04.OCT.20 | PostaPorteña 2152

JOAQUÍN VILLALOBOS Y SU CAMPO DE AGRAMANTE

Por Tato López

 

Segunda  entrega de Tato López de respuesta  al ensayo publicado a partir de julio de este año por Joaquín Villalobos, (San Salvador, 1951) un exguerrillero y político salvadoreño, fundador y máximo dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) una de cinco organizaciones que conformaron en 1980, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, durante la Guerra C ivil de El Salvador/ Posta )

 

Ludovico Ariosto, relata en su obra Orlando furioso, la batalla en que los sarracenos enfrentan a las tropas de Carlomagno en situación poco ventajosa. El  Arcángel San Miguel acude en ayuda de los cristianos, conjurando una disputa en un abadía cercana, reduciendo al Silencio y a la Discordia, valiéndose de ambas para llevarlas donde se dispone el ejercito del Jefe sarraceno Agramante, sembrando la Discordia entre los infieles, en tanto el Silencio, enmascara al ejército de Reinaldo en una nube, llegando sigilosamente al margen del Sena.

Sembrar la discordia, es desde entonces un conocido recurso para clausurar un acuerdo, a condición de generar tensiones y reducir la capacidad negociadora ante cualquier irreductibilidad por alguna de las partes involucradas, obteniendo la mayor  ventaja para la otra parte, mediante un régimen de derecho, como conmutador transicional de la guerra a la política. Este recurso, tiene como objetivo, antes de derrotar fuerzas beligerantes, operar sobre sus símbolos y la fragilidad de sus alianzas.

Quien piense desde la mismidad que el ex jefe guerrillero salvadoreño, consultor en seguridad y resolución de conflictos. Asesor del gobierno de Colombia para el proceso de paz, derrapa en la caracterización sin rigor de los grupos confesionales de la izquierda, comete un error, si bien sus esquemas perceptivos no han sufrido un cambio sensible, conoce de que lo está hablando, pero como San Miguel, utiliza como un prestidigitador, los recursos del Silencio y de la Discordia, investido de ese doble carácter con el cual se presenta, que le permite disponer del mismo, para usarlo de manera indistinta, a favor de moros o de cristianos.

Cuando afirma que unos de sus objetivos es “provocar  la izquierda”, se le debe de interpretar, no desde una reducción descalificadora, sino apelando a la perturbación filosófica desde la cual, un diacono converso interpela a un grupo de feligreses:

No interesa hacer aquí una profunda discusión filosófica, sino establecer que el punto de partida teórico marxista y cristiano de gran parte de la izquierda latinoamericana tiene un origen contaminado de dogmas, ritos, creencias y santorales que la hizo necesitar un mesías y una tierra santa”.

 Dicho recurso, también lo ha usado el filosofo Paul Feyerabend, con el fin de provocar discordias en  el pensamiento racional moderno sin ningún pudor, demoledor despiadado de todas las fronteras académicas tradicionales, sin dejar macaco con cabeza, designando los obstáculos para acceder al conocimiento científico, mediante  el anarquismo epistemológico, ante la insuficiencia de la razón y el objetivismo, el rechazo de las visiones totalizadoras y el reconocimiento de la ambigüedad latente en toda incertidumbre, estremeciendo todo el dispositivo moderno de la racionalidad, y del pensamiento científico occidental, desde la lógica aristotélica en adelante, con preguntas irreverentes y propuestas herejes ¿En qué se diferenciaba la ciencia de la hechicería? ¿Proporciona la ciencia el único modo racional de organizar cognitivamente la experiencia?

¿Qué deberíamos hacer si la búsqueda de la verdad paraliza nuestro intelecto y anula nuestra individualidad? Sacude la aridez de la epistemología positivista, pero en su provocación a la Discordia, no había ningún Silencio cómplice que le dispensara San Miguel-.

Por lo contrario, Joaquín Villalobos, aparece investido como un guardián epistemológico de la ciencia positivista y universal, valiéndose del economicismo más rupestre, para enmascarar sus propios actos de fe, diciendo: 

“...la economía siempre ha tenido tendencia a globalizarse y, al igual que el mercado, existe desde antes que existiera el capitalismo; ambos fenómenos, mercado y globalización, son inevitables porque responden a la naturaleza humana.”

“..la globalización actual ha tenido, entre otras, tres consecuencias importantes: generó fortunas sin precedentes, sacó a centenares de millones de gentes de la pobreza y abarató las manufacturas llevando la sociedad de consumo a todas partes.

   “Pero si la globalización desapareciera como dicen los izquierdistas, sería una gran catástrofe para los más pobres.”

“...la naturaleza humana es un balance entre la cooperación y la competencia en la cual la ambición de los empresarios puede convivir con la solidaridad hacia los trabajadores. “

Conceptos que avergonzarían al propio Adam Smith, precursor  de la economía clásica, que sostenía que el orden económico y social estaba dado por la acción de cada individuo de forma egoísta persiguiendo su propio interés y que esa situación llevaría al bienestar colectivo.

En su concepción, asegura el autor, la intervención del Estado no puede restringirse únicamente al papel de juez y gendarme, sino que debe atender aquellas actividades que no son rentables para los privados pero que actúan en beneficio de toda la sociedad, pero ironizando que finalmente “el órgano más sensible de los seres humanos es el bolsillo”!!....Vaya “naturaleza humana”!!

Ni siquiera Rousseau  en su alegato  sobre el retorno al estado natural del hombre, puede sostener la “naturaleza humana” de Villalobos, y dice que el mismo, se mueve por dos impulsos básicos: el amor a sí mismo y la compasión, contrario al “Antiguo Régimen”..

En tanto la “naturaleza humana”  es una mistificación de exterioridad, que no trasciende  por sí misma: no se trata de un “concepto científico”, sino más bien de un recurso variable, que en la historia del conocimiento ,ha jugado el rol epistemológico para designar ciertos tipos de discursos, vinculados o contrapuestos a la teología, la biología, la lingüística o la historia.

A diferencia de Feyerabend, y su Discordia filosófica consecuente, Villalobos apela al Silencio, cuando debe detenerse en aspectos filosóficos, eludiéndolos con enunciados performativos, porque las interrogantes a la filosofía, no hacen más que interpelar a este presente que somos nosotros mismos, que trasciende lo que nos ocurre, porque la filosofía es hoy enteramente política y totalmente vinculada a la historia, creando condiciones de posibilidad a la propia política.

Continúa Villalobos:

 “La pandemia obliga a fortalecer el rol subsidiario del Estado en todas partes, pero el capitalismo continuará siendo el motor de la economía para generar empleos, proporcionar ingresos a los gobiernos y reducir la pobreza. ... “Esto no es bondad, es comprensión de cómo funciona la economía.

El capitalismo no va a terminar. Lo que viene es la competencia entre dos tipos de capitalismos: el liberal democrático y el capitalismo con dictadura.”

El problema es que el capitalismo es reformable, lo que no se puede reformar es el socialismo marxista cubano.”

Sus afirmaciones se corresponden nuevamente con sus inmutables esquemas de percepción de los que no puede despojarse, provenientes de (tal cual su definición) “construcciones sociopolíticas, caóticas, fragmentadas y primitivas que competían entre ellas por cuál grupo tenía la verdad.”, sus afirmaciones parecen confirmarlo y no le permiten hacer el menor esfuerzo de periodización histórica, y cuando se refiere al capitalismo no trasciende el umbral de la teleología.

La Burguesía, no solo  ha tenido capacidad de retroalimentarse de las crisis que ha generado a través de reformas, sino que ha asistido desde hace siglos a revoluciones y contra-revoluciones en la distribución y concentración de la riqueza,  (Revolución keynesiana y contrarrevolución neoliberal.)

La más elemental lectura de los antecedentes de la revolución Burguesa, desde los Estados Generales convocados por Luis XVI, fueron de manera parcial, un instrumento de la revolución burguesa y en el desarrollo de esta revolución burguesa, hubo procesos revolucionarios. Tras los Estados de 1357 tuvo lugar La Grande Jacquerie, levantamientos campesinos violentos, en respuesta a abusivos impuestos, después de 14 de julio de 1789, alrededor de la Bastilla tomada, donde se expone itinerante, la cabeza del Marques Jordan de Launay, alrededor del símbolo del aparato represivo, se pasea en una danza macabra con sus antiguos ritos ancestrales, sobrevino la Comuna de París, de marzo a mayo de 1871, y luego el gran miedo de 1879, en tanto se iban modelando y perfeccionando, mecanismos de disciplinamiento y dispositivos de normalización.

En este último año, se produjo (y sigue produciéndose) una acumulación de capital vertiginosa, una reforma sin precedentes en la concentración de riquezas, que nunca violenta las leyes de Newton, siempre caga para abajo:

“Para billonarios como Jeff Bezos (Amazon), Stephen Schwarzman (Blackstone Group) y Lloyd Blankfein (Goldman Sachs). La crisis  sanitaria fue gran oportunidad para generar lucros — a la vez que costó la seguridad y/o el empleo de millones de trabajadores.

“Las 32 empresas más rentables del mundo consiguieron US$ 109 billones (más de R$ 577 billones) en lucros durante la pandemia de COVID-19 en 2020. Es decir más que la media obtenida en los cuatro años anteriores (2016-2019).

Es lo que revela el nuevo informe de Oxfam, titulado  Poder,"Lucros y la Pandemia que fue lanzado globalmente el 10 de setiembre del año pasado.

En uno de los pasajes donde Villalobos intenta sembrar discordia en contubernio con el silencio, dando una demostración elocuente sobre la sumisión a su doxa maliciosa para escamotear la verdad fáctica.

Según el autor, las causas del golpe de Estado a Salvador Allende, persistiendo en los fines de su ensayo, seria consecuencia de un efecto diabólico de la retorica castrista, y producto de su visceralidad indisimulable, ”cae en la volteada” de la discordia Ernesto Guevara, sin ninguna vinculación inteligible

“En ese momento había en la izquierda un conflicto entre lucha armada y revolución versus lucha electoral y reformismo. La estadía de Castro fue un sabotaje al proyecto electoral reformista de Allende. Castro quería una guerra y una revolución en Chile, para ello entrenó y armó a miles de chilenos. Esto desencadenó el pánico de los militares, el golpe de Estado y la muerte de Allende en 1973, quien, a diferencia de Guevara, no se rindió a pesar de que le ofrecieron una salida segura.”

Otro de los arcaísmos de Villalobos, de los cuales es incapaz de deslastrarse, radica en su positivismo reduccionista y ausente de historicidad, otro retorno a su campo de Agramante, para él, parecen tener efecto más determinante los discursos en el interior de la izquierda y el poder mesiánico de Fidel Castro, que definían campos con cierto antagonismo-reforma o revolución-en la izquierda latinoamericana heredera del positivismo marxista leninista, en la cual  el  “reformismo” se definía por la una manera poco “combativa” de cómo se obtenía lo que se buscaba conseguir.

Sin perjuicio de la torsión ideológica de Salvador Allende, de Miguel Enríquez, o de Volodia Teitelboim, a favor o en contra, a partir del momento en  que se impone  por la lucha colectiva, por el enfrentamiento político, la reforma, es una victoria, irreductible a la lógica anémica de la contradicción, quizás por eso las luchas revolucionarias no las han producido más que de modo coyuntural, fue por pagar tributo al axioma de la ruptura del  “eslabón más débil”, instalando como  teoría “leninista”, algo que no superaba un primer ejercicio de sargento de intendencia.

Y es en nombre de esta proposición, que los diferentes grupos confesionales del marxismo, eran prisioneros del pánico a la reforma y del diagnostico sobre el “eslabón más débil” con sesudas digresiones dialécticas ante este dilema de la contradicción principal: ¿y si pasamos a la ofensiva?, ¿Estamos seguros de que atacamos el eslabón más débil, cuya ruptura lo hará saltar todo?  ¿Y si acaso nos equivocamos, la reforma no se apropiara de nuestro ataque y nos hará retroceder?

Discordias estériles, en la cual la “extrema izquierda” no atacaba, o confundía una insurrección con una riña de hinchadas de un partido de divisional de ascenso, y los “etapistas” eludían las reformas.

La intimidación por el pánico estigmatizador de la reforma estuvo siempre vinculada a la insuficiencia de un análisis estratégico propio de la lucha en el campo del poder político, en la izquierda de Chile, y en toda la izquierda marxista latinoamericana.

En cambio la derecha, muy diestra y sin escrúpulos, tanto con la reforma o con la lucha violenta, desplegaba un inequívoco proyecto estratégico, anclado a una historicidad que se constituye en la guerra  y no en la retorica, explicando en parte, porque los partidos tradicionales han reinstalado su hegemonía en la izquierda en la actualidad, y sobre otras luchas que no habían controlado, una de las razones fue a causa de que se analizó su desarrollo y sus efectos con una lógica positivista y dogmática.

Sostener que el golpe de Estado en Chile, fue producto del “pánico” de la derecha ante la “filípica Castrista”, va de ingenuo a inmoral, y Villalobos, no es ingenuo.

Examinar las causas del golpe de Estado, es casi tautológico, hasta irrespetuoso para quien tenga, o haya tenido una pertenencia de izquierda, pero es necesario recurrir en ellas, para rechazar las interpretaciones truculentas acerca del descabezamiento de la llamada vía chilena al socialismo:

1) Nacionalización de la minería del cobre y la banca

 En los años 70, el cobre representaba tres cuartas partes de todas las exportaciones del país. Cuando Allende llega al poder, el Estado poseía el 51% de las principales minas de cobre. El resto pertenecía a compañías estadounidenses, en particular Anaconda Copper Company, controlada por las poderosas familias Rothschild y Rockefeller. La reacción del gobierno de EEUU es inmediata:"Esta seria infracción de las prácticas internacionales no sólo dañará a Chile, sino también a todos los países en desarrollo". Fueron nacionalizadas además otras 91 industrias básicas durante su primer año en la Presidencia, entre ellas la banca.

 Reforma agraria

La mayor parte del terreno cultivable de Chile eran latifundios en manos de un puñado de familias.
El gobierno de Allende promulgó una reforma agraria que prohibía la posesión de más de 80 hectáreas por persona. En 18 meses todos los latifundios desparecieron los campesinos sin tierra, tomaron aluvionalmente las tierras, antes de la asunción de Allende, no porque se las hubieran adjudicado aun, sino para que se las adjudicaran, a través de organizaciones cooperativistas (de 4.000 predios afectados por la reforma, 2.000 fueron tomados antes), y  reemplazaron  luego a los representantes de los latifundistas en todos los organismos del Estado. También se instauró una asistencia técnica gratuita al campesinado y se establecieron planes de crédito para las nuevas cooperativas


Reformas sanitarias, educativas y sociales.

Durante los tres años de gobierno, fueron promulgadas además una serie de reformas en el ámbito sanitario, educativo y social: Gratuidad de la universidad. El número de estudiantes universitarios creció un 89% entre 1970 y 1973. Para muchas familias humildes era la primera vez que sus hijos podían acceder a estudios superiores. Sistema de becas para los niños de descendencia indígena (fundamentalmente mapuches) que habían sido discriminados durante décadas. El "Programa de Suplementos Alimenticios" fue extendido a todos los niños en escuelas primarias y a todas las mujeres embarazadas. Aumento de las pensiones mínimas al doble de la inflación. Instauración de un sistema de centros de salud en barrios obreros con al menos 1 centro de salud por cada 40.000 habitantes.

Elecciones Parlamentarias de 1973

La oposición de derecha se mostró versátil, en crear tensiones a través del acaparamiento, y fusionó  varias formas de lucha, confiando en desplazar la hegemonía de la UP, en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973. Superando las expectativas del oficialismo, lograron obtener el 43,3 por ciento de la votación, muy por encima del 36,3 por ciento obtenido por Salvador Allende en las elecciones presidenciales, no llegando a los dos tercios para interpelar al gobierno y desplazarlo, interpretados como una significativa victoria por unos y como fraude electoral por otros, lo cierto es que los resultados permitieron dieron lugar a un viraje estratégico en la oposición: el golpe militar  no hizo más que consolidar la opción golpista en algunos sectores de la oposición. Aunque esta opción se vio frustrada el 29 de junio de 1973, en el fallido intento de golpe de estado conocido como el tanquetazo, fue claro para Salvador Allende que solo un contundente apoyo popular daría viabilidad a su gobierno. Su idea de convocar a un plebiscito, sin embargo, nunca llegó a efectuarse, pues el 11 de septiembre de ese año fue derrocado por las fuerzas armadas encabezadas por el general en jefe del ejército Augusto Pinochet.

Los enunciados de Joaquín Villalobos de aquí en mas, procuraremos examinarlos desde su investidura como consultor en seguridad y resolución de conflictos, para darle visibilidad a las técnicas de las cuales dispensa algunas disciplinas sospechosas  como la llamada Posverdad, que es fruto de incitaciones emocionales, y no de una ponderación prudente de los datos empíricos que nos dispensa lo instituido como real. Contribuyendo a la posverdad el encumbramiento de la impostura en algunas prácticas profesionales y círculos intelectuales, la gran escala de la fabricación de falsedades y circulación de medias verdades en los medios de comunicación de masas, el incentivo mediático a la ficción y la desinformación, el protagonismo concedido a los farsantes y los tramposos en los medios, así como las nuevas formas de engaño tecnológicamente asistido y de mentira virtual  en las redes sociales, expresada en expresiones ramplonas, “como te digo una cosa te digo la otra” “una cosa que hoy es verdad, mañana puede no serlo” o del espacio discursivo (como sucede con la expresión “medias verdades”, que no es más que una yuxtaposición de verdades y falsedades), término que oculta sobre todo el carácter sesgado de estas nuevas “disciplinas”, con afirmaciones burdas “el sistema de pensiones es una carga insostenible” o “para crear empleo hay que facilitar el despido”, “hay que promover un capitalismo con rostro humano “ , y otras digresiones que se sirven de la llamada “Inteligencia emocional“


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