Antes había un esclavo dócil que habitaba en la mansión del amo y un esclavo bravo que trabajaba en las plantaciones. No cuesta mucho imaginarse al primero sirviéndole la comida al amo vestido elegantemente y tampoco cuesta mucho imaginar la piel negra y sudada del otro cosechando el algodón.
En los tiempos modernos tenemos dos tipos de esclavos, te guste o no te guste que te canten las verdades. Unos se ponen a la fuerza (una Dictadura es una Dictadura) una pieza que les cubre el rostro tal cual se tratara de enfermos o criminales, pieza harto molesta y que cultiva todo tipo de gérmenes, hongos, bacterias y porquerías. Otros gustan de adornar la argolla y lamer el cabestro y entonces se compran una linda y paqueta pieza para cubrir el rostro, pues consideran que es más lindo una argolla de oro que una de lata.
¿Es amable esto que digo? No, amable no es ¿Hay que ser amable siempre? No, no hay que ser amable siempre ¿Por qué diablos estás escribiendo esto? Por una concepción que tengo de la salud y la belleza.
Guardarse lo que uno piensa genera enfermedad y este concepto de la salud difiere del concepto de salud de la "medicina". Uno es un vehículo de energías, y esas energías deben venir al cuerpo y salir trasmutadas y nunca quedarse guardadas en un lugar que debe dispararlas so pena de corromperse. Creo también que la gente que dice lo que piensa es más bella que los cobardes que se guardan lo que piensan, pues para todos nosotros, los esclavos de ahora y los esclavos del pasado, siempre el valiente es más hermoso que el cobarde.
Marcelo Marchese
a) Uno de los muchos efectos perturbadores del coronavirus ha sido poner en evidencia a ciertas estructuras de poder, más o menos subterráneas, que actúan en forma cada vez más determinante en el mundo y “ha destruido la estructura económica/socialcon unos 20 millones de personas que, hoy, cobran del Estado. Antes del año 2003 los que recibían un monto del Estado eran alrededor de 7 millones de personas y en 2002, esa cifra representaba al 20,4% del total de la población; ahora es no menos del 43%, en Argentina.
Es decir que, desde el 20 de marzo de 2020, el poder gubernamental totalmente cruel radicalizado manteniendo millones de empleados estatales cobrando sus sueldos, en Argentina, sin integrar salud/economía/libertad, aplica formulaciones paradigmáticas articuladas en supuestos “filosóficos político/científico” con sus ejes articuladores logrando alcances de un Estado "corral", que dirige a la sociedad como un objeto de rebaño a consumir en este desenlace de destrucción total
El suscripto, ya, no siente identificación absolutamente alguna con ningún integrante de esta “civilización” en ningún orden social y científico al ser una peligrosa burlesca simiesca parodia siniestra considerando que, ya, no tiene sentido él existir.
Osvaldo Buscaya
OBya Psicoanalítico (Freud) / CABA - Argentina - 24/7/2020
Se me cayó Fernando Moyano.
Le hicieron efecto los informavirus de las 19:00 hs
Ele Jota
“¿De qué afinidad ideológica me hablás?”: la respuesta de Mujica sobre el vínculo con los Kirchner
El expresidente y actual senador uruguayo José Mujica se defendió de las críticas que el gobierno de Luis Lacalle Pou hizo sobre su accionar en la política exterior. “No me jodas”, respondió, fiel a su estilo, en varias oportunidades. E ironizó sobre los episodios que vivió con varios mandatarios durante su gestión. En su columna radial en M24, impostando […]
El expresidente y actual senador uruguayo José Mujica se defendió de las críticas que el gobierno de Luis Lacalle Pou hizo sobre su accionar en la política exterior. “No me jodas”, respondió, fiel a su estilo, en varias oportunidades. E ironizó sobre los episodios que vivió con varios mandatarios durante su gestión.
En su columna radial en M24, impostando la voz, comentó: “Dicen que la política exterior debe ser conducida por el interés del país y no por afinidades ideológicas”. Y agregó: “Se ponen serios y nos critican a nosotros como si hubieran descubierto el agujero del mate, como si hubieran inventado la rueda. Eso es lo que hacemos todos. Podemos tener simpatía, concordancia, lo que se quiera, pero en la política exterior siempre, todos los gobiernos luchan por tratar de, directa o indirectamente, arrimar algunos porotos, algún garbanzo para los intereses del país, y siempre fue así”, dijo enfático.
Mujica puso más ejemplos de contactos que tuvo con otros mandatarios. “Cuando [Enrique Peña] Nieto, el presidente de México, asume y pasa por el barrio, le doy un asado que casi lo mato de tanto que comió en la pecera de Suárez, y quedamos como chanchos. Yo tratando de tapar un agujero que había hecho, alguna declaración y nos habían cortado la exportación de carne y todo lo demás. ¿De la afinidad ideológica con Nieto? No me jodas”.
¿Cómo van a explicar que me comí un viaje a la Antártida con mi compañera, junto a Piñera y su señora esposa, haciendo diplomacia presidencial, bancándome el frío y todo?
El expresidente prosiguió en esa línea. “La señora [Hillary] Clinton. Ohhh… ¡Vino al cambio de mando cuando asumimos nosotros! La jefa del Departamento de Estado me trajo un regalo, un cascote que no sé lo que era, de vidrio. Muy amable la señora y me dice: ‘Le voy a poner una embajadora como usted precisa’, y me puso una petisa morocha, de origen dominicana, que se había criado en el Bronx [N: en referencia a Julissa Reynoso]. Era abogada pero no parecía. Fue una craaa, pudo arreglar el lío de las naranjas. Veinte años haciendo gestiones para vender naranjas. Lo arregló por cuestiones personales”, dijo.
“Nos endilgan que teníamos relaciones exteriores en función de la concordancia ideológica”, dijo Mujica. Y enseguida replicó: “¿Cómo van a explicar que me comí un viaje a la Antártida con mi compañera, junto a Piñera y su señora esposa, haciendo diplomacia presidencial, bancándome el frío y todo…. ¿Sería por afinidad ideológica? No me jodas”