09.MAY.20 | Posta Porteña 2110

La pandemia de COVID-19 y la disputa entre los “Consensos” geo-estratégicos globales

Por J.E.DinizAlves/J.L.Bertereche

 

Artículo de José Eustaquio Diniz Alves, para EcoDebate

Traducción al español de Juan Luis Berterretche para Posta Porteña

La pandemia de coronavirus debe tener un impacto geoestratégico semejante al del período entre las dos Grandes Guerras – que asistió a la pandemia de la Gripe Española y el crash de la Bolsa de New York, junto con la grande depresión de los años 1930. En este período hubo el  pasaje del centro dinámico del mundo de Europa – donde existía la disputa entre Alemania, Reino Unido y Francia – para los Estados Unidos, que se venía  destacando en el escenario internacional desde el fin de la Guerra de Secesión (1861-65), más que asumió la vanguardia efectiva del nuevo ciclo de expansión del capitalismo post Segunda Guerra Mundial.

De forma semejante, China – que ya tuvo un pasado de glorias – se viene destacando en el  escenario internacional desde las Reformas de Deng Xiaoping de 1978, más que debe asumir la vanguardia efectiva del nuevo ciclo de expansión de la economía internacional después del fin de la pandemia de COVID-19. Los EUA lideraron la 2ª y la 3ª Revolución Industrial, pero  China debe asumir la lideranza de la 4ª Revolución  Industrial. Y la pandemia de COVID-19 debe acelerar las tendencias geo-estratégicas globales como muestra mi artículo anterior (Diniz Alves, 17/04/2020)

El informe WEO del FMI (de abril de 2020), muestra que EUA tenían un PIB (en poder de paridad de compras – PPP – a precios corrientes) de 13 trillones de dólares en 2005, valor dos veces superior al PIB de china que era de US$ 6,5 trillones. Pero como EUA tuvieron un desempeño peor durante la crisis financiera de 2008/09, el PIB de China salto de 50% en 2005 para 82% del PIB americano en 2010.

En los años siguientes  China continuó creciendo en ritmo mucho más veloz y empató con EUA en 2014 y, en seguida, asumió la lideranza como la mayor economía del mundo (en PPP), a partir de 2015. En la crisis actual de 2020, nuevamente  China debe presentar un mejor desempeño y debe llegar en 2021 con un PIB de US$ 31 trillones contra US$ 22 trillones de EUA, según el  FMI.

Así, los datos del FMI no dejan dudas de que  China viene presentando un desempeño económico excepcional en los últimos 40 años y que ya ultrapaso EUA como la mayor economía del mundo (en PPP). La cuestión de la pandemia del nuevo corona-virus debe reforzar estas tendencias de largo plazo que ya venían  reconfigurándose.

Recordemos la población y los casos y las muertes por COVID-19 en China, y en EUA y en el mundo a principios de mayo: China con 1,44 billón de habitantes (18,5%) del total global, tuvo apenas 2,3% de los casos de COVID-19 y apenas 1,9% de las muertes, en cuanto EUA con 4,2% de la población global tuvo un tercio de los casos (33,3%) y tuvo 27,6% de los óbitos de COVID-19. En número de casos por millón  China quedo en 57,6 por millón, contra 3.589,5 de EUA. Y en los casos de muertes: China tuvo 3,2 óbitos por millón y EUA 207,2 óbitos por millón.

Por lo tanto, China – mismo siendo el epicentro original de la pandemia – consiguió ser menos impactada en términos de mortalidad y también en términos económicos. China va a volver más pronto y más rápido à la “normalidad”, en cuanto EUA poseen un largo camino todavía por delante

Así,  China que ya venía  ganando espacio en la economía mundial antes de la pandemia de convida-19, debe ampliar sus ventajas geo-estratégicas después de la pandemia. Esto porque los efectos de emergencia sanitaria fueron en el sentido de fortalecer el Estado y de enflaquecer el Mercado. El poder de los gobiernos centrales tienden a ganar destaque en el mundo post-covídico y el “Consenso de Beijing” tiende a prevalecer sobre el “Consenso de Washington”

El decálogo del Consenso de Washington, que tuvo mucho suceso después del fin de la Guerra Fría y de la importancia del poder unipolar de EUA, quedo desfasado delante de la nueva coyuntura internacional.

Consenso de Washington

·    Disciplina fiscal y bajo déficit público;

·    Focalización contra gastos públicos en educación, salud e infraestructura;

·    Reforma tributaria;

·     Liberalización financiera;

·     Tasa de cambio competitiva;

·      Liberalización del comercio exterior;

·      Eliminación de restricciones al capital externo;

·      Privatización y venta de empresas estatales

·      Desregulación de las relaciones con trabajadores

·      Propiedad intelectual.

Ya las características del Consenso de Beijing– que fueron menospreciadas en el  auge de la era neoliberal – parece que encuentran cada vez más respaldo en un mundo en que el mercado está en crisis y las democracias no consiguen atender las demandas de las diversas poblaciones nacionales.

Consenso de Beijing

·  Promoción de las economías en que la propiedad estatal continúe siendo dominante;

·   Promoción de cambio competitivo, con mudanzas graduales para evitar choques y control cambial para evitar la especulación;

·   Políticas de promoción de las exportaciones (Export-led growth) con protección de la industria local y de los sectores estratégicos del país;

·   Reformas de mercado, pero con control de las instituciones políticas y culturales;

·  Centralización de las decisiones políticas y de las estrategias de proyección nacional.

·   Reforma Incremental, con Innovación y Experimentación,

·   Capitalismo de Estado (en oposición al Planeamiento Socialista o Capitalismo de “Mercado Libre”)

·   Autoritarismo político y social – “con relativo consenso popular y con apoyo total de ASEAN, acuerdo político-económico exclusivo de China en el Sudeste Asiático (JLB)- (en oposición à la “democracia neoliberal”)

Evidentemente, el impacto de COVID-19 en el sistema internacional será complejo. La globalización y la democracia ya estaban siendo cuestionadas antes. Donald Trump, con su “America First” ya venía destruyendo diversos acuerdos internacionales, debilitando el dominio global y actuando contra el multilateralismo.

La guerra comercial entre EUA y China está lejos de una solución y el presidente Trump amenaza retomar el aumento de las tarifas aduaneras en medio a la pandemia. Del otro lado, China contra-ataca en varios frentes, inclusive avanzando en la creación de una moneda digital para agilizar las transacciones y minar la hegemonía internacional del dólar. La semana pasada, el Banco del Pueblo de China (BPC), -equivalente a los Bancos Centrales, anuncio el lanzamiento, en carácter experimental, de una cripto-moneda – el Digital Renminbi – que funciona como un bitcoin, más de forma centralizada y con respaldo en dinero real, emitido por BPC. O Renminbi digital será usado inicialmente apenas en las ciudades de Shenzhen, Suzhou, Chengdu y en la provincia de Hubei (epicentro original de la pandemia de coronavirus). La nueva moneda puede ser un golpe fatal no solo para el dinero de papel (que es transmisor del virus de COVID-19) sino también a la hegemonía do dólar.

En China, ya hay centenas de millones de consumidores acostumbrados a pagar por compras sin dinero, usando aplicativos populares para Smartphone. Así, el gigante asiático está años-luz al frente de  Estados Unidos en acabar con el papel-moneda de la moda antigua. Ahora, el BPC está haciendo un experimento que puede marcar el inicio de una nueva corrida económica, desafiando la supremacía del dólar americano. Para Washington, o Renminbi digital amenaza no solo retirar el poder financiero global del dólar americano, sino también reducir la capacidad de EUA de aplicar sanciones económicas a sus adversarios.

De esta forma, el mundo está delante de una disputa entre los “Consensos” geo-estratégicos globales, que puede acelerar la posibilidad de ambos  países caer en la “Armadilla de Tucídides”, como muestra el escritor y profesor de la Universidad de Harvard, Graham T. Allison, en el libro: “Destined for War: Can America and China Escape Thucydides’s Tramp”. La creciente disputa entre las dos potencias que pretenden la hegemonía global puede dirigirse no solo al debilitamiento del gobierno global, sino hasta mismo hacia un conflicto bélico

Sin duda,  China y el  este asiático deben emerger de la actual crisis con prestigio y poder aumentados. Todo indica, que los cambios geo-estratégicos caminarán más para el lado del Consenso de Beijing, de que para el Consenso de Washington.

Asia – con más de la mitad da población mundial – tiene un número mucho menor de casos y de muertes por COVID-19. China ya está con varias ciudades y varios sectores económicos abiertos y funcionando. Vietnam volvió a las actividades a partir del lunes (04/05), aunque que de manera progresiva y controlada.

El resultado de la emergencia sanitaria internacional, probablemente, favorecerá a los gobiernos fuertes en detrimento del Estado mínimo. Las propias banderas de los derechos humanos deberán salir de la crisis enflaquecida después que varias excepciones fueron implementadas durante la pandemia. Es claro que este mundo pos-covídico no será ninguna utopía.

José Eustaquio Diniz Alves
Columnista de EcoDebate.
Doctor en demografía, link do CV Lattes: 
http://lattes.cnpq.br/2003298427606382

Agregado del Traductor del texto

Recordemos que quince países de Asia concluyeron el 15 de noviembre de 2019 un acuerdo  multilateral con China:

“China consolida su posición de liderazgo económico a nivel internacional. Las autoridades del país han impulsado la creación de la zona de libre comercio más grande de todo el mundo. La iniciativa se centra, fundamentalmente, en la supresión de aranceles sobre las mercancías y ha sido presentada durante la 35ª cumbre de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, que dirige China) celebrada en Bangkok. Está previsto que, además de China, otros 14 países -Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y los diez estados parte de la ASEAN- firmen el acuerdo en 2020.

El pacto fue propuesto inicialmente en 2012, pero había permanecido en suspenso desde entonces. Ahora, China, sumida en una agria disputa comercial con Estados Unidos, ha encontrado apoyo suficiente como para reflotarlo. Los encargados de promover el acuerdo a lo largo de la cumbre han sido el primer ministro chino Li Keqiang y Le Yucheng, viceministro de Asuntos Extranjeros del país. 

El nuevo tratado se conoce como Asociación Económica Integral Regional (RCEP, según sus siglas en inglés) y aglutinará bajo su paraguas a una tercera parte de la población y la producción mundiales. Keqiang ha asegurado que la zona que abarcará el acuerdo es, asimismo, la que tiene “un mayor potencial de desarrollo del mundo”.

Los diferentes líderes mundiales que han participado en el foro confían en que la iniciativa repercuta positivamente en el bienestar de los ciudadanos y ayude a los países del área a afrontar con mayores garantías los desafíos económicos mundiales.” Especial para Posta Porteña de J.L.B.


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