25.NOV.20 | PostaPorteña 2166

Postalinas

Por posta

 

Sobre el tiempo por venir

 

Lo que está sucediendo hoy a escala planetaria es sin duda el fin de un mundo. Pero no -como para quienes intentan gobernarlo según sus intereses- en el sentido de una transición a un mundo más adaptado a las nuevas necesidades del consorcio humano. Pasa la época de las democracias burguesas, con sus derechos, sus constituciones y sus parlamentos; pero, más allá de la corteza jurídica, ciertamente no insignificante, el mundo que comenzó con la revolución industrial y creció hasta las dos - o tres - guerras mundiales y los totalitarismos - tiránicos o democráticos - que las acompañaron, termina.
Si los poderes que gobiernan el mundo sintieron que tenían que recurrir a medidas y dispositivos tan extremos como la bioseguridad y el terror sanitario, que han establecido en todas partes y sin reservas, pero que ahora amenazan con salirse de control, es porque temieron según todos los tiempos. Evidencia de no tener otra opción para sobrevivir.

Y si las personas han aceptado las medidas despóticas y las limitaciones sin precedentes a las que han sido sometidas sin ninguna garantía, no es solo por el miedo a la pandemia, sino presumiblemente porque, más o menos inconscientemente, conocían el mundo en el que habían vivido hasta entonces. No podía continuar, era demasiado injusto e inhumano. No hace falta decir que los gobiernos están preparando un mundo aún más inhumano, aún más injusto; pero en cualquier caso, de ambos lados, de alguna manera se suponía que el mundo anterior, como ahora se le empieza a llamar, no podría continuar. Ciertamente hay en esto, como en todo presentimiento oscuro, un elemento religioso. La salud ha sustituido a la salvación, la vida biológica ha sustituido a la vida eterna y la Iglesia, acostumbrada desde hace mucho tiempo a comprometerse con las necesidades mundanas, ha aceptado más o menos explícitamente esta sustitución.
No nos arrepentimos de este mundo que se acaba, no tenemos nostalgia por la idea de lo humano y lo divino que las implacables olas del tiempo van borrando como un rostro de arena en la orilla de la historia. Pero con igual determinación rechazamos la vida desnuda, muda y sin rostro y la religión de la salud que nos proponen los gobiernos. 

No estamos esperando un nuevo dios o un nuevo hombre, sino que buscamos aquí y ahora, entre las ruinas que nos rodean, una forma de vida humilde, más simple, que no es un espejismo, porque tenemos memoria y experiencia de ella, aunque sea. En nosotros y fuera de nosotros, los poderes adversos la rechazan cada vez en el olvido.

23 de noviembre
Giorgio Agamben  / Quodlibet

 

10 AÑOS DE PRISIÓN EN BRASIL AL COIMERO DE LA REGASIFICADORA!

 

Debería ser la noticia del día en Uruguay, si existiera una prensa seria e independiente. Sin embargo, prácticamente sólo radio Oriental y FM Horizonte, de Artigas, hasta las 16 horas de ayer, se hicieron eco. ¡Da vergüenza! ¡Asco! ¡Periodismo cobarde!

Por Javier Bonilla

Fernando Pimentel, el ex gobernador de Minas Gerais -que hasta mandó a buscar a Mujica para condecorarlo- y ex ministro de Desarrollo, Industria y Comercio fue condenado por la Justicia brasileña a 10 años tras las rejas por sobornos, tráfico de influencias y lavado de dinero por su gestión durante el gobierno de Dilma Rousseff, habiendo recolectado así, mucho dinero para la campaña del PT.

En lo que atañe a Uruguay, Pimentel fue, según él mismo dijo y la Policía Federal brasileña admitió, quien recibió un millón de dólares del grupo OAS para entregárselos a la presidencia uruguaya -lo que, afirmó, se hizo (sospechándose de Diego Cánepa como receptor), "para la construcción de un Gasoducto", por la cantidad de 64 millones de dólares- siendo efectivamente adjudicado a la empresa, hoy titular de numerosos juicios por corrupción en obras públicas en Brasil y Perú. Quien decidió conceder el proyecto en forma directa fue el controvertido ex titular de ANCAP, José Coya, otro impresentable, según la profunda y elogiable investigación

Al estallar el escándalo en Uruguay -impulsado inclusive por los faraónicos sueldos que, durante años, se pagaron a funcionarios que no trabajaban, incluyendo decenas de miles de dólares mensuales a Marta Jara- finalmente se suspende la obra y, como consecuencia de ello, ya con sus jerarcas presos y condenados en Brasil por corrupción, OAS tuvo el tupé de hacerle un juicio por 14 millones de dólares a Uruguay, práctica fraudulenta que se ha vuelto costumbre en los últimos 15 años.

Es más que probable, que ésta y otras demandas usuales contra el Estado, por parte de grandes grupos, inclusive, sean productos de fraudulentos arreglos previos para que se cometan negligencias administrativas que den lugar al reclamo letrado. Son demasiados juicios, para pensar que es casualidad. Incluso, cuando se ganan, directa o indirectamente, casi siempre se benefician casi los mismos estudios jurídicos....

 

MOVUS APELARÁ FALLO JUDICIAL QUE DESESTIMÓ ACCIÓN DE AMPARO



Por considerar que siguen plenamente vigentes los fundamentos de la acción de amparo ante la Justicia que propone la suspensión de la construcción de la nueva planta de celulosa de UPM mientras no se cumplan determinados requisitos de la autorización ambiental, el Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS) apelará la sentencia de primera instancia que desestimó dicha acción de amparo.

La sentencia tiene, no obstante, aspectos a destacar. En primer lugar, no aceptó los alegatos de la defensa de UPM para que se rechazara de plano la acción del MOVUS. UPM cuestionó la legitimidad de los denunciantes, el momento para realizar dicha acción y, por último, la procedencia de la acción de amparo para tratar esa denuncia. Ninguno de estos argumentos fue admitido por la jueza Magela Otero.

En segundo lugar, la sentencia reconoció que la acción del MOVUS está referida en forma exclusiva a la protección de derechos de rango constitucional, que se busca proteger y preservar el ambiente sano y necesario para el desarrollo de la vida digna, el derecho a la seguridad e igualdad en defensa de intereses colectivos y que se permita el desarrollo de los derechos y libertades fundamentales.

Por último, la jueza Otero desestimó la denuncia del MOVUS por el incumplimiento de las condiciones de la autorización ambiental de la planta de celulosa al entender que no se configuró una "ilegitimidad manifiesta" por parte de UPM dada la multiplicidad de proyectos presentados por la empresa y que, cuando no lo hizo "se ha solicitado prórroga y así le ha sido concedida por el hoy Ministerio de Ambiente".

"La conducta no aparece como manifiestamente ilegítima al estar dotada de cierta razonabilidad", afirma la sentencia. De esta frase deducimos dos consideraciones muy importantes: una, que la jueza Otero reconoce que hubo incumplimientos y, dos, que desestima la demanda por una apreciación sobre la razonabilidad o no de ese incumplimiento, algo que no corresponde evaluar en una acción de amparo.

En efecto, no corresponde a la acción de amparo valorar cuáles fueron los motivos del incumplimiento y si estos fueron razonables o no. La acción de amparo se realiza ante la existencia de un daño inminente al no ser efectuadas determinadas acciones con el fin de evitarlo. Por lo tanto, lo que debe verificarse estrictamente en el tratamiento de la acción de amparo es si hubo o no incumplimientos. Y en este caso los hubo.

Para justificarse, la jueza Otero distingue entre la presentación y la aprobación de los proyectos. "Se presentaron los proyectos casi en su totalidad dentro del plazo legalmente previsto (...) cosa distinta es que hayan sido objeto de aprobación". "No existe plazo para su aprobación, más allá de la exigencia de que no podrán iniciarse obras sin que se cuente con la misma", reitera en la sentencia.

La cuestión clave de la demanda del MOVUS es que todos los proyectos NO tienen la misma importancia en los requisitos de la autorización ambiental. Hay dos proyectos que debieron ser aprobados antes de iniciadas las actividades de construcción de la planta. Esos proyectos son la definición de la Línea de Base y el sistema de dilución de los efluentes en el Río Negro. Vamos a explicar por qué son previos.

El MOVUS denunció que se inició la construcción de la planta sin tener definida la Línea de Base, es decir, las condiciones ambientales previas en el área de influencia del proyecto para medir después los impactos en su transcurso. La resolución ministerial del 14 de mayo de 2019 otorgó la autorización ambiental con la condición de que se hicieran esas mediciones al menos un año antes de iniciar las obras.

UPM no pudo demostrar que la denuncia del MOVUS fuera infundada, pero en su lugar buscó desviar la la discusión alegando que la Línea de Base cambia constantemente y se ajusta sobre la marcha de las obras, lo cual es falso, y que el sistema de dilución de los efluentes no se estaba construyendo, por lo que no era necesario que se hubiera presentado el proyecto para su autorización definitiva por la DINAMA.

Si la Línea de Base de un proyecto es, por definición, el estado del medio ambiente en su zona de influencia antes de iniciadas las actividades, es obvio que ese estado no puede ser modificado después pues se estarían falseando los impactos del proyecto. Asimismo, si UPM no puede presentar una solución satisfactoria para la dilución de los efluentes, es obvio también que la planta no puede localizarse en ese lugar.

A pedido de UPM, la dirección de la DINAMA informó a la jueza Otero que "de los antecedentes Administrativos no surge que se haya constatado daño ambiental alguno o peligro inminente derivado de la ejecución de las obras indicadas". ¿Quiere decir que, como no se ha registrado un daño, lo que se está haciendo es correcto? ¿Hay que esperar que se produzca el daño para actuar? Evidentemente, no.

Estas afirmaciones de la dirección de la DINAMA no refutan la denuncia del MOVUS porque, mientras se otorgaron autorizaciones para diversas actividades, los técnicos del organismo no dejaron de señalar su preocupación por las consecuencias de los incumplimientos de UPM en la presentación del Plan de Monitoreo Ambiental y del sistema de dilución de los efluentes, entre otros proyectos.

Estos dos aspectos no son algunas partes del proyecto como tantas otras, sino la condición necesaria para poder evaluar sus impactos ambientales y para definir la viabilidad de una planta de celulosa de tales dimensiones en ese lugar. Pretender seguir adelante sin esos requisitos es una decisión imprudente e irresponsable y este fue el fundamento de la acción de amparo presentada por el MOVUS.

Por estas razones, seguiremos adelante con esta acción de amparo y recurriremos al procedimiento legal establecido, apelando la sentencia referida.

Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS)
24 de noviembre de 2020.

 

Mujeres y carnaval 

 

A Posta Porteña

Leo en internet que “Por medio de la Red social Instagram, en el perfil anónimo VARONES” CARNAVAL, nos encontraremos con cientos de denuncias de acoso sexual, maltrato, violencia de género, discriminación y hasta relatos de abuso sexual y violaciones ocurridas en los últimos años en el mundo del Carnaval, tanto en los tablados, en los clubes de ensayos como en las redes sociales”.

De acuerdo. Que intervengan la  Fiscalía y el Juez; que se aplique la ley.

Pero “Varones carnaval” se detiene en lo individual. No llega a los “desfiles de carnaval”, esa exhibición de glúteos, piernas y senos femeninos en un meneo meretricio, de nula relación con el arte de la danza, al son de tambores y redoblantes, que solo con extrema benevolencia puede  calificarse de música, un espectáculo que atenta contra la dignidad de la mujer,  el buen gusto y la estética.

No hay ninguna tradición africana, que siempre se pone por delante, para justificar esa muestra de mujeres como objeto  sexual.  Recuerdo de mi  infancia las  comparsas de negros lubolos. Había mujeres que  bailaban,  con elegancia, vestidas de negro y azul, con polleras hasta el piso. Las prostitutas de la rue Saint Denis de Paris, con su ramo de violetas, las de la  zona roja de Amsterdam son más recatadas. Duele que nuestras hermanas, nuestras hijas, nuestras sobrinas, nuestras nietas uruguayas, porque todos somos uno y sin “grietas”, sean compelidas a  exhibirse y lo toleren.

Otro si digo: Terminemos con el latiguillo de que el carnaval es una fiesta popular. El carnaval fue una fiesta: tres días sin freno, bellamente libres, todos iguales bajo las máscaras; un ataque al orden y a la seriedad, donde todo era risa, donde no había más tema que el intercambio de signos de libertad; felices, aunque sabíamos del miércoles de ceniza. El  “carnaval” uruguayo no es “ fiesta” en ningún sentido de la  palabra,  “fiesta” requiere comunidad  e intercambio de signos comunes.

El “carnaval” es solo un espectáculo, que en parte pagamos todos los uruguayos, aun los que no “disfrutamos” del carnaval. En un mes vende más entradas que todos los demás espectáculos, deportivos y culturales juntos,

Reflexionemos aun en todo lo que hay de pasividad, de inercia, de estupor, en soportar durante horas, en las sillas de la avenida 18  de julio, que empiece el desfile; en esa cobardía del espectador, que no quiere actuar, que acepta lo que le muestren, lo que le digan, lo que le impongan y reconózcase de una vez que el “carnaval” aburre mucho más de lo que se confiesa.

Saluda  a Vd. muy atte.

Jorge Arias

C.I. 461.327-7

 

A MAU MAU:

ya es problemático que alguien escriba "fuerte" pero con seudònimo.

Pero puede.

Pero que semejante relato como el de Maghela Demichelli  y el falso Jaime Pérez venga sin fechas, e un po troppo.

Porque uno no quiere leer estos apuntes como relatos de ficciòn de una mente cualquiera sino como apuntes de nuestra historia.

Más precisiones, si es que las hay.

Luis


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