El proceso de sustitución de la realidad que ha afectado a la sal, el azúcar, la carne, la harina, el agua, la leche, la música, los libros, los Estados soberanos y los senos de las actrices alcanza, de manera inmisericorde, a la izquierda, prostituyéndola y convirtiéndola en derecha, pero sin que la izquierda advierta que ahora es derecha, como siempre lo fue
Marcelo Marchese 14.01.2021
Mi amigo Guillermo Franchi tiene una expresión maravillosa para estas gentes, los llama "La izquierda del espejo", pues viven de mirarse al espejo que les dice que esa, su mano derecha, es su mano izquierda.
Décadas atrás, estos izquierdistas de derecha entonaban loas a Stalin y a Mao y a todo tiranuelo que anduviera en la vuelta y ocultaban, o hacían de cobertura, de los asesinatos que los esbirros de Stalin perpetraban sobre anarquistas y trotskistas en la revolución española y sobre otras gentes en otras revoluciones, cuando no hacían de cobertura y justificaban cualquier invasión del imperio soviético o chino.
Justificaban invasiones, asesinatos, censuras, torturas, traiciones y justificaban toda cosa canalla que hicieran estos imperios y sus súbditos y esbirros, y luego, cuando el imperio soviético se extinguió, y cuando el "comunismo" chino se reveló como el más eficiente capitalismo, la izquierda del espejo se halló sin tiranos que festejar, sin crímenes que laudar, y toda esa energía servil hubo de ser redirigida de manera entusiasta en la nueva fase del Capital.
En las últimas décadas, la izquierda del espejo cumplió su eminente función en la tarea divisoria y disciplinante de la Agenda Políticamente Correcta. Al influjo de los dólares de origen dudoso, y de los sueldos, y los proyectos, y de las oenegés más dudosas todavía que sus dudosos financiamientos, hicieron una brecha en los movimientos sociales, asunto menor comparado con el disciplinamiento al deseo de la humanidad que han perpetrado limitando el lenguaje, el pensamiento y el placer, preparando el camino para el gran disciplinamiento que se impondrá en esta nueva era iniciada el 2020.
Pero no satisfechos con limitar el lenguaje, el pensamiento y el placer, la izquierda del espejo, llegada al gobierno, no sólo aplicó un golpe artero a la soberanía de los Estados, a la idea de ciudadanía, a la Justicia, al nivel de la educación, al cual coadyuvó dejándola por el piso, sino que, inevitable genuflexión, le abrió las puertas al capital extranjero para que se apoderara de nuestro continente, lo que significa apoderarse de sus aguas, sus minerales, sus peces, sus tierras y en suma, sus recursos. El ritmo de fagocitación por parte del capital extranjero durante los gobiernos de la izquierda del espejo, sólo puede equiparse al ritmo de fagocitación por parte del Capital en el siglo de la conquista de América.
Llegamos, con su prensa aherrojada, con su académicos vacuos, con su moral sodomizada, a la gran operación del Capital, en la que se jugó toda la ropa dispuesto a apropiarse, definitivamente, de todo, no sólo de los recursos de los continentes, sino de todo lo que hace al humano: llegamos al tiempo de "la nueva normalidad".
¿Qué ha hecho la izquierda del espejo ante la operación más criminal en toda la Historia humana?
Ha exigido más encierro, más opresión, más distanciamiento, más dictadura. Como la izquierda del espejo le hace un culto especial a la hipocresía, pues ama todo lo que sea rastrero y vil, niega que asistamos al principio de una dictadura, la dictadura de las dictaduras, y trata de negacionistas a quienes enfrentamos la dictadura y llamamos a enfrentar la dictadura.
Si viene una ideología racista, militarista, embaucadora, colonial e imperialista como es el sionismo, y populariza una palabra en su prédica racista, militarista, embaucadora, colonial e imperialista, tenga por seguro el lector, que el izquierdista del espejo tomará esa palabra como un invento propio y la arrojará cual volante a todos los vientos, chocho de la vida con acusar a quienes enfrentan a la dictadura tachándolos de "negacionistas".
Pero no crea el lector que el izquierdista del espejo se queda satisfecho con esto ¡No! ¡Nunca jamás! pues siempre se puede ser más genuflexo, y aunque imágenes del infinito hay infinitas, ninguna mejor que la imagen del infinito relacionada a esta eterna profundización de un carácter genuflexo como es el carácter genuflexo del izquierdista del espejo, que luego de entregar nuestra soberanía y nuestras tierras, se dispone a entregar nuestro espíritu.
¿Es posible, se pregunta, con sonrisa de sapo, el izquierdista del espejo, que los negacionistas pongan en tela de juicio no sólo la sabiduría, sino incluso la moral de la industria de la medicina?
Sí, señor izquierdista del espejo con sonrisa de sapo, desde el momento que el capitalismo enfrenta la medicina con la salud, desde el momento que el capitalismo impulsa a la industria de los laboratorios a financiar, a investigar cómo cronificar las enfermedades en vez de financiar e investigar cómo erradicarlas, desde el momento que al capitalismo le conviene enganchar al pobre paciente a su enfermedad en vez de curarlo definitivamente, desde ese momento ponemos en tela de juicio la sabiduría de la industria de la medicina a la hora de curar el cáncer, las alergias, las asmas, las neurosis, los autismos y toda una serie de enfermedades o condiciones que sólo se han agravado con el paso de los siglos.
El izquierdista del espejo, inquieto, pues se lo ha acusado no sólo de colaboracionista de torturas y desapariciones llevadas a cabo "por los buenos", inquieto porque se lo ha acusado de colaboracionista de la esclavitud financiera conocida como "inclusión financiera" (el izquierdista del espejo es maestro en eufemismos e imposturas) inquieto porque se lo ha acusado de firmar, de rodillas, pero en secreto, el Contrato ROU-UPM, el contrato más entreguista jamás firmado por representantes del pueblo devenidos en cipayos, e inquieto, porque se lo ha acusado de promotor de la inmunda industria capitalista de la medicina, concibe la idea (no concibe nada, pues esta idea es más vieja que el agujero del mate) de que no hay mejor defensa que un buen ataque y entonces, envalentonado y a buen resguardo por su sueldo recibido de su oenegé, pregunta ¿es que además, vosotros, negacionistas, pondréis en tela de juicio las virtudes de la sacrosanata Universidad?
Sí, impostor del espejo, ponemos en tela de juicio las virtudes de tu sacrosanta Universidad, creada por la sacrosanta Iglesia en su sacrosanta Baja Edad Media, y al poner en tela de juicio las virtudes del estamento heredado de la Baja Edad Media, ponemos en tela de juicio su culto al servilismo, su culto a la militarización del pensamiento, su culto a esa gimnasia de empacho por las lecturas para crear de esa manera el acrítico "método" académico, y su culto al financiamiento recibido por parte de las trasnacionales y otros "filántropos".
¿Pero hay algo que no pongáis en tela de juicio? pregunta por fin, escandalizado, el izquierdista del espejo, y agrega: cuestionáis al Capital, cuestionáis al Poder, cuestionáis las falsedades que el Capital y el Poder imponen a los hombres ¿no podéis dejar algo sin cuestionar?
No, izquierdista del espejo, nada escapa a nuestra negación, pues nuestra afirmación lo incluye todo, pero te hacemos la siguiente pregunta: ¿entre el ladrón que se muestra a sí mismo como ladrón, y el ladrón que se hace pasar por persona honrada, cuál creerías tú que es más infame ante los ojos del hombre?