15.JUL.20 | PostaPorteña 2127

FINANCIARIZACIÓN, ¿Qué Evidencia Empírica?

Por ASTARITA

 

Una de las tesis más populares en la izquierda es la referida a la FINANCIARIZACIÓN

Rolando Astarita 15 julio 2020.

La misma dice, en trazos gruesos, que las finanzas impusieron su hegemonía sobre el capital productivo a finales de la década de 1970. Desde entonces, las finanzas realizarían una sistemática punción de plusvalía sobre el capital industrial, agrario o mercantil, provocando la caída, en el largo plazo, de la acumulación.

A resultas de este proceso, habría una tasa de rentabilidad constantemente más elevada de las actividades financieras por sobre las productivas. Y el neoliberalismo sería la expresión política de esa hegemonía financiera. De ahí que la contradicción dominante en la sociedad estaría planteada entre las finanzas y los pueblos; o entre las finanzas y la producción. La contradicción entre el capital y el trabajo pasaría a segundo plano.

En oposición a ese enfoque, en una nota de 2010 (aquí) sostuve que no existían pruebas de que el capital financiero hubiera obtenido, a partir de 1980, una tasa de ganancia permanentemente más alta que el capital no financiero. Las finanzas figuraban entre los sectores de rentabilidad más elevada, junto a otras actividades muy rentables. Por caso, informática y servicios de salud en los 1990; petróleo y construcción de viviendas, en los 2000. Pero además, si se incluía la crisis de 2008-09, datos recogidos por el BIS mostraban que la rentabilidad en el sector financiero había sido, a partir de 1995, más volátil que en el sector no financiero, pero no sistemáticamente más elevada. Hasta el día de hoy no encuentro que alguien haya respondido con datos esa nota.

Un Informe McKinsey 2020

Recientemente la consultora McKinsey publicó un informe, “The Great Acceleration”, elaborado por C. Bradley, M. Hirt, S. Hudson, N. Northcote y S. Smit (aquí), que refuerza lo expresado en 2010. El trabajo compara las valorizaciones bursátiles de las diferentes ramas de la economía en EEUU como índices del beneficio de largo plazo implicado en el mercado (los precios bursátiles están fuertemente vinculados a las ganancias de las empresas) y muestra que con la actual crisis se acentuó la distancia en la valorización bursátil entre las ramas de mejor desempeño, y las de peor desempeño.

O sea, las empresas que estaban a la cabeza de la lista antes del estallido de la crisis, aumentaron la distancia con respecto a las peores: entre diciembre de 2018 y mayo de 2020 el quintil superior de compañías aumentó su beneficio económico implicado en la valorización del mercado en 336.000 millones de dólares. Las del quintil inferior, en cambio, lo vieron disminuir en 303.000 millones. Las seis primeras ramas fueron semiconductores, farmacéuticas, productos personales, software, tecnologías hardware y medios. Los seis peores bienes de capital, seguros, bancos, finanzas diversificadas, servicios públicos y energía.

Pero no se trata solo del último período de crisis. Entre 2015 y 2018 las ramas con beneficios promedio más elevados fueron semiconductores, medios, software, farmacéuticas, tecnologías hardware y productos personales. Las seis últimas fueron seguros, servicios públicos, finanzas diversificadas, telecomunicaciones, bancos y energía. O sea, tres ramas del sector financiero –seguros, finanzas diversificadas y bancos- entre las de peor variación en la capitalización.

Una vez más presento datos que no encajan en la tesis de la financiarización. Sospecho, sin embargo, que me van a responder de nuevo con el silencio. Lo cual es muy conveniente para seguir con el relato “políticamente correcto” de la izquierda “políticamente correcta”. Agrego: en algunos ámbitos académicos a esto le llaman “ciencias sociales”.


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