28.JUL.20 | PostaPorteña 2131

La Infernal Máquina Brasilera de Lavar Dinero

Por PepeEscobar/JLBerterreche

 

Como un esqueleto guardado en el armario, el caso Banestado vuelve a surgir. Una retomada de las investigaciones puede retornar a volver  a destacar a los barones de las finanzas, próceres de la Operación Lava Jato y figuras repetidas del sistema político

OUTRASPALAVRAS   y la interminable Crisis Financiera BRASILERA

Por Pepe Escobar, en Asia Times

Traducción de: Juan Luis  Berterretche (Para PostaPorteña)

Dos décadas después de un terremoto político, un potente temblor secundario que debería sacudir Brasil está siendo recibido con un silencio cómplice.

Lo que ahora es llamado de “novedades del Banestado” y “CC5gate” es algo parecido con el antiguo caso WikiLeaks: una lista publicada por primera vez de manera íntegra, dando nombres y detallando uno de los mayores casos de corrupción y lavaje de dinero del mundo en las últimas tres décadas.

Ese escándalo puede proporcionar el saludable ejercicio de aquello que Michel Foucault reconociera como una “arqueología del saber”: sin entender esas nuevas informaciones, es imposible colocar en el debido contexto eventos que van de los sofisticados ataques de Washington a Brasil  inicialmente vía NSA [National Security Agency (Agencia de Seguridad Nacional norte-americana)], espiando el primer mandato de la presidente Dilma Rousseff (2010-2014) hasta la  operación “Lava Jato”, que puso en la cárcel a Luis Inácio Lula da Silva, y abrió el camino para la elección del presidente fascista Jair Bolsonaro.

El crédito para la investigación  periodística de esta trama de guerra híbrida orwelliana debe ser tributado, más una vez, a la prensa independiente. El pequeño sitio Duplo Expresso,l iderado por el joven y valiente  abogado internacional Romulus Maya, radicado en Berna, fue quien publicó la lista por primera vez.

Una épica reunión  de cinco horas junto a los tres principales protagonistas de la denuncia del escándalo, al final de los años 90, y que ahora se disponen a confrontarlo nuevamente: el entonces gobernador del Estado de Paraná, Roberto Requião, el promotor federal Celso Tres y el ahora superintendente jubilado de la Policía Federal, José Castillo Neto.

Anteriormente, en otra reunión Maya y el antropólogo Piero Leirner, principal analista de la guerra híbrida de Brasil, me informaron sobre las innúmeras complejidades políticas de las informaciones, en cuanto discutíamos la geopolítica en el Sur Global.

Las listas de CC5 están aquiaqui e aqui. Veamos lo que las torna tan especiales

El Mecanismo

En 1969, el Banco Central de Brasil creó  lo que vendría  a ser conocida como la “cuenta CC5”, para facilitar empresas y ejecutivos extranjeros en la transferencia legal de pequeños activos para el exterior. Por muchos años, el flujo de caja en esas cuentas no fue significativo. Entonces en los años 90, todo mudó, con el surgimiento de una grande y compleja movida criminosa enfocada en el lavaje de dinero. 

La investigación original del Banestado comenzó en 1997. El promotor federal Celso Tres quedósorprendido al descubrir que, de 1991 a 1996, el equivalente a nada menos que 124 billones de dólares habia sido transferido para el exterior. Al final de cuentas, durante toda la existencia de esa movida (de 1991 a 2002), el total escalaria para 219 billones de dólares situando el Banestado en el centro de uno de los mayores esquemas de lavaje de dinero del mundo en todos los tiempos.

El informe del promotor Celso Tres dio origen a una investigación federal, que partió de Foz de Iguazú  estratégicamente situada en la triple frontera Brasil, Argentina y Paraguay, donde los bancos locales lavaban fondos enormes a través de sus cuentas CC5.

Cómo funcionaba el esquema: los “doleiros” (cambiadores de divisas) del mercado negro, en complicidad con funcionarios de los bancos y del gobierno, hacían uso de una enorme red de cuentas bancarias, en nombre de cómplices de empresas fantasmas, para lavar recursos ilegales originarios de la corrupción pública, fraude tributario y crimen organizado, en especial por medio del Banco del Estado de Paraná (Banestado) en Foz do Iguazú. Por eso el caso fue llamado de “Banestado”

Hasta 2001, la investigación federal parecía no llegar a lugar ninguno, cuando entonces el superintendente de la Policía Federal José Castillo constató que la mayoría de las transferencias estaba, en verdad, cayendo en cuentas de la agencia de “Banestado” en New York. Castillo fue a New York en enero de 2002 para acelerar el necesario rastreo internacional de los fondos.

A través de una orden judicial, Castillo y su equipo revisaron 137 cuentas del Banestado en New York, acompañando el desplazamiento de 14,9 billones de dólares. En algunos casos, los nombres de los beneficiarios eran los mismos de políticos brasileros que actuaban en el Congreso, ministros y hasta ex-presidentes.

Después de un mes en New York, Castillo vuelve a Brasil con un informe de 400 páginas. A pesar de las evidencias indiscutibles, él fue separado de la investigación, suspendida entonces por, lo menos, un  año. Cuando el nuevo presidente Lula asume el gobierno en inicio de 2003, Castillo vuelve a la acción.

En abril de 2003, Castillo identificó una cuenta particularmente interesante en el banco Chase Manhattan, llamada “Tucano”  apellido del PSDB, liderado por el ex-presidente Fernando Henrique Cardoso (FHC), en el poder antes de Lula y que tuviera lazos muy próximos a las  máquinas políticas del presidente norte-americano Bill Clinton y del primer ministro británico Tony Blair.

Castillo fue fundamental en creación de una Comisión Parlamentar de Investigación (CPI) sobre el caso “Banestado”.

Más, una vez, esa Comisión  no llevó  a lugar alguno. No hubo siquiera la votación de un informe final. La mayoría de las empresas y negocios tenían acuerdos con la Receta Federal de Brasil así se cerró cualquier posibilidad de acción judicial en lo que respeta a la sola negación de impuestos.

 En esencia, los dos mayores partidos políticos, el PSDB neoliberal, de FHC, y  el Partido de los Trabajadores, de Lula que jamás enfrentaron de hecho las maquinaciones imperialistas y la clase rentista brasilera participaron activamente para enterrar una investigación profundizada del caso.

Además de eso, al suceder a FHC, Lula, de forma consciente o tal vez en la intuición de preservar la gobernabilidad, tomó “Banestado” con la decisión estratégica de no investigar la corrupción tucana (PSDB neoliberal, embalada por una serie de privatizaciones deshonestas.

Los promotores de New York llegaron a punto de preparar una lista especial del “Banestado” para Castillo, con lo que realmente importaba para el proceso criminal: el circuito completo del esquema de lavado de dinero, presentando los fondos inicialmente remitidos de forma ilegal para fuera de Brasil, por medio de las cuentas CC5; su pasaje a través de las agencias, en New York, de los bancos brasileros envueltos; hasta llegar a las cuentas y fondos fiduciarios de los paraísos fiscales (por ejemplo, Caimán, Jersey, Suiza); para sólo entonces retornar a Brasil bajo  la forma plenamente lavada de “inversión extranjera”, cuando entonces se prestarían al uso real y gozo de los beneficiarios finales, los verdaderos dueños del dinero.

En tanto, el Ministro de Justicia brasilero, Marcio Thomaz Bastos, fue nombrado por Lula,  para el avance de las investigaciones. Como nota metafórica el superintendente Castillo dijo: esto  me impidió volver a Brasil con el cadáver del crimen”

Aunque Castillo nunca tuviera en sus manos ese documento crítico, por lo menos dos diputados brasileros, dos senadores, dos promotores federales, que más tarde ascenderían a la fama como “estrellas” de la operación Lava Jato, Vladimir Aras y Carlos Fernando dos Santos Lima lo obtuvieron. Por eso, es como documento llamado de “bolsa de difunto” nunca fue encontrado en los procesos criminales en Brasil y es además un misterio complementario a cubrir todo el enigma.

En cuanto eso, existirían informes “no confirmados” (varias fuentes se esquivan en registrar eso) de que ese documento puede haber sido usado para extorsionar a los culpables, mayoritariamente billonarios, que figuran en la lista.

El condimento extra, en la esfera judicial, está en el hecho de que el juez estadual acusado por algunos de enterrar el caso “Banestado” no era otro que Sergio Moro, la figura auto asumida como el Elliot Ness de los trópicos, que en la siguiente  década alcanzaría la condición de súper-estrella, como el capo di tutti capi del Lava Jato y de ahí por consecuencia, ministro de justicia de Bolsonaro. Moro acabó renunciando y ahora ya está, de hecho, haciendo campaña para concurrir a la presidencia en 2022.

Y aquí llegamos a la  conexión tóxica “Banestado-Lava Jato”. Considerando especulaciones, sobre el supuesto modus operandi de Moro en el Lava Jato, de alterar nombres en los  documentos con la finalidad de poner a Lula en la cárcel, el desafío ahora sería probar si Moro “vendía” “no-condenaciones” en el caso “Banestado”. El disponía de una disculpa legal conveniente: sin el “cuerpo del crimen presente” en el proceso criminal en Brasil, nadie podría ser considerado culpable.

A medida que nos sumergimos en detalles atormentadores el “Banestado” se parece cada vez más con el hilo de Ariadne que puede develar el comienzo de la destrucción  de la soberanía de Brasil. Un cuento lleno de lecciones a ser aprendidas por todo el  Sur Global.

El rey del dólar paralelo

En aquella situación  épica, Castillo hizo sonar una alarma cuando se refirió a 17 millones de dólares que habían transitado por la filial del Banestado en New York y después, de todos los lugares del mundo posibles, acabó siendo enviado para Paquistán. El y su equipo descubrieron eso apenas algunos meses después del  11 de setiembre. Le envié algunas preguntas sobre el asunto y él respondió, por medio de Romulus Maya, que sus investigadores pueden desenterrar todo nuevamente, un informe indicaría el origen de esos fondos.

Es la primera vez que esas informaciones son divulgadas y sus ramificaciones pueden ser explosivas. Estamos hablando de fondos dudosos, posiblemente de operaciones con drogas y armas, que salen da la triple frontera, que históricamente es uno los grandes nódulos de operaciones clandestinas de la CIA y del MOSSAD.

El financiamiento puede haber sido proporcionado por el llamado rey del dólar paralelo, Dario Messer, vía cuentas CC5. No es secreto que los operadores del mercado paralelo en la  triple frontera están todos conectados al tráfico de cocaína de Paraguay y también a evangélicos. Esa es la base de lo que Romulus Maya, Piero Leirner que ya caracterizamos como la “Evangelización” de la cocaína

Messer es un engranaje indispensable en la máquina de reciclaje asociada al tráfico de drogas. El dinero viaja para paraísos fiscales bajo protección del imperialismo, y debidamente lavado,  resucita gloriosamente en Wall Street y en el  centro financiero de Londres, con los bonos extras para Estados Unidos disminuir parte de su déficit en cuenta corriente. Esto da  para entender la “exuberancia irracional” de Wall Street.

Lo que realmente importa es la libre circulación de cocaína; escondida por qué no? En una inusitada carga de soja lo que, de esta manera, garantiza la salud del agro-negocio. Esa es una imagen duplicada de la ruta de heroína de la CIA en Afganistán, que yo ya  detallé en otro lugar.

En términos políticos, Messer es, antes de más nada,  el anillo perdido crucial de la relación con Moro. Hasta una gran publicación como O Globo fue forzada a admitir, en noviembre pasado, que los negocios sombríos de Messer fueron “monitoreados” sin tregua por dos décadas, por diferentes agencias de inteligencia norte-americanas, en Asunción y en Ciudad del Este, Paraguay. Moro, a su vez, es un triunfo para dos diferentes agencias norte-americanas el FBI y la CIA , además  del Departamento de Justicia.

En esa  trama compleja, Messer puede ser el comodín. Pero también existe un Halcón Maltes, y, como aquel inmortalizado en el filme clásico de John Huston [a partir de la obra literaria homónima de Dashiell Hammett], existe apenas un Halcón Maltes. Él está actualmente en un cofre en Suiza.

Me refiero a los documentos oficiales originales, presentados por la gigante de construcción civil Odebrecht para la operación  Lava Jato, que fueron indiscutiblemente, “el principio” por la propia empresa, pero también, “tal vez”, en sociedad con el entonces juez Moro y el equipo de acusación liderado por el tránsfuga Deltan Dallagnol.

Y eso fue hecho no apenas con el objetivo de incriminar a Lula y a las personas próximas a él, sino también, estratégicamente, para excluir cualquier mención a individuos que no debían, bajo hipótesis alguna, ser traídos à luz… o a los bancos de los tribunales. Y, si, usted adivinó, si pensó en el rey del dólar paralelo, lo que todo indica,  es apoyado por Estados Unidos.

El primer impacto político serio que siguió a la liberación de los trascendidos del caso Banestado es que los abogados de Lula, Cristiano y Valeska Zanin, finalmente, y de forma oficial, solicitaran a las autoridades suizas la entrega de los originales.

El ex-gobernador Roberto Requião, fue el   único político brasilero en  pedir públicamente a Lula, en febrero, que buscase los documentos en Suiza. No es sorpresa que Requião sea ahora la primera figura pública de pedir a Lula que haga publico todo  su contenido, cuando el  ex-presidente ponga las manos en él.

La lista real, no adulterada, de personas envueltas en la corrupción de Odebrecht está repleta de grandes nombres incluyendo  la elite judiciaria.

Confrontando las dos versiones, los abogados de Lula pueden, finalmente, ser capaces de demostrar la fabricación de “evidencias” que llevaron a la  prisión de Lula y también, entre otros desdoblamientos, al exilio del ex-presidente de Ecuador Rafael Correa, la prisión de su ex-vicepresidente Jorge Glas, la prisión del ex-presidente Ollanta Humala y su esposa y, más dramáticamente, al suicidio del ex presidente Alan García.

La Patriot Act brasilero

La grande cuestión política ahora no es descubrir al gran maestro manipulador que enterró el escándalo del “Banestado” hace dos décadas. Como detalló el antropólogo Piero Leirner, lo que importa es que la apuración de las informaciones contenidas en las  cuentas CC5 del caso se concentren en la  maquinaria de como la corrupta grande burguesía brasilera, en asociación con políticos y agentes del Judiciario (nacionales y extranjeros), se entronizó como clase rentista y, así, funciona eternamente sumisa y controlada por los archivos “secretos” del imperialismo

Conocimiento inédito de la lista de cuentas CC5 del “Banestado” puede permitir el reconocimiento del sentido de los lances políticos por tras del fracaso reciente de Lula. Tratase de una guerra de espectro total (“híbrida”), donde hacer guiñadas no es una opción. El  proyecto geopolítico y geoeconómico de destruir la soberanía de Brasil y transformarla en una sub-colonia imperial está venciendo, sin duda

El potencial explosivo de esos  del Banestado y de CC5gate pode ser medido por la  reacción de los  diversos limited hangouts [“mediadores coactivos” o “entregadores limitados” o, en una vieja terminología sindical, “pelegos”]: un silencio estruendoso, que abarca partidos de izquierda y medios alternativos supuestamente progresistas [N. del T.: comenzando por el portal Brasil 247, donde el sitio Duplo Expresso y la persona de su coordinador son sistemática e impiedosamente descalificados por su sospechoso director, el periodista Leonardo Attuch, a quien Paulo Henrique Amorim identificara como un prestador de servicios periodísticos del banquero Daniel Dantas]. Para el gran periodismo, por su turno, para quien el ex-juez Moro es una vaca sagrada, un trascendido como ese es considerado, en la mejor de las  hipótesis, una “historia antigua”, “fake news” o hasta mismo no más que una “farsa”.

Lula está delante de una decisión fatídica. Con acceso a nombres hasta ahora  mantenidos en las sombras por el Lava Jato, él puede ser capaz de detonar una bomba de neutrones y modificar todo el juego político, exponiendo un forúnculo de ministros del Supremo ligados al Lava Jato, promotores federales, promotores estaduales, periodistas y hasta mismo generales que recibieron fondos de Odebrecht en el exterior. Sin hablar de traer para los reflectores al rey del dólar paralelo, Dario Messer, quien, de hecho, controla el destino de Moro. Eso significa, en última instancia, apuntar un dedo directamente para el estado profundo de Estados Unidos. No va a ser una decisión fácil de tomar.

Ahora está claro que los acreedores del Estado brasilero eran, originalmente, deudores. Cruzando las cuentas, sería posible cerrar el círculo contable del legendario “desequilibrio fiscal” de Brasil exactamente en el  momento en que esa plaga es embanderada, más una vez, con la intención de diezmar los activos del precarizado Estado brasilero. El ministro de Finanzas, Paulo Guedes, neo-pinochetista y líder de la hinchada de Milton Friedman, ya avisó que va a continuar vendiendo empresas estatales como si no hubiese mañana.

El plano B de Lula seria cerrar un tipo de acuerdo que enterraría todo el dossier exactamente como la investigación original del “Banestado” fue enterrada hace dos décadas en la tentativa de preservar la lideranza del Partido de los Trabajadores como una oposición  domesticada, sin tocar aquello que se tornó lo esencial de la cuestión: cómo y por qué Guedes está vendiendo el Brasil.

Esa parece ser la opción preferida de Fernando Haddad, que perdió la elección presidencial para Bolsonaro en 2018 y es una especie de versión brasilera de Michelle Bachelet, ex-presidente de Chile. Él es un neoliberal avergonzado, que sacrificaría todo para tener más una chance de ascender al poder, posiblemente en 2026.

Si el Plano B acontece, él puede  empujar la ira de los sindicatos y movimientos sociales la clase trabajadora brasilera de carne y hueso, que está  en las puertas de ser diezmada por el neoliberalismo y por la unión tóxica de la versión brasilera, inspirada en EUA, del Patriot Act, con esquemas militares que lucran con la Evangelización de la Cocaína.

Y todo esto después que Washington con suceso casi destruyó la campeona nacional Petrobras, uno de los blancos iníciales del espionaje de la NSA. Zanin, abogado de Lula, también agrega que tal vez ya sea tarde demás que la “cooperación informal” entre Washington y la operación Lava Jato, en términos del Decreto 3.810/02, era, en realidad, ilegal.

 ¿Que es lo que Lula va a hacer?

Según las informaciones a partir del caso “Banestado” una  primera lista Vip de la investigación fue elaborada. Ella incluye el actual presidente del Superior Tribunal Electoral y ministro del Supremo, Luis Roberto Barroso, banqueros, magnates de la información e industriales. El promotor de la operación Lava Jato, Deltan Dallagnol (procesador de Lula), por su vez, parece ser muy próximo de la corte judiciaria neoliberal instalada en el Supremo Tribunal  Federal (STF)

A lista VIP puede ser leída como un esquema de las prácticas de lavado de dinero de los brasileiros del 0,01% ? estimados en aproximadamente 20.000 familias detentoras de la deuda interna brasilera de casi un trillón de dólares. Una gran parte de esos fondos fue reciclada para volver a Brasil como “inversores extranjeros” a través del esquema CC5 en la década de 1990. Y fue exactamente así que la deuda interna de Brasil explotó.

Todavía, nadie sabe, en detalles, donde el torrente de dinero sucio, lavado por el “Banestado”, realmente acabó llegando. La “bolsa de difunto” nunca fue formalmente reconocida como haber sido traída de vuelta de New York, y nunca entró en ningún proceso criminal. No en tanto, el crimen de lavado de dinero puede ser considerado como continuado ? y, así, su prescripción no sería aplicable. Por tanto, alguien o algunos, podrían ir para la cárcel. Parece que, en breve, no va  a ser el caso.

En cuanto eso, patrocinado por el Estado Profundo de los Estados Unidos, por las finanzas transnacionales y por los operadores de las elites locales algunos uniformados y otros de toga el golpe de guerra híbrida en cámara lenta contra  Brasil  se continua extendiendo, día a día, aproximándose del dominio del espectro total.

Lo que nos lleva a la cuestión clave final: ¿que va  a  hacer Lula al respecto?


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