Se refresca como todos los años, la discusión en torno a la Huelga con la que la clase trabajadora respondió a la consumación del golpe cívico-militar, corolario de un lustro de deterioro de la formalidad democrática. Es lógico, es razonable y necesario dada la continua incorporación de nueva militancia sindical y social, que quiere saber los pormenores de esa gesta y también de los balances particulares que se han hecho, más allá de que la burocracia sindical haya bloqueado siempre un balance general de todo el Movimiento Obrero.
La voluntad de ir a una Huelga para enfrentar la escalada militar que se avizoraba, nació junto con la propia CNT y fue una seña de identidad de la unidad recientemente alcanzada.
Ratificada en Congresos y otras instancias, se tenía conciencia sin embargo que no todas las corrientes le asignaban el mismo significado, ni la vinculaban a los mismos objetivos.
Para el sindicalismo institucional y conciliador, una Huelga era una moneda de cambio para negociar en mejores condiciones frente a un posible desborde autoritario, y mantener el statu quo alcanzado. Para el sindicalismo clasista, diverso y no siempre coordinado, era no solo una medida defensiva contra la prepotencia expuesta del estado capitalista; sino también una herramienta central para impulsar las concepciones de transformación social en ancas del poder de las fuerzas obreras.
El 27, desde la madrugada en algunos casos, y ya ocupados infinidad de lugares de trabajo, la clase trabajadora adentro y la vecindad organizada afuera; asumieron el papel histórico de defender las libertades y el derecho a una vida digna para el conjunto de los sectores explotados y oprimidos.
La dirección de la CNT reunida, “convalidó” con un Paro de 24 horas una Huelga General ya instalada.
Los 15 días de Huelga terminarían mostrando la capacidad de la mayoría de la CNT para desarticular y neutralizar todas las medidas que podían profundizar la Huelga y por lo tanto hacerles perder el control de la situación, frente al creciente protagonismo de las organizaciones de base.
Mostrarían también que la ausencia de una perspectiva unificada o coordinada del clasismo, le restaron influencia en el seno de la clase en lucha, más allá de la entrega y la voluntad férrea de seguir la Huelga. Nos debemos y le debemos a las nuevas generaciones de militantes, un análisis detallado y a fondo de lo que hicimos, lo que no hicimos y lo que debimos haber hecho en las distintas circunstancias que se dieron.
BARAJAR Y DAR DE NUEVO…
La derrota de la Huelga y el alto precio pagado posteriormente por la clase; no impidió que la resistencia a la dictadura se hiciera presente dentro y fuera del país.
Si la Huelga mostró el protagonismo central de nuestra clase en esa hora crucial, lo mismo ocurriría con los largos 12 años que siguieron. Miles de presos, destituidos, exiliados, muertos y desaparecidos.
Sindicatos que se mantuvieron abiertos. 1ros. De Mayo que se recordaron clandestinamente. Intentos de centrales amarillas que se abortaron. Infinidad de campañas solidarias para sostener a los más jodidos. Recién después que los dictadores perdieran el plebiscito del ’80, otros sectores de la sociedad se animaron a levantar la cabeza.
Ese protagonismo proletario se coronó sobre fines de la dictadura con un reflotar incontenible de las organizaciones sindicales, estudiantiles y cooperativas en ancas de una juventud que no rehuyó la responsabilidad y dijo presente.
Pero como las fuerzas de la conciliación nunca duermen, los repatriados, el sistema político reorganizado y los que se escondieron durante la larga noche; se conjuntaron para reventar el combativo e independiente Movimiento Social surgido de la resistencia.
RESTAURACIÓN Y ALTERNANCIA
Con el retorno de la “normalidad democrática” el sindicalismo institucional se fijó nuevas tareas. Poner una losa sobre el pasado reciente y bloquear un balance ineludible, adaptarse a las condiciones capitalistas post-dictadura, e impulsar como “tarea histórica” la llegada al gobierno del “bloque social y político de los cambios”
Desarrolló un simulacro de oposición a la profundización neoliberal de los ’90 y a la crisis del 2002, y se subordinó vergonzosamente al ciclo de gobiernos progresistas. Hoy, arrojado al llano nuevamente y muy lejano todavía el 2024 para “retomar el proceso de cambios”; exhibe una indecorosa e histérica desorientación.
EL COVID 19, LAS CIFRAS DEL DETERIORO...Y POR FIN LA L.U.C.
La llegada de la pandemia y la emergencia sanitaria, puso sobre la mesa la fractura social que implica más de 400.000 trabajadores por fuera de la seguridad social.
La coalición conservadora en el gobierno aprovecha para desnudar la ineficiencia de los gobiernos progresistas en su supuesta redistribución de la riqueza.
El neoliberalismo abanderado históricamente en la denuncia del peso desmedido del estado, ahora no duda un segundo en ofrecer los seguros de paro como salvavidas a los sectores empresariales que necesitan ahorrar en salarios para mantener la sagrada rentabilidad. 200.000 trabajadores en el seguro de desempleo con una pérdida de al menos el 25% de sus ingresos.
Entre las primeras medidas del gobierno, estuvo la baja de salarios de los empleados públicos con sueldos superiores a 80.000 pesos líquidos, medida que contó con amplios consensos, muy favorable opinión pública y timidísimas críticas del movimiento sindical. Los miserables aumentos en los planes de asistencia del MIDES sólo tuvieron como respuesta una demagógica y meramente declarativa postura del PIT-CNT y del FA, reclamando una renta mínima también miserable, en el entorno de los 16.000 pesos para quienes están al margen de la seguridad social.
Al mismo tiempo el gobierno anunció con firme convicción que no se aumentarán los gravámenes al capital, ya que de “nuestros empresarios” va a depender la reactivación económica post pandemia y creó el fondo corona virus para que en forma voluntaria las empresas y los trabajadores aporten de acuerdo a las que entiendan son sus posibilidades.
En resumen, se logra instalar la lucha contra la pandemia, como “causa nacional” y se hace invisible la contraposición de intereses de clase.
El déficit fiscal, que alcanzó en agosto/2019 a los 4,9% del PBI, el valor más alto en 30 años; se mantiene en el entorno del 5% pero a consecuencia de la crisis sanitaria se prevé que pueda llegar al 6 o al 7% al finalizar el año. En febrero, antes de la aparición del Covid 19, el desempleo se ubicaba en el 10,5 la cifra más alta de los últimos 13 años. Posteriormente, entre marzo y mayo, unas 170.000 personas fueron al seguro de paro tradicional por despido o falta de trabajo, y cerca de 70.000 más fueron enviadas al seguro de paro parcial en sus dos modalidades.
Finalmente el gobierno presentó al Consejo Superior de Salarios el planteo para la octava ronda del sector privado: un “puente” de 1 año con un ajuste del 3% en enero/21 o abril/21 y un correctivo en junio/21. Con la novedad de que a este correctivo se le restarán los puntos que haya retrocedido la economía en el mismo periodo. Es decir, que la perspectiva es ya abiertamente de una rebaja salarial generalizada.
En medio de la pandemia, y del confinamiento voluntario asumido por la mayoría de la población, el gobierno introdujo en el parlamento la tan anunciada y negociada LUC. Lo primero a señalar es que el proyecto de la LUC no contiene ninguna modificación en los grandes lineamientos políticos y económicos de los gobiernos progresistas.
En general la orientación es de profundización de dichas políticas, sobre todo en relación a la privatización de activos estatales, aumento de la injerencia de los privados en la educación pública, la flexibilidad laboral y el recorte del derecho de huelga, y el aumento de la represión contra los sectores más marginados y contra la protesta social; lo que va de la mano con una mayor impunidad de los miembros de los aparatos represivos.
La oposición frenteamplista, pese a los discursos para la tribuna, ya votó más de la mitad de los artículos de la LUC, y presentó como una gran victoria las modificaciones que se impulsaron para votarlas y otros artículos que se sacaron de la ley (desmonopolización de ANCAP, arriendos de ANTEL a privados) para incluirse en leyes más específicas. El PIT-CNT por su lado está amagando con impulsar un plebiscito contra la parte de la ley que no votó, mientras aprueba en cuentagotas algunas movilizaciones regimentadas y respetuosas de la emergencia sanitaria, para no hipotecar su rol de interlocutor válido. Su apuesta central al “diálogo nacional por el empleo” lo coloca del otro lado de la línea de confrontación necesaria para enfrentar esta embestida contra el Pueblo Trabajador.
LAS RESERVAS SOLIDARIAS DE LA CLASE Y EL PAPEL DEL CLASISMO
De todos lados, barrios, Sindicatos, simples grupos de mujeres y hombres de nuestra clase; se organizaron ollas populares y armado de canastas para ejercer la solidaridad indispensable con los más castigados por el parate económico por el virus, sumados a la legión que ya venía sufriendo la falta de trabajo, de vivienda, de perspectivas ciertas… Como militantes del sindicalismo clasista, hemos estado desde la hora cero en esta tarea, sin ceder a cooptaciones ni colaboraciones interesadas, y tratando de hacer de la olla una tarea colectiva, donde no haya “el que da” y “el que recibe”, sino tan solo ayuda mutua.
Más allá de que esta tarea solidaria va a seguir, la coyuntura nos interpela y nos exige intervenir decididamente en el conjunto del drama de nuestra clase, que una vez más va a ser el que pague la crisis, si se lo permitimos, claro.
-Seguiremos aportando al conjunto de las organizaciones que están haciendo punta en la calle contra la LUC, pero enfrentando el conjunto de las leyes anti obreras que se vienen.
-La propuesta de rebaja salarial lisa y llana para los privados y un presupuesto raquítico para los públicos y para el gasto social; son temas que pueden habilitar un pico de lucha.
-Hay que tener una presencia mucho más activa en la lucha contra UPM 2 y todos los proyectos depredadores, y renovar la disputa por una matriz productiva que ponga en el centro el bienestar del Pueblo Trabajador y no la rentabilidad del capital.
-Los esquemas represivos y los dispositivos de control social, que se perfeccionan y se tecnifican permanentemente, deben ser denunciados y enfrentados con mecanismos propios de los explotados y oprimidos. Se necesitan fortalecer las expresiones clasistas e independientes en el Movimiento ya organizado, pero sobre todo ayudar a la organización de los sectores de la clase que están a la intemperie, que son la mayoría.
El crecimiento en conciencia y organización del conjunto de la clase, de todos sus sectores, de todos los ámbitos específicos; es condición ineludible para enterrar la casta sindical y social institucional, burocrática, conciliadora y adherida al estado. Es la única salida para terminar con el régimen de explotación y no ser cooptados o desviados a los innumerables callejones sin salida que nos pone por delante el sistema.
Y tendremos que rescatar de nuestra mejor historia, el enorme potencial de la Huelga para dirimir el eterno conflicto entre el capital y la clase trabajadora.
Eso es lo principal a destacar este 27 de junio. La Huelga General no como un simple hecho del pasado, sino como herramienta de las luchas futuras.
Claro que para que esto sea así, es condición necesaria el analizar tanto los aciertos como los errores de las experiencias pasadas. No se trata de repetir mecánicamente experiencias anteriores, sino de reconocer que en un proceso de agudización extrema de la lucha de clases, la herramienta de la Huelga General tiene la potencialidad de adquirir un rol político central en el camino de la emancipación definitiva de la clase trabajadora y el pueblo explotado del yugo del capital.
Esto, claro está, a condición de que la misma no limite su planteo a la defensa de las libertades democrático burguesas, sino que se logre imprimirle por parte del clasismo, en lucha contra el reformismo, un programa de transformaciones profundas de la sociedad, que apunte a la abolición de toda explotación, y que se enmarque en un proceso general de luchas que adopte todas las formas y métodos necesarias para el triunfo de nuestra clase.
Preparemos la futura Huelga con la paciencia del obrero manual, con la dedicación de las maestras y enfermeras, con la férrea voluntad del obrero rural, con la inteligencia del joven proletariado informático, y con la pasión de quienes ponen su vida detrás de un sueño de justicia y libertad.
HOY COMO AYER, HUELGA GENERAL!!!
El papel de los civiles en la dictadura
GOLPISTAS AYER, EXPLOTADORES SIEMPRE!!!
Los grupos patronales, industriales, latifundistas, bancarios y comerciales fueron muy activos protagonizaron la DICTADURA. Las cámaras empresariales no solo prohijaron y se beneficiaron del golpe sino que aportaron cuadros para la administración dictatorial.
En la Asociación Rural, la Asociación de Bancos, la Cámara de Industrias y la Cámara de Comercio; representamos al conjunto del empresariado nacional que estuvo detrás del golpe de estado.
LOS PRESIDENTES DE FACTO 1- Juan María Bordaberry entre el 27 de junio de 1973 y el 12 de junio de 1976; 2- Alberto Demicheli, entre el 12 de junio de 1976 y el 10 de setiembre de 1976; 3- Aparicio Méndez, entre el 1 de octubre de 1976 y el 1 de setiembre de 1981 y 4- el general Gregorio Álvarez entre el 1 de setiembre de 1981 y el 15 de febrero de 1985. 5-Rafael Adiego Bruno los últimos 15 días.
LOS MINISTROS DE FACTO. En Economía y Finanzas : Moisés Cohen, Raúl Pazos, Alejandro Vegh Villegas, Valentín Arismendi, Walter Lusiardo, y nuevamente, Alejandro Vegh Villegas.
GANADERÍA Y AGRICULTURA: Benito Medero, Héctor Albuquerque, Julio Aznárez, Estanislao Valdés Otero, Juan Carlos Cassou, Félix Zubillaga y Carlos Mattos Moglia.
TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL: José Enrique Etcheverry Stirling, Marcial Bugallo, Carlos Maeso y Luis Alberto Crisci (además del coronel Néstor Bolentini)
EDUCACIÓN Y CULTURA: Edmundo Narancio, Daniel Darracq, Raquel Lombardo de Debetolazza, Juan Bautista Schroeder y Armando López Scavino.
INTERIOR: Fueron todos militares. Néstor Bolentini, Hugo Linares Brum, Manuel Núñez y Yamandú Trinidad.
DEFENSA: Walter Ravenna y Justo M. Alonso. Los de Relaciones Exteriores: Juan Carlos Blanco, Alejandro Rovira, Adolfo Folle Martínez, Estanislao Valdés Otero y Carlos Maeso.
INDUSTRIA Y ENERGÍA: Luis Meyer, Adolfo Cardozo Guani, Francisco Tourreilles, Juan Chiarino Rossi y Felisberto Ginzo Gil.
SALUD PÚBLICA: Juan Bruno Iruleguy, Justo M. Alonso, Antonio Cañellas y Luis Givogre.
TRANSPORTE Y OBRAS PÚBLICAS: Eduardo Crispo Ayala y Eduardo Sampson.
El MINISTERIO DE JUSTICIA, creado por la dictadura, estuvo como ministro inaugural Fernando Bayardo Bengoa y lo siguieron Julio César Espínola y César Frigerio.
EL CONSEJO DE ESTADO O PARLAMENTO DE FACTO. En total fueron Consejeros de Estado de la dictadura 113 hombres y mujeres. El primero empezó sus funciones en 1973 y fue encabezado por el “caudillo” blanco, el Dr. Martín Recaredo Echegoyen.
El segundo funciono a partir de setiembre de 1976 y fue presidido por el Dr. Hamlet Reyes.
INTENDENTES. En Montevideo estuvieron los doctores Víctor Rachetti y Juan Carlos Paysée. En Artigas, Basilio Bargato; en Canelones, Gervasio González; en Cerro Largo, Juan José Burgos; en Flores, Pedro Ramos Mañé; en Lavalleja, Juan Salaberry Olascoaga y Oribe Pereyra Parada; en Paysandú, Walter Belvisi; en Rivera, Ariel Pereyra y Adolfo Gutiérrez; en Rocha, Milton de los Santos; en Salto, Néstor Minutti; en San José; Juan Chiruchi; en Tacuarembó, Norberto Bernachín y en Treinta y Tres, Ruben Silveira Zuolaga.
La mayoría venían o pertenecían al Partido Colorado o al Partido Nacional, en ningún caso fueron expulsados.
Los que promovieron la militarización y el golpe de Estado siguen ahí: y sus apellidos se pegan a las multinacionales de hoy: Manini Ríos- Sanguinetti- Gaggero-Bordaberry- Gallinal- Mailhos-Lecueder-Romay- Novick-Campiglia-D´Aremberg-Mena-Damiani-
HOY SEÑALAMOS TAMBIÉN A LOS CIVILES DE LA DICTADURA, QUE FUERON GOLPISTAS EN 1973, Y QUE VIVEN DE NUESTRO TRABAJO AYER HOY Y SIEMPRE!
MILITANTES CLASISTAS
por la reconstrucción de la Tendencia