Cuando comenzó esta histeria mundial el gobierno optó por una política más o menos prudente, pues sabía que si se sumaba al pánico, se hundiría y nos hundiría a todos. En un principio lo dejaron hacer, pero cuando Uruguay comenzó a ser ejemplo, y cuando ese ejemplo fue en contra de la histeria Argentina, le apretaron las clavijas.
Marcelo Marchese / UyPress 03.12.2020
De qué manera le apretaron las clavijas es algo que en parte podemos presumir y en parte podemos asegurar. Uno presume una llamada telefónica desde los verdaderos centros de poder con un tono más o menos amenazante, pero podemos asegurar que hubo, de forma contemporánea al presumible llamado telefónico, un préstamo del Banco Mundial por la suma de mil quinientos millones de dólares que irán a engordar nuestra deuda externa.
A partir de ese momento, que coincidió con el discurso de Lacalle en la ONU donde se autoerigió como uno de los líderes del mundo, empezaron a aumentar los "casos" de Coronavirus en nuestro País.
¿Qué es este aumento de casos?
Un simple aumento de test, lo que dará, con certeza, más casos. Que este test, diseñado para otra cosa, de positivo, no implica absolutamente nada, como ya explicaron varios expertos en la materia, jugándose, literalmente, la vida profesional. Meterse con esas gentes no es moco de pavo. Estamos hablando de gente con poder, y poder de verdad. Ahí está entrenando Luis Suárez, que acaba de dar positivo una segunda vez y vaya a saber uno cuántos millones de individuos están viviendo su vida no del todo normal, pues las palabras "vida normal" ya son parte de un pasado añorable, pero están viviendo sus vidas trabajando, si es que no perdieron el trabajo, y si les hicieran un test daría positivo, así como cuando les miden la fiebre muchas veces da 35, 33 o 30 grados, y si da 30 grados uno debería estar de camino a convertirse en fiambre.
Luego están los muertos e internados en el CTI, pero como esa información viene pelada, sin referencias de ningún tenor y sin saber siquiera el nombre del que internaron, y como desde el muerto número 30 de coronavirus se dejó de informar que el tal muerto además sufría de cáncer o algo parecido, resulta que la información no es fiable, y si lo que se nos pide es que tengamos fe, decimos que los asuntos de fe los guardamos para nuestras cuestiones religiosas privadas, pero en cuestiones de vida civil, exigimos información por parte de quienes pusimos ahí para que nos informen.
Cuando la "pandemia" llegó al Uruguay, el gobierno, que cuando era oposición consideró el Contrato ROU UPM un despropósito, pudo suspender por un tiempo la ejecución del contrato. Allá fuimos a hablar con Lacalle, y nos contestó que lo pensaría. También nos dijo que había visto la Decisión Final de Inversión por parte de UPM, que tenía hasta febrero del 2020 para asumirla, caso contrario, el contrato caería, y nos dijo que luego nos la mostraría.
Aún esperamos, pero luego de nuestra reunión con Lacalle, uno o dos días después, UPM se reunió con Lacalle y entonces Lacalle anunció que no suspendería ningún contrato, y el contrato no se suspendió y en plena histeria pandémica se siguió trabajando para UPM, lo que implica que el buen lector deberá ajustarse los cinturones en la crisis económica que ya enseña los dientes, crisis económica que dejará a las precedentes como un juego de niños con limonada y Pato Donald, y se ajustará el cinturón para dejar la carne y darle a los fideos, pues hay que poner no se sabe cuánto, pero más de cuatro mil millones de dólares en la empresa trasnacional que con esa nueva planta ganará unos mil millones de dólares al año.
A todo esto, el honorario GACH, y en aras de la información para la democracia sería bueno que el gobierno informara que los integrantes del honorario GACH ningún vínculo tienen con la industria farmacéutica, y que de ninguna manera ninguno de ellos trabaja para ninguna de esas fundaciones benéficas de Bill Gates, el honorario GACH, decía, nos recomienda pasar las navidades con nuestro núcleo familiar y que no se nos ocurra hacer una fiesta con toda nuestra familia, pues debemos concentrarnos en "la burbuja familiar", y debemos situar las sillas a distancia, no poner música alta, pues eso nos lleva a gritar y gritando, imaginate, el virus vuela, sale como un flechazo desde nuestras cuerdas vocales, pues las cuerdas vocales hacen de tanza del arco, y las navidades son una fiesta celebratoria o ritual de renacimiento, y no es conveniente que en un ritual de renacimiento andemos matando gente, así que bajemos la música, ya lo dijeron los expertos del GACH, no tomemos alcohol ni consumamos drogas, pues eso baja la percepción del peligro (podríamos aplicar la Ley Seca, idea que le doy al GACH, pues es realmente peligroso que la gente tome cerveza, se alegre la vida y lleve, de forma inopinada, a perder la percepción del peligro de todos esos cadáveres que uno ve apilados en las esquinas gritando "Me mataste, Coronavirus podrido") y como les decía, para evitar que la alegría de ver a nuestros familiares, que serán los mismos que vemos todos los días, la burbujita, recordémoslo, pero en fin, no sea cosa que la alegría de tomar cerveza, no, me olvidaba, cerveza, no, en fin, la alegría de estar en nuestra burbujita comiendo turrones y escuchando música, pero no, la música, no, o al menos, bien bajita y de bailar, ni hablemos, y de lo otro, mejor ni soñemos, pues eso otro contagia de verdad, que esa alegría ¡Carajo! no nos haga olvidar el peligro y por eso nos recomienda el GACH que la fiesta sea breve.
Cuando te vayas de vacaciones, si alquilás una casa, podés dormir con la ventana abierta sí, previamente, te muñiste de un mosquitero. Hasta en eso pensó nuestro brillante y honorario GACH.
Ya lo sabemos, básquet, no más, gimnasios, ídem, boliches luego de las 12, tampoco, nos vamos despidiendo de una libertad tras otra, pero no es una dictadura, no señor, tampoco es legal, o al menos, según nuestra Constitución, esas prohibiciones deberían hacerse mediante leyes y no decretos, y las leyes deben pasar por el Parlamento, y si el gobierno quiere violar libertades mediante decretos, ahí tiene las medidas prontas de seguridad en bandeja, una idea bien siniestra, pero al menos, guardaría las formas.
¿El Parlamento ha dicho algo sobre este asuntillo menor de violar libertades arrasando nuestra Constitución? El Parlamento ha contestado con un silencio cósmico ¿Y nuestra Suprema Corte de Justicia ha dicho algo, se le ha movido un pelo cuando se hace todo lo contraindicado por nuestro sistema jurídico? Al silencio cósmico del Parlamento responde el eco del silencio cósmico de la Suprema Corte de Justicia.
Los hechos son estos y alcanza con leer historia: cuando hay una pandemia uno la ve con sus ojos, ve las pilas de muertos en las calles, y tiene siempre un familiar muerto o, al menos, atacado por la peste que fuere. Pandemia acá no hay. Lo que hay es una operación criminal con el objetivo de llevarnos a una nueva era de dominación del hombre, con los ingentes beneficios económicos, políticos y psicológicos que esa nueva era traerá aparejados a los que la iniciaron, los dueños del mundo.
En tanto esa operación se lleva a cabo, se hace un lindo experimento social destinado a determinar hasta cuándo millones de individuos dejarán de confiar en sus ojos para confiar en sus oídos, o si se quiere, dejarán de confiar en su propia percepción de las cosas para confiar en las autoridades, los medios masivos de comunicación propiedad de los dueños del mundo, y los honorarios representantes de la ciencia sagrada o nueva fe.
Puede que te creas el verso del virus. Puede que seas viejo y tengas miedo de morir. Puede que te cueste asumir que a la postre, estamos en manos de los dueños del mundo, unos psicópatas. Puede que sientas culpa, y que no quieras que algo malo salga por tu boca y entonces te pongas el tapabocas. Todo eso es entendible, pero que no te preocupe que se viole nuestro estado de derecho, luego de que te hablaron hasta el hartazgo de la dictadura militar y su no estado de derecho, resulta rarísimo, y que no te preocupe que se apliquen contratos monstruosos pactados en secreto con trasnacionales piratas mientras el País se hunde, y que no te preocupe que el gobierno se convierta en un simple ejecutor de los dictados de organismos internacionales como la OMS y el Banco Mundial, la verdad, es novedosísimo.
Se empieza violando esta ley y esa otra, luego se hacen decretos prohibiendo libertades y violando todo el orden constitucional, y cuando quieras enterarte, ya es tarde, no hay vuelta, la dictadura empezó, y no es una dictadura cualquiera, es una dictadura de verdad, una dictadura sanitaria, la peor de todas las dictaduras, y con un apoyo masivo, aunque basado en el miedo y la culpa. Esa sí que es una dictadura bien jodida, y cada día da un paso más, y cuando se imponga, te acordarás que te lo advertimos con tiempo, pero dejaste tu razón de lado confiando en gente harto dudosa.
Como dijo el poeta
"Mejores testigos los ojos que los oídos"
y como dijo otro poeta, el más grande todos
"Tienen ojos y no verán, tienen oídos y no oirán"