29.AGO.20 | PostaPorteña 2143

Nuevo Pacto Ecológico Europeo en el Plano de Recuperación Económica

Por Juan Luis Berterrectche

 

1    - Nuevo Pacto Ecológico Europeo (o European Green Deal) de reciente aprobación, del Plano de Recuperación Económica (o Recovery Fund), teniendo ahora el Pacto Ecológico un nuevo cronograma y nuevos objetivos

Texto de Mastellaro Baruzzi*, Jeferson Manhaes** y Thiago Munhoz Agostinho***

Traducción de Juan Luis Berterretche para PostaPorteña

En medio de los esfuerzos para enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus, la Unión Europea (UE) avanza en pasos largos en la estructuración de un conjunto de incentivos y obligaciones aprobando la protección de los recursos naturales, reunidos en el llamado Pacto Ecológico Europeo (o European Green Deal)

El Pacto, que ya venía siendo discutido por la Comisión y por el Parlamento Europeo, ganó empuje con el recién aprobado Plano de Recuperación Económica (o Recovery Fund), teniendo  ahora el Pacto Ecológico un nuevo cronograma que anticipó la implementación de acciones no sólo en el campo del uso de los recursos naturales, pero también en el perfeccionamiento del sistema tributario, de los servicios digitales y de las políticas comerciales externas.

El Pacto Ecológico es fruto del Acuerdo de Paris, ratificado en 2016 por la Unión Europea, y la Ley  Europea del Clima que, por su vez, estableció la meta de neutralidad de emisiones de carbono hasta 2050 y, ya para 2030, una reducción entre 50 y 55% de las emisiones (año base 1990). Para conseguir cumplir tales metas, diversos instrumentos integrantes del  Pacto Ecológico serán lanzados en corto plazo, entre 2020 y 2021.

Ese Pacto tiene ambiciones ambientales que van más allá  de las fronteras europeas: él tiene por objetivo proteger a su población de productos extranjeros que puedan ser ruines al medio ambiente y a la salud.Y también un pacto geoestratégico, al reafirmar el liderazgo europeo en la vanguardia de la protección ambiental. Ejerciendo una especie de “presanción ambiental”, la UE va a imponer la adopción de políticas y acciones compatibles al Bloque (UE) como prerequisito para las relaciones comerciales entre los países de la UE y terceros. El Pacto Ecológico tendrá un impacto directo en la economía brasilera, dado que, en 2018, 66% del total de inversiones extranjeras  directas fueron provenientes de la  Unión  Europea. Además de eso, el Bloque Europeo es el segundo mayor socio comercial de Brasil

Según World Resources Institute (WRI/CAIT),  Brasil figura entre los 10 mayores emisores de CO2, siendo la agricultura (en la cual se incluye alteraciones en el uso del suelo y deforestación) el sector que más contribuye con emisiones.En ese contexto, ciertamente, Brasil será presionado para adoptar acciones claras para reducir la emisión de CO2, bajo pena de no acceder al mercado Europeo.

Más allá  de lo agropecuario,  y para continuar siendo un importante actor económico en el escenario internacional, los productos intensivos en energía, como cemento y acero, tendrán que aumentar la utilización de fuentes renovables en su producción, reconociendo una progresiva transición para una matriz energética más limpia.

A título de comprender el alcance del Pacto, que  hace que  parte del European Green Deal el establecimiento de políticas sectoriales, que incidirán de los productos agropecuarios hasta los aparatos electrónicos. Por ejemplo, el programa De la hacienda al tenedor (From Farm To Fork), que se refiere a los productos agropecuarios, cuyo propósito es fortalecer los requisitos de sustentabilidad de la cadena de alimentos – englobando desde la producción, hasta el transporte, distribución  y consumo – de manera de asegurar que tenga un impacto ambiental neutro o positivo con relación a los recursos naturales (suelo, agua, aire, fauna, bienestar animal)

La medida va al encuentro, por ejemplo, con un estudio recién -publicado por la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) en la revista Science, según dice,  cerca de 20% de las exportaciones de soja y carne, de Brasil para la Unión Europea, provienen de áreas de desalojamiento. Ya el mecanismo de ajuste de carbono en la frontera (Carbon Border Adjustment Mechanism – CBAM), por ejemplo, establece que productos manufacturados fuera del Bloque Europeo paguen una “tasa de carbono” al ingresar en el Mercado Europeo cuando no tengan incorporado acciones para reducción de las emisiones en su proceso productivo o adquiridos créditos de carbono en el mercado. La finalidad es evitar lo que está siendo llamado de carbón leakage, o “basamento de carbono” e impedir una competición desigual, teniendo que  sectores productivos Europeos ya se posicionadoron en apoyo al mecanismo –con el ejemplo de la entidad sectorial para tubos de acero (la European Steel Tube Association – ESTA)

Pese a  no ser posible todavía ver los reflejos del Pacto Europeo en el ámbito de comercio internacional con claridad como estos procesos  contenciosos surgirán en tiempo de Acuerdos y Tratados internacionales existentes, está quedando cada vez más evidente la postura de la Unión Europea y de sus Estados-miembros, manteniendo  su protagonismo “verde”, que es exigir a todos la adopción de buenas prácticas, principalmente ambientales, en sus relaciones bilaterales y multilaterales. 

Como lo expresa, por ejemplo, el Comunicado de la Comisión Europea sobre el European Green Deal, que es enfático al afirmar que muchos socios internacionales no comparten la misma ambición que la UE y que la respuesta a los desafíos climáticos debe ser global. En razón de eso, afirma el Comunicado que el sistema de comercio internacional – por medio de la Organización Mundial de Comercio (OMC), debe realizar acuerdos bilaterales y de fórums multilaterales del G7 y G20 – será palco de fuerte actuación e influencia europea con relación a los temas de la agenda del Pacto Europeo.

Específicamente con relación al acuerdo UE-MERCOSUR, firmado en 2019 y cuya ratificación tuvo  resistencias, la cuestión ambiental desempeñará un papel relevante para esa definición, aunque  no sea el único factor a determinar,  en la conclusión  o no del Acuerdo. El acuerdo UE-Mercosur, cuando sea ratificado, abarcará  25% del comercio global y, aproximadamente, 1 billón de personas.

La preocupación  también incluye inversores privados, como evidencia el reciente episodio protagonizado por  entidades gestoras de fondos de inversión extranjeros, que solicitaron al Gobierno brasilero esclarecimientos sobre su política ambiental para protección de florestas y, específicamente, en la Amazonia.

Se nota también, en ese movimiento de adopción de estándares socio ambiental más riguroso, compromisos ya divulgados por grandes grupos empresariales –  ejemplo de Apple, que anunció su meta de emisiones neutras de CO2 hasta 2030 -. Políticas sustentables relacionadas a elocuentes inversores en utilización de materiales reciclables, energía renovable, disminución de desperdicio de recursos y mayor control de la cadena de abastecedores vienen siendo igualmente anunciadas por varios sectores productivos, volcados siempre a la disminución del impacto climático y ambiental y a la necesidad de acceso a consumidores cada vez más exigentes.

Independientemente del  resultado del acuerdo UE-Mercosur, el hecho es que el Pacto Ecológico, por medio de sus instrumentos definidos unilateralmente, impactará sensiblemente los sectores productivos brasileros exportadores para el Bloque Europeo y también las empresas multinacionales europeas con operaciones en Brasil, que tendrán que se adecuar a los protocolos y directivas de la matriz.

Al mismo tiempo en que parece ser inevitable que aspectos del Pacto Ecológico acaben siendo cuestionados junto a la OMC, no hay como negar el reflejo de una tendencia que, progresivamente, cadenas productivas enteras se tendrán que adaptar para que productos electrónicos, proteínas animales, granos, minerales, papel y celulosa, entre otros tantos productos sean producidos de forma más sustentables para acceso a los mercados – como en el caso del Mercado Europeo. La adopción  de buenas  prácticas, tales como las previstas en el Pacto Ecológico, será determinante y obligatoria para que las empresas y Países continúen integrados a la cooperación  económica multilateral y bilateral.

Evidentemente, la adaptación  a las exigencias del Green Deal  se coloca como un desafío adicional para la conclusión del acuerdo UE-Mercosur. Sin embargo, no se puede dejar de destacar la oportunidad igualmente presentada al Gobierno y al sector productivo brasilero, en el sentido de fortalecer su agenda de sustentabilidad así como los mecanismos de cooperación internacional que prevean  desenvolver investigaciones y tecnología de punta para lidiar con las cuestiones ambientales del futuro y el acceso a recursos naturales finitos. Además de eso, el cumplimiento de reglas del Pacto y  la introducción de mecanismos de “Geocompliance de la cadena productiva” garantizaran una relación comercial crucial para la economía del país en el futuro – mismo a pesar de la difícil relación diplomática que el país mantiene con el Bloque actualmente.

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*Lucas Mastellaro Baruzzies abogado del escritorio BFAP Abogados, cientista político, maestría  en Políticas Públicas en King’s College London, maestro en Derecho por la USP, abogado (PUC-SP) y cientista político (USP) y actúa con políticas públicas y relaciones gubernamentales

**Jeferson Manhaes es maestro en Relaciones Internacionales (Sorbonne), mostrando en Eco-Innovación (Paris-Saclay), especialista en la intersección entre Innovación y Sustentabilidad y su impacto en policía, con larga experiencia internacional, actual en la co-creación de soluciones que impactan tecnología y medio-ambiente

***Thiago Munhoz Agostinhoy abogado de BCBO – Buccioli Braz Oliveira Abogados Asociados, especialista en Derecho Tributario (FDUSP) y actúa en temas regulatorios y posee gran experiencia en servicios prestados a empresas, principalmente italianas, de grande, medio y pequeño porte

En EcoDebate, 07/08/2020

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 2   - Caracterización del gobierno fascista militar de Brasil de orientación neoliberal y su imposibilidad de un acuerdo con el reciente European Green Deal

Por Juan Luis Berterretche para PostaPorteña

El actual gobierno fascista militar de Brasil por varias razones es incapaz de modificar su orientación ideológica reaccionaria que lo pone en contradicción con los requerimientos de una política ecológica europea recientemente aprobada y además lo imposibilita de cualquier mínima inquietud ambiental.

Cuando hablamos de su carácter fascista nos referimos a innumerables declaraciones y repetitivas afirmaciones de su presidente Bolsonaro y del grupo de apoyo fascistoides que lo sigue.

Frases de Bolsonaro que lo encuadran en un pensamiento fascista indiscutible:

Nacionalismo Fuerte: “Brasil por encima de todos, Dios por encima de todos”

Frase de  Adolf Hitler.  “Deutschland über alles”, que significa, en español: “Alemania por encima de todo”

Contra los  Derechos Humanos Bolsonaro: "con nosotros no habrá esa política de derechos humanos. Esos bandidos van a morir porque no enviaremos recursos del Estado para ellos".

 Identificación de enemigos como causa unificadora, Bolsonaro: “Vamos unir Brasil por la voluntad de separarnos   a la vez del socialismo y del comunismo”.

Bolsonaro defiende la militarización de la enseñanza: defendió los gobiernos militares de la dictadura, diciendo que “aquella fue una época maravillosa”

Alto Nivel de sexismo: Frase direccionada a la Diputada Federal Maria del Rosario (PT): “Jamás la  violaría a usted porque no se lo merece.”

Obsesión con la idea de Seguridad Nacionaly Bolsonaro defendió que policiales militares tengan una “retaguardia jurídica” para que no sean condenados por homicidios.

 Se trata, para peor, de un fascismo subordinado abiertamente a EUA. Los innumerables y vergonzosos sometimientos de Bolsonaro al presidente reaccionario Donald Trump (EUA) transformaron a Brasil en un país dependiente del imperialismo yanqui sin ninguna clase de pudor y en la etapa de mayor decadencia y declive mundial del imperialismo norteamericano.

Su carácter militar lo expresan sus 6.157 militares en cargos civiles de responsabilidad gubernamental (Según el Tribunal de Cuentas 17 de Julio 2020)  En cargos de ministros son 10 militares de 22 ministerios. En los primeros meses de gobierno eran 2897 militares en cargos gubernamentales y luego de 2019 sobrepasaron los seis millares (6.157)) Lo que puede definirlo como una dependencia total del sector militar, sección sin ninguna clase de preparación para la administración gubernamental.

Entre sus integrantes gubernamentales se destaca el Vice-Presidente Antonio Hamilton Martins Mourão un militar obtuso de gran responsabilidad gubernamental que da apoyo incondicional al presidente Bolsonaro y a Paulo Roberto Nunes Guedes (ministro de Economía)  este último un “economista” de la “Universidad” neoliberal de Chicago.  Su  cartera ministerial absorbió el Ministerio de Hacienda. Desde que asumió se ha dedicado a la privatización de las restantes empresas estatales. Hasta ahora es el único esfuerzo político que se le conoce, al que se ha consagrado con su limitada y pobrísima “capacidad política” con el apoyo incondicional de Mourão.

Orientación económica de contaminación de las aguas por labores en minería. Sobre todo por la liberación de agua con alta concentración de metales disueltos a partir de residuos de minas. La minería es la causa principal de la polución de aguas subterráneas lagos, ríos y acuíferos. El peor estado en esta situación es Para, fundamentalmente por su extensa minería y en general todo tipo de industrialización destructiva de la naturaleza.

Son las florestas las que regulan todo el ciclo del agua influenciando directamente los regímenes regionales de lluvia. La destrucción sistemática de las arboledas y florestas con apoyo del gobierno fascista-militar por las necesidades de una economía abiertamente neo liberal, es una de las principales causas de la destrucción ambiental, y de la persecución abierta a las poblaciones indígenas de variadas etnias.

Contaminación urbana en Brasil: hay 3000 ciudades que producen residuos que se destinan a grandes basurales sin tratamiento de ningún tipo. El reciclaje de materiales alcanza en Brasil a sólo el 3%.

Todo esto indica que es imposible que Brasil, con el actual gobierno pueda girar a una política ambiental aceptable que coordine con el actual Pacto Ecológico Europeo. Pero, no solo el gobierno fascista-militar tiene contradicciones con el actual European Green Deal. Es que el gobierno actual es además ampliamente repudiado por la mayoría de Países Europeos, por su orientación económica-política-social, y de abierta violación de derechos humanos, especialmente de comunidades y etnias indígenas. Recordemos  que Bolsonaro anuló todas las medidas aprobadas de protección a indígenas contra el Covid 19. Lo que impulsó a una enorme actual recorrida de denuncia de las etnias indígenas brasileñas sobre toda Europa.


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