la “acción política de masas de los millones de trabajadores”. Más adelante reivindicaba “la acción independiente y autónoma de las masas más amplias”, “sus propias acciones políticas”; las huelgas y manifestaciones de masas “que deben estallar tarde o temprano adelante en un período de lucha revolucionaria por el poder del Estado”. Las nociones claves: lucha de clases, independencia obrera, acción autónoma de las masas, internacionalismo. .

Primero de Mayo  de 1944 y discurso de Perón

En 1944 el gobierno del general Farrel decretó feriado nacional el 1º de mayo, y organizó, por primera vez, un acto oficial para esa jornada, con la participación de direcciones sindicales. Allí Perón, que había asumido en diciembre de 1943 como Secretario de Trabajo y Previsión, pronunció un extenso discurso, el cual definió el contenido que el peronismo daría, de ahí en más, al Primero de Mayo (y a su política hacia los trabajadores). Entre otras definiciones, destaco:

“El Primero de Mayo celebra la noble labor humana”

“Buscamos suprimir la lucha de clases, suplantándola por un acuerdo justo entre obreros y patrones, al amparo de la justicia que emana del Estado”

“La Justicia suplanta la lucha de clases”

“Hemos defendido la unidad y compenetración de propósitos entre patrones, obreros y Estado, como el único medio para combatir a los verdaderos enemigos sociales, representados por la falsa política, las ideologías extrañas seas cuales fueren, los falsos apóstoles que se introducen en el gremialismo para medrar con el engaño y la traición de las masas y las fuerzas ocultas de perturbación del campo político-internacional”

“Deseamos desterrar de los organismos gremiales a los extremistas, para nosotros ideologías tan exóticas, ya representan un extremo como el otro, porque es lo foráneo, a los que nosotros los argentinos no hemos jamás sentido inclinación ni apego y porque ellos con un sedimento de odios ancestrales nos traen sus problemas que no nos interesan ni atañen”

“No queremos agitadores a sueldo, verdaderos vampiros sociales,… Estas verdaderas alimañas son enemigas de las conquistas sociales. Encaramos seriamente estos problemas, seguros que en su solución está la muerte de estos agentes de disociación”

Resumiendo:

1. a) El Primero de Mayo pasa a ser “celebración de la noble labor humana”

2.  b) No a la lucha de clases; no a la supresión de las clases; sí a la colaboración entre el capital y el trabajo.

3. c) Exaltación del Estado burgués, y sus instituciones armadas. .

4. d) Exaltación del nacionalismo.

Definiciones centrales, sustentadas, a su vez, en el ataque a los “agitadores a sueldo”, “vampiros sociales”, “extremistas”, “fuerzas ocultas de perturbación”, “verdaderas alimañas enemigas”, de manera que “la solución es la muerte de estos agentes de disociación”. Consecuencia práctica: hostigamiento y persecución, por parte de la burocracia sindical, a la militancia de izquierda, durante décadas. Palizas a opositores, colaboración con las patronales para despedir “zurdos infiltrados”, asesinatos. Todo con la excusa de “son agentes del coloniaje y la antipatria”. .Disciplinar a como diera lugar. Es lo que se llama control bonapartista - burgués del movimiento de masas. Lo opuesto del objetivo que busca el marxismo revolucionario.

En cualquier caso, al leer ese discurso de 1944, es imposible no evocar el que dio Perón en otro Primero de Mayo, el de 1974, cuando incitó a acabar con los “infiltrados que trabajan de adentro”, “más peligrosos que los que trabajan de afuera”, “mercenarios al servicio del dinero extranjero”. El contexto: los crímenes de las bandas parapoliciales, la formación de la Triple A, y la colaboración con ella de la burocracia sindical. Era la “solución” adelantada 30 años antes: “la muerte de los agentes de disociación”.

No es suma y resta,  sino independencia de clase e internacionalismo

Es evidente que no hay posibilidad de establecer continuidad alguna entre los Primero de Mayo “nacionales y populares”, y los Primero de Mayo “a lo Rosa Luxemburgo”. Y tampoco puede haber síntesis (como pretenden muchos stalinistas). Es que el razonamiento “coloco un signo más en X (digamos, una mejora salarial para la clase obrera) y un signo menos en Y (por caso, subordinación al Estado) y el saldo es empate”, no se aplica en el análisis marxista.

La razón: el avance en la conciencia de clase e internacionalista de los obreros es nuestro criterio fundamental. Todo el resto de las cuestiones –entre ellas, la tan cacareada unidad del movimiento obrero- se subordina a ello. Por lo cual, y para terminar, quiero reivindicar ese criterio del socialismo, explicado esta vez por Lenin:

“Luchamos solo por un mejoramiento de la situación de los obreros que eleve su capacidad para sostener la lucha de clases, es decir, en la que ese mejoramiento no vaya aparejado a la corrupción de la conciencia política, a la tutela policíaca, a la sujeción de una localidad dada, a la esclavización al “bienhechor”, al rebajamiento de la dignidad humana. (…) Nosotros luchamos también por reformas, pero no de cualquier modo, sino solo a la manera socialdemócrata, solo a la manera revolucionaria” (p. 210, t. 6. O C., Cartago).


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