08.SEP.20 | PostaPorteña 2145

Es Facundo. Berni, Kicillof y Fernández son responsables

Por RyR/DiegoValeriano

 

Finalmente en horas del mediodía, se confirmó que el cuerpo encontrado hace dos semanas en un cangrejal en la localidad de Teniente Daniel Cerri, pertenecía al joven Facundo Castro. La autopsia alcanzó a determinar que murió producto de una asfixia, aunque resta confirmar cómo fue que se produjo la misma. La confirmación a su vez se da en un contexto donde el Ministro de Seguridad de la Provincia, Sergi Berni y los medios de comunicación oficialistas, han atacado sistemáticamente a la familia y abogados de Facundo Castro, defendiendo el accionar de la policía y sembrando dudas sobre las pruebas aportadas por la familia. Berni incluso sostuvo que el abogado Leandro Aparicio “va a tener que dar explicaciones”.

En realidad, quienes deben dar las explicaciones son Berni y el gobierno provincial de Kicillof. En primer lugar, porque Facundo Castro desapareció luego de haber sido parado por dos controles policiales en Buratovich y en Origone. Los policías que lo pararon (Sosa, Corohuinca, y González) tuvieron varias inconsistencias en sus testimonios: señalaron que Facundo no tenía DNI, cuando finalmente se encontró su foto en uno de sus celulares, y, alternativamente, que se fue caminando o en una camioneta Honda del control. En tercer lugar, hay testigos que vieron como Facundo fue subido a uno de los patrulleros. Esta versión fue desmentida en una entrevista radial por el propio Berni, debido a la ausencia de imágenes del auto de los testigos en la zona en ese día. Segundos más tarde, el propio Berni admitió que dichas imágenes pueden ser adulteradas. En cuarto lugar, como resultado de todo esto se retrasó la investigación como “desaparición forzada” y se mantuvo hasta finales de junio como “averiguación de paradero”. Fue la familia, luego de que la policía local le haya impedido participar de uno de los primeros rastrillajes, que consiguió el cambio de carátula. En él mientras tanto, la negativa al cambio de carátula sirvió para bloquear la investigación sobre la bonaerense misma.

Pero las maniobras de encubrimiento no terminaron allí. De ahí en más intervino el fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez, cuyo accionar se ha caracterizado por el retraso en causas vinculadas a delitos de lesa humanidad. Esto fue denunciado años atrás por el kirchnerismo mismo, vía CELS.

Es decir, el propio espacio político que reconoce al fiscal como un personaje probado en el empantanamiento de causas, lo pone como responsable de una investigación en la que el propio gobierno tiene responsabilidades.

A pesar de las varias recusaciones por parte de la defensa, el fiscal se mantuvo al frente del caso, sin que Berni, Kicillof, o Fernández, se hayan pronunciado por su apartamiento. El mismo fiscal se negó a pedir la detención de los 4 policías (a los tres mencionados se suma Siomara Flores, la hermanastra de Corohuinca quién dijo haberlo levantado en la ruta), luego de que los mismos hayan entregado sus celulares y se observó que los 4 habían borrado conversaciones de WhatsApp, e incluso Flores había desinstalado la aplicación del 8 de mayo. Los pocos mensajes que se pudieron reconstruir son claramente incriminadores, allí se habla reiteradamente sobre el caso, intentando llevarse calma diciendo que “habían hecho su trabajo”.

Como si esto fuera poco, se encontró un objeto personal de Facundo en la Comisaría de Teniente Origone, a lo que la policía no pudo dar explicaciones de cómo llegó a ese calabozo. La familia de la novia de Facundo denunció amenazas por parte de la policía. Como vemos, Berni y Kicillof tienen mucho que explicar…

A pesar de esto, Berni continuó con la defensa de la Policía Bonaerense, mientras que Kicillof y Fernández lo mantuvieron en su cargo. La aparición de los restos de Facundo coincide a su vez con la zona en la cual un patrullero, según registro del GPS, se detuvo a 800 metros de allí el día 8 de mayo. Sí, el mismo día en que Siomara Flores borró la aplicación de WhatsApp. El GPS aparentemente también habría sido adulterado, ya que registró varios “saltos” en los movimientos de aquel día.

Por último, se dio a conocer un nuevo testigo. Se trata de una mujer, que fue conocida como testigo H, quién declaró haber levantado a un joven en Origone, con su camioneta Renault Oroch, luego del control realizado por el oficial González. La mujer dijo haber dejado a este joven sobre las vías de Cerri, y vio como caminó por allí, en las cercanías de donde fue encontrado su cuerpo. Esto apoyaría la hipótesis de que a Facundo le sucedió un accidente en el camino de Cerri. Sin embargo, la testigo sembró varias dudas entre la familia, debido a que entre la hora donde recogió a Facundo y la hora en el cual aparece en las cámaras la camioneta, indica que tuvo que haber circulado a por lo menos 170 kilómetros, y que en ningún momento la mujer puede asegurar fehacientemente que dicho joven se trataba de Facundo.

A pesar de todo esto, Berni continúa defendiendo a las fuerzas policiales, las mismas que alentó enfáticamente a comienzo de año en un spot. No se ha puesto al servicio de la familia, sabiendo que la fuerza que él dirige, que ya ha cometido varios crímenes a lo largo de los últimos años, aparece con claros elementos que arrojan sospechas sobre su accionar. Pero también son responsables Kicillof y Alberto Fernández.

El primero, por no haberle pedido la renuncia a Berni. El segundo, por tratarse del Jefe de Estado a nivel nacional, y al mismo tiempo integrar el frente político con Berni y Kicillof. Fernández ya guardó silencio cuando la policía tucumana desaparecía al obrero Luis Espinoza y tiraba su cuerpo en Catamarca. No podemos permitir más crímenes de Estado.

Cárcel YA para los responsables políticos y materiales de la muerte de Facundo Castro

Desplazamiento YA del fiscal Santiago Martínez

Por una comisión investigadora independiente

Fuera Berni y Kicillof

Razón y Revolución

02/09/2020

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LA GORRA SABE 

 

Diego Valeriano Publicado 3 septiembre 2020 en El Lobo suelto

La gorra sabe lo que puede. Siempre pudo y ahora sabe que puede un poco más, justo ahora que ni lo esperaba. Sabe cómo hacer que las pibitas se caguen de miedo cuando vuelven de noche, sabe cómo hacer que los guachos trabajen para ellos, sabe lo que puede un fierro. Saben descansar, verduguear, hacer crecer el miedo, mirar para otro lado. Saben qué calles esquivar cuando es necesario. Saben qué decirle a la novia linda del preso nuevo cuando llora toda triste en la comisaría. Saben hacer desaparecer. 

La gorra sabe de política. ¿Cómo no saberlo? Sabe cuándo atacar, cuándo correrse, que decir, cuándo pueden ir un poco más allá. Saben del odio y desprecio de la política a lo que vagabundea, a lo que no obedece, a lo que se escapa, a lo joven, a la vagancia. La gorra sabe que los necesitan, saben que ciertos territorios hostiles ellos caminan para que no los caminen otros. Saben qué hacer, entienden las consignas, las interpretan, las patrullan. Sabe el valor de la política sobre la vida y la diferencia entre un militante y un guacho.

La gorra sabe y si se la banca sabe más. Sabe que mañana, cuando Facundo sea olvido, cuando el ministro siga ahí boqueando sin filtro, cuando las panelistas griten otra cosa, sabe que pueden dar unos pares de trompadas más. Apretar más tranquilos, verduguear lo más piola, disparar sin armar tanta escena, romper la noche en la lancha por la Rivadavia levantando a las chicas del cementerio de Morón, patear puertas, seguir despreciando madres que preguntan por sus hijos. También saben que ahora en el patrullero no están solos, los acompaña el miedo de Axel, la prepotencia de Berni, el silencio de la militancia, la complicidad de la justicia y ese odio bien manija y visceral de todos los que nacieron así, con el corazón ortiba.


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