29.JUL.20 | PostaPorteña 2132

Las cosas que están pasando Es cosa de no creerlas

Por varios

 

Irracionalidad abrumadora

 

Marcelo Marchese 27.07.2020

Tuve un amigo que era algo traidor y un poco miserable y al mismo tiempo, a su manera, generoso y sobre todo, como poeta, inusualmente valiente y magistral y sus mejores páginas están a la altura de las mejores páginas de la literatura.

¿Qué conjurara a mis espaldas o robara un libro o un disco para venderlos y comprar alcohol o drogas, desmerece la calidad de su poesía? En absoluto. Sólo un tonto dejaría de entrar a una casa porque su arquitecto fuera nazi o sionista.

Mirada de cerca la vida de los artistas que admiramos, en muchos casos, muchísimos, resultará aterradora. El artista, en general, es un ególatra, cuando no un obseso.

Primero está él, luego él y en tercer lugar él. Esto no quiere decir que no ame a la humanidad. Si el amor a la humanidad fuera un instinto, ese instinto lo tiene desarrollado de una manera superlativa, sólo que es un amor a la humanidad que pasa a través de él mismo. El artista se reconoce a sí mismo en la humanidad y reconoce a la humanidad en sí mismo.

Si es un artista que de verdad conmueve y no un mero adorno, con certeza habrá trasmutado su dolor en arte, como si se tratara de un alquimista, y si ha trasmutado su dolor en arte es porque ha sufrido bastante y con certeza ese sufrimiento lo ha dejado abollado, condición que define a los artistas conmovedores que admiramos, acerca de los cuales, si fuéramos suficientemente sabios, además de admirarlos, sentiríamos piedad.

En el cielo hay ángeles, al parecer, y en el infierno, según dicen, hay demonios. Aquí, a mitad de camino estamos nosotros, los hombres, llenos de defectos y virtudes...

-No estarás justificando a Daniel Viglietti ¿verdad?

-De momento estoy presentando hechos.

-Los hechos deberían incluir la violación que salió a luz.

-La acusación parece sólida, aunque sé bien de bien y por experiencia propia que las cosas que se dicen de uno a veces son ciertas pero no siempre son ciertas: llegaron a mí noticias de cosas que hice que sé mejor que nadie que no hice, así que conviene, por excepción, detenerse a pensar.

Lo interesante es cómo algunas personas de izquierda negarían los hechos aunque vinieran por añadidura con pruebas contundentes. En esto no difieren en absoluto de algunas personas de derecha, pues a unos y a otros les importan más los dogmas que las verdades.

A nadie le gusta que se altere un mito o la imagen de un prócer, sea Jesucristo, Artigas o Viglietti, una suerte de apóstol de la izquierda, pues uno deposita cosas de sí en los mitos y en los próceres. Al mismo tiempo, los que tengan motivos políticos para odiar a Viglietti creerán a pies juntillas la acusación. La verdad, de esta manera, no habrá avanzado un centímetro.

En cuanto a los hechos hay algunos puntos a considerar.

Se equivocan los que plantean que la denuncia es falsa pues en caso contrario la víctima hubiera hablado hace cincuenta años. Las personas que piensan así no se han preguntado por qué una niña guarda el secreto ¿Si a ti te violaran lo divulgarías a los cuatro vientos?

Si bien el post de Nelson Díaz acusa a Viglietti de violaciones a menores, el post de la sobrina de Viglietti habla de un abuso. Una cosa es una violación, que es algo horrible, y algo diferente es violaciones. Luego, la sobrina habla de abuso, y si bien una violación es un abuso, también existen abusos igualmente condenables que no llegan al grado de violaciones, así que aquí tenemos un problema con el término.

Lo que sí está comprobado es que para la familia de Viglietti, o para parte de su familia incluyendo a su medio hermano, cometió un abuso, y ese relato familiar llegó a nosotros. Casi siempre estas acusaciones son ciertas, pero no en todos los casos son ciertas.

Vi de cerca cómo alguien se comió una acusación falsa de abuso, acusación hecha por la madre de la víctima, pero llamada a declarar la víctima la acusación se derrumbó y el abusado a la postre, a causa de la acusación falsa y reveladora de un deseo oculto de la madre, fue el acusado. También, como muchos otros, conocí de cerca un caso de abuso y sé lo difícil que es denunciarlo.

Así que si queremos juzgar, las pruebas por ahora apuntan contra Viglietti, pero, como sabemos, en un juicio que se precie de buscar lo justo, no alcanza con que las pruebas apunten, hay que confirmarlas y escuchar directamente a la víctima. Uno puede tener su casi total certeza, o su intuición, pero no alcanza con eso. Se dijo que una esposa de Viglietti se separó apenas se enteró del caso, pero también se dice, y lo dice alguien muy confiable, que se llamó a esta esposa y que niega tal cosa. En suma, y esto no deberíamos olvidarlo nunca: una cosa es ser acusado y otra cosa es ser hallado culpable.

Hay algo que creo no se evaluó ¿Nadie pensó en la posibilidad de que Viglietti cometiera ese crimen y luego se arrepintiera sinceramente?

El arrepentimiento no corrige el daño causado a la niña, aunque supongo que en parte la ayudaría. No corrige el pasado, ahora, corrige el futuro. No digo que se haya arrepentido y tampoco digo que haya abusado. Sólo digo que hay cosas que nos faltan por saber, y también digo, como es evidente, que la inmensa mayoría de los casos de abusos y violaciones quedan soterrados, y que nuestra sociedad sufre este mal, y que estamos a mil millones de kilómetros de distancia de remediarlo. El pudor de la víctima, su honra, y otras cosas muy complejas que nadie nunca menciona y así estamos analizando la vida con medias verdades, son las principales armas del abusador.

Hace tiempo, cuando conocí a Dostoievski, pensé que en su juventud había hecho una gran macana, y concretamente pensé que en su juventud había llevado a cabo una violación. Un famoso crítico y traductor de Dostoievski pensaba lo mismo. Luego pensé que su culpa, la obvia culpa que sentía, podía ser resultado de otro acontecimiento donde hubiera entrado en juego de forma más tortuosa: Dostoievski asistió al asesinato de su padre por parte de sus siervos, y todo aquel que haya leído los Kamarazov sabe que este asunto de desear la muerte del padre no es algo muy alejado de los hombres, o al menos, de Dostoievski, Shakespeare y Sófocles.

Sea el primero o el segundo caso, el sentimiento de culpa de Dostoievski lo impulsó a escribir su obra y acaso fuera una manera de redimirse ante un pecado, un horror, o acaso fuera un producto de la imaginación, pues una cosa que al mismo tiempo se deseaba y no se deseaba, se concretó.

Un artista no debe ser juzgado por su vida privada, aunque fuera la vida del más perverso de los mortales, debe ser juzgado por su arte, y si alguien ahora dejara de emitir canciones de Viglietti por esta acusación, estaría actuando de forma igualmente perversa.

Esto no quiere decir que si la víctima quiere o puede hacer la acusación, alguien se oponga a que la verdad salga a luz. En estos casos los silencios no son condenables pues tienen sus razones.

Volviendo a Viglietti, era un tipo solidario que iba a brindar sus canciones gratuitamente donde se lo necesitara. También era alguien altanero, que se creía a sí mismo una institución. Tal vez su altanería oficiaba de escudo por una macana del pasado, o tal vez fuera resultado de otra cosa. Nuestros héroes son lo que nosotros queremos que sean, no lo que fueron, y esto también aplica a los que odiamos.

Así que asombra este cubrir "a uno de los nuestros" y asombra este juzgar al vuelo sin dar lugar a la mínima defensa. Unos para aquí y otros para allá -el Coronavirus lo ha demostrado hasta el hartazgo- gozan con ser llevados de las narices.

Una vez más el diagnóstico es preocupante, pero el debate generado permite formular algunas preguntas ¿Por qué necesitamos héroes? ¿Por qué alguien viola o abusa de una niña? ¿Qué hechos de su vida hicieron que torciera el rumbo de esa manera? ¿Alguna persona cree que con más prisión se resolverá esto? ¿En la condena a la violación, y acá hacemos una pregunta prohibida, el único componente es el odio a la violación o hay algo más? ¿Estamos cerca o cada vez más lejos de corregir el mundo para que nunca más nadie se pierda de esta manera?

 

VAMOS A VER SI SOS TAN AMANTE DE LA VERDAD

 

El abordaje del tema Viglietti ha mostrado una vez más la irracionalidad que nos gobierna. Siempre ha sido así, siempre y por siempre el pensamiento será esclavo de la pasión, pero no sé si en los tiempos modernos alguna vez se había llegado al grado de irracionalidad actual, una irracionalidad que nos deja inermes ante futuros atropellos.

Uno de los puntos interesantes que desnuda este asunto es la necesidad de crear héroes, héroes que tienen las virtudes que les asignamos sin tener demasiado vínculo con la realidad.

¿Los que ponen en tela de juicio a Viglietti estarían dispuestos a poner en tela de juicio a Artigas? ¿Los que critican que Viglietti le hubiera cantado en su momento a la lucha armada, cuestionarían también a Mark Twain que hizo una encendida defensa del terror en la Revolución Francesa, terror que no llegó ni a los talones del terror aplicado por el Antiguo Régimen? ¿Se animarían a cuestionar el evidente culto a la violencia por parte de Homero o de cualquiera de los escritores que cantaron loas a las invasiones que perpetraron sus gobiernos? ¿Se animarían a levantar la voz cuando en Palestina se tortura y se mata y se prepara una nueva anexión?

No se animarían. Están en contra de la violencia... pero no te lo creas. Guardan respetuoso silencio, ahora, te hablan del holocausto, eso sí.

Están atentos a lo que pasó hace ochenta años, pero misteriosamente no se enteran de lo que ocurre bajo sus narices. En fin, esto da asco y todos sabemos cómo son las cosas y cómo bailan los monos al ritmo de las monedas, las treinta monedas de plata, que les arroja el Poder.

Te voy a contar un par de hechos sobre la vida de Artigas que nunca te contaron, pues no quiero que un día vengas haciéndote el chancho rengo y digas “A mí no me avisaron ¿por qué hablaron tan tarde?”

Lo primero es que cuando el Imperio Español necesitó una policía para controlar el territorio, o en rigor, cuando intentó crear una policía para intentar, vanamente, controlar el territorio, creó el Cuerpo de Blandengues cuyos integrantes, viejo método, serían delincuentes “arrepentidos”, pues estos manejaban la data de la operativa de los delincuentes. Artigas fue uno de esos delincuentes arrepentidos, cosa que, en un principio, se intentó ocultar.

Apenas uno se enfrenta al tomo 2 del Archivo Artigas, verá que el propio Artigas envía partes a las autoridades que refieren a cómo había asesinado a unos cuantos infieles, es decir, indios. También relata que en una ocasión entregó un niño a una estancia, que es una forma de decir que lo entregó como esclavo a algún amigo.

Cuando participa en el reparto de tierras de Azara recibe un lote para colonizar, pues el reparto de Azara buscaba colonizar y por eso se llevó a cabo en el norte. No sabemos qué cosas lo llevaron a Artigas a no colonizar, pero lo seguro es que no colonizó y vendió la tierra que le habían dado para colonizar.

Al mejor estilo empleado público, pide ser dado de baja a causa de enfermedad pero con todos los privilegios económicos asociados, y hace que un cirujano describa su enfermedad, y cómo ya le era imposible siquiera montar a caballo. Las autoridades españolas, conocedoras de las mañas de Artigas, le dijeron que siguiera trabajando, cosa que hizo, y siguió montando por muchos años al servicio del Imperio Español y luego, en el bando de los rebeldes.

Cuando comenzó la revuelta en mayo de 1810, una serie de personas que habían prestado servicio en el imperio español se pasaron al lado de los rebeldes. El Cuerpo de Blandengues se abocó a perseguir a los revoltosos, y no se habla mucho de eso, pero presumo que si los agarraban los fusilaban, pero, reconozco que esto es una presunción con mucho, pero mucho asidero lógico ¿Artigas se pasó al lado de los revoltosos? No. Se abocó a perseguir y atrapar revoltosos y en esa tarea cruzó el río Uruguay ¿Qué fue de los revoltosos que apresó? No lo sé. Ojalá alguien se dedicara a resolver ese asunto, aunque, pobre de él.

A los diez meses de iniciada la revuelta, y a partir de que tiene un problema con un superior por proteger a unos subordinados ladrones, o cuando descubre que a las nuevas autoridades no les cae en gracias y su carrera militar quedará trunca, o cuando requieren de los propietarios que presenten sus títulos de tierras, Artigas, tardíamente y el último, se pasa al otro bando o se sube al carro vencedor.

Podría seguir acumulando ejemplos, como cuando le planteó a los realistas un pacto para vencer a Buenos Aires, pero con lo dicho, alcanza ¿Alcanza? No, no alcanza, pues el pensamiento, como dije, es esclavo de la pasión y los razonamientos, normalmente, no hacen mella a las mentes apasionadas.

La pregunta siempre es ¿por qué necesitás un héroe? Creado el héroe lo vas a adornar con todo lo que precises. El héroe es cosa tuya, simplemente, proyectás en él porque necesitás proyectar en él. Son cuestiones de tu economía psíquica. Si tranzás en esto y en lo otro, y en lo de más allá, debés simbolizarlo. Si cedés un poder, otro lo debe tomar.

¿Sabías que luego de muerto los romanos elevaron a Julio César a la categoría de dios?

Marcelo Marchese

 

CUANDO LA DENUNCIA ES SUFICIENTE


Andrés Núñez Leites


https://leites.neocities.org


En estos días un escándalo inflama de indignación a muchos uruguayos: un hermano y una sobrina de un cantante de izquierdas muy popular, acusan al difunto artista de haber violado, hace décadas, a una niña de la familia. Quizá el artista haya sido culpable del crimen, o quizá se trate de un malentendido, o directamente de una mentira.

¿Cómo debiera decidirse cuál posibilidad es verdadera o probable?

Desde la Ilustración en delante, la noción de "debido proceso" se impuso como el camino más justo en términos de garantías para denunciantes y denunciados; una situación judicial en la cual, ante una acusación de la gravedad que fuere, cualquier persona tiene la posibilidad de aportar pruebas en uno u otro sentido, para que un tribunal imparcial decida si condenar o absolver.

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Luego están las pasiones. Una de las más perniciosas, con afectación irreversible del juicio racional, es el fanatismo partidario. "Partido" entendemos aquí en un sentido amplio, no sólo como organización político electoral. Hay, dentro del partidismo una variante particularmente perniciosa: el "angelismo", que atribuye a una determinada categoría social la coincidencia con el Bien, la superioridad moral, la inocencia absoluta. "Believe the victims" es posiblemente su última formulación.

La consecuencia es desastrosa, porque detrás de una pretensión moral de reivindicación de derechos y compensación de desigualdades históricas, se afianza una voluntad de imponer un poder asimétrico y una actitud revanchista, al pretender otorgarle a una categoría social específica, incluso modificaciones de la legislación penal mediante, ventajas judiciales perversas, tales que la acusación se traduzca inevitablemente en condena.

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Tanto el avance político de posturas explícitamente irracionalistas (como la del feminismo corporativo o el anti-racismo de izquierdas) como la lógica comunicativa regulada por los límites y posibilidades técnicas de las redes sociales (reducción de la secuencia de significantes, anonimato, etc.), ambientan un escenario propicio para un verdadero retroceso cultural.

Porque no sólo estamos presenciando a una muchedumbre de personas sin formación jurídica suficiente sumarse livianamente a lo que en Derecho se denomina "juicio paralelo", cosa de esperar, sino que estamos viendo sumarse al juicio exprés a personas que sí tienen tal formación, al menos formalmente, ya sea por interés político (se sabe desde Pareto: las élites ascienden manipulando el impulso de la indignación de las masas) o por lo que Viscardi diagnostica como descaecimiento de la intelectualidad local.

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Parece que la globalización, en lugar de llevarnos hacia una universalidad planetaria en el plano racional del pensamiento, nos hace retornar a una atávica fragmentación tribal, y que la necesaria crítica posmodernista de la relación entre los discursos científicos y el poder institucional, en lugar de llevarnos a una mayor sofisticación de la búsqueda científica y al "pensiero debole" que proponía Vattimo con su corolario de convivencia, respeto mutuo y moderación en el juicio, nos lleva a un subjetivismo para el cual los hechos son un dato irrelevante.

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El burdo uso partidista, por parte de militantes de izquierda en las redes sociales, de un caso de prostitución infantil (aún en proceso judicial, pero con muchos elementos de prueba) del cual son acusadas personas vinculables a la derecha, ambientó una respuesta igualmente manipulatoria desde el bando contrario al atacar sin oportunidad para la indagación y la duda, la memoria de uno de los más emblemáticos cantantes de la izquierda local.

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Detrás de cada condena moral precipitada e injusta en las redes por una denuncia no probada de un crimen grave, hay hijos, hermanos, parejas, madres, padres que sufren un daño psíquico y social significativo.

En esta guerra de juicios paralelos, juicios exprés, hordas virtuales y linchamiento mediático, puede haber victorias parciales, pero sobre todo hay una derrota permanente, la de nuestra cultura y la de nuestra libertad individual

 


Daniel Viglietti y un "secreto a voces":  lo que trajo la acusación de abuso contra el cantor

 

El músico fallecido en 2017 fue acusado de haber abusado de una menor cuando él tenía 27. ¿Por qué no se supo antes y qué pasa con la víctima?

BELÉN FOURMENT / Martes, 28 Julio 2020 El País

El nombre de Daniel Viglietti está en el tapete desde el fin de semana, a raíz de un posteo de red social que devino en una discusión pública llena de opiniones divididas, a la que no le faltaron matices políticos y que volvió a instalar la discusión sobre la posibilidad o no de separar a la obra del autor. Sobre todo, generó una nueva instancia para hablar en los medios masivos del abuso sexual.

El escritor y periodista Nelson Díaz, que trabaja en Radio Uruguay, escribió en su cuenta de Facebook que el músico “violó menores” y remató: “hablen con la familia y lo sabrán”.

El tema cobró mayor trascendencia tras una publicación de una sobrina de Viglietti -que luego dio de baja su perfil de Facebook-, en la que confirmaba las palabras de Díaz y ampliaba su versión de un caso de abuso sexual intrafamiliar ocurrido hace 54 años. “Mi tío Daniel a la edad de 27 años abusó sexualmente de una integrante de la familia cuando esta tenía 10”, señaló Lucía Viglietti Forner, quien aseguró que una parte de la familia del cantautor decidió ocultar lo ocurrido, y otra parte cortó todo vínculo con él. “No somos cómplices y no hicimos la denuncia ante la justicia porque la víctima nunca quiso denunciarlo”, siguió.

Un tercer posteo de Facebook realizado en enero de 2017 por Cedar Viglietti  -hermano de Daniel, radicado en México- y recuperado en las últimas horas fue la referencia definitiva al tema. “Muchos uruguayos se sorprenderían de un secreto que ha protegido a un abusador en mi familia. Lamentablemente todos lo ocultan para salvar el apellido (hasta la víctima lo hace) y si lo denuncio me acusarían de mentiroso”, dice aquel texto.

EL LUGAR DE LA VÍCTIMA Y EL IMPACTO DE ESTE CASO

“Hay que hablar y desmitificar estos delitos”

“La gente que no cree, no quiere creer, y siempre necesita una prueba que no se puede dar. La realidad del abuso sexual es que no tiene testigos, y que las víctimas hablan muchísimo tiempo después porque siempre fueron condenadas como culpables, siempre se las ignoró y siempre se negó”, dice  la vocera de la Intersocial Feminista e integrante de Cotidiano Mujer, Soledad González. “¿Y por qué una no habla si la víctima no habla? Porque la obligás a exponerse aunque no quiera. Y como es un delito que genera muchísima vergüenza, porque la gente no cree en las víctimas sino que descree y suele exponerlas y revictimizarlas como en ningún otro delito, hay que tener mucho cuidado”, explicó.

Al margen de la dimensión y las diferentes vertientes que tuvo esta acusación en redes sociales, el caso Viglietti es una forma de poner sobre la mesa, con alcance masivo, el tema del abuso sexual con la convergencia de varios focos: el abuso de menores, el intrafamiliar y el cometido por figuras de poder. La aclaración en torno al hecho en sí, a 54 años de sucedido, con una víctima que guardó silencio y un victimario fallecido, se prevé difícil de conseguir. Lo concreto es, sí, que en el núcleo familiar y por fuera de él, había conocimiento sobre lo sucedido.

Para González, lo que hay que enfatizar ante estas situaciones de alcance mediático es que “hay que hablar de estos delitos, desmitificarlos y romper el círculo de protección que tienen los ídolos para abusar a diestra y siniestra”.

En 2019, tras una acusación pública contra el cantante El Gucci, la Intersocial Feminista convocó a víctimas de abuso por parte de personalidades públicas, para brindar asesoría en el intento de vehiculizar las denuncias. “Y nos encontramos con que va menos gente de la que tiene vivencias de este tipo, nos encontramos con algunos nombres conocidos de personas públicas a las que ellas no están dispuestas a denunciar, porque enfrentar una denuncia es de un costo altísimo para la víctima, porque tocar el ídolo de alguien te destroza a vos”.

Ninguna de esas denuncias llegó a la Justicia, pero del grueso de denuncias de abusos de personas no públicas que reciben los colectivos, son muy pocas las que llegan finalmente a la Justicia. “Es un proceso mucho más difícil del que la gente imagina”, resumió.

La trascendencia pública de toda esta cadena tuvo su repercusión inmediata en las redes, donde incluso apareció por lo menos una referencia a otra víctima de Viglietti (sin más detalles que el señalamiento), por fuera del ámbito familiar.

Asimismo, se generó una oleada de críticas a Viglietti, con contrapartida de defensores que desestimaron las acusaciones o apelaron a la máxima de que a los muertos hay que dejarlos descansar. Viglietti falleció hace tres años y el 24 de julio fue recordado en ocasión de su 81° cumpleaños.

Es considerado una figura fundamental de la música nacional: referencia guitarrística para varias generaciones, difusor de la cultura y sobre todo, uno de los nombres de mayor peso en el canto popular latinoamericano. Es también un ícono del compromiso social y en concreto de la izquierda, lo que hizo que esta acusación, siempre en el terreno virtual, fuera llevada a una politización de un tema que trasciende partidos, clases y estatus.

Hasta ahora no hubo mayores declaraciones públicas sobre el tema. “Qué decepción saber lo de Viglietti y qué tristeza saber que nadie, en ningún ámbito, escapa a esta posibilidad”, manifestó la directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo, Fabiana Goyeneche. En tanto Carolina Cosse, candidata a la IM por el Frente Amplio, eliminó un tuit de días atrás en el que recordaba justamente el aniversario de Viglietti, una reacción que habla desde el silencio.

Y consultado ayer , el también candidato a intendente, Daniel Martínez, dijo desconocer los detalles y señaló que “es un tema que para opinar hay que informarse bien. Al boleo no me animo a opinar”.

“Dolor e indignación ante la declaración de sobrina de Viglietti. Apoyo y solidaridad con la víctima. Condena hasta muertos”, expresó en Twitter la cantautora Malena Muyala. “Domingo en shock. Quiero ir a abrazar a quien cargó más de 50 años con su secreto de violación intrafamiliar. Sólo pienso en la víctima. Y vuelvo a afirmar que es imposible separar a la persona del artista”, escribió Lea Ben Sasson. “Cada tanto recibís un cachetazo que te despierta brutalmente, sólo para que recuerdes dónde está el bien y dónde está el mal”, fueron las palabras de Laura Canoura.

Del otro lado, la escritora Verónika Engler se expresó largo y tendido sobre el tema y dijo: “Lo respetamos, admiramos y queremos, por eso me duele tanto la rapidez de mucha gente en apoyar acusaciones que hasta el momento no tienen fundamentos sólidos”. Su texto fue compartido, entre otros, por músicos como Ruben Olivera o Tabaré Rivero, quien agregó: “Daniel Viglietti (y todo hombre) es inocente hasta que se demuestre lo contrario”

La acusación pública que recae sobre Viglietti y que generó todas estas vertientes refiere a un abuso sexual intrafamiliar ocurrido entre 1966 y 1967, cuando él tenía 27 años (y una carrera artística ya en desarrollo, con al menos dos discos editados) y la víctima, 10. La identidad de la persona abusada, que hoy rondaría los 60 años, se desconoce

Lo único concreto es que al menos una parte de la familia de Viglietti conocía el hecho, del que también tenía conocimiento un circuito vinculado a la intelectualidad, la música y la poesía, tal como confirmó El País en las últimas horas. Una fuente detalló que tomó conocimiento de la situación por primera vez hace más de 15 años, y que con el paso del tiempo al menos dos personas más, de la misma órbita cultural, le hablaron del tema. Un encuentro fortuito con un familiar del cantor terminó por ratificar lo que, al menos en un sector específico y cercano al artista, era un secreto a voces.

Hermana de Viglietti da su versión sobre acusación: "No se corresponde con la realidad"

 

Silvia Viglietti, emitió un breve comunicado para hablar sobre la "acusación que me tiene como protagonista". 

Acusación por "violación de una menor" a Daniel Viglietti lanzada por el periodista Nelson Díaz y respaldada por una sobrina del músico fallecido, Lucía Viglietti Forner, generó repercusiones de todo tipo. 

Ahora apareció una voz que faltaba. 

Silvia Viglietti, hermana del músico, envió una carta a la redacción de El País donde asegura: "La acusación que se ha difundido, que me tiene como protagonista y aluden a mi familia, no se corresponde con la realidad", asegura en el comunicado sin agregar mayores detalles.

Silvia Viglietti es hermana del músico de parte de padre y tiene 60 años de edad en el presente. La declaración no está firmada de su puño y letra, sino digitalmente, De todos modos, El País pudo confirmar su identidad y autoría. 

Allegados a la mujer agregaron a El País que Silvia Viglietti emitió la misiva con el objetivo de "ponerle punto final al tema"

A continuación, el contenido completo de la carta: 

Ante los hechos de público conocimiento, me veo en la obligación de hacer la siguiente declaración. 
La acusación que se ha difundido, que me tiene como protagonista y aluden a mi familia, no se corresponde con la realidad.
Dicho esto, pido que se guarde respeto por mi persona y mi familia.
Es lo único que voy a expresar al respecto,
Silvia Viglietti.

La versión de Cédar Viglietti.

En las últimas horas, Cédar Viglietti, hermano de Daniel, también se pronunció sobre la acusación de violación hacia el fallecido músico. Lo hizo a través de una publicación en su cuenta de Facebook en la que ratificó  la denuncia que hizo pública Lucía, quien además es su hija. 

"Alborotado el avispero por una afirmación de mi hija Lucía Viglietti Forner y alimentada la morbosidad con mil opiniones de personas ignorantes de la historia de mi familia, solamente digo que siempre ?como lo he hecho? condenaré al violador y preservaré a la víctima. Ya fue dicho lo que tenía que ser dicho", expresó. 

No es la primera vez que Cédar Viglietti hace referencia a un "abusador" en su familia. Tres años atrás —también a través de Facebook— había publicado un mensaje en esa dirección


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