Marcelo Marchese 30.10.2020
1- Se trata de hacer todo en función de nada. Virus respiratorios hay, y cuanto más enferme nuestra sociedad, más virus respiratorios habrá, pero lo que no hay es una pandemia, y mucho menos una pandemia asesina. Si alguien detiene el mundo en función de nada, el poder que adquiere ese alguien es mayor que si detiene el mundo en función de algo.
2- Se trata por lo tanto de una sustitución de la realidad en toda la regla. Los test positivos se hacen pasar por números de muertos, los números de muertos se presentan sin relación a la población de cada país, los muertos, finalmente, no mueren de coronavirus, sino de otras cosas y coronavirus, o simplemente, de otras cosas.
3- La sustitución de la realidad opera también en el empuje que gracias a la pandemia alcanzó la economía virtual. Clases y cumpleaños por zoom, compras a través de medios virtuales, incremento de la publicidad virtual, operaciones financieras desde un ordenador, libros, artes y atención médica por medios virtuales. Todo esto tiene tres cosas en común: favorece a los magnates propietarios de los medios virtuales; elimina los vínculos sociales; y deriva impulsos creativos humanos a la vida virtual, que se alimenta de impulsos humanos perdidos.
4- La Ciencia, salvo una minoría de científicos, ha operado a favor del confinamiento y en especial, han operado los científicos de la salud. La industria de la medicina ha dado un paso gigantesco, constituyéndose en uno de los negocios más lucrativos del planeta. Toda institución humana tiende a la postre a uno de estos dos regímenes: el Ejército o la Iglesia, convirtiéndose la Ciencia en el nuevo dogma, la nueva fe de las masas. En su propio accionar, el nuevo dogma crea las condiciones para validarse.
5- Asistimos al mayor proceso de acumulación de riquezas en siglos. Economías enteras de rodillas se traduce en un amplio impulso a la concentración de riquezas por parte de las empresas supervivientes. Una deuda pública que alcanza el PBI, ya es prueba suficiente del avance del capital financiero. Se acumulan riquezas y ganan preeminencia estos rubros: la comunicación, venta y tecnología asociada a lo virtual; los laboratorios; la industria de la medicina; y, como siempre, la Banca.
6- Se busca desestabilizar a los gobiernos que pusieron algún freno al globalismo; hacer ganar preeminencia al derecho internacional sobre el derecho interno, lo que implica la preeminencia de los organismos internacionales y la tendencia al derecho internacional y al gobierno mundial; y erosionar la maquinaria estatal.
7- Todas las funciones del Estado no vinculadas a la vigilancia se han ralentizado o detenido: desde la Educación hasta la Justicia. Se busca erosionar a los Estados en su función pública, en su soberanía y organización política, pero profundizando al mismo tiempo la función del Estado en todo aquello que sea una intromisión en la vida privada, siguiendo siempre los dictados internacionales.
8- Al tiempo que los magnates disfrazados de filántropos ganan preeminencia sobre los organismos internacionales y sobre todo, los comités honorarios de científicos de la salud ganan preeminencia sobre los jefes de Estado. La idea de República, que se alimenta de la idea de ciudadanía, pierde el espacio que ganan los magnates disfrazados de filántropos y sus sirvientes: los científicos disfrazados de honorarios. Dejamos, como ya sucedía en materia económica, que ante temas "graves", resuelvan "los que saben", precisamente la antítesis de la idea de República y de ciudadanía.
9- Nuestras sociedades disciplinadas se redisciplinan a un ritmo aterrador. El tapabocas es el símbolo del Coronavirus y del disciplinamiento: impide respirar al tiempo que enferma; ocluye la actividad humana que ha sido el cimento de todas las culturas: el habla; y deserotiza, pues el disciplinamiento ocurre como disgregador social, toda vez que el miedo y la culpa operan contra la sexualidad humana, en el más amplio sentido de las palabras sexualidad humana.
10- Hasta que el eje sobre el cual gira el pensamiento de la humanidad cambie, en aras de la seguridad iremos perdiendo libertades y limitando el deseo. La sustitución de la realidad, el ataque generalizado a las religiones y al folclore, y el disciplinamiento, ocurren hacia la atomización del hombre. La consigna "Divide et impera" se revela en una nueva realidad: se trata de dividirnos de los demás como mejor mecanismo para dividirnos de nosotros mismos.
11- El disciplinamiento no se logra sin una previa genuflexión de la humanidad, que como nunca antes ha detenido sus fuerzas creativas en el plano material, intelectual y espiritual. Sin despreciar el rol de los medios de comunicación masivos en manos de los magnates, y sin despreciar el rol de los organismos internacionales y los científicos en manos de los magnates, la verdadera razón por la cual la humanidad se ha tragado este anzuelo reside en la culpa, por lo que el Coronavirus cierra el círculo y completa la obra que siglos de culpa han depositado sobre el cuerpo del hombre.
12- El Poder se basa en parte en el dominio del miedo, pero el problema es que el miedo se huele, el miedo se percibe, y el miedo debe imponerse. La diferencia con la culpa es que la culpa puede no percibirse, y luego de instalada, opera sola, alimentada por la propia psique que la asume. Por ser generalmente invisible, es más eficiente, pues el miedo limita la acción de un pensamiento originado, pero la culpa impide que se manifieste como pensamiento.
13- La campaña contra el deseo expresada por el Me Too, la censura al humor y al arte, el ataque al tabaco, la sal, el azúcar, las harinas, la "carne", la "leche" y la grasa, se suman a la campaña por la cual el hombre es destructor del planeta siguiendo los dictados de sus genes, los genes de un mono asesino. El Coronavirus opera a favor de este discurso, y prueba concluyente, la peregrina idea de que "esta pandemia nos ha hecho reflexionar sobre las cosas que veníamos haciendo mal".
14- La inédita crisis económica mundial generada por el confinamiento derivará en una crisis social sin precedentes, y la desesperación que explotará en manifestaciones violentas, brindará las condiciones necesarias para el nuevo orden.
15- Según diversas mitologías, del caos deviene el orden. En esta ocasión, se crea el caos para que devenga un nuevo orden, que es el orden anterior pero seiscientos sesenta y seis escalones más abajo en el infierno.
16- El titiritero planifica con tiempo y desde hace tiempo, pero nadie, y ni siquiera el titiritero, puede planificar a la perfección sus pasos pues el futuro está en movimiento. De hecho, ni siquiera existen pasado y futuro, auténticas creaciones mentales, pues sólo existe el presente como un presente eterno, y es en este presente que al inicio de esta operación criminal, sus opositores fueron una minoría intrascendente, pero ahora ven cómo crecen sus fuerzas.
17- El futuro se mueve pues lo que está en movimiento es el corazón del hombre. Si el plan triunfa dará inicio a la Edad Oscura temida por los poetas, pero para triunfar deben derrotar las fuerzas anímicas del hombre e ir en contra de su propia naturaleza. En parte la deriva actual del hombre es natural y en parte no lo es. El futuro se mueve pues aún no se sabe del poder de la fuerza de la voluntad y aún no se sabe del poder de la verdad como agente histórico. A la postre, la humanidad ha imaginado lo que se ha animado a imaginar el más valiente de los hombres, y a la postre, la humanidad ha realizado lo que se ha animado a realizar el más valiente de los hombres.