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La misteriosa vida de Joe Baxter

Por Eduardo Anguita/Daniel Cecchin

 

La misteriosa vida de Joe Baxter: elogiado por Perón, amante de Ava Gardner y condecorado por Ho Chi Minh

 

Nació en la Argentina y vivió apenas 33 años plenos de controversias. Fue filonazi, transitó por el peronismo y terminó recibiendo entrenamiento en China y combatiendo en Vietnam junto al Vietcong. En la Argentina, Santucho lo introdujo al PRT y lo expulsó pocos meses después. Murió en 1973 al incendiarse el avión que lo llevaba a Paris con una identidad falsa

Por Eduardo Anguita Daniel Cecchini Infobae - 12 de Diciembre de 2020

A pesar del viento helado que corría por el parque de la quinta esa mañana del 8 de enero de 1964, Juan Domingo Perón no volvió a entrar de inmediato a la casa si no que se quedó parado, con expresión ensimismada, mientras veía alejarse al joven pelirrojo con quien acababa de conversar por segunda vez en dos días.

-Un muchacho fantástico. Parece capaz de hacer él solo la revolución– le comentó a uno de sus colaboradores habituales, Héctor Villalón, que lo acompañaba soportando estoicamente el frío.

El “muchacho” pelirrojo, corpulento, pecoso, de grandes bigotes se llamaba Joe Baxter, tenía 23 años y había conseguido audiencia en Madrid con el general exiliado por ser parte del Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT), un desprendimiento del viejo tronco de Tacuara que había ganado las primeras planas de los diarios argentinos en agosto del año anterior con el espectacular asalto al Policlínico Bancario en Buenos Aires.

Baxter no había participado de la operación armada –con un saldo de dos muertos y tres heridos-, pero se había ocupado del “lavado” del botín de 14 millones de pesos, casi todo en billetes nuevos de 5.000 pesos cuya numeración tenía la policía, cambiándolos en hoteles, cabarets y pequeños comercios.

Había llegado a Madrid desde Montevideo, donde se había refugiado en la semiclandestinidad con otros integrantes del MNRT para evadir las órdenes que captura que pesaban sobre ellos en la Argentina, y luego de visitar a Perón tenía previsto partir hacia la República Árabe Unida y desde allí a Argelia, donde quería entrevistarse con el líder independentista Ben Bella.

De su paso por la capital española quedarían el relato de su encuentro con Juan Domingo Perón y la leyenda de un fugaz –nunca comprobado- romance con la actriz Ava Gardner.

Un personaje sinuoso y controvertido

La visita a Perón en el exilio marcaba un nuevo hito en la vida política de Baxter, un descendiente de irlandeses cuya sinuosa trayectoria había comenzado en la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios, donde se había manifestado ferviente admirador de Hitler y Mussolini, y de ahí había pasado a Tacuara. La simpatía por el peronismo que acababa de manifestarle al general en Madrid tampoco sería permanente.

Los años posteriores lo encontrarían recibiendo entrenamiento guerrillero en Argelia y en China, colaborando con el Vietcong en la guerra de Vietnam, e integrándose a la IV Internacional en París, desde donde retornaría a la Argentina para sumarse al Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) -conducido por Mario Roberto Santucho- hasta ser expulsado de sus filas en 1972.

Luego de esa expulsión partiría al Chile gobernado por Salvador Allende, como representante de la IV Internacional.

Un largo y sinuoso recorrido para una vida de solo 33 años, que acabó violentamente el 11 de julio de 1973 al incendiarse el avión de VARIG en el que estaba por aterrizar en Paris, pero que lo transformó en uno de los personajes más enigmáticos y controvertidos de las luchas políticas de los ’60 y los ’70.

“¡Viva Cristo Rey!”

José Luis “Joe” Baxter nació en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora el 24 de mayo de 1940. Fue el hijo mayor del matrimonio del veterinario irlandés Joe Baxter y la argentina María Luisa Denaro.

Estudió en el colegio inglés San Albano, en su ciudad natal, donde a los 15 años fue reclutado por el cura ultraderechista Alberto Ezcurra Uriburu para la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios. Para 1957 ya era uno de sus dirigentes y como tal participó en la fundación de Tacuara, un grupo de choque que se hizo conocido por sus acciones violentas durante el debate de 1958 sobre la formación de universidades católicas, conocido como “Laica o Libre”.

Baxter y su grupo “rompían” las asambleas estudiantiles y dispersaban a sus participantes a los golpes repitiendo siempre la misma consigna:

“¡Viva Cristo Rey, viva Rosas, viva Franco, abajo los bolches, mueran los judíos!”

Detenido por la policía en 1959, pasó varios meses preso durante el gobierno de Arturo Frondizi.

Giro a la izquierda

Entre 1961 y 1962, Baxter comienza a liderar un ala izquierda dentro de Tacuara, que se opuso, entre otras cosas, a los contratos petroleros de Frondizi con empresas extranjeras, y comenzó a proponer la nacionalización de los bancos y los frigoríficos.

En un acto realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA se dirigió a sus antiguos enemigos” de la izquierda universitaria planteando: -Recorrimos siempre un camino paralelo en muchas cosas y no nos habíamos dado cuenta.

Los panfletos impresos por el ala de Tacuara liderada por Baxter tenían dos consignas: “Guerra al imperialismo” y “En marcha hacia la liberación nacional”.

Hacia adentro de Tacuara, propuso cambiar el enfoque del “nacionalismo” de la agrupación:

-No sólo hay liberalismo cipayo e izquierdismo cipayo; hay también nacionalismo cipayo. Los nacionalistas cipayos son quienes creen que la batalla por la soberanía argentina se jugó en la Cancillería de Berlín en 1945. ¡Cómo no se van a considerar derrotados, si fueron derrotados en Berlín! –sostuvo, rompiendo con la posición filonazi que había sido hasta entonces una marca de fábrica de Tacuara.

El próximo paso sería la ruptura con la agrupación original, la creación del Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT) y el asalto al Policlínico Bancario para obtener fondos destinados a la nueva organización.

Refugiado en Uruguay

De la fuga de Baxter a Uruguay luego de la operación de lavado de los billetes del botín obtenido en el sangriento asalto al Policlínico Bancario, queda el relato del dirigente socialista Alberto Pérez Iriarte, en cuya casa materna se refugió, entrevistado en 2003 por Roberto Bardini.

-Joe Baxter llega a mi casa y eso lo recuerdo como si fuera hoy. Los muchachos nos presentan a “Salvador Ballesteros”. Pero el ambiente está muy tenso. Yo intuyo que se trata del jefe del grupo. Tiempo más tarde supe que había estado escondido en las islas del Paraná o del Río Uruguay. Es un tipo grande, con un gran bigote, pecoso. Tiene una conversación rápida, graciosa, con ironías porteñas. Es amable y muy respetuoso. Nada se escapa a su mirada. Yo quedo muy impresionado con ese personaje que tiene bajo el brazo “Times” y “Le Monde Diplomatique” – cuenta Pérez Iriarte.

Poco después partirá hacia Madrid, para entrevistarse con Perón, pero retornará meses después a Montevideo. Pérez Iriarte supo de boca del propio Baxter cuál había sido su periplo y también da el único testimonio que habla del supuesto romance que mantuvo con Ava Gardner.

-Me contó que fue a ver a Perón a Madrid, Nasser lo invitó a El Cairo, estuvo en Argelia con Ben Bella. En España, tuvo un amorío pasajero con la actriz Ava Gardner – relata y agrega que durante esa segunda estadía en Montevideo Baxter le pidió que lo acompañara a encontrarse en un hotel céntrico con el recién depuesto presidente de Brasil, Joao Goulart.

Entrenamiento en China

De esa segunda estadía en Montevideo, Baxter y otros integrantes del MNRT volvieron a partir en un vuelo hacia Europa, donde sus pasos se perdieron hasta reaparecer en China, en un curso de entrenamiento para guerra de guerrillas.

En “Joe Baxter, Del nazismo a la extrema izquierda. La historia secreta de un guerrillero”, las periodistas Alejandra Dandán y Silvina Heguy reconstruyen esa etapa:

“La rutina en la academia era dura. El día comenzaba a las cinco y media de la mañana. El grupo estaba fuera de forma y en los primeros días les costaba seguir el entrenamiento. Al principio, el instructor los hacía correr poco: unos dos kilómetros por día. Pero sobre el final llegaron a trotar en buen ritmo casi doce kilómetros diarios. En cada salida al exterior quedaban sorprendidos de la cantidad de pequeñas brigadas extranjeras con las que se cruzaban. (…) Más allá del entrenamiento físico, de aquella experiencia Baxter se llevó uno de los conceptos claves para su vida política: el de guerra revolucionaria que, a la manera china, significaba la lucha popular y prolongada contra el régimen. Después de sus días en China, Baxter se transformó en uno de los personajes que se dedicaron a expandir esta técnica en América latina”, relatan.

La experiencia china alejó definitivamente a Baxter del peronismo. Su meta pasó a ser la revolución socialista.

Vietnam y una medalla

Después de su entrenamiento en China, presumiblemente Baxter viajó a Vietnam para colaborar con el Vietcong, donde según su propio relato a Pérez Iriarte no solo combatió contra las fuerzas norteamericanas y de Vietnam del Sur sino que participó de una riesgosa operación de inteligencia.

-Un día, me trae un regalo: es la cápsula vacía de un proyectil de mortero chino disparado en Vietnam. Años más tarde, en Cuba, me enteraré que estuvo en Vietnam, que entró disfrazado de militar al Club de Oficiales del ejército norteamericano en Saigón, que participó del copamiento de ese lugar durante la ofensiva del Thet y que Ho Chi Minh le entregó una medalla por su valor – cuenta el dirigente socialista uruguayo.

Tras ese paso por Vietnam, Baxter reapareció en Paris, incorporado a la IV Internacional. Allí, según varios testimonios, conoció a Mario Roberto Santucho, líder del PRT argentino. Ese encuentro habría sido decisivo para su retorno a la Argentina.

Al PRT en paracaídas

En su biografía de Baxter, Dandán y Heguy reconstruyeron la llegada de Joe al PRT, donde por iniciativa de Santucho apareció desde la nada en una importante reunión de dirección realizada en un departamento del Barrio Norte porteño.

“Entró con Mario Roberto Santucho, aunque nadie lo reconoció porque también estaba cubierto con un pasamontañas. Del plenario clandestino participaba un grupo muy reducido de delegados del PRT. Habían llegado de toda la provincia de Buenos Aires para preparar un documento clave para el V Congreso del Partido que iba a realizarse veinte días más adelante, entre el 28 y 30 de julio de 1970. Baxter no pronunció palabra. Al presentarlo, Santucho lo describió como un integrante del Comité Central y lo llamó por su nombre de guerra, Rafael Barletta. ¿Quién era?, se preguntaron en la sala”, relatan.

Y agregan:

“La fama de Baxter había crecido repleta de fábulas, leyendas pero también con fragmentos de sus historias verdaderas. En el PRT habían escuchado de su estadía entre los revolucionarios de Vietnam, de la condecoración de Ho Chi Minh y de su entrenamiento en China. Santucho lo recibió como un revolucionario de fuste especialmente porque, como decían entonces, llegaba con las ‘chapas de Vietnam’. En esas condiciones lo sumó como un cuadro político mayor”.

Un mal recuerdo

Medio siglo después de su ingreso al PRT, la figura de Joe Baxter es un mal recuerdo para muchos viejos militantes de esa organización.

-Fue presentado al Partido por el secretariado de la IV Internacional, venía precedido de haber estado con Tupamaros en Uruguay, que después supimos que no había hecho nada con ellos, y también de haber estado en Vietnam. Por eso termina elegido para el Comité Central y el Comité Ejecutivo del PRT en 1970, pero pronto se vio claramente que no era lo que su presunta historia decía – le dice Daniel De Santis, ex miembro del Comité Central del PRT.

En pocos meses, Baxter fue desplazado de sus cargos en el Comité Ejecutivo y el Comité Central y terminó siendo expulsado del PRT en 1972. No sólo por su “inoperancia”, sino por su trabajo divisionista que terminaría con la fractura de la llamada Fracción Roja.

En un “Informe y balance interno” se señala: “Se siguen marcando las deficiencias y fallas morales en Rafael (nombre de guerra de Joe Baxter) quién es separado del CE permaneciendo en el CC. Preocupa a la dirección del Partido las deficiencias y serias desviaciones en la Regional Buenos Aires (en cuya dirección estaba), la influencia de los sectores pequeño-burgueses en la dirección”. También se marcan sus “posiciones vacilantes, timoratas”.

Consultado por Infobae, otro miembro del PRT de la Regional Buenos Aires, explicó: “Eran tiempos muy revueltos dentro del Partido, con muchas pujas internas, que poco después se vieron con la formación de la Fracción Roja y el desprendimiento del ERP 22 de Agosto. En cuanto a Baxter, las críticas por ‘inoperancia’ podían deberse también a que Santucho le había encargado también tareas de Relaciones Internacionales”.

Final con fuego

A fines de 1972, ya expulsado del PRT argentino, por indicación de la IV Internacional y la Liga Comunista Francesa Baxter se radica en Chile, donde gobierna el socialista Salvador Allende.

En Julio de 1973 se trasladó a Rio de Janeiro para, desde allí, viajar a Paris para participar de una reunión con dirigentes de la IV Internacional. El 11 de julio, el avión en que viajaba se incendió cuando estaba por aterrizar en el Aeropuerto de Orly.

Las autoridades tardaron en conocer su verdadera identidad, ya que viajaba con un pasaporte falso. Su muerte, como su vida, también encerraba un misterio.

-Joe viajaba con pasaportes falsos desde hacía diez años. Tenía un récord de supervivencia en la clandestinidad. Vivió la historia latinoamericana de aquella época en carne propia, en cuerpo y alma a la vez. La ideología era para él como una nave para viajar a la acción. El protagonismo, al estilo de Malraux o Lawrence de Arabia, era su arma de combate. Para muchos, su evolución ideológica fue muy heteróclita. Hoy lo critican algunos “puristas” que han olvidado sus propios orígenes y no se avergüenzan de sus actuales posturas – lo definió Alberto Pérez Iriarte en la entrevista con Roberto Bardini.

Los restos de Baxter fueron trasladados a Buenos Aires, donde tiene una tumba en el Cementerio Británico.


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