Pasado un año de la primera noticia de infecciones por coronavirus y teniendo en cuenta lo mucho que se ha escrito y hablado sobre su existencia, podemos decir que nos encontramos ante múltiples opiniones de las que podemos separar dos grandes grupos, los que creen en su existencia y su peligrosidad y otra donde se niega totalmente la virulencia de este agente patógeno.
Dentro de estos grupos existen varios matices , algunos planteando argumentos que muchas veces son poco creíbles, tan poco creíbles como la visión antagónica de la existencia de un filántropo empresario que llevara a la salvación a la humanidad entera o que pronostica nuevas apariciones de virus asesinos en breve tiempo.
Con perplejidad leo muchos de estos argumentos, tanto de un lado como del otro, pero llama mucho la atención opiniones que con una visión política tratan de explicar un fenómeno biológico cuando la realidad muestra que el ente biológico es real (natural o creado) y que esto determina el nuevo planteo político de quienes gobiernan el mundo.
Y aquí vemos excelentes analistas políticos y sociales intentando negar en base a razonamientos políticos la existencia del factor biológico que amenaza hoy y que se instaló en la sociedad.
Están los que niegan totalmente el virus (hoy una opinión poco sostenida dado que conociendo la secuencia genética del virus se pueden encontrar partículas del mismo mediante el examen de PCR, permitiendo diferenciar diferentes tipos de virus y la existencia también de pruebas serológicas las cuales detectan la reacción del organismo mediante la medición de anticuerpos), los que si aceptan su existencia pero niegan su virulencia y los que creen que se trata solo de una “gripecita” no relacionada con el virus.
Para los que niegan la peligrosidad del virus, este sería un virus que no mata “tanto”, algo un poco difícil de sostener ya que existe algo que es tan viejo como la medicina y es la clínica. Equipos de última generación en diagnostico no han logrado suplantar algo que es la base de la medicina y que se complementa con la tecnología médica. Los pacientes con este diagnóstico muestran un cuadro sintomatológico que puede no ser muy diferenciable de una gripe común, pero en pacientes con cuadros más graves las radiografías son típicas de sepsis virales , muy diferentes a una neumonía bacteriana y este patrón se muestra en todos los pacientes graves hospitalizados y con dificultad respiratoria en los que se ha diagnosticado coronavirus.
Quizás Uruguay no sea de los países mas afectados pero al día de escribir esta nota (24 de noviembre de 2020) hay una tendencia al alza de casos y a muertes no esperados en gente joven no explicable por otras patologías. Realmente no hay más que ver los números y las características de los casos en el extranjero. Es difícil explicar muertes de 2 o 3 y hasta 4 integrantes de una misma familia en pocos días con la misma sintomatología, las mismas radiografías e idéntica causa de fallecimiento (insuficiencia respiratoria aguda y falla multiorgánica) que no sea por un mismo agente. Previamente a la aparición del coronavirus a lo sumo podía morir uno de los integrantes del núcleo familiar por una infección respiratoria, pero no varios integrantes, jóvenes y viejos al mismo tiempo y con la misma sintomatología. Hoy la cosa es diferente y ejemplos tenemos muchos en el mundo
La pesadilla de la familia Bentancor: tres muertes por Coronavirus en 20 días (maximaonline.com.ar)
https://www.elcomercio.com/actualidad/italia-familia-fallecidos-coronavirus-covid19.html
Y en esto queremos poner énfasis, quienes no hayan estado nunca en un CTI, quienes no han visto a estos enfermos diagnosticados de coronavirus conectados a un respirador, quienes no hayan tenido un familiar, un amigo o un conocido afectado o muerto por esta enfermedad, difícilmente puedan emitir una opinión certera y objetiva de la peligrosidad del virus, mucho menos tratar de explicar esto como un gran complot universal para hacernos creer una gran mentira. Mas canallesco es intentar explicar las muertes como resultado de beneficios económicos al personal médico para llenar certificados de muerte por estas razones (¡¡¡y si, lo hemos leído!!,¿ cómo se podría sostener una mentira que involucrara a miles de médicos en el mundo ?)
Claro que derecho tienen a emitir su opinión, pero poco creíble es cuando esta opinión se hace desde el sillón de su cómoda casa, sin relación con la dura realidad de un hospital, una clínica o un muerto conocido por un virus.
Hoy día existe la duda si el engendro es natural o artificial, difícilmente en estos momentos podríamos tener una respuesta. Creemos que la circunstancia ha sido debidamente utilizada por los poderosos del mundo para imponernos un nuevo estilo de vida quizás, también para introducirnos en un nuevo orden donde las preocupaciones giren en torno a lo individual olvidándonos de la relación del individuo con el otro e imponiéndonos ciertas reglas económicas y sociales que beneficiaran sus intereses económicos y personales. Existen varios documentos que detallan la reunión de Gates con la industria farmacéutica y el foro económico mundial alertando de una infección por virus, ¿casualidad o preparando el terreno? , dudas, muchas dudas sobre este nefasto personaje y sus lacayos y socios. Pero todo esto no puede poner en duda la existencia del virus, de su letalidad (que puede no ser tan alta, pero que afecta a individuos que en el pasado no morirían por infección viral) . Si sabemos que existen otras causas de muerte incluso más numerosas que el coronavirus, pero no por esto lo podemos negar y manifestar en forma indirecta que existen algunos engañados en el mundo que todo se lo creen.
¿Cuantas muertes de gente joven, sin enfermedades crónicas tendremos que tener para dar veracidad a la letalidad del virus? La sola existencia de un muerto joven, confirmado por esta causa debería sensibilizar a los "negacionistas" que algo extraño está pasando. Pero lejos, muy lejos de la lógica médica, estos personajes, que seguramente no han pisado ningún centro de salud con gente grave por una infección viral, profundamente convencidos de la conspiración política, se dedican a negar con argumentos políticos una realidad biológica.
Hoy día vemos en Uruguay una tendencia al alza de infecciones, con la confirmación de una muerte de una persona joven sin enfermedades previas. Seguramente los "negacionistas" dirán que es uno solo, que no marca estadísticas. Seguirán instigando a la deserción de las medidas de prevención por considerarlo una gran mentira, y seguirán sirviendo de justificación a los irresponsables de siempre para que no acaten medidas, continúen infectando y prolonguen aún más las medidas que ellos en sus argumentos dicen combatir.
Jorge Morales