08.SEP.20 | PostaPorteña 2145

Cerdos para China

Por Luis E. Sabini Fernández

 

¡Qué oportunidad de desarrollo se ha perdido Uruguay!

 

Luis E. Sabini Fernández 3/9/20

China acaba de proponerle a  Argentina la producción de 9 millones de cerdos anuales que le permitirá reembolsar a la Argentina unos 3 mil millones de dólares.

Una prueba de nuestro desprecio por las oportunidades.

Así hemos perdido Aratirí, así algunos paniaguados han querido descartar UPM, segunda edición, aun cuando la primera esté garantizando cada vez más trabajo a los planteles sanitarios y oncológicos de Fray Bentos. ¡Siempre hay contras! ¡Piense usted por un segundo lo que podríamos hacer en Uruguay con 3 mil millones de dólares!

Por empezar solventar los gastos que el tren para UPM le va a significar a nuestro país.

No es que la formidable producción de celulosa que estamos por hacer no sea rentable; no sea usted mal pensado. Es que tarda un poco, tal vez algunas décadas, pero de ninguna manera van a ser siglos. De cualquier modo, sería providencial contar con unos miles de millones más, porque la apuesta a UPM, fabulosa y todo, sale de movida un poco cara…

Pero imagine el lector nuestro futuro; con florecientes plantaciones de pinos o eucaliptos un poco en todos lados y los camiones, burrrr, para aquí, burrr para allá transportando troncos. Y pasando al lado de enormes feedlot porcinos.

Los camioneros protestarán por el olor, pero podemos utilizar esos mismos camiones para incorporar al ciclo de las granjas porcinas –porque hay que aprender a ponerle los nombres adecuados, que suenen bien−y entonces, podrán los camiones, ir para un lado llevando troncos y para el otro, transportando los residuos del chancherío.

Claro que en lugar de jaulas para troncos, habría que implantarle a la camionada enormes bacinillas. Pero desmontables. Y cuando se termina con el segundo traslado, ya tenemos nuevos troncos (la celu irá por tren, ya está acordado, con lo cual se puede ocupar a full las carreteras con los trajines porcinos).

Con 9 millones anuales de cerdos, las carreteras del paisito se van a recargar, dicen los contras. Pero ya está estudiado. No más de 19 horas circulando. A la población le quedan 5 horas, estratégicamente calculables para seguir usándolas.

Uruguay, con unas 600 granjas gigantes de feedlot porcino, racionalmente repartidas en el paisito, habríamos alcanzado, sin mosquear los 9 millones anuales. ¡Lo que nos perdemos!

Porque, ¿qué son 600 establecimientos de cría y matanza para todo nuestro territorio? Una bicoca. Descontando los departamentos más recargados con soja o monocultivos forestales, y a Montevideo por su pequeñez, habría que pensar en unos 15 departamentos, así que con unos 40 establecimientos por departamento habríamos estado cumplidos.

Adaptando las áreas respectivas al cultivo de soja, pero transgénica, que contamina mejor, para satisfacer la cantidad de sustancia −eso que antes los principistas llamaban alimentos−, para los cerditos trans debidamente medicalizados, habría que producir unos 5 o 6 millones de toneladas anuales, lo cual significa duplicar la producción actual de soja GM del país, que anda hoy por aproximadamente la mitad. Claro que si la soja hoy producida, sigue yendo a otros destinos, habría que triplicar su producción.

Pero qué problema habría, suprimiendo algunos laboriosos productos de la huerta o un poco de pasturas para vacas y para ovejas que ya tenemos en franca disminución para poder producir en serie esos milloncitos de soja trans! Ya tenemos una total insuficiencia alimentaria en productos vegetales; ¿qué puede importar aumentar nuestra dependencia en ese rubro que cuesta tanto trabajo?, y en cambio aprovechar el negoción de los cerdos transgénicos (así como estamos gozando el privilegio de tener más y más pasteras en nuestro territorio).

Tal vez entonces, se nos diga –siempre hay críticos− que falta el agua para cubrir semejante producción. Pero ¿para qué están las represas, los bañados, las lagunas sino para cubrir tales déficit?

No faltarán los que siempre le ven el pelo al huevo que preguntarán donde alojar semejante masa cárnica. Pero los chinos tienen todo resuelto: podrán bordear nuestro río de la Plata (cada vez con menos pe) con embarcaciones de Colonia a Maldonado. Algunos cientos que, debidamente refrigeradas, podrán levantar toda esa producción a medida que se ponga a punto.

Nos faltará tierra para producir alimentos para nosotros, insistirán los contrelis. Pero si ya producimos a gatas la mitad de los vegetales que consumimos, ¿qué problema hay que tengamos que importar no ya el 50% sino el 100% de nuestra nuestros ingredientes para ensaladas, panes, guisos?

Con el negoción de los chanchos, podríamos tener dinero de sobra para comprar todo en la góndola global de firmas transnacionales que tanto te venden bananas como ingredientes para una sopa completa y de paso, zapatillas deportivas y rodados de automóviles… todo empleando los mejores ingredientes del mundo (p. ej., tienen un aglomerado primera marca, que funciona extraordinariamente bien para producir una sopa exquisita, de aquéllas, completita, y a la vez constituye un componente básico y genial de los techos aislantes de material liviano).

Pero, bueno, este negoción, nos lo perdimos. Por falta de iniciativa, seguro. Se lo llevan los argentinos, que son especialistas en ir estropeando cada vez más territorios con adelantos tecnológicos de última generación. Y en el mercado global, con su enorme extensión, nos llevan muertos.

Que vachaché.


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